Curso del Pedroche al aire y del Rabanales a la derecha
El arroyo de Pedroche, además de estar en mi memoria de peroles familiares, de aglomeración de romerías, de visitar con mi padre las vagonetas, antes haber visto la fábrica que brillaban sus suelos por la mica derramada, del miedo de circular en la bicicleta de mi padre, en el silloncito de la barra por el filo del canal, que me aterraba -quizás por eso me hice de secano-, ahora lo tengo desde hace cuarenta años nada más cruzar una calle.
Desemboaadura del Pedroche en el Rabanales y antigua del Pedroche
Lo último -treinta años o más, hablamos del ayer como si de verdad lo fuera, y los tiempos se van haciendo semigeológicos-, manifestaciones porque llevaba las fecales del nuevo barrio de Fátima y cuando se movía era insoportable. Pero claro, ahora ya no desemboca como antes en los aledaños del Molino de Martos, o como cuando se le intentó domar embovedándolo por encima de Lope García, en su hermano mayor, pero ahora lo hace en el de Rabanales y eso es, a mi modo de ver, una humillación para él.
Salida del pedroche de debajo de la glorieta de la N-IVa
Al cruzar las vías del ferrocarril del AVE y convencional, sigue cursando a cielo abierto. Antes partía de ahí el embovedado. Ahora sigue siendo frontera, el límite de la ciudad urbana por Levante, aunque las parcelaciones más a noreste estén al otro lado de la N-432, que antes no pasaba por ahí. El inacabado y etéreo "Parque de Levante" lo riega el Arroyo milenario de Pedroche, bueno el parque, es un decir, unos montones de tierra, algún asentamiento nómada, unos neumáticos, a modo de circuito clandestino de karts y ya está. Era el "cierre en verde" de IU de principio de los ochenta.
Vía lateral margen izquierdo del tramo entre la glorieta de la N-IVa y la Autovia
El arroyo en lugar de cruzar la Avenida de Carlos III, hace un quiebro para dirigirse, ahora embovedado a cruzar, la Glorieta de la N-IVa, a la que cruza la N-432 por arriba, para salir en los feudos de Tejavana, nuevamente a cielo abierto. Por su margen izquierdo es linde el vivero municipal de Tejavana, y por el derecho el acceso 398, de la N-IV a Córdoba, Alcolea y Badajoz. Nuevamente un embovedado para cruzar la Autovía N-IV, y tributar en el Arroyo Rabanales, unos metros antes de que éste, que mantiene su curso de siempre, lo haga en el gran río de Andalucía, y unos más arriba de lo que lo hacía en el antiguo embovedado, segunda modificación de su desembocadura, tubos que corrían por el curso antiguo cercano a Cañero.
Sobre el morir físico del Rabanales dice Fco. Carrasco:
"El Rabanales recibe por su derecha a otro arroyo menor, el del Mortero, de muy corto curso ya que nace y muere en esta heredad. Cruza por un soto muy rico en higueras y membrilleras y es sesteadero para el ganado vacuno. Tierras abajo, entre cañaveral espeso, donde crían patos silvestres, entre en la cerca de Lagartijo donde se le une el de los Pradillos, cruza la tierra de esta propiedad para salir bajo la carretera Nacional IV, llegando al soto de Quemadillas donde recibe al Ahoganiños y entre parcelas y vaquerías va a la alameda del Tiritar buscando al Guadalquivir por Tejavana."
Sigue la vía de servicio por el margen izquierdo
Cuando cruzaba la Nacional IV se le hicieron dos puentes, el primitivo que aún está ahí, y el moderno ampliado para la nueva vía. Cerca del primero, el más antiguo, fue donde se encontró uno de los miliarios que determinaban el recorrido desde Cádiz a Roma, y existía un merendero que llevaba su nombre, que aún está allí pero en la más absoluta ruina. Merendero de Rabanales, y los aficionados al ciclismo también al salir de la ciudad nos encontrábamos la Cuesta de Rabanales, primer obstáculo dirección Alcolea, menos mal que un poco más delante estaba la de la Lancha y hacia abajo.
Tubería del agua para Quemadas
Puntualizo sobre el Rabanales, porque a pesar de ser importante como arroyo creo que lo es menos que el Pedroches. A pesar de que es cruzado por el Puente de los Piconeros, medieval pero con reminiscencias romanas. De todos modos Rabanales, Pedroche, Del Moro y Guadarromán, por su longitud y caudal, son quizás los arroyos del margen derecho del Guadalquivir, a su paso por Córdoba, más importantes. En un corto espacio de tiempo, una miseria para el tiempo geológico, se está moviendo el curso del Pedroche más que el Del Moro.
Otra vez la tubería
Sobre el ser fiel a su cauce del Pedroche dice Fco. Carrasco:
"Está este puente junto al cortijo Molino de los Ciegos, aquí el arroyo se pierde embovedado, pero en tiempos no muy lejanos hacía linde con las huertas de Miraflores, la Palma y San José. Cruzaba la antigua carretera de Madrid y por las de la Sardina, Porras, Hacienda San Eduardo, la Cruz, el Carmen y Paparata iba hacia el Moredal, donde entre cañas se unía con el de Las Piedras o San Cristóbal. Aquí ya se llamaba como la Fuensanta, que por el puentecillo de Santa Matilde buscaba el Guadalquivir por los Peñones de San Julián. Pero todo esto es patrimonio de la memoria."
Entrada del paso por debajo de la Autovía N-IV
Es justo decir que el arroyo de Pedroches es, ya lo he dicho más arriba, el más importante de término municipal. No tiene categoría de río, pero está en la primera división de los arroyos, tanto por el recorrido de su curso, como por su caudal en tiempos de aporte hídrico. Carrasco hace un apunte sobre su pasado, cuando discurría al aire, haciendo frontera con Cañero y la incipiente barriada de la Fuensanta. Hace la glosa de la segunda variación, y ahora estamos hablando de la tercera (la mano del hombre modificó tres el curso de Del Moro, y tres la desembocadura del Pedroche).
Imposible bajar
Un apunte más sobre este arroyo, que no menciona Carrasco; sus puentes. Tiene muchos e importantes: el primero moderno de tubos en los Mártires, que destrozó una riada, construido para salvarlo los camiones que sacaban piedra de la cantera de Orive, junto a Santo Domingo, precisamente para construir esta última vía que cruza. Luego la importante obra ferroviaria del siglo XIX, el de Hierro de la Palomera, fue necesario porque el arroyo a lo largo de milenios, había tallado el valle a salvar. Luego el del sinónimo de los acueductos que lo abrazan en su último tramo, la conducción de aguas a Córdoba desde el Guadalmellato, la que trae dos tuberías por gravedad. Después la correa transportadora que lo empuerca, las vagonetas eran más respetuosas con el medio ambiente, y más vistosas. Luego el Aqua Nova de Emacsa, la tubería de agua desde el Guadalmellato a presión.
Entre ellos, desaparecido, sólo queda la cimentación de ese arco que tendría que salvarlo con los dos ramales del Aqua Nova Domitiana Augusta, para pasar el margen derecho. Después el del tercer gran sifón del canal de riego del Guadalmellato. Luego el majestuoso de Pedroche, desde el que se divisaba el Sombrerillo del Rey aguas abajo -ahora miserablemente tapado, por la carretera-, y el cortijo Majanillo aguas arriba. La venta de La Alegría de Pedroche, cuyos restos están aún por el suelo, completaba el cuadro, el club nocturno que hubo después está en pie. Ahí se entuba para cruzar el acceso a Córdoba Norte de la N-432.
Tubo de paso del Rabanales por debajo de la autovía, unos metros más arriba del de Pedroche
Después el romano, junto al Molino de los Ciegos, reconstruido bastante bien pero que está siendo expoliado en sus pretiles y pavimento de canto rodado. Luego el antiguo del ferrocarril, ahora reforzado por la alta velocidad. El que se construyó cuando se hizo Carlos III, delante de la Oficina de Turismo de la Choza del Cojo, también importante, más que el siguiente sobre la Nacional IV (todavía no se abreviaba con la N y el guión). Más bajo el califal de Burriciegos, delante de Cañero y el Bar Tarugo, ese que había de siempre en el camino del molino Lope García, que lo destruyeron impunemente para construir la vía superior.
Luego el de Los Diablos, creo que enterrado, de leyendas locales de amores de frailes, que daba servicios a los caminos de Carbonell y Arenal. Y el de los Mozos, también para el Arenal y la Barca desaparecido total. Y para terminar en el de Santa Matilde, que se llamaba igual que la esposa del dueño de la fábrica del mismo nombre, de estearina, bujías, jabones, cera y cerillas, posiblemente porque así se llamaba la Huerta, o porque el propietario, Eduardo Álvarez de los Ángeles que también fue alcalde de Córdoba le puso a todo el nombre de su amada esposa.
Cursos antiguos y modernos del Pedroche y del Rabanales
Luego el de Los Diablos, creo que enterrado, de leyendas locales de amores de frailes, que daba servicios a los caminos de Carbonell y Arenal. Y el de los Mozos, también para el Arenal y la Barca desaparecido total. Y para terminar en el de Santa Matilde, que se llamaba igual que la esposa del dueño de la fábrica del mismo nombre, de estearina, bujías, jabones, cera y cerillas, posiblemente porque así se llamaba la Huerta, o porque el propietario, Eduardo Álvarez de los Ángeles que también fue alcalde de Córdoba le puso a todo el nombre de su amada esposa.
Y todo esto para qué. Para demostrar la importancia local del arroyo de Pedroche, para demostrar que su nobleza ha sido probada en múltiples contiendas, y para decir que es una humillación que tribute en un hermano menor aunque también importante, aunque sea solo unos metros antes de ser fiel a su curso. No hubiera costado trabajo dejarlo como antes, en su desembocadura unitaria del segundo cambio de su curso y no vejarlo. Claro siempre hubiera sido mejor seguir saliendo en presencia de la ciudad junto al Molino de Martos.
Fotografías del autor y aereas de Bing.
Bibliografía de Fco. Carrasco y Gracia Boix
Felicidades por el artículo Paco, magnífico y evocador como siempre.
ResponderEliminarVaya por delante que, como tú, considero al arroyo de Pedroches el más importante de Córdoba (aunque no sé si la cuenca del Rabanales es mayor, no estoy seguro). Es más, es “mi” arroyo, y se me cae el alma a los pies cada vez que paso y veo el asqueroso montón de tierra que tapa el Sombrero del Rey, símbolo de una obra abandonada de unos años de derroche. Y siendo aún niño creo que uno de mis primeras tristezas “urbanísticas” fue perderlo cuando lo embovedaron a principios de los 80, ya que era una zona de paseos habituales de fin de semana con mis padres.
Dicho este rollo, la solución actual del arroyo la veo como la menos mala. Fíjate en las fotos cómo los técnicos que lo diseñaron han estado bastante coartados para poder sacar al arroyo nuevamente a la luz. La Ronda Este -con su acceso desde la N-IV- el PRYCA, Tejavana… esas infraestructuras ya no hay quien las quite de ahí, y el arroyo tiene que ir combinado el ir necesariamente encajonado entre todo esto y el tratar de ir lo más recto posible, con una pendiente adecuada. Seguramente eso habrá coartado técnicamente para no poderse aprovechar su anterior desembocadura.
Tampoco es que fuese más digno como estaba antes. La desembocadura del Pedroches anterior no era realmente tal, sino sólo un aliviadero para cuando llovía mucho. La gran mayoría de las veces, el Pedroches embovedado se unía al final de Carlos III a un gran colector que trae a otro “clásico” embovedado, el arroyo de las Piedras (creo que en mi blog escribí una entrada de esto hace años, fíjate si a este pobre arroyo también lo han trasteado). Y así, los dos juntitos, dentro ya de un vulgar colector seguían aguas abajo, en su camino de alcantarillado hacia la depuradora.
Así que entre ser tributario del Rabanales o perderse en el alcantarillado, ahora por lo menos muere a “cielo abierto”, aunque sea perdiendo rango. ¿Lo ideal?, que hubiese estado como siempre, por Cañero, pero esto es ya pura nostalgia de los años idos, como diría el amigo Carrasco.
Un abrazo, como siempre.
Muchas gracias querido amigo.
ResponderEliminarEs la nostalgia lo que hace hacer metáforas de las cosas, en este caso le tocó a un conocido de siempre. Tu eres un experto y te agradezco las observaciones. Tu padre es un buen conocedor de todos esos lugares, tiene mucho escrito sobre ellos. El más importante la Choza del Cojo. Llevas razón con lo del de Las Piedras o San Cristóbal, lo último lo del cruce de Carlos III. Al final de esta avenida, en mi barrio se podía entrar en vehículo por el colector. Y lo ideal nunca será.
Un fuerte abrazo y muchas gracias nuevamente.
Buenos días, amigos. Paco, otro te tus magníficos trabajos. Sería muy interesante que los recopilases y los publicases. Bueno, no sería interesante, seria ¡¡¡La hostia!!! Una pregunta: ¿El arroyo Rabanales no fue aquel que desviaron para construir los campos de futbol Enrique Puga? En las obras hidráulicas no sé si por cuestión de presupuestos o porque son unos negados, los ingenieros se están luciendo. Tiran puentes medievales y ponen un par de tubos como mucho, así que cuando llueve un poco y las aguas arrastran maleza, o un cochino ahogado taponan los tubos e inundaciones que te crió. Luego tenemos que rascarnos el bolsillo porque en los terrenos ganados han construido pisos, y hay que declarar zona catastrófica. Total, que los ciudadanos tenemos que pagar, sí o sí todos los despropósitos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Patti. Un amigo, un buen amigo, de una editorial me lo propuso el año pasado, y creo que hasta lo enfade, las condiciones eran especiales pero considero que estas cosas están bien para Internet y el Blog, pero no tienen enjundia para un libro. Muchas gracias de nuevo. El de los Puga fue el Pedroche en los terrenos de Santa Matilde. Al Rabanales también le han tocado en San Carlos con el polígono. Estorban los arroyos. Pues cuando se cabrean no los para nadie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas noches, amigos. Gracias por la aclaración del arroyo. Ahora me llamas pesado. Los antiguos romanos decían: “Las palabras se las lleva el viento; los escritos quedan” No hay nada más parecido a las palabras que internet, porque hoy está mañana no. Así que, si lo plasmas en un libro, o más, eso quedará para siempre. Un abrazo
ResponderEliminarLlevas razón en lo del refrán romano, te agradezco el consejo pero es que yo no lo veo. Se perderán tantas cosas cuando entregemos la cuchara.
ResponderEliminarUn abrazo
Buscando información sobre el Arroyo Pedroches, Google me ha traído aquí, ¡Y que acierto! Debo considerar usar tu blog como motor de busqueda en lugar de Google cada vez que quiera información sobre Córdoba... Muchas gracias de nuevo Paco.
ResponderEliminarP.D. Ayer no te vi en BienSer, y eché de menos tu comentario sobre la primera charla a la que no pude acudir. Espero que estés totalmente recuperado de tu resfriado.
Saludos.
Es demasiado Pepe, muchisimas gracias. No estuve en Bien-Ser pues se me hace cuesta arriba a última hora de la tarde salir, será la vejez. De los catarros no se recupera uno del todo porque sales te mojas, luego te da el sol y comienza el ciclo.
ResponderEliminarMuchas gracias nuevamente y un abrazo.
Paco, aquí estoy de nuevo, flipando ahora al saber que el Pedroches viraba a Cañero y a la Fuensanta. Pagaría por ver alguna foto de ello, aunque fuese aérea. Yo recuerdo la desembocadura como un vergel, pero lo llevaba a dónde desemboca ahora. Ahí creí que desembocaba siempre pues por al lado del Pryca (donde yo lo cruzaba por un madero) veo que sí es su cauce original. Qué lástima no haberlo visto por Cañero o la Fuensanta, pero soy del 80. De nuevo gracias, cuánto bien haces!
ResponderEliminarBlanquiverde muchas gracias. Recorria todas las huertas de la Fuensanta, con bastantes puentes hoy casi todos desaparecidos. En Cañero fue causante de alguna que otra inundación, cuando llovía. Busca en los indices del blog o en Google y encontrarás más datos sobre el Pedroches, por ejemplo pones "Pedroches notascordobesas" y te saldrán más entradas. Un abrazo
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