La estructura geológica entre los arroyos de Pedroches o Pedroche (según el autor se le pone ese o no), y el de los Pradillos, configura una enorme explanada que, la cementera se ha encargado, como dijimos en cierta ocasión, de destrozar adecuadamente. El destrozo sigue vigente porque en el momento que cese la explotación deberán devolver el terreno a su anterior estado, es decir tapar la herida. Hay que decir en descargo de la cementera que desde tiempo inmemorial ha sido cantera de sillares para la construcción de los palacios de la ciudad.
Si por mi fuera una vez el daño hecho, dejaría el paisaje que se recuperara solo, que creo lo hará mejor la naturaleza que si algún tecnócrata decide como. La planicie, que es cruzada desde hace muchos años, por la recta que de la N-432 que llamábamos Carrera del Caballo, y la paralela vía del antiguo Ferrocarril Córdoba Almorchón, tenía varias cortijadas de natural importancia.
Trece Pies, Mesa de la Marquesa, San Diego, Campiñuela Baja, el Lagar de Peña Tejada, Doña Manuela, Torreblanca y el Majano, de los que sólo el primero y tercero tienen presencia humana continua. El resto están abandonados o desaparecidos. San Diego más moderno mantiene una sonora perrera de realas de cacería, Peña Tejada, Doña Manuel y Torreblanca ha sido devorado por el ladrillo y el Majano por la cantera.
Luego estaban los que rodean al macizo, pero en sus bajos: Trinidad en el margen izquierdo del Pedroches, y Majanillo arrasado, en la orilla derecha en este caso, casi en el Puente de Pedroche. Y cuando la altura decrece la Campiñuela Baja, la Venta de la Alegría de Pedroche (desaparecida la original y la posterior más moderna), y el Molino de los Ciegos, por citar algunos. Aunque nos quedaremos con los de arriba de la meseta.
En cuanto a los arroyos que por allí circulan son: los dos principales que delimitan la mesa, Pradillos o Adelfas en algunos sitios y Pedroche y, entre ellos con nacimiento en la propia meseta; de izquierda a derecha, Ahoganiños, del Molino de los Ciegos y de la Choza del Cojo, los dos primeros vierten al Pedroche y el otro al Rabanales, donde antes lo ha hecho Los Pradillos. Pedroche, de más categoría, lo hace directamente al hermano mayor Guadalquivir, aunque ahora desagua por el vivero municipal.
Esta enorme mesa pedregosa, contenía uno de los cuatro ramales del acueducto Aqua Nova Domitiana Augusta, según nos precisaba F. Ruano, en su historia de Córdoba, en su propio seno. Otro ramal lo rodeaba por el cauce del arroyo Pedroches, desde la fuente de Los Mártires. Lo que no nos precisó el reverendo escritor, es el lugar exacto de la captación superior.
Texto de F. Ruano, incluido en su Historia general de Córdoba, publicado en 1760:
"Por lo que pertenece a los aqueductos de los Romanos en Córdoba, se registran hoy todavía con admiración de todos. Unos de estos descendía del pago de Peña Tajada Hacia los llanos de la Campiñuela. Desde la Hacienda de los Martyres bajaban por arribas riberas del Arroyo de Pedroche dos aqueductos soberbios, de los cuales uno descendía hacia el pago de la Campiñuela, según demuestra sus vestigios. Otro pasando el arroyo por un arco grande de Cantería, cuyos fundamentos perserveran, descendían por la ribera citerior al pago de Miraflores, donde dura un albercón de veinte i cinco varas en quadro".
Ello nos lleva a hacer elucubraciones, que no están exentas de un carácter soñador, sobre el lugar. El territorio tiene poca tierra fértil encima, que el olivar se encarga de amarrar lo mejor que puede. El resto es un solidificado lecho marino, con fósiles de todo tipo, que se levantó en su momento geológico y luego se encargaron los cauces de los arroyos de modelar adecuadamente.
Hay una cañada que contiene más conchas petrificadas que piedras. Afortunadamente los mapas topográficos, catastrales y militares, los más antiguos que yo he visto, del siglo XIX, y gracias a la gentileza de Manuel Trujillo, presidente de la Plataforma A Desalambrar, a la que pertenezco, poco activamente justo es decirlo, por considerar que mi nivel no da la medida de muchos de los paseos.
Esos mapas son una maravilla para mí, los repaso muchas veces y siempre encuentro algo especial; un toponímico; una señal especial; una fuente; un camino; una casilla; incluso el tipo de vegetación del lugar. Esta entrada del Blog va de cortijos de esa zona, teniendo en cuenta que la antigüedad es lo de menos, ni sus propietarios ahora o antaño, lo que más interesa es dejar constancia de su existencia, pues su desaparición es paulatina pero inexorable.
Tuvimos la suerte Paco Gamero y quien suscribe, de conocer a Antonio López (no es el pintor realista casi nonagenario, que no termina nunca el retrato de los borbones), que es arrendatario de varias cortijadas de la zona, y que muy amablemente nos facilitó información y salvoconducto para posteriores visitas, al que he tenido la oportunidad de agradecer a posteriori su amabilidad, mientras ojeábamos un pozo, moderno, de unos doce metros de profundidad.
Los accidentes geográficos más importantes son los arroyos de corto cauce, salvo los dos que configuran la meseta, Pedroches y Pradillos, las canteras, unas ya tapadas pero con el material más veriopinto, que ya hemos dicho en algún sitio que será en el futuro un problema para los arqueologos. Las romanas, subterráneas, una maravilla de visitar, dentro del terrano de un restaurante del mismo nombre. Pero no se crean si el camarero con más buena fe que conocimientos, les exagera y les dice que la longitud de las canteras llega hasta la Laboral.
Luego está la vegateación, enormes olivares, a pesar de que el manto epidermico de tierra fértil, por la naturaleza rocosa del macizo, es poca, pero que sostiene el abundante olivar, encinar, algún almezo y algarrobo, y pequeños arbustos, de entre los que destaca casi siempre la abundancia de lentisco, aulaga, coscoja y jara, siempre en las zonas menos pedregosas. Se me olvidaba la enorme trinchera del ferrocarril que lo cruzó en el siglo XIX, a finales. Y recordar la presencia del imperio romanos en sus obras hidráulicas de todo el contorno, así como los caminos y cañadas de salida hacia la sierra.
Las fotografías son de Google, del vuelo de 1956 y 1977, que son los que más uso, por tener la referencia del primero de hace más de medio siglo. Sin embargo la del 1977 tiene mucha más resolución por el avance de la tecnología. En ellas podemos ver la ubicación de los desaparecidos, la absorción por el urbanismo caótico, aterrador de otros, y la horrorosa especulación, en la mayoría de las ocasiones con un daño irreparable a la naturaleza. Y hoy en día es uan delicia las fotografías de Bing.
Como pueda ser el poblado, llamado metafórica y desafortunadamente Paraíso -imitación de los poblados de clase media EE.UU, de las películas serie B, con cochera, piscina, jardín y perro-, que para su construcción significó la muerte de cientos de encinas y otros árboles, para sustituirlos por cemento y un hortera mausoleo (color cemento Valle de los Caídos) junto al arroyo de las Adelfas, todo ello con la mirada disimulada de la administraciones.
San Diego 1977, bancales y alberca hoy derruida
Fotografías de Google, Bing, y vuelos de 1956 y 1977
4 comentarios :
Como siempre, Paco, ameno y documentado. Tengo mi blog abandonado y apenas entro en los demás. Sólo breves momentos en el Facebook. Me lo impide la Lola con su espalda, mejor su cuello. Volvimos de vacaciones con ella tocada y ha ido de mal en peor. Al final, tras las correspondiente pruebas le ha visto, aparte la artrosis, nada menos que tres hernias. Poquito a poco, con reposo y medicación está mejorando y parece que podrá esquivar la operación que le han llegado a proponer. Pero yo ando de cabeza con todas las tareas de la casa a mi cargo. Espero que vosotros estéis bien y a Conchi no le dé demasiado la lata el cambio de tiempo, que nunca es demasiado bueno para los huesos. Un abrazo.
Rafael Arjona.
Te mando esto como anónimo porque tengo un problemilla en el ordenador que no tengo tiempo de solucionar ahora.
Me imaginaba que tendrías problemas al no leerte. Nosotros hemos tenido otro tipo de problemas familiares que esperamos se resuelvan adecuadamente. Rafael me alegra que me digas que la cosa va mejorando. Gracias por aclararme que eres tú, por ello te contesto, normalmente los anónimos no me interesan y voy a seguir la norma de borrarlos, aunque sean críticas constructivas. Aunque sean halagos, no lo puedo remediar me tocan los cojones, y no tiene uno edad para dejárselos tocar.
Que haya mejoría y muchas gracias.
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