La placa homenaje tapizada de gotas de agua
Esta mañana he querido, a pesar de la lluvia, visitar el lugar de la placa homenaje a un compañero senderista que falleció hace un año. Juan Manuel Díaz Muñoz. La placa está en el camino de la Torre de las Siete Esquinas, y se colocó el domingo 1 de febrero. Es un bonito detalle de la Plataforma A Desalambrar con un activo miembro, que lo fue, de la misma.
Juan Manuel Díaz Muñoz (foto A Desalambrar)
Parece, aunque no estoy muy seguro, que la última ruta a la que asistió el compañero a fue a la de camino nº 20; Cortijo del Caño, Fuente del Arco, Torre del Beato, Siete Esquinas, Vallehermoso, Vereda de Trassierra. La única a la que he asistido yo con la plataforma A Desalambrar. Diversas cuestiones me han impedido asistir a otras. Si es esta he coincidido con él en su última ruta y en su homenaje.
La roca elegida
Yo no conocía a este compañero, o a lo mejor sí, pero no lo sé. Sí por el contrario, he tenido la satisfacción de colaborar en la instalación previa de la placa homenaje. Pablo, Abén, Antonio y quien suscribe, el viernes 30 de enero subimos a la Torre de las Siete Esquinas para ello. Buscamos el emplazamiento, que Manolo había pensado y tratamos de taladrar los puntos de fijación de la placa, he dicho tratamos porque fue un trabajo dificultoso, el taladro no tenía percutor, y tampoco fuerza. Pablo y Antonio quedaron al día siguiente para rematar los taladros.
Pablo hace un planteamiento
Hablamos del compañero Juan Manuel, y del asesino silencioso que se lo llevó, a los 58 años, aún a pesar de su fortaleza física. Parece que la ruta de 37 kilómetros, del 15 de este mes de Febrero, de Cardeña a la Virgen de la Cabeza, era una de sus preferidas, y una ruta así no la puede hacer cualquiera. Hablamos durante la preinstalación, de como es el problema y lo rápido que actúa cuando se presenta por derecho. La mayoría de las veces se detecta por casualidad buscando otra cosa, es en teoría asintomático.
Presentación
Un amigo mío estaba en el hospital para tratarse de ello, y en el mismo hospital falleció cuando se le desencadeno la crisis. No hay capacidad de reacción por muy cerca que se esté del centro hospitalario. Sin embargo, a dos personas que conozco, un primo hermano mío y un pariente de mí primo, los operaron en la Ciudad Sanitaria de Córdoba, y sobrevivieron al problema, y el segundo falleció de viejo.
Antonio, Pablo y Abén
Al cantautor Carlos Cano, le pasó lo mismo, pero éste económicamente bien, se fue a América, a Nueva York, pensando que allí eran mejores los cirujanos, pero no, a él desde luego desgraciadamente no le fue mejor que a mi primo y su pariente. Por lo que me comentaron los compañeros, Juan Manuel tenía una gran capacidad física, y sobre todo juventud, pero... la vida es así.
Quien suscribe en el tajo (Foto Abén)
Esta mañana de lluvia fina pero constante, que me obligó a protegerme bien, con un camino semiembarrado, he subido a la Torre de las Siete Esquinas, y en la tranquilidad más absoluta he estado allí un rato. La placa homenaje estaba tapizada de finas perlas transparentes, el agua la había decorado con precisión. El valle estaba cerrado de nubes bajas, que ligeras se desplazaban dirección este.
Un plano general del lugar ya instalada
Cuatro palomas torcaces levantaron el vuelo de los alrededores de la placa. Hoy lunes, 2 de febrero de 2015, es el primer día de la eternidad del hecho concreto del homenaje de Juan Manuel. Luego he visto el vídeo de Talía, un espléndido trabajo, como todo lo que hace, esta mujer. En el vídeo se ve como un saxo ameniza el momento, y sus notas, a pesar de los pesares, suenan tristes. Por el contrario, en el rato que estuve allí los pájaros alegraron el momento con unos trinos más agradables.
Un plano medio
Para la familia, que posa junto a la roca que contiene el recuerdo, tuvo que ser un acto bastante emotivo. Cuando la vida da un mazazo de esta índole, y aún teniendo en cuenta que ha pasado un año, es muy duro. Es muy importante el recuerdo en los amigos que quedan y actos como el de la Plataforma colaboran a ello. Un diez para la A Desalambrar. La vida continúa afortunadamente y, como se dice, que nos espere donde sea, mucho años.
El valle esta mañana
Otra vista del valle
Preciosa y emotiva crónica, Paco. La suerte, la mala suerte, qué factor tan importante es en nuestra vida. No conocía a Juan Manuel, pero, por lo que cuentas, debía ser una excelente persona. Lástima. El corazón tiene eso, que te da el mazazo sin avisar y, muchas veces, cuando mejor parece que te encuentras. Y no respeta edad ni condición física. Un abrazo y procura no mojarte mucho, que tienes que seguir informándonos y deleitándonos con tus entradas.
ResponderEliminarMuchas gracias Rafael, Yo tampoco lo conocía pero he vivido de primera mano tres cuestiones como la que le pasó a Juan Manuel, según me dijeron los compañeros, fue un aneurisma. El clásico "botano" en una arteria, como lo que nos salía en las cámaras de la bicicleta, cuando la pared se debilitaba en un sector, ¿cómo se arreglaba? poniéndole un tubo en el exterior para impedir que se rompiera. Una cosa parecida es la reparación, aunque tiene diversas técnicas según donde estuviera, cosa que no lo sé, la ruptura cuando es aórtico es una crisis casi fatal, si es en un vaso del cerebro, ya te puedes imaginar. Un fuerte abrazo y muchas gracias.
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