Las primeras luces de la mañana alumbraban timidamente las alturas del recorrido. Los colores son distintos, los dorados se camuflan y se tornan rojizos. El silencio es una sinfonía; ni un pájaro, ni un ladrido de perros, incluso los de horizontes lorquianos. La aridez es rigurosa, lo que antes fue esperanza hoy son todo ocres. Solo verdeaba el lentisco y el olivo. Al fondo a la izquierda, la umbría del barranco Cañada de Córdoba, es profunda y aún más silenciosa. Trato de imaginármelo en un invierno lluvioso, con la correntías, aunque cortas, camino del Pedroches.
El cauce del Pedroches es el principal, todos los demás son tributarios suyos. Más arriba, Barrionuevo, corriendo por su valle, y a la izquierda de éste, bajan la Ventilla y Mangas de los Villares, además de las múltiples correntías temporales, de ocasión, todos siendo fieles a su cauce. Nunca son los arroyos más fieles a su cauce, que cuando tributan en su hermano mayor y éste a su vez en el mar. Ya decía del entorno el profesor Cabanás: "...una zona de terrenos deprimidos, abarrancados y disecados profundamente por las corrientes de agua..."
Las diferentes rocas aisladas me las imagino como si fueran castros ibéricos. El olivar casi abandonado, por no quitar el casi. En algunos lugares se me antojaba el camino olivar en galería. Y la sequedad del terreno los aislaba en otros lugares como separados personajes brazos en alto. Ni un miserable pájaro, que nunca lo son, se atrevía a romper el hielo, de un silencio que ya pasaba de los treinta grados. El camino en un trozo está empedrado, y su margen izquierdo en dirección a la cortijada, amurallado sobre el barranco.
Incluso un olivo, tenía una protección de muralla de piedra, como acorazado, que no supe explicarme. Pensé en el trasiego de carros o acémilas, cuando la vida existía, aunque penosa, en el cortijo. A pesar de la casi autosuficiencia rural, había que bajar de cuando en cuando a la ciudad, porque allí no había médico que asistiera, en los casos de enfermedad. De golpe la cortijada de Orive Bajo, algo abajo, el camino obligaba a dar una curva para acceder por su lado sur, el que con su balconada miraba al barranco, y sus distintos bancales también. Un hermoso pino se enmarcaba en la ruina del cortijo.
La ruina cada vez es mayor. Aunque sigue inexorable sus reglas; tejados, falsos techos, vigas y luego los muros. Estos últimos son los que más resisten. La vegetación también colabora en el derribo o en el sostén, según. Di un paseo alrededor de las ruinas sin entrar, por precaución al ir solo. El arco que apuntaba ojival del patio, sigue en pie, posiblemente es una zona más noble. Me lo imagino en su apogeo, animales y personas, compartiendo espacio, cada uno en su labor.
El aljibe que fuimos a ver, Emilio Abén y yo, también lo imaginé rebosante, y las ánforas que destruyeron los malvados, llenas; bien de vino o de aceite, y la matanza curándose en la cámara, en altura. Pero no, nada de ese imaginario ocurría. Sólo la ruina y el silencio, que a veces sonaba demasiado alto. Ahora la vuelta, los aproximadamente sesenta metros de desnivel bajados, había que subirlos y el calor apretaba. Muchos huesos de animales en el olivar, pero teniendo en cuenta la enorme población lanar de las cabrerizas (cuando están ocupadas), puede ser ese el motivo.
Pero tranquilidad paso corto y decisión, todo ello ayudado con el palo, permitiría el retorno, me hubiera gustado aquello de "con pan y vino se anda el camino" pero habrá que dejarlo para otra ocasión. Creo que parte de la Vereda de Linares es este camino: "...pasando por los Los Velascos y Las Corralitas hasta cruzar el ferrocarril de Belméz por encima del túnel primero y enseguida la Carretera de Córdoba a Almadén, para continuar atravesando Orive Bajo, por el puntal de la umbría de Barrionuevo y, entre las Haciendas del Toconar y Zúñiga, llega a Santo Domingo donde se encuentra con la Vereda de este mismo nombre..."
Desde la cortijada de Orive Bajo baja hacia el Pedroches para después buscar el Toconar y Zúñiga. Pero dejo el debate para tenerlo con los expertos de la Plataforma a Desalambrar. De momento yo estimo que, desde la carretera de Almadén hasta el arroyo de Pedroches, éste camino forma parte de la Vereda de Linares. Habrá que confirmarlo. Antes había recorrido otro camino que, de seguirlo, me hubiera llevado al barranco de la cañada de Madre e Hija, que también acaba en el Pedroches, junto a la Fuente de los Mártires.
Pero me llevó a un colmenar de más de sesenta colmenas. Había poca actividad, y no puede dejar de pensar, si es que estaban las laboriosas abejas afectadas por el mal que las está acabando. Aumenté la precaución que, consistió en dar media vuelta y volver. Ya no seguí hasta la cantera que se utilizó con la construcción de la nueva variante de la N-432, como era mi intención, y aun a pesar de poder subir a ella por el borde del talud, desistí por el calor.
Un precioso camino desde la Cabreriza de Orive Bajo hasta la cortijada principal Orive Bajo, por un camino que es estimo es parte del trazado de la Vereda de Linares. En el hubo tiempo para fotografiar la naturaleza, con la tranquilidad de que ahora la cámara es mía (la acabé de pagar este mes). Habrá que andarlo en invierno, o en primavera. Otra curiosidad, Orive significa orifice, el que trabaja en el oro.
Aérea de Orive Bajo y el camino
Fotos con cámara propia y vídeo del autor
Bibliografía del catastro de 1950.
4 comentarios :
Manuel Trujillo Carmona dijo:
Según la junta la vereda de Linares desde el cerro que tu llamas de las antenas baja al arroyo Pedroche por el NO, pasando por una fuente como te dije. Luego sube al collado de la meseta blanca. No pasa por el cortijo de Orive. No estoy seguro que sea correcto pero es lo oficial. Puedes ver el recorrido en la ruta de abril al final
http://www.adesalambrar.com/index.php/archivo-de-actividades/2589-por-la-vereda-de-linares-canada-de-la-monja-y-vereda-del-villar?catid=13%3Aactividades
Manolo ya lo había visto (la primera página que consulto con las dudas es la de A Desalambrar), preciosas fotografías y agotador camino.
La duda me la crea la descripción escrita de la Vereda:
"atravesando Orive Bajo, por el puntal de la umbría de Barrionuevo y",
Claro yo sé lo que es un puntal, pero no se adapta a lo que quieran decir. Lo que me llama la atención es que una vereda, dependiendo de su uso, tenga que subir y bajar las dos mesetas, cuando lo natural sería ir por los lugares más cómodos. De todas formas vosotros de esto mucho más que yo, lo mío son simples dudas personales.
Hola:
He comenzado a seguirle a través de las referencias de mi marido.
Me encanta su blog.
Combina usted con excelencia texto e imagen, amén de la creatividad que demuestra.
Como sugerencia, para el futuro, sería muy útil si geolocalizara las fotografías o diera las geo coordenadas de los puntos principales. Yo gustosamente haría esta ruta.
Enhorabuena.
Israel, muchas gracias en primer lugar por sus amables palabras.
Normalmente pongo una foto aérea de la zona, pero es verdad, muchas veces no caigo y doy por hecho que se conoce el territorio por todo el mundo, y sólo con los nombres basta. Luego están cierta cautelas en función de la peligrosidad de algunos sitios, como por ejemplo los túneles de la Palomera, conviene pasar por alto el detalle porque los lugares son para expertos, yo cuando voy con ellos lo paso fatal.
Pero por ejemplo, la ruta que nos ocupa, de bajar A Orive Bajo desde las Cabrerizas, se puede llegar a las Cabrerizas desde dos lugares. 1º antigua carretera N-432 y antiguo paso a nivel, 37º56'31"N, 4º45'50"O, se pasa el puente sobre la moderna N-432 y vamos a la entrada del camino 37º56'31"N, 4º45'54"O, o bien seguir la antigua N-432 hasta la entrada de los Pradillos, está señalizado, 37º56'48"N, 4º45'50"O, una vez se pasa el puente por debajo de la carretera a la izquierda hasta la ubicación 37º56'31"N, 4º45'54"O.
Desde las Cabrerizas se puede subir al cerro de los Pradillos (antenas), 37º56'32"N, 4º45'50"O. Estas coordenadas están sacadas de GoolZoom.
Tomo nota para lo sucesivo.
Un cordial saludo y nuevamente gracias.
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