Hacía tiempo que Emilio -un andurreador de excepción-, nos había comentado su visita al cortijo de las Conejeras, no sé si la realizó con su grupo senderista o en sus esparragueros desplazamientos, de los que doy fe culinaria. De su visita, nos enseñó unas fotografías muy interesantes del cortijo y del aljibe. El día de la visita a las supuestas cuevas (eran abrigos), de la vertiente de arroyo de la Ventilla, cuando terminamos ésta, Abén, Emilio y yo, nos dirigimos, primero a la alcubilla y después a la cortijada.
Luego, particularmente, he efectuado varias visitas a lo que queda del cortijo de las Conejeras o Conejera -no puedo precisar si es plural o singular su nombre, y si se le anteponía el de Lagar-, para tranquilamente fotografiarlo, y ver si había dejado algo atrás, que siempre queda mucho. Al hacer estas visitas espaciadas en tiempos y meses distintos, la fisonomía ha sido bastante cambiante.
He podido ver, como en las primeras estaba preciosamente inundado de malvas, exterior y patios, de una considerable altura, y luego después, florido un almendro, desaparecidas las malvas, y lleno de corderos, incluso una recién parida, y otro pequeño muerto. La vida y la muerte, que siempre van de la mano. Lo cierto es que con la limpieza se han podido ver cuestiones que antes estaban tapadas con la maleza.
La investigación, siempre somera, pues no entro en profundidades notariales o de legados y herencias, que es donde se pueden encontrar más datos, me lleva a planos y reseñas del siglo XIX. Las Ordenanzas Municipales de Córdoba de 1884, es un documento que nos señala el lugar en los caminos, abrevaderos y fuentes de nuestro entorno.
El Camino vecinal y vereda pecuaria 32, o del Pretorio, que lleva del Pretorio a Guadañuno, cita: "de los Antas y de la Aduana a la Cuesta de la Traición, hasta la Puerta del Lagar de la Cruz, en donde se separa a la derecha para proseguir por tierras de la Conejera, Matriz Alta, EL Naranjo, los Arenales y las Peñas del Fraile a los puentes de Guadanuño".
Luego el camino vecinal y vereda pecuaria 38, que dice: "continúa por tierra de las huertas del Hierro y de la de Morales, de los lagares de San Cristóbal y de la Conejera, atravesando este último y dirigiéndose después por tierras de la dehesa de los Villares al abrevadero público de la fuente del Villar,".
O la Vereda pecuaria 64, que dice: "de aquí puntal arriba á la cañada de la Monja y cuesta del Cambrón entre las dehesas de los Villares y de la Conejera, pasando por el abrevadero denominado la fuente de la Encantada, y prosiguiendo por ultimo al raso de la Malanoche en los Arenales, donde se incorpora al camino de Villaviciosa".
En las operaciones de la incivil y sangrienta guerra, provocada por el golpe de estado fascista de 1936, En la web Guerra Civil en Córdoba, leemos: "Una segunda columna, la de la izquierda, al mando del comandante Sagrado subió a las Ermitas y de allí al Lagar de la Cruz, lugar situado en tierra de nadie donde los milicianos solían esperar de noche a los evadidos de Córdoba. Después de dejar una pequeña guarnición de requetés en esta zona progresó lentamente por la Conejera y Camino Viejo de Obejo (la actual carretera de los Villares) para amenazar el flanco derecho republicano."
Como puede verse era un lugar conocido e importante, por las reseñas del siglo XIX. Importante, como siempre, el vuelo de 1956, los datos fotográficos más antiguos que tenemos para observar el pasado cercano, o el ministerial de 1977, de bastante calidad. En ambos aún conserva la cortijada los tejados, lo que hace suponer su utilización aún en esas fechas. Llama la atención un círculo al oeste del cortijo, que aún está, y que pudiera ser una era, y a lo mejor merecería comprobar su uso. En las cercanías de este lugar está la captación de agua de la urbanización La Matriz, cortijo vecino.
Múltiples caminos nos llevan al cortijo, el principal, sube a través de una suave rampa, antes empedrada, con muretes de piedra en sus laterales, a la loma donde está situado el hermoso cortijo de la Conejera, en medio de un antiguo olivar. Antes, un almendro y un centenario eucalipto nos dan la bienvenida y después la torre cubierta, con una grieta enorme que denota su final cercano. Un primer patio con dependencias a la izquierda, a la derecha el acceso al segundo o noble, donde está el pozo, la entrada al sótano, en la habitación del fondo, y el salón con chimenea encima del mismo. Parece que el patio principal tiene la entrada por un arco.
Un horno en el patio, y las señales de alcorques de árboles que ya no están. Una higuera enquistada en un muro, agarrada a él y con sus ramificaciones seguro, en las entrañas de sus piedras, con las que está hermanada. Unas cocinas en la fachada del mediodía, de azulejos modernos. Una habitación con amplio arco. Otro pasillo que sube por medio de unos escalones, a la que he considerado salón noble, de la chimenea, con dos arcos enmedio, en el centro del tejado a dos aguas que lo cubre. Y debajo el sótano, cámara o despensa, con ventana a la fachada noreste, y otra al patio principal, que sustentan dos columnas, configurando tres arcos, al que se baja por una derruida escalera de pocos peldaños.
Muchas incógnitas; tipo de explotación, personas que lo habitaban, de donde sacaban el agua, necesaria y fundamental para vivir. En el patio hay un brocal protegido de un pozo, al que si le hablas, te devuelve un eco de catedral, sospechando un gran depósito debajo, bien aljibe de agua de lluvia o pozo artesano. Un hermoso olivar de centenarios olivos rodea el cortijo, y una derruida cerca de piedra señala un cercado. La trasera que da al noroeste tiene algunas ventanas, una planta alta y un entresuelo. En un rincón del patio un depósito de agua roto. Muchas preguntas sin respuesta y mucha historia entre sus muros.
Una enorme hacienda con los naturales problemas de la multiplicación de herederos. En el mapa catastral, sumando las tres parcelas arroja una extensión de 1.469.691 m2. El Polig. 84, Parc. 11, 658.683 m2. El Polig. 84 Parc. 52, 650.122 m2, y el Polig. 85, Parc. 1, 169.122 m2. Limita con la Matriz, el Lagar de la Cruz, Villares Altos, San Cristóbal y el Rosal. Casi un millón de metros cuadrados de extensión, que se dice muy pronto. Todo posiblemente del siglo XIX, reformado en principios del XX, aunque las reminiscencias, caso de escarbar, pudieran ser mucho más antiguas.
En la última visita, como he dicho, estaba limpio de malvas, y el suelo enfangado de los animales, distinto. En la habitación de abajo de la torre una borrega recién parida con sus dos crías, blancas las tres. Encima del horno otro pequeñín, negro, muerto y en otro muro un conejo también esperando subir al cielo de los conejos, a la conejera celeste, desde la conejera terrestre. La pena es que en pocos años todo esto serán restos de muros, si queda alguno, rescoldo de un pasado, que posiblemente fue triste para los trabajadores, como siempre, pero de aprovechamiento del medio natural, que ahora, en el presente, es una verdadera pena.
Vuelo ministerial de 1977
Recordar que si se visita, ahora esta ocupado por los ganaderos trashumantes, pedir permiso y sobre todo la precaución necesaria para moverse por el. Si no están los animales hay que tener en cuenta que es un caseron en ruinas y el peligro está al orden del día. Y que es una propiedad, y aunque afortunadamente no está cercada para impedir el paso, cosa de agradecer, es una propiedad privada. Toda precaución es poca
Fotografías y vídeo de autor, aéreas de Google y Bing
Bibliografía de las Ordenanzas Municipales de Córdoba de 1884 y la web sobre la guerra incivil La guerra civil en Córdoba.
Paco es cierto, de "verlo criar Malvas" a estar asi tiene aire completamente distinto,quizas mas melancolico si cabe,aún asi no puede tener mejores huespedes en estos ultimos dias de su existencia,al menos todavia conserva un cometido digno esencia de lo que fue es una lastima que poco a poco nos vamos quedando sin nuestro patrimonio rural;por cierto lo de andurreador excepcional yo lo dejaria en uno de los ultimos de la fila que aqui como has podido comprobar el listón esta muy alto.un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias Emilio.
ResponderEliminarEn primer lugar de último nada, y no es plan de enumerar tus recorridos. Es cierto ahora por lo menos cumple, y los muros se acordaran cuando estaba lleno. Ayer fui a ver la era que la vi en un plano y no la visitamos, y estaban todos los corderos como los del chiste esperando el camionero, a la entrada un mastín de categoría, era tan grande como un león, y uno de lanas echado al lado. El mastín experimentado, me miro y ni siquiera ladró, le hice una carantoña nada de provocadora, me siguió con la mirada pero ni siquiera se levantó. Las otras todas asomadas a la puerta principal. cuando pasé unos metros dirección a la era, el de lanas se despertó y parecía que me iba a comer, el mastín lo miraba y como si nada, y el otro haciendo méritos. He de decir que me mosqueó como se puso. Llegué a la era la fotografié y le di la vuelta para no pasar otra vez delante de los perros, bueno del perro.
Un abrazo
Al ver las imagenes en los videos, me han trasladado con alegria, por los grandes recuerdos de mis excursiones y caminatas, que casi cada domingo haciamos, junto a mis buenos amigos de adolescencia Jose Maria Castany (q.e.d.)y Carlos Villalón, con las fiambreras en la mochila,con tortilla de patatas y lomo rebozado mas unas naranjas, que la noche antes me preparaba mi buena madre. Por aquel tiempo teniamos de 13 a 15 años, estudiabamos los tres bachillerato y compartiamos muchas aficiones conunes. Creo recordan, que la finca de La Conejera, habia sido propiedad de la familia Castany, si no me equivocaron.
ResponderEliminarSiempre cuando despues de subir hasta el Lagar de la Cruz, por la cuesta de la Traición, llena de rocas,jaras, arbustos, madroños y algarrobos, bebiamos agua de una a temporadas fuente de la Raja y fortaleciamos piernas y espirito. Se llegaba al camino de La Conejera, ya en el cortijo, entrabamos a su capilla, para relajar musculos y descansar un rato. Proseguiamos nuestras andarrurias, por la fresneda, hasta los riscos, que como balcon, abajo se divisaban Los Morales y algo mas lejano nuestra querida Córdoba. Algunas veces bajabamos por esos barrancos y trochas hasta llegar a Santo Domingo y luego hasta casa, ya anocheciendo.
Que tiempos tan sanos y felices.
Hasta otra, saludos para mis amigos y paisanos.
Pues queda Desconocida, constancia de su feliz crónica de un tiempo pasado que lo recuerda con mucha pasión. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias Paco Muñoz.
EliminarTe sigo con interes, un afectuoso saludo.
Rafael Vázquez de la Torre Zamorano.
Rafael muchas gracias por identificarte y tu seguimiento. Un abrazo.
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