martes, 16 de junio de 2015

LAS ABEJAS DEL SENDERO QUE PARTE DE LA ANTIGUA CASA DE MEDIA OREJA EN TRASSSIERRA.

Parte de las colmenas del final del camino

Esta mañana después de haber estado efectuando una aproximación a las canteras del Alto Paso, para investigarlas -cuando aterrice mi amigo Pepe Serrano que está en su pueblo, y con el que pienso ir-, decidí visitar un sendero en la barriada de Trassierra, que parte de la Casa de Media Oreja, y continúa hasta Cerro Romera, que en la fotografía aérea es, aparentemente balcón sobre el Guadiato, aunque luego, en la realidad, la vegetación sólo permite ver la cumbre del alto de las Cabreras.

Finca de Alto Paso

Evidentemente -creo que no merece la pena aclararlo-, el coche me trasladó de un lugar a otro rápidamente, de otra manera hubiera sido imposible por la distancia. La temperatura es distinta a la de estos días que, si se hubiera quedado así algunos hubiésemos sido bastante felices, con una primavera alargada. Pero el domingo entra el verano y éste se retrase o adelante no perdona, y los termómetros tampoco. El verano es el verano, y una de las tres estaciones de Córdoba.

El camino

Amainó un poco el ruido de la caverna sobre el concejal de Madrid -lo digo por la radio que llevo puesta-, aunque parece que no hay cosas más importantes para los cavernícolas, eso sí, comprendo que la mala leche la tienen que destilar de alguna manera. La pena es que muchos medios sensatos se ven obligados a participar del circo también, porque si no participas estás de acuerdo, esa es la tónica. Ahora no es el tema Monedero y los mil ochocientos de Errejón.

Cartel del paso a nivel de las Margaritas (Foto del AMC)

Me dirigí, después de hacer un par de paradas, en lugares que me interesaba comprobar ciertos extremos, a la barriada de Trasssierra -siempre que leo Trassierra, me acuerdo de un cartel que había en la esquina de la Avenida de América con el paso a nivel de las Margaritas que decía: "A Santa María de Trasssierra 18 kilómetros", no estoy seguro si era esa la cifra, pero ahora hay menos- y subí, primero por error a Campo Bosco.

Primeras colmenas

 Luego rectifiqué y, gracias al GPS, tomé la ruta adecuada. Urbanización Campo Braco creo que se llama. Un pastor belga, otro alemán y un chucho al que no pude catalogar, me comían desde la cerca. Pensé preocupado: -¿Estará abierta la puerta y me daré de cara con estos eventuales? No lo estaba y siguieron los tres ladrando desesperadamente. Pero no era ese el camino, nuevamente los perros. Ahora sí, la antigua casa de Media Oreja y a la derecha el camino.

Otras

El sendero es casi llano con vegetación central alta, lo que significa que se puede circular en coche pero nadie ha circulado por él de hace tiempo.  Su longitud no llega a los trescientos metros, desde el camino principal, y su anchura no pasa de los dos metros. Casi al final y  separadas entre sí, hay una serie de colmenas. Algunas en desuso y tres o cuatros con sonora población. Con la vista al frente pero mirando con disimulo, pasé por delante de ellas como si no las hubiera visto. 

Algunas más

Pero otras colmenas y restos de los panales esparcidos por el suelo, ya me mosquearon, me estaba metiendo en la boca de lobo. Llegué al final y comprobé lo mencionado en el primer párrafo, que la vegetación me impedía ver el paisaje que iba a ver. Eso y sumado a ello el tener que volver otra vez por las colmenas pintaba mal. 

El paisaje entre la vegetación

Efectivamente pasé nuevamente por las colmenas, como diciendo: -Por aquí no hay colmenas, yo no he visto ninguna. Pero tres o cuatro valientes hicieron una pasada cerca de mi cabeza (a mi me parecieron cientos). Aceleré el paso y el zumbido cada vez era mayor y más cercano, enarbolé el palo como lo manejan los ciegos, a diestro y siniestro, tratando de espantarlas, abaniqueándolo,  pero creo que las cabreaba más, además me di varias veces en el cuello, es decir me apaleé yo mismo. Entonces perdí los papeles y eché a correr con el zumbido encima, los últimos doscientos metros los recorrí en un tiempo record. Que buen estimulante es el miedo.

El camino

Temía la picadura porque pensé que no me habían picado nunca, y las abejas causan más muertes en España que las serpientes, por las alergias. Al final me acordé que había sufrido varias veces su picadura, y claro eso seleccionaba el problema y me tranquilizó, solo el malestar y el dolor. El zumbido cesó, eso sí el pulso por las nubes. No pude medir el tiempo pero sería un record, seguro. Pero vaya tela, con lo buena que está la miel. Ojo cuidado con las abejas que no están señalizadas en el camino.

El valle del Guadalquivir a la vuelta

Fotografias del autor, una de AMC

2 comentarios :

Canario dijo...

Cuidado Paco!, con las abejas pocas bromas, especialmente si vas solo.

Si he entendido bien donde has estado (creo que recuerdo esos panales y una explanadita al final) paralelo a ese camino por la derecha y a una cota inferior, en la vaguada, se esconde el sendero de la tubería que te comenté, y a la izquierda por arriba el depósito de agua de Emacsa. Al "balcón sobre el Rio" que te comenté se puede acceder desde ahí o bien directamente desde la calle "Vientos del Guadiato", en la pronunciada "U" que traza en una curva.

Un saludo!

Paco Muñoz dijo...

Si amigo Paco, no te puedes fiar, de todos modos si no las molestas no hay problema pero alguna le pasaría como al chiste del león de la isla con el músico, que era sordo. Ahí ha sido donde he estado Paco. Pero el otro sendero desde Vientos del Guadiato hasta el mirador tiene un kilómetro más o menos. Desde el depósito una buena bajada. Vaya tela por donde os metéis con las bicicletas. Y desde la explanada de las abejas no veo el camino. Detrás de los depósitos cuando hicieron el vuelo se ve parte de la tubería.
https://drive.google.com/file/d/0B5mIQDZr46BCTUhvY3JpYjRPQkk/view?usp=sharing
El lugar es precioso, abrupto, y pensar que lo ha hecho el Guadiato y eso que significa su nombre "río perezoso".

Un abrazo Paco y Gracias.