Una puerta del molino Martinete Bajo
Partiendo del plano catastral de 1950 que me facilitó Manuel Trujillo, y del extraordinario vuelo ministerial de 1977 en Goolzoom, y después, gracias a la colaboración de Bartolomé Olivares, persona importante en la defensa del entorno del Bejarano, y conocedor de cuantas actuaciones se han producido allí, hemos tenido conocimiento de lugares que no forman parte del circuito habitual de senderistas y ciclistas que frecuentan la cuenca del Bejarano. Éste es uno de ellos.
Aérea del complejo
Con esos puntos de partida y al alimón, los primeros días de junio, decidimos mi amigo Pepe Serrano y quien suscribe, dos activos sexagenarios, aprendices de mucho pero maestros de nada, después de haber visitado las minas del Bejarano y el Martinete Alto, buscar la ubicación del Martinete Bajo, teniendo en cuenta los datos de que disponíamos. Después una aproximación fallida, por un camino que baja al río Guadiato, decidimos entrar directamente campo a través, cuchillo en ristre, apartando el matorral, al lugar que estimábamos estaban las ruinas del molino.
Catastral de 1950
Cuál fue nuestra sorpresa cuando Pepe, dio con un enorme y robusto muro de casi un metro de anchura, que formaba parte de la gran alberca de retención y regulación de agua del Martinete Bajo, procedente del Martinete Alto. Una vez situado el muro, lo demás fue fácil, encontramos el canal visible en el vuelo de 1977, gracias a que no se había consumado su colmatación. Lo seguimos en dirección noroeste, buscando su caída y debajo, después de dar un rodeo y bajar por un torrente, por no poder continuar por el canal, encontramos la construcción.
Vuelo de 1977
Entramos por el lado norte, por una puerta que da al canal de desagüe, cuya salida estaba derruida, unas enormes piedras que lo configuraban antes lo cegaban ahora. El recinto es un habitáculo de unos cinco por seis metros, de orientación NO/SE, con tejado a dos aguas, de altos muros de mampuesto, con una ventana en el inferior, otra puerta en su lado sur, que estimamos la principal, una especie de hornacina en la pared norte y dos aberturas a ras de suelo en esta misma pared.
Muro del embalse
Ni rastro de la rueda de moler, o el habitáculo del mecanismo. Salvando las diferencias con grandes descubrimientos, vimos satisfecha nuestra curiosidad, pero nos quedaban muchas preguntas sin respuesta. Los brazos sangrantes por las espinas de la zarza, llenos de arañazos en los brazos como si nos hubiésemos peleado con quince gatos a la vez, pero contentos. Hicimos las fotos reglamentarias, de la cara oeste que nos obligó a salir al torrente nuevamente, un lugar umbrío tremendamente ocupado por la zarza y la maleza.
Muro del embalse
Luego tratamos de seguir la alimentación de la gran alberca de regulación llegando a la conclusión de que se realizaba por un cauce natural, aparentemente, salvo que el artificial se hubiese colmatado, como sería lo más lógico. Un trabajo de varios autores de un Congreso de Espeleología de 2008, cita un contrato de 1929, en el que se menciona el Martinete Bajo, por lo que podemos considerar que en esa fecha estaba, si no en activo, por lo menos acabando su vida.
Canal de alimentación del molino desde el embalse
Lo llamativo es que en un lugar que posiblemente inició su aprovechamiento minero en época romana, y continuó posteriormente en la árabe, en el siglo XXI, aún quedaban vestigios de lo que según mi compañero de arañazos, y fatigas, era el equivalente a un "polígono industrial" actual, pero en un recóndito rincón de nuestra serranía, casi inaccesible. Por lo menos ahora los caminos están desaparecidos. Arriba en la meseta, el plano señala también una era, y un raso al lado del camino nos marcaba su ubicación por los residuos de cereal que existían en el.
Ventana de la fachada oeste
Lo que Pepe Serrano señaló como un "polígono industrial" de la época, en el fondo es cierto, era un complejo que utilizaba el inagotable caudal de agua del primer venero del Bejarano, como fuerza motriz. Parece que estaba siendo utilizado aún a finales del siglo XIX y principios del XX, sin olvidar sus orígenes lógicos, que se pierden en la noche de los tiempos. En una palabra, están utilizados los recursos hidráulicos de la cuenca del arroyo Bejarano de toda la vida. Imaginarse ese lugar a pleno rendimiento con el embalse lleno de agua es una verdadera pasada.
Arco interior
Una serie de datos aproximados:
Ambos Martinetes están en el Polígono 89, parcela 37 de la finca Los Baldíos del Río, y tiene una superficie de 109.018 m2. El Molino Martinete Bajo está en las coordenadas: 37.943876, -4.884114. El centro del muro de la alberca en los 37.943793, -4.883958, y la cabecera del canal está en: 37.943793, -4.883958. La superficie de la casa del molino tiene 60 m2. la alberca 500 m2 y la longitud del canal es de 20 m. Con una capacidad de llenado total de 30 m3. La capacidad del embalse es de 600 m3. El embalse del Martinete Bajo está entre las cotas 320/330 m.s.n.m. el molino en la cota 316 m.s.n.m. El Martinete Alto tiene su alberca en la cota 360 m.s.n.m. y el molino entre los 330/340/ m.s.n.m.
Fachada oeste
Pensar en la puesta en valor de ese patrimonio es soñar despierto. Es verdaderamente un imposible, aunque en realidad cuesta muy poco hacerlo, y es bastante sano, sobre todo porque obliga a querer nuestro patrimonio y, a lo mejor con un poco de suerte nos enseña a respetarlo. Como elemento didáctico de un pasado no tan lejano, sería interesantísimo. Pero no conviene pedir mucho para que luego la decepción no sea tan grande, con el respeto de esos lugares creo que es suficiente. Lo mismo llega un magnate que filantrópicamente (esto sí que es un sueño) lo pone en valor, pero... quedémonos sólo con el respeto.
Fotografías y videos del autor, Apple y Goolzoom
Bibliografía Congreso Espeología, Bartolomé Olivares
4 comentarios :
Tengo pendiente una visita a este molino, pero creo que ya cuando pasen estas calores.
Buenas noches, amigos. Paco, muchas gracias por acercarnos a aquellas instalaciones que veíamos de lejos, y que no teníamos acceso a ellas. Decíamos ¿Quien vivirá ahí?. Yo, te todas maneras después de la experiencia que tuve con el perro del martillazo, procuraba mantenerme alejado de ellas. Desgraciadamente los montes están lleno de pañuelitos y de lo que no lo son. Un fuerte abrazo, salud y República.
Emilio si para las nueve y media no has acabado te coge el calor de lleno. Nosotros nos acercamos por el Jardinito, desde el primer venero hasta el coche una cuesta que parece el Tourmalet, y ya cansados y con la calor la puntilla.
Ayer descubrimos las ruinas de otra edificación al oeste del molino, una habitación de unos seis por seis metros, de la que quedna solo la base de los muros. Un abrazo.
Patxi, si tú decias eso es porque cuando pasabas por allí todavía estaban en apariencia casi enteras. Ahora solo aguantan los muros de piedra. La vegetación las ocupa en su totalidad. Muchas gracias. Salud y República compañero.
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