Trazado aereo del carril bici
Mañana fresquita de viernes, paseo por el carril-bici Barriada de Fátima a Rabanales. La calle dedicada a D. Antonio Jaén Morente, nuestro historiador y político cordobés, que murió en el exilio en 1964 sin conocer la muerte del dictador, es el comienzo del carril-bici, desde allí se inicia también el camino de la Campiñuela Baja o la Vereda de la Alcaidía.
Cartel anunciador del mismo
Antes de nada hay que romper una lanza por la labor de una de las Consejerías en la Junta de Andalucía, la de Fomento, de esas que no daban "estabilidad" a la señora presidenta en funciones, en este momento más inestable que antes, que le aprobaron los presupuestos de 2015, con las que no se cumplió casi nada de lo pactado en la investidura, hasta el extremo de romper el acuerdo de investidura. La señora presidente exige responsabilidad a todos, cuando ella ha tenido la justa jugándose el tipo por cuestiones personales y partidistas, e incumpliendo pactos, pero bueno le ha "dado voz a los andaluces", lástima de la afonía de muchos.
Señal de la ciclocalle
Cuatro rectores de la UCO han tenido en su cartera de proyectos este acceso en bicicleta al la Universidad, y la reivindicación es de hace treinta años, pero ha sido en principios de 2015 cuando la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, que ostentaba la Sra. Cortés de IU, cumpliendo el convenio con el Ayuntamiento de Córdoba, que también ha tenido que ver bastante en la realización de este proyecto, con la aportación de terreno y permisos correspondientes, entre otras cuestiones, han llevado a buen puerto la realidad del carril bici al campus universitario de Rabanales.
Entrada al carril exclusivo
A unos 15 minutos pone el carril el campus universitario, 3,4 kilómetros, que se han realizado en unos cuatro meses, con un costo aproximado de 468.000 euros. Del total de su recorrido 800 metros son nuevos, y el resto se han conseguido acondicionando el viario de la Campiñuela Baja y parte de un carril que existía en Rabanales 21. Pero lo importante es que está unida la ciudad por un carril bici con el campus universitario de Rabanales. Hay que reconocer el esfuerzo de ambas administraciones la local y autonómica.
Cruce del arroyo de Rabanales
Como decimos, desde Fátima, una vez que cruzamos el Arroyo de Pedroches, el carril va a ambos lado de la carretera, hasta la urbanización la Campiñuela Baja. A partir de ésta, una vez cruzado lo que queda de los arroyos de la Choza del Cojo y Ahoganiños, se transforma el viario en lo que es una ciclocalle, compartida por peatones bicicletas y coches, con la prioridad en ese orden. Luego al inicio del viaducto sobre las vías del ferrocarril, convencionales y del AVE, se inician los 800 mts. de nueva creación.
Otro cruce
Ahora cruza el carril los arroyos de los Pradillos, y de Rabanales, al que unos cientos de metros antes se le han unido el de Linares y el del Mortero. Las masas forestales del arroyo de los Pradillos buscando el de Rabanales, y la de éste mismo, rompen el horizonte de cereal, de lo que fue la finca cerca de Lagartijo, salpicado de amapolas en algunos rodales. Un trozo de naturaleza cercana todavía inmaculada.
Campo solar
Según los datos del proyecto para la repoblación del trayecto, se han sembrado: 60 almezos, 34 adelfas, 14 tarajes, 6 rosales silvestres, 3 mirtos y 3 majuelos. Luego, hasta el arroyo de los Pradillos encinas, almezos, algarrobos y una selección de 70 matorrales preforestales. Y desde éste hasta el arroyo Rabanales, se han plantado 32 pinos y una selección de 70 matorrales de este ecosistema mediterráneo. Un extreordinario plantel de especie vegetales escogidas.
De vuelta llegando a la Campiñuela
Hay que reconocer que el esfuerzo ha merecido la pena, el paseo es muy agradable, y cuando todas esas especies forestales, hayan tomado conciencia de que tiene que dar sombra a los estudiantes, lo será mucho más. Lástima que la cerca de Lagartijo será una sombra de lo que fue, y se haya permitido dejar caer en la más absoluta ruina a su emblemático cortijo, del que se ven en la distancia algunos de sus muros centenarios. Por otro lado el quiero y no puedo de las parcelaciones, con sus variadas y horteras modalidades arquitectónicas completan el paisaje.
Ahora el carril es doble compartido con el viario
Lástima que Rabanales 21 esté tan poco poblado de empresas tecnológicas, que tan necesarias son para esta milenaria ciudad, pero esperemos que los tiempos deparen un mejor momento industrial, sobre todo de la industria del conocimiento que seguro será mucho más productiva que fue la del ladrillo. He de reconocer que se lleva uno una gran alegría al llegar al campus universitario y verlo lleno de nuestra juventud, que es el futuro.
Fin y principio del carril en Fátima
También le vienen a uno recuerdos, de cuando se celebraban competiciones ciclistas en las calles que rodeaban los talleres de la antigua Universidad Laboral. Los nombres de los campeones ciclistas locales de la época: Panduro, Garrulo, Valderrábanos, Carlos Pérez, Roldán, Francés, y muchos etc. etc. que rodaron por esas calles ahora universitarias, en la competición semanal. Ya estaba en declive la Universidad Laboral. Ellos fueron pioneros en el uso de la bicicleta, cuando no había carriles bici, cuando los circuitos eran el Paseo de la Victoria o este de la antigua Uneversidad Laboral. Esa obra universitaria de la dictadura pudo ser importante si se hubiera canalizado adecuadamente, lo mismo que las Formaciones Profesionales Aceleradas. No todo era malo lo que pasa es que se hacía de cara a la galería.
Fotografías y vídeo de autor y dos de A.J. González
Vídeo del SEPA y Aula de Sostenibilidad de la UCO
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