Cualquier cosa que se indague, yo digo cuando se escarba la cal que protege la historia de esta ciudad, se encuentra uno debajo estucado interesante o cuando menos historia curiosa. Ayer tocó comentar una maravillosa construcción gótica, como es la Capilla de la Virgen del Rosario, de San Pablo y la tumba de un Guzmán. Pero además allí, en sus paredes está una historia curiosa, similar a las muchas que en ese tiempo, que digo, ese tiempo, a lo largo de la historia, han ocurrido. Estoy pensando ahora mismo en los exvotos ibéricos del santuario de Torreparedones, como más antiguos. El pueblo ibero expresaba su sentir religioso, con esas pequeñas estatuillas de terracota, bronce o piedra, en variadas formas, generalmente en forma de plegaria, exagerando algún órgano, posiblemente el curado ojos, cara, manos u órganos sexuales, estos últimos seguro que no pidiendo aumento de tamaño, como es la moda publicitaria de este tiempo, si no dando gracias por la fertilidad. Siempre pidiendo salud o agradeciendo la misma, y depositados en los lugares sagrados.
Así a lo largo de la historia, y en la nuestra cercana, tenemos, la multitud de objetos contemporáneos que, en el muro de la Ermita de la Fuensanta había, que iban desde piernas metálicas, brazos, pelo, fotografías, un hocico largo lleno de dientes de un pez sierra, o un caimán. Todos estos difieren muy poco de esos iberos del siglo IV a. C. cuya moda se ha transmitido a lo largo de la historia, con una finalidad misma, agarrarse a algo divino, superior, que solucionó o se quiera solucione el problema de salud o de dificultades que acuciaban al ciudadano. Pues existe otra historia, en la mencionada capilla, tallada en piedra que, por lo natural, no tiene nada de inverosímil. Un conquistador, sin expresar nada más que su nombre, Juan García de Álamo, que estaba en la llamada Montaña de Conroques en Indias, para dificultar sin ser esa seguramente su intención, el dar a conocer el lugar de suceso. El evitar la picadura, entonces seguramente mortal de una víbora de cascabel. Por mucho que he intentado con distintos buscadores, no he encontrado el sitio. Ya que al decir que era en Indias, se supone serían las occidentales, es decir prácticamente toda América. y tendríamos que datarla en los siglos XVI o XVII.
Cancela de entrada que estaba en el Monasterio de los Mártires
Por otro lado, ayer mismo comentando esto con un amigo, me puso un poco en guardia al considerar que la especie era más de Norteamérica, de desiertos como el de Colorado. Investigado ese extremo, descubrí que la víbora de cascabel bajaba en su hábitat hasta Argentina. Pero al final nos salimos, en el ánimo de delimitar bien los términos de las cosas, de la sustancia y que es que un señor envía a España, o trae disecada, aquello que le mandó el mal, y que de lo que le protegió la Virgen del Rosario. D. Teodomiro Ramírez de Arellano, también lo recoge en sus Paseos por Córdoba.
"Víbora de cascabel que envió Juan García del Alamo á su padre para que la pusiese en esta capilla de Nuestra Señora del Rosario, estando en la Montaña de Conroques en Indias, que tiene 35 leguas de despoblado : habiendo rezado el rosario que tenia de costumbre, como á las diez de la noche estando acostado entre duerme y vela, sintió ruido entre las matas y oyó al cascabel que trae a la cola, alzó la cabeza vido esta víbora tan cerca de sí que no le dio lugar de tomar la espada, valióse de la daga hincado de rodillas, encomendóse á Nuestra Señora del Rosario, la víbora se arrojo a matarlo, esperóla con el favor de la Vírgen, la clavó con la tierra, volvió la cola y dióle en la pierna derecha un golpe, del que estuvo con dolor muchos días : tiene esta víbora el cascabel que le nace en la cola doce nudos y cada año le nace uno; púsose á nueve de Noviembre de 1603, tiene esta víbora siete cuartas de largo con mas de tercia de ancho. "
Más legal no puede ser el animal, avisando de su presencia, y peligrosidad, como aquellos ciudadanos que iban delante de los primeros vehículos automóviles, con campanillas, para avisar de su peligro. Estos animales sólo muerden por casualidad, o que se les acose, al sentirse en peligro. No iba a ir a morder a Juan García exprofeso. Pero él estuvo preciso, también le ayudaría la Virgen, y con el puñal la clavó al suelo. Luego disecarla y enviarla a su padre para que la expusiera, me imagino que con alguna dádiva previa para el mantenimiento del culto. "Noviembre de 1603 púsose", luego sería la fecha de instalación en la capilla, por lo que tendremos que irnos al siglo XV con la fecha del suceso.
El día de la búsqueda, del tema de la serpiente, que coincidió con la de la tumba de Enrique de Guzmán, a todas luces absurda, porque está en la puerta como la del cautivo en la Mezquita. Estuve haciendo la ronza dentro de la capilla para ver si salía una mujer y podía mover la banca para fotografiar la tumba, pero la señora salió, cerró la puerta y apagó las luces. Claro eso me hizo levantarme y tener que dar golpes en el cristal para que me abriera. Luego liberado de la prisión, hablé con el Sr. que estaba cerrando todo el templo y comentamos lo de la serpiente, que a él le pareció asunto jocoso.
Si nos parece curiosa la presencia del Caimán de la Fuensanta, el hocico dentado del pez sierra, o el colmillo, no debe parecernos distinta la serpiente disecada de Juan García del Álamo, en la capilla de la Virgen del Rosario del Convento de San Pablo.
Si nos parece curiosa la presencia del Caimán de la Fuensanta, el hocico dentado del pez sierra, o el colmillo, no debe parecernos distinta la serpiente disecada de Juan García del Álamo, en la capilla de la Virgen del Rosario del Convento de San Pablo.
Fotos del autor Google y AMC
Bibliografía de los textos y lápida de San Pablo.
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