La tímida luz de la mañana amarillea las rocas de granito
En el catastro de 1950, a este sendero lo llaman Camino del Proveedor, que discurre desde la carretera de Villaviciosa hasta el Camino de los Picapedreros una vez pasada la zahúrda, lo que ahora es un cortijo derruido, y los barracones de los trabajadores de la piedra. Nosotros le llamamos como su arroyo compañero, Sendero del Arroyo de los Arenales.
Tendrá aproximadamente 1,2 Km. hasta la zahúrda, pero 450 metros antes de llegar a ella, en la cota 520 m.s.n.m. está la valla cinegética, que es a su vez el límite de los terrenos de Los Arenales (Polig. 84 Parc. 8) y de los Villares Altos (Polig. 84, Parc. 4). El límite citado continúa hasta el vértice de Pedro López. Desde esta cima hasta la carretera de Villaviciosa, es un terreno que pertenece, posiblemente a la urbanización del Raso o Las Jaras, y mucho me temo que urbanizable.
Este camino es muy diferente al de los Picapedreros, ambos discurren por el barranco correspondiente, de los arroyos de igual nombre. Éste de los Arenales lo considero con más vegetación y vida animal, y el otro con más rocas, a pesar de que ambos están en uno de los parajes más bellos de la sierra cordobesa, en los que la sinfonía del granito rosa y los pinos, es la pieza magistral que toca la orquesta de la naturaleza.
En el vuelo de 1956 figura muy definido, y como no en el ministerial de 1977. Era el camino más corto desde los barracones de los picapedreros a la carretera, o a la Alcubilla de los Arenales, que como decía en esa entrada utilizaba el suegro de Emilio. Comentaba a un compañero ciclista, sobre el tema de las prohibiciones, que es muy complejo el tema de las propiedades.
Si el camino es público, y así está reconocido, debe estar abierto, es la ley, pero si no tiene ese reconocimiento, la cosa se complica. Si alguien compra o alquila una finca, y la quiere dedicar a la caza, actividad que no es ilegal -otra cosa es que nos guste o no a muchos-, la cercará para proteger sus ganancias, que están en los animales que posee y el poder realquilarla a los socios del coto.
A Conchi y a mí, que en cierta ocasión íbamos por el camino paralelo a Arroyo del Moral, nos acusó un Sr. de que le asustábamos los marranos. Tienen ese terreno acotado para monterías, y consideraba -a lo mejor es cierto-, que el paso de dos senderistas silenciosos por un camino, iba a conseguir que las piezas se escondieran y estuvieran más difíciles a la hora de montearlas. Pues bueno, ese fue el criterio.
Otra vez bajábamos, por el de los Picapedreros, y nos topamos con un cuerpo de ejército armado hasta los dientes, nos pegaron voces y nos preguntaron, qué hacíamos de paseo por allí. Les contestamos que no había ningún cartel que lo impidiera, y que no era la primera vez que pasábamos por allí sin problema. Se les había pasado ponerlo en nuestra ruta y así lo comprendieron. Muchos estaban entre los matorrales, y me imagino que los estaban distribuyendo.
Novatos con pertrechos semi militares, aún con las etiquetas puestas, me causó un miedo enorme. No cumplían, algunos, ni con la elemental norma de apuntar al aire, aun con la escopeta descargada, y las blandían en horizontal los más neófitos. Terrorífico el lugar dónde de golpe nos encontramos ¿Qué hacemos? -le preguntamos. -¡Pues sigan Picapedreros abajo lo más rápido que puedan! -nos dijo el que parecía organizador de ese sector. Así lo hicimos, y ha sido la vez que hemos bajado más rápido el sendero de los Picapedreros hasta la carretera de Villaviciosa.
Al ser coto de caza, puede que un Sr. -en época de levantamiento de veda- vaya a su coto, y pensar que por el camino viene un animal en lugar de un senderista. Y no sería la primera vez que, en el ansía de ganar un trofeo disparase. No se puede generalizar desde luego. Si bien sería una imprudencia del cazador, es mayor la del que se mete en ese terreno a sabiendas, y además éste perdería más. Por lo tanto prudencia.
Aún sin pasar la valla cinegética, también te puede llegar en tiempo de cacería una bala perdida. Esto de las balas pérdidas me llamaba la atención desde que me lo contaba mi padre, el sufrió una herida de guerra (en la incivil), y nos contaba que fue una bala perdida. Vamos que no fue dirigida contra él. Luego, por una mili de casi dos años, y mi trabajo posterior durante cuarenta, he tenido, por un lado, la suerte de tener un trabajo, y por otro la desgracia de estar, de alguna forma, mezclado con armas activas, y casi siempre alrededor de ellas ocurrían accidentes, algunos mortales.
En el cuartel decía el dicho, que se disparaban hasta las cañas de las escobas, por lo que no se debía apuntar a nadie ni con ellas. Y es verdad, la mayoría de los accidentes de armas y cinegéticos, siempre ocurren por no observar las más elementales normas de seguridad. Olvidándonos de las armas, decir que se puede disfrutar de un paseo por uno de los lugares más hermosos de nuestra sierra. Yo que conozco la ciudad encantada de Cuenca -a lo mejor se me ve el plumero exagerando-, comparo muchos lugares de esta parte de la serranía con ella, y me quedo aquí, sin desmerecer aquel paraje, que además es privado, y te cobran.
Es verdad que la comparación más equilibrada se podría hacer con el Torcal, de Antequera, pero es que en éste no hay pinares, aunque en materia de caprichosas formas kársticas, y en extensión no le gana. No lo puede uno remediar, en el afán por publicitar lo que tenemos y que no se valora lo suficiente, algunos nos pasamos, por lo que pido disculpas por mis comentarios chovinistas. Camino del Proveedor, del Arroyo de Los Arenales, o como se llame, da igual, merece la pena disfrutarlo en cualquier época del año.
Fotografías del autor Catastro y Google
Bibliografía de la memoria
Por este camino discurre la Vereda de la Pasada del Pino. Hace muchos años, antes de que yo llegara, se llegó a un acuerdo provisional con los propietarios para que se dejara cerrada este camino, y abierto el de los Picapedreros, que sin embargo no lo tenemos confirmado como público, mientras que se aprobaba el deslinde. Lo malo es que el deslinde, no llega nunca
ResponderEliminarInteresante aclaración Manolo. En el de los Picapedreros creo haber leído el otro día que es la vereda de la Pasada del Pino. De todas formas son dos los propietarios del terreno de este, la Finca Los Arenales y los Villares Altos, según el Catastro, y el de los Villares Altos, o la subparcela que sea lo ha hecho coto de caza y vallado. Muchas gracias, un abrazo
ResponderEliminarPD: Los mapas catastrales que me facilitaste en su día, son una maravilla de datos
También es muy bonita e interesante la zona entre ambos caminos, y hay alguna senda semiperdida que los conecta, subiendo y bajando esa loma, no te la pierdas porque vale la pena, aunque hay que llevar buen calzado dado que transcurre entre rocas.
ResponderEliminarRespecto a lo de los caminos Paco, como ya apunta Manolo, se llegó a un acuerdo tras plantarnos allí más de 100 personas entre ciclistas, senderistas y caballistas, en los albores de "A Desalambrar", y se forzó al impresentable del dueño por entonces, Luis Portillo, un especulador de la burbuja del ladrillo de los que tantísimo daño han hecho, y que felizmente se hundió como gigante con pies de barro (Portival era una de sus empresas), a llegar a un acuerdo con Medio Ambiente provisionalmente. De todas maneras en resto de camino públicos de la finca siguen cerrados, y eso que ahora es de Ibercaja, que se la expropió o llegó a un acuerdo con él, no estoy seguro. Allí estan el Camino del Moral que has citado, desde el Tiro Olímpico al pantano del Chaparral, El Camino de las Minas de Berlanga que viene desde Cerro Muriano y la zona militar, los dos caminos por los arroyos, Picapedreros y Proveedor, e incluso creo que alguno más, como el que sube desde el "Puente roto" junto a la carretera y que entra en dirección Oeste.
Lo de impresentable del presunto delincuente Portillo, lo digo con conocimiento, porque fuí víctima, junto a Araceli y otros compañeros de un ataque físico por parte de este energúmeno, que (crremos que confundiéndome con Bartolomé Olivares) me agredió con violencia e incluso hizo amago de "darme el paseillo" (llevaba armas largas en el todo terreno), y si no llega a ser por sus guardas que se asustaron tras rodearnos en el Camino del Moral, la cosa hubiera acabado muy mal para mi.
Hubo forense (acabé con esguince en un brazo), denuncias y mucho lio, pero finalmente don dinero es muy poderoso, y tras varias maniobras por su parte, consiguió que un juez archivara el caso sin más tras un año de "marear la perdiz". Desde entonces siguen aquellos caminos cerrados, aunque felizmente impedimos que se le autorizara una barrabasada que hubiera destruido la zona, tal como era una gigantesca embotelladora de agua que pretendía montar para especular con "Aquarel" (Nestlé) justo en la vaguada del Arroyo del Moral frente al tiro olímpico y aprovechando la fuente pública que allí existe (tenía ya la declaración de utilidad pública, pagadas las tasas urbanísticas para medio millón de metros cuadrados, y el beneplácito de algunos políticos, pero fueron los políticos al final los que -inexplicablemente- tras las protestas desautorizaron la explotación, así como otra de balneario junto al Pantanito del Chaparral, que hubieran destrozado el entorno.
Se que años después seguian intentando lo del balneario, y moviendo informes, pero como luego se arruinaron espero que ya no haya vuelta atrás y se haya salvado la zona.
Leche que buen artículo y como amplía el conocimiento de la zona y las personas que especulan por el sector. Hoy he subido por el de los Picapedreros, luego al llegar al cruce de arriba, he tirado por la derecha bordeando el campo de Golf, hasta salir por el Centro de visitantes, quería haber subido por un sendero desde el cortafuegos al lado de la Hacienda del Cordobés, pero la malla me lo impidió, por lo que me obligó a tirar por el sendero. Luego la malla no me impidió salir la levanté de abajo con un palo y por debajo salí. Bajé por el sendero botánico hasta en lazar de nuevo con el GR48 y hasta la entrada de la urbanización, del Cordobés, que es donde tenía el coche.
ResponderEliminarCasi llegando a la carretera a la derecha en el GR48 un jabalí muerto en la senda, llevará días pues ya mismo reventará, y la porquería al arroyo y ese arroyo desagua en el pantano de las Jaras.
No me he atrevido salirme por esas sendas pero me llaman la atención y deben de ser preciosas.
Muchas gracias por la aportación y lamento las lesiones de los desalmados.
EN CUANTO SE TENGA OCASION ESTARIA BIEN ORGANIZAR UNA RUTA REIVINDICATIVA POR ESA ZONA TAN BONITA Y DESCONOCIDA POR MUCHA GENTE.TOMA NOTA MANOLO.
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