Cortijo de la Alcaldía
Esta mañana he estado en el cortijo de la Alcaidía. Aparte de visitar el cortijo y dos o tres casillas, el principal interés de la visita era subir a la Casa Glorieta ¿Alfaro? (según el catastral de 1950, aunque me parece que no es esa la denominación, pues puede referirse a tres nombres distintos y no al compuesto referido a la casa) cuyos eucaliptus se ven desde Córdoba. He de reconocer que la subida es intensa, el camino cómodo, pero el desnivel importante en algunos sitios. Luego, al llegar al cortijo habían tomado la senda de la casilla los toros, y yo no me había llevado el capote, por lo que mi gozo en un pozo.
Sobre la marcha decidí visitar el cortijo, hasta donde me permitieron los astados, que también lo habían tomado (era su casa) por su cara este, donde está la puerta principal. Y yo no quería molestar. El cortijo o casa de la Alcaidía está situado en una loma, en la cota de los cuatrocientos metros, que los planos denominan como la Loma del Cerrajero. He utilizado el camino desde Román Pérez Bajo, donde se entrecruza con el de Navalagrulla, la vereda que continua hasta Alcolea, y el arroyo de La Cuesta de la Lancha o de la Alcaidía en otros planos.
En el catastro actual figura con el número 14900A07400054, o lo que es lo mismo Polígono 74, Parcela 54, y tiene una superficie de 576.390 m2. Parece estar abandonado y algún tejado está derruido. Tiene un patio central, con dos naves a cada lado, de una planta con tejado a cuatro aguas.
Casa "Villa Chivita", según fotografía de Canario, desde el norte
Divisoria propiedad Román Pérez Bajo y Alcaidía
Cerrándolo por detrás con otra nave parece más moderna que es la que tiene el tejado derruido. Todo el conjunto está rodeado por una cerca, que configura por la parte delantera una especie de jardín. En él cortijo tenía siete palmeras, de las que ha dado cuenta el picudo rojo, y sólo quedan las washingtonianas a las que no les mete mano, aún.
Habría que ver el porqué, a lo mejor ahí está el truco del antídoto contra este individuo. Salvo que sea como las bellotas para los cerdos, se comen antes las de encina que las de alcornoque porque le gustan más, y además están más dulces. Luego tiene otra serie de cercados derruidos de lo que parece fue tierra de labor. Inmediatamente detrás, al norte, hay otra nave a dos aguas, parece de construcción reciente.
Los toros de la Alcaidía
Desde ahí continua el camino hacia el Cerro Muriano, pasando antes por la Armenta. Cuando llegamos a la loma, a la izquierda, nos encontramos una cerca de piedra, que es el recinto de la huerta. En su lado norte está la puerta de acceso, una fuente, y un gran depósito de agua. Sus medidas aproximadas son tres por cinco metros por cuatro o cinco de profundidad. Unos 75 m3. Delante la noria de carne. Todo el ingenio está desmontado. La noria está sobre una plataforma redonda en altura El pozo tiene agua.
En la puerta al patio interior de la casa, tiene un rótulo que pone "Antonio" y borrado por la cal o el tiempo, debajo "La Alcaidía". HAy que tener en cuenta que en algunos planos antiguos figura como "Alcaidía de los Antonios". Todo está tomado por los toros, como he mencionado anteriormente, bueno hoy y en este momento de la mañana lo estaba, ellos se mueven a sus anchas por todo el recinto y el terreno adyacente, que la primavera tiene a tope de pasto. Ya dije que era su casa. Estos no tienen nada que ver con los de abajo, de Román Pérez, estos están algo más recortados de defensas. Por el camino, a la subida en su lado izquierdo hay unos carteles que dicen Zona de Reserva. No sé.
Todo el camino de subida discurre paralelo al citado arroyo, Cuesta de la Lancha, salvo cuando se llega a un prado donde hay una cabreriza, entonces se separa del camino para volver a retomarlo unos metros más arriba, donde comienza la propiedad de la Alcaidía que señala una cancela. El paso de los de infantería se hace por el lateral que es por donde desagua un arroyón que se ha formado en el camino.
Del arroyo dice Francisco Carrasco: "Nace en la falda de la Alcaidía, en plena Loma del cerrajero y baja entre zarzaparrillas y majoletos que, en marzo y abril, inundan con su alado perfume estas sierras. Se remansa en la Cañada de la Víbora, junto al Cerillo de las pulgas en la propiedad de Román Pérez Bajo, en el cruce de caminos de Navalagrulla, con el que va al Puente de los Piconeros..."
Lo que no dice es que, en la mayoría de los planos consultados, su nacimiento lo sitúan a unos quinientos metros al sureste del cortijo, en la cota de los 370 m. en una fuente, en unos planos lo ponen al oeste del camino y en otros al este. Ahora está seco, salvo en algunos tramos que seguro cogerá agua de algunos veneros y corre algo. La primavera le da a todo un aspecto maravilloso. Cerca del nacimiento, lugar de una enorme espesura vegetal, salieron tranquilamente y se pasearon por el camino siete perdices, de las que solo pude fotografiar la última.
En los vuelos de 1956 se observa actividad en el cortijo, y en el de 1977 más aún. Hacía el sur, más abajo del cercado que se supone era el huerto, de regadío, tal y como se ve en alguna fotografía aérea, hay un conjunto de dos casas, también abandonadas, una con cerca delantera, de tejado derruido y dos habitaciones, y la otra al sur de esta. El catastral de 1950 la llama zahurda. Cerca de estas construcciones pasa la línea de alta tensión de 132 KV, que desde la subestación de la Lancha, pasa por Cerro Muriano primero, continuando dirección Espiel.
Es un camino o vereda, el de la Alcaidía, de mucho tráfico, y es muy utilizado por el personal de dos ruedas, los ciclistas. A todos les he tenido que sacar con fórceps el saludo, por lo que el porcentaje ha sido hoy del cien por cien. La mayor parte continúan hasta Román Pérez para seguir hasta la antigua casa de los locos. Hay que tener en cuenta que ese trazado es casi llano, mientras que la subida a la Alcaidía anda por un cinco por ciento de media que, en algunos tramos, puede llegar al diez. De lo que no hay duda es que es un lugar hermoso. Habrá que dejar para otro día la subida a la Casa de los eucaliptus, y seguir indagando lo que figura en el plano de 1950, que estimo pueden ser tres nombres. Casa, por un lado, Glorieta por otro, y un tercero dificil de leer. Así se justifican los errores en los topónimos.
Detalle del catastral referido al nombre de la casa Casa por un lado;
glorieta por otro; y un tercero que parece indescifrable (se aceptan opiniones)
Nombre de la casilla (Foto Paco Rojas, Canario)
glorieta por otro; y un tercero que parece indescifrable (se aceptan opiniones)
Nombre de la casilla (Foto Paco Rojas, Canario)
Fotografíasy vídeo del autor, aéreas de Bing.