Esta mañana del catorce de septiembre ha sido bastante fructífera, la arqueóloga Guadalupe Gómez, el experto en cinematografía cordobesa Antonio Moreno y quien suscribe, hemos tenido la satisfacción de visitar el estudio del famoso fotógrafo Señán González, gracias a la gentileza de Doña Manuela Revuelto, propietaria actual de la casa del fotógrafo, y familiar retirado del mismo.
Exclamaciones de admiración salieron de los tres, ante el patio que fue el estudio fotográfico. Es verdad que contiene escasos elementos fotográficos, los divanes, algún decorado y el conjunto de yeserías, que configuran el espacio donde el granadino nacido en Ciudad Real, Sr. Señán, creaba sus fotografías orientalistas. El estudio es como un pequeño patio de la Alhambra.
Pero es una verdadera joya y su estado de conservación es digno de un premio. Algunas fotografías y dagas árabes decoran las paredes. Un premio de un certamen también. Por otro lado otros muchos objetos de museo, algunos relacionados con la fotografía y otros muchos no, descansan en alguna vitrina. Una preciosa escalera lleva a los pisos superiores.
Algún decorado nos dijeron que de la Giralda, está enrollado detrás de unos arcos. Lástima que desapareciera el rótulo de toda la vida del borde superior de la hermosa casa. Doña Manuela también lamentó su retirada, porque en Córdoba, y para los que hemos vivido en la calle de al lado, era un referente más del paisaje. Vecinos y conocidos comunes nos llevó por una amena conversación previa a la satisfacción mencionada en el primer párrafo.
Para quien no conozca a Rafael Señán González, decir que nació en Ciudad Real en 1864 y muy joven se trasladó su familia a Granada donde se crió. Allí se formó con fotógrafos de la talla de Garzón, quien luego fue su competencia en el arte fotográfico e incluso en casa en Córdoba, donde había instalado el estudio. Su negocio versaba sobre la fotografía turística de la que fue pionero.
Las postales de monumentos andaluces y de Marruecos, y trabajos de estudio -en el los clientes, fieles a la moda orientalista se disfrazaban de árabes-, fueron su principal trabajo. El marco del estudio que, como he dicho, asemeja a un patio de los palacios nazaríes, contribuía a dotar a su fotografía de un encanto especial. Muere joven, con 49 años, en 1911 en Granada.
Su esposa Nicasia Aldeondo, sigue con el estudio que ya dirigía en Córdoba, cuando fallece Rafael. A raíz del fallecimiento de su esposo se trasladan definitivamente a Córdoba y su hija María coge el relevo de su madre para continuar con la profesión, que definitivamente abandona en la guerra civil, por acabarse el turismo y las modas que encumbraron este tipo de fotografía.
Muchas distinciones y premio jalonan su vida profesional, lamentablemente corta. "Premio de la exposición de El Cairo de 1895, en conmemoración de la construcción del Canal de Suez; el diploma de honor en la exposición de Granada de 1905; la medalla al mérito de la Sociedad Científica Europea; el primer premio de la exposición de Santander de 1906, en la sección de monumentos por su trabajo “Granada-Sevilla-Córdoba” o la concesión del título de fotógrafo de cámara de Alfonso XIII en 1904, honor que le permitía incluir el escudo de la Casa Real en los cartones de sus retratos."
La mayoría de las placas fotográficas de su obra, y material lo compró la Fundación Cajasur. Los trajes de su estudio, bordaos a mano en seda natural también fueron vendidos. En octubre de 2009 se realizó una exposición sobre su obra, en el Palacio de Viana, en la que vimos por primera vez un decorado del estudio que hoy hemos visto físicamente, y numeroso material fotográfico.
Creemos que sería importante, de alguna manera, aunque sabemos de la dificultad para musealizar determinadas cosas, que los cordobeses pudieran visitar ese santuario de la fotografía, porque hay que tener en cuenta que estamos hablando de más de cien años de fotografía cordobesa.
Nosotros hemos quizás abusado de la amabilidad y gentileza de Doña Manuela Revuelto que muy gustosa nos abrió el patio para poder hacer las fotografías con las que se adorna esta entrada, y a la que desde aquí le damos nuestras gracias más sinceras.
Un premio
Fotografías y vídeos del autor y de la Red
Bibliografía de Internet
Suscribo todo lo que dices, hasta eso de que soy un experto jajaja. Mil gracias de nuevo a Manuela Revuelto.
ResponderEliminarBuenas tardes, amigos. Espectacular trabajo, el que hoy nos hacer llegar. Es una lástima que casi se haya perdido el arte de la fotografía. Porque era un arte. Yo a años luz de estas fotografías, tengo las que revelaba en el estudio fotográfico de un amigo. Recuerdo aquellos olores a los líquidos de revelado, y la bella imagen de los negativos puestos a secar colgados en una cuerda, y sujetos con una pinza de la ropa. Era todo una hermosura. Ahora como mucho las llevamos a un centro comercial en el que haya oferta de tanto él ciento, o las vemos en el ordenador. Que lastima que estos artistas, no sean tan conocidos y reconocidos como otros. Bueno, Paco, un abrazo y muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco. Es una suerte para Córdoba que haya personas como tú que descubran estos tesoros y destaquen su valor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Pepe
Antonio yo lo digo de verdad siempre, no está uno ya para mucha diplomacia. Un abrazo y gracias a vosotros a Guadalupe y a ti por acordaros del jubilado para algunas cosas y hacerle pasar una mañana feliz.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a ti Paco. Todo lo que dices lo suscribo. Yo también hice mis pinitos con el blanco y negro, y una ampliadora Carranza de 35 mm. y montaba el laboratorio en mi dormitorio de casa de mis padres. Estos lugares debían poder visitarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Pepe gracias a ti también. Pero la suerte es la que tenemos algunos por meternos en berenjenales. Ayer después de esto conocimos otro lugar en la Casa de las Cabezas, gracias a la gentileza de su propietario, que no se puede divulgar, pero que cuando esté terminado será una verdadera maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo