Portada y portal del hotel en Encarnación, 8
La calle Encarnación, nombrada como tal por el convento de la esquina, era una calle como todas, o la mayoría de las de ese barrio, más burguesa o aristocrática que proletaria, aunque existían algunas salpicadas entre las casas "nobles", algunas "nobles" venidas a menos, o dilapidadas por la gestión tabernaria o de otra índole de sus herederos, que para subsistir habían convertido en de vecinos. En esa calle que recuerde había una al principio.
La que llamábamos casa de Manolita, como referencia, de una amiga de mi madre, y madre de una amiga de mi hermana, y un amigo mío. Rafalín Mantero. No sé cuántos vecinos podía haber en esa casa, pero había muchos (hoy esta casa es hotel también). Eran muchas las penas que tenían las familias de vecinos proletarios, que destacaban con las facilidades para la vida de los habitantes de las casas "nobles", incluido el convento de clausura, misterioso al ver o entrever, a sus moradoras, de soslayo con esos velos negros cruzar por entre alguna puerta.
Recuerdo un robo sonado de la calle. Aquello fue un acontecimiento, ver a los policías arma en mano en los balcones apuntando hacía dentro de la casa. Nos dijeron que había entrado a robar el plomo de las cañerías, en una casa que estaba cerrada. Una explicación oficial que no nos creímos, por lo menos yo, por el despliegue policial. De todas formas la BBC o la Pirenaica no dijo nada al respecto, por lo que no pudo ser tampoco una caza de comunistas.
Ya digo que el barrio estaba salpicado de casa proletarias, las menos, entre casas burguesas, de despensas llenas, cerradas a cal y canto, y otras intermedias, como la del artista de los cueros, del anticuario, y algunas unifamiliares pero pequeñas. Entre las burguesas o "nobles", porque en realidad burguesía hubo poca por aquí, estaba la después reformada, que hoy es el Hotel Balcón de Córdoba. Llamaba la atención por su portal, su patio recoleto y sombreado y su inaccesibilidad .
Le llaman Balcón de Córdoba por una azotea que tiene, la mía tenía una cubierta y otra al aire, con unas vista similares, que mi hermana llama privilegiadas, aunque he de reconocer que la de ésta son maravillosas. Desde la terraza bar de este encantador hotel de diez habitaciones, puedes disfrutar de la perspectiva de la mole catedralicia, salpicada por abajo de las luminarias de los tejados de la Mezquita. Y la totalidad de la cara este de la torre.
Catedral y campiña por el sur, incluyendo cipreses y palmeras del patio de los Naranjos, y mí espadaña del amanecer; Santa Clara por el este y dos iglesias fernandinas, como San Francisco y San Pedro; Santa Victoria y Santa Ana por el norte y la torre cubierta de celosias de la Encarnación; por el oeste la torre, el palacio episcopal (Alcázar califal siempre), la terraza de Azorín, el Hospital de San Jacinto, el Provincial a lo lejos, y las construcciones modernas de la carretera Nueva (Avda. del Dr. Fleming).
Debajo, el recoleto patio con fuente y un naranjo de más de un siglo, cuyas naranjas puedes coger desde alguna de las habitaciones. Toda la casa está llena de elementos arqueológicos, diseminados por patios, escaleras y pasillos, que parece que el anterior dueño coleccionó, dejándolos en el lugar que los había disfrutado cuando vendió. La suites nº 6 y 10 tienen terraza particular. Un verdadero goce para los sentidos.
San Francisco, San Pedro y alminar de Santa Clara
Santa Ana, Santa Victoria y la torre cubierta de la Encarnación
Y si de día es hermoso el horizonte histórico, de noche es maravilloso por la iluminación monumental del más importante monumento de la ciudad, la Mezquita (es Catedral también, pero lo digo por molestar). Hay un pequeño ventanillo en la escalera, que permite ver a través de ella la torre de la Mezquita (está debajo) enmarcándola. Todo son rincones de espectáculo.
El restaurante se llama Pairi Daeza, una frase del oriente, Iran, o la Persia milenaria, que se refiere a un huerto encerrado, al paraíso, o a un lugar donde reina la paz y el sosiego, y la verdad es que no se equivoca. La carta variada y como no soy un experto, no puedo valorar la relación calidad precio con equidad, es cuestión de probar o mejor comprobar. Debido a la limitación del aforo, es recomendable efectuar la reserva previa.
La torre de la Mezquita
Las habitaciones se titulan con nombres iraníes. Pantea: La más bella mujer nacida en Asia; Nahal: Es un nombre de mujer o árbol joven; Leyla: La mujer por la que se consumía Majnum; Mitra: la divinidad, uno de los ritos romanos, sol, amigo o amor sin condiciones; Nima: Cariñosamente en Irán alguien pequeño; Ruzbahan: nombre de varón persa, tiene una escalera para subir a su terraza. Didar: Significa encuentro; Artemisa: la almirante persa, o la diosa griega cazadora; Maryan: la María Latina, Miriam hebrea, o el nardo índico iraní; y Anahita la divinidad de las aguas o la fertilidad, copia, o al revés, de la Artemisa, Afrodita o Atene del panteón griego.
"El hotel se ubica en una casa del casco antiguo de Córdoba, con sus estancias distribuidas en dos alturas y un torreón alrededor de tres patios. La casa se vuelca al interior, fiel a la herencia de las viviendas medievales españolas, guardadas de la vía pública por muros y celosías para abrirse a la intimidad familiar de patios y galerías.
Sobre un solar largamente centenario, el hotel ocupa un edificio del siglo XVII sucesivamente intervenido, arrojando un estilo ecléctico coherente con la historia de la ciudad, donde se aúnan la tradición clásica, la islámica y la castellana, además de influencias flamencas y europeas, como ejemplo lo que a menudo se denomina “casa andaluza”.
Se trata de un conjunto arquitectónico que integra una fachada principal de portada clásica y composición tradicional cordobesa con elementos típicos como el empedrado artesano de pequeños cantos rodados en dibujos geométricos y vegetales, a base de piedras blancas y negras, conocido popularmente como “chino cordobés”. Con él se pavimentan los patios, caracterizados por sus bellas proporciones, su luz y su recogimiento hogareño. No faltan las fuentes, decoradas con lápidas y columnas romanas e hispanomusulmanas y otras piedras talladas de interés arqueológico.
La terraza cubierta de Azorín
La construcción en niveles dota al edificio de un número singular de terrazas; unas, de reducidas dimensiones, contribuyen a crear ambientes íntimos y reservados, mientras que otras disfrutan de mayor amplitud. Entre estas destaca la más elevada, que constituye un auténtico “Balcón de Córdoba”, con la Mezquita-Catedral en primer plano y casi al alcance de la mano."
Mí espadaña, la de mi primer amanecer
Estas cosas de la percepción, de la belleza, que a su vez son mercantilistas, porque están supeditadas al bolsillo, pueden a su vez estar al alcance de todos, porque la visita a la cafetería, o disfrutar de la terraza está al alcance de un café en zona turística, lo digo para los cordobeses que quieran sentir esa sensación de estar sentados en una terraza de mi antiguo y querido barrio, con unas vistas maravillosas. Mi percepción es que es un lugar de ensueño.
Catastral de la casa
Web del hotel para reservas
Una aclaración, la cortesía no casa con la propiedad del hotel, a la misma se le agradeció las atenciones recibidas y facilidades, por el personal del hotel, para hacer el reportaje, se le comunicó la publicación del mismo, y su respuesta a los correos ha sido nula, inexistente, cero.
Fotos y vídeo del autor
Bibliografía de la Web del hotel
Bibliografía de la Web del hotel
Paco, esa casa era mucho más grande. La del hotel, se podría decir que era la parte noble y la que tiene entrada por la plaza de la Calleja de las flores era la parte no noble, donde metían a las bestias.
ResponderEliminarSu ultimo propietario, antes de que fuera Hotel, era de una familia Pakistaní y yo he tenido la suerte de visitarla muchas veces cuando estaba en venta.
Una pregunta: ¿Han conservado la puertas que tenían cuero repujado y el portalón que parecía de iglesia? Preciosos.
El patio que más me gustaba a mí es el que da a la puerta falsa de la plaza de las flores, tenía un cervatillo de donde salía el agua (Me imagino que imitación a los de Madinat Al Zahra)
Esa casa durante muchos años fue mi sueño para montar lo que han hecho, un hotel con encanto. ¡Aysss que malo es ser pobre!
Jerusalén, muchas gracias y has sido afortunada, sobre todo si has nacido allí como yo. El patio de la plazuela de la Calleja de la Flores sigue siendo de la casa, por lo menos en el plano catastral así está recogido. Puede que el comprador actual le gustara, o fuera compatriota del anterior por los nombres de las habitaciones, aunque los nombres son iraníes. En los pasillos hay unas puertas que se ven en las fotografías que son preciosas, no sé si son las que dices. En la entrada de la Calleja tenía mi primo Cándido una tienda, la tuvo muchos años. Luego en la plazuela estaba la casa de vecinos, que lo que más había eran los niños y niñas de la familia Ventura, si eres de por allí te acordarás. Yo también soy he sido y seré pobre seguramente (salvo que la diosa fortuna te deparé alguna primitiva), aunque somos ricos más que muchos, sobre todo yo por necesitar menos. Un abrazo y muchas gracias.
ResponderEliminarJerusalen, te he incorporado un plano del catastro para que veas que el patio de la plazuela está. Saludos
ResponderEliminarNo Paco, no tuve la suerte de nacer allí, yo nací en la calle barrionuevo. Pero hace unos años trabajé en una inmobiliaria y me dediqué a la judería.
ResponderEliminarHe tenido la enorme suerte de ver muchas casas como ésta de la que estás hablando. Sikandera (Que así se llamaba la propietaria me la dio para venderla)Si te digo la verdad me costó mucho trabajo ya que no querían trabajar con inmobiliarias
No tengo ni idea si la vendió o son sus hijos los que han montado el Hotel.
También he visto la casa de la calle Cabeza cuando estaba a la venta y antes de que lo compraran los madrileños, bajé al aljibe que hay y que ahora lo tiene cerrado con un cristal ¡Ni te imaginas lo que disfruté!. Otra casa que vi enterita es el palacete de la plaza Seneca... Preciosa. Quiero recordar que tiene tres patios, el principal muy bonito, otro en el lateral de la casa por donde entraban los carruajes tiene un pilón que no es otra cosa que un sarcófago romano y otro patio, en la parte de servicio cuadradito con un naranjo que es divino...
Bueno, no te aburro más que me lio a contar y me vuelvo loca. voy a ver el plano y ahora te digo
Paco, si te fijas en el plano donde pone 19, esa es la parte de la que te estoy hablando... Esta casa se partió, me contaron que fue por herencia. La parte del 19 no da a la calle Encarnación y hasta hace relativamente poco era de vecinos. También estaba a la venta (No tengo ni idea de si sigue) y también la he visto yo. Entras a un patio con un pilón para las bestias, tiene al menos (Que recuerde tres patios) Y se ve que en su tiempo era la parte no noble de la casa.
ResponderEliminarSi es una suerte Jerusalen, lástima que no hicieras fotografías en esas visitas comerciales. Muy interesante lo que comentas de la familia, yo no lo sé. La de la calle Cabezas la he visto porque el propietario nos la enseñó un día, es una maravilla cuando pueda poner en valor las habitaciones superiores, son una maravilla. El palacete que dices de la plaza de Séneca me imagino es el que está en el jardín de muros de piedra. 1132m2 construidos en una parcela de 700 m2 tres patios y la entrada por Antonio del Castillo, la modificación catastral de 1945. Y posiblemente sea una segregación lo que dices de la subparcela 19. Y tiene siete patios, lindando con el convento de la Encarnación que es enorme. Muchas gracias por la info. Un abrazo
ResponderEliminar