El hermoso alfar romano
Esta mañana de primeros de mayo después de bajar de las Ermitas, y tener una productiva y amena charla con Pepe, el fraile portero del recinto, de hablar de lo divino y humano y reírnos de muchas cuestiones merecedoras de risa, decidí visitar el alfar del supermercado Aldi, del Brillante, que está visitable, debajo de lo que fue la Venta de Vargas, tantas veces frecuentada por mí por razones de trabajo. Aproximadamente 14 veces diarias.
La estructura protectora
El autobús urbano número 7 la tenía como parada término en la mayoría de sus viajes desde las Tendillas, digo mayoría porque una serie de viajes subía hasta la Arruzafa a llevar al personal del parador. Yo era cobrador. Se daba la circunstancia de familiaridad con el pasaje que, cuando llegábamos a la parada frente a la calle Goya y no estaba Asunción (una empleada), la esperábamos hasta que corriendo venía casi con la sabana pegada. Eso desde luego ocurrió un par de veces.
Vista desde el oeste
Luego Asún, perdió a su madre y fue para ella un gran trauma, después se casó y fuímos vecinos. Conocíamos a todo el pasaje habitual. En uno de los viajes a una hora determinada se subía Conchi una vendedora de cupones, haciéndose la longui, ya que sabía que en ese viaje se montaba quien le compraba lo que llamaban la sabana. Los conductores habituales eran Castilla, que pensaba que poner el intermitente le daba derecho a salir a la carretera sin mirar, lo que ocasionaba el frenado brusco de otros autocares y que me enseñaran el palo de las ruedas los conductores de los mismos, y yo les pusiera las palmas de las manos hacia arriba, o las uniese en pía o hindú postura, disculpando al conductor.
La entrada y parte de la pileta
El otro conductor tenía el apodo de "Tirones Power", por su forma de conducir, supongo que condicionada por los duros embragues y algo de falta de sensibilidad. Luego la parada permitía conocer por dentro la Venta, y su derruido escenario, con un anfiteatro tipo Duque de Rivas, e imaginar las actuaciones de la época. Cuando su apogeo era las afueras de la ciudad, y lugar donde se podía ir sin molestar a los vecinos. Las historias que contaba el mozo, D. Manuel Barrena, eran de lo más graciosas, es vecino de San Andrés y he tenido la oportunidad de recordárselo personalmente y seguía con el mismo genio, a pesar de estar tocado de salud. Aunque hace tiempo que no lo veo sentado en el banco adosado a la iglesia, y no quiero pensar que se haya ido sin avisar.
La piletra en su lado sur
En la entrada referida a la Venta de Vargas están reflejadas las anécdotas. Luego, después de cerrar la venta instalaron un horno de pan en el lugar del teatro, y la parte más al sur de ese solar que ahora ocupa el alfar romano y el supermercado Aldi, era el sanatorio Calzadilla, San Francisco de Paula, con aquella entrada esquinada con el Calasancio. Los técnicos Toscano, Fátima Castillo, y Rafael Clapés, de la empresa Arqueoqurtuba han hecho un buen trabajo, del que espero se sientan bastante satisfechos. Y tuve la oportunidad de confeccionar otra entrada con el horno a medio acabar.
Un refuerzo a la entrada
Y los datos del panel informativo:
"Las áreas destinadas a la producción alfarera se ubicaban en el exterior de la ciudad, en espacios abiertos y lejos de los ciudadanos, ya que se trata de actividades que generan contaminación y malos olores. Este alfar, fechado entre el s. I y el S. II d.C., se encuentra a unos dos kilómetros al norte de la muralla de Colonia Patricia y se sitúa , en las inmediaciones del camino del Pretorio, vía romana que partía desde la Porta Pretoria (actual Puerta Osario) en dirección a la sierra. Está documentada la presencia del un barrio alfarero en el "suburbium" septentrional, sin embargo no alcanza hasta la zona donde nos encontramos. Por tanto, este centro productivo podría estar relacionado con un posible asentamiento emplazado en el entorno.
El conjunto desde el sur
Este conjunto alfarero está formado por dos hornos, una pileta y una canalización. El Horno 1 tiene planta circular con 4,50 m. de diámetro. El acceso al interior del horno para cargarlo se realizaba a través de una gran boca de 2,80 m. de longitud en forma de embudo, que favorece la circulación de aire necesaria para la cocción de las piezas, producida en el interior de la cámara abovedada. El calor se generaba a través de un fuego que se encendería junto a la entrada de la cámara, algo muy pooco frecuente para este tipo de estructuras.
Otra vista
El Horno 1 se destinó a la fabricación de ladrillos. Para ello se dispondrían en la cámara los ladrillos sin cocer de forma radial, en varias tongadas separados por una capa de arcillas oscuras con gravilla para facilitar su posterior separación y extracción tras finalizar su cocción. Una vez realizada la cochura, se retiraba todo el material sobrante y se limpiaba el interior de la cámara, volviendo a repetir el proceso de nuevo. Al realizar su excavación se comprobó como el horno aún conservaba la última carga, que no se llegó a cocer debido a que se abandonó antes.
Y desde el norte
El Horno 2 también es circular, aunque de menores dimensiones. En este caso presenta un diámetro de 2,50 m. Se encontraba muy arrasado por las edificaciones contemporáneas que se encontraban en este terreno. No se excavó al no estar afectado por la nueve construcción, por lo que actualmente permanece protegido in situ bajo la sala de ventas del supermercado.
El opus signinum de dos mil años de la pileta
La pileta se fabrica con hormigón (opus caementium) y se reviste con mortero hidráulico (opus signinum). En planta tiene unas dimensiones de 2,55 x 1,85 m. Se trata de un elemento auxiliar para la elaboración y tratamiento de la arcilla con la que se realizarán las piezas a cocer.
Y desde el sureste
La canalización formaría parte de las infraestructuras hidráulicas propias de las áreas alfareras. Está construida con tuberías cerámicas y se excavó un tramo de 6,25 m. Al igual que el Horno 2, permanece conservada bajo la sala de ventas."
Panel informativo
Fotografías del autor
Bibliografía del panel
Esperemos que con estos descubrimientos poco a poco tambien nos vallan conociendo por nuestros restos Romanos,que los tenemos de primera catagoria y no solo por lo que vino despues,que ya tiene su aire cansino de topicazo.Un Saludo Paco.
ResponderEliminarEmilio estoy de acuerdo contigo, la cultura romana estuvo mas de cuatrocientos años aquí, y la fundación de la ciudad fue por ellos, de ahí la importancia manifiesta. De todas formas lo siguiente estuvo más de quinientos.
ResponderEliminarUn abrazo