Torreárboles es un símbolo de nuestra ciudad. Desde cualquier parte de ella se divisa, y no digamos cuando vuelves de Sevilla por los Algarves ya lo ves, o desde la carretera de Málaga. Es, como la sierra de Grazalema, lo primero que se ve de España cuando regresas de América para atracar en Cádiz en barco, pues igual pero al regresar a Córdoba. Desde la ciudad en las avenidas de la República Argentina o Paseo de la Victoria, es lo que se ve al fondo, aunque en el segundo paseo se tape un poco por los nuevos edificios de la de Cervantes.
La primera vez que subí a Torreárboles tendría unos doce años, habíamos estado un fin de semana en Cerro Muriano, con la familia Galisteo Puntas, y decidimos subir a él, pero a lo bestia, sin sendero, cruzando por los terrenos de Villa Alicia, quedándonos como los pajaritos en la liria pegados con la jara. Ahora la subida está bien definida, desde el cruce a la ermita de Santa María de los Pinares, y a un bosque de pinos en la ladera sur de Torreárboles, parte la cerca cinegética de Villa Alicia y sin dejarla subes al cerro.
En el transcurso del recorrido, Julio Galisteo, amigo de mi padre y primo Cándido y el jefe del taller dónde trabajábamos de sacadores de fuego, empezó a correr y a gritar desesperadamente:
-¡¡Me ha mordido una víbora. Me ha mordido una víbora!!
Llegamos a su altura, y se estaba sujetando el pie por el tobillo con un temblar exagerado. Y cuando teníamos preparada la navaja para el corte en cruz y el torniquete -no es cierto, pero queda muy bien-, afortunadamente comprobamos que había pisado la morada de una avispa terrera y le había dejado su única marca. Nos costó trabajo tranquilizarlo, y convencerlo de que no era una mordedura de serpiente, sino un aguijón minúsculo pero muy doloroso. El susto desde luego se lo llevó y bien grande. Luego Torreárboles ha sido paseo habitual muchos fines de semana, solo y acompañado.
Un día, estaba sentado en el vértice geodésico disfrutando de un inmenso y hermoso panorama, y comiéndome unas nueces, cuando vi como se aproximaba un parapente a motor que venía de la zona de la Ermitas. Llegó casi a la altura del cortado sur del cerro, a unos tres o cuatro metros se mí. Nos saludamos, es decir nos dimos los buenos días cumpliendo con las más elementales normas de la cortesía campera, a 690 metros sobre el nivel del mar, a las siete de la mañana, en el punto más alto del término municipal, un artilugio volador y yo en tierra firme. Él siguió luego su camino aéreo enfilando hacía abajo a Salmerón y la vertiente de Pedroches, después de decirnos hasta luego. Lástima que entonces no se disponía de una cámara fotografía como ahora. De tebeo.
Otra vez casi de madrugada vi salir fuego de un olivar de los terrenos de Santa Sofía, en aquellos tiempos no había telefonía móvil, por lo menos yo no la tenía. El que la poseía la tenía en aquellos maletines voluminosos en el coche, como el de Federico Algarra, el director de Radio Córdoba, que fue una de las primaras que vi, a pesar de haber participado como cobaya radiofónico en las primeras pruebas de Telefónica en Córdoba para ese sistema de comunicación. Yo llevaba siempre mi transmisor portátil en las bandas de V y UHF, con él busqué la frecuencia de Protección Civil y di el aviso del fuego. Luego resultó ser una quema de la poda del olivar, creo recordar, pero bueno ¿y si no hubiese sido?
Ahora que digo Protección Civil, la caseta de su repetidor la subió a Torreárboles un helicóptero. Es la que está junto al vértice geodésico, alimentada de paneles solares. Un episodio la subida. Otro día subí por el cortafuegos de Villa Alicia en un Land Rover, íbamos Miguel Serrano, José Antonio Cantos y yo, a una instalación de telefonía y buscando un emplazamiento para los repetidores del radio Club Córdoba. Nunca más, me baje de él cuando buscábamos la casi verticalidad. Horroroso. Y eso que el Land Rover no se coscaba.
Ha habido veces, me imagino que según la meteorología, que en alguna parte del recorrido había que pasar por un túnel de labiérnago, es el lugar donde lo he visto más crecido, con categoría casi de árbol adolescente. La coscoja, la jara blanca y la pringosa, retama, aulaga, acebuches, incluso ombligo de Venus y gladiolos silvestres vi un día, pero porque me lo dijo un experto, pues yo no lo soy, y en esto yo como con los espárragos. Uno es aprendiz de todo y maestro de nada, aunque algo es algo. De todas formas tiene su flora característica. Y de fauna, marranos y ciervos. Todavía recuerdo el susto de un señor ciervo -el mío fue mayor-, que estaba al otro lado de la alambrada cuando nos dimos de cara casi amaneciendo.
La subida es cómoda, desde el comienzo cerca de la ermita, se suben unos 120 m., desde los 572 m. hasta los 691,60 m. Mi altimetro que se basa en Google, tiene un error de 56 metros. Tienes un primer tramo que subes hasta la cota 636 m. luego una bajada de once m. que te da un respiro, hasta los 625 m. y desde ahí hasta los 691,60 m., de la cota final. La realidad es que es un camino precioso, con unas vistas maravillosas, tanto al valle del Guadalquivir o a la Sierra. Por el noreste esta al atardecer el brillo del pantano de Guadalmellato.Si en la Ermita de abajo, hay un mirador que le llaman de Media Andalucía, desde aquí son tres cuartos. Debajo la vertiente del Pedroches y las Huertas de Cabra; a su izquierda Santa Sofía o Salmerón;
más abajo también a la izquierda San Enrique; Villa Enriqueta; la Loma de los Escalones; Las Albarizas; los Pradillos; Meseta Blanca; Santo Domingo; la ciudad y la campiña. Al este, Sierra Mágina; la de Martos con el chupa que chupa; Sierra Nevada; la Subbética buscando el sur, con el anticlinal de la Virgen de la Sierra y la Tiñosa, punto más alto de la provincia; la de Antequera, con el Torcal; Estepa; la de las Nieves y Grazalema.
Un aguila sobre la vertiente del arroyo Pedroches
más abajo también a la izquierda San Enrique; Villa Enriqueta; la Loma de los Escalones; Las Albarizas; los Pradillos; Meseta Blanca; Santo Domingo; la ciudad y la campiña. Al este, Sierra Mágina; la de Martos con el chupa que chupa; Sierra Nevada; la Subbética buscando el sur, con el anticlinal de la Virgen de la Sierra y la Tiñosa, punto más alto de la provincia; la de Antequera, con el Torcal; Estepa; la de las Nieves y Grazalema.
Y al oeste, primero el valle y después nos perdemos en la Sierra Morena, las Ermitas; el Lagar de la Cruz, y otro ejemplar serrano, Castri Picón, los Villares, Riscos de Vera, etc. Porque casi por el norte están Los Santos, la Chimorra, y la serranía de Cardeña. Son unos inmensos y hermosos 360º de paisaje y muchos pueblos y caseríos que, podemos divisar en día claro, o recién llovido. Claro por el contrario es el referente de nuestra ciudad como dije al principio cuando vuelves a ella o la tratas de situar desde alguna altura lejana, su figura triangular es característica.
He encontrado una fotografía, del grupo Universitario Laboral de Montaña, de alumnos de la antigua Universidad Laboral de Córdoba, el GULMONT, en el que se ven a los miembros del Grupo Alfredo Tirso, José I. Fernández y Pedro Plana entonces -ahora Pere Plana-, que me parece fue el autor de la fotografía, en la atalaya árabe que existía aún en Torreárboles, en 1962, y que posiblemente de ahí proceda el toponímico de esta cumbre. Sea o no, es un testimonio importante de la torre árabe o atalaya, que había en Torreárboles.
Los datos geográficos de la web del Ministerio:
VÉRTICE_GEODÉSICO = V.G. 92329 - Torre Arboles.
LOCALIZACIÓN = Andalucía: Córdoba: municipio de Córdoba Hoja nº 923 del mapa Topográfico Nacional 1:50.000
LATITUD = 37.984246057980 LONGITUD = -4.779696983011
ALTITUD = Altitud sobre el nivel medio del mar (referida a): (BP) 691,60 m.
Ref1: = COORDENADAS GEOGRÁFICAS Sistema de Ref.:
Cerro Muriano, en primer plano el pantano de Villa Alicia
Ref1: = COORDENADAS GEOGRÁFICAS Sistema de Ref.:
ED50 Longitud -4º 46' 42,18500'' Latitud: 37º 59' 7,77660''
Ref2: = COORDENADAS UTM. HUSO 30 Sistema de Ref.:
ED50 X UTM: 343818,690 m. Y UTM: 4205767,240 m.
WGS84 Longitud -4º 46' 46,90914; Latitud: 37º 59' 3,28581;
Ref4: = COORDENADAS UTM. HUSO 30 Sistema de Ref.:
WGS84 X UTM: 343707,784 m. Y UTM: 4205561,241 m. Hemisferio N Coordenadas GPS = N37 59 3.29 W4 46 46.91
Fotos del autor, una de Pere Plana.
Bibliografía de la red.
6 comentarios :
Genial Paco. Todos los que amamos la Sierra de Córdoba entendemos lo que significa el "techo" de Córdoba capital.
La de noches de verano que me he ido allí a dormir solito, fresquito... La de atardeceres que hemos visto allí...
Una vez subí desde Córdoba, siguiendo todo el cauce del Pedroches hasta la misma cumbre del Torreárboles, trepando la última "pared sur" hasta aparecer en la cumbre sudando y con un traje de neopreno, para la sorpresa de una pareja (que luego resultó que los conocía) que estaban contemplando el atardecer.
Te paso el enlace de esa aventura:
http://www.forospiedrasobrepiedra.com/smf/index.php?topic=8261.0
Gracias por esta magnífica entrada, un abrazo.
Muchas gracias a ti Genius. Sí que lo sabemos porque es espectáculo es maravilloso. Pero mira tú sí que lo has disfrutado bien, el amanecer tiene que ser maravilloso y qué decir del atardecer. La anécdota de la subida tiene que ser, si la cuentan los que allí estaban, de película, a seiscientos metros de altura aparece por la cara sur un señor embutido en un traje de neopreno, lo mismo que a mí con el parapente. Si he estado muchas veces en el arroyo, cuando aun no estaba la variante, accediendo por los Villares. y correteado el camino que va hasta el cortafuegos de la parte oeste desde la entrada por la ermita. Un apretado pinar, supongo que nacimiento del arroyo de Linares.
Bueno me he embelesado con la aventura, que paisajes más bonitos y que buenas fotos. Yo llegué hasta la Fajarda con Conchi, mi mujer, y Juan Lozano, un amigo, pero por la orilla, aunque creo que subimos un poco hasta un camino que venía desde los Pradillos para bajar al puentecillo. Todavía no estaba el gasoducto. Otro día quise bajar solo a las Huertas de Cabra, desde la N432, por el camino y por poco me comen dos mastines, se pusieron tan pesados mano a mano que me volví sin darles la espalda y sin dejar de enseñarles el palo.
Como te he envidiado, aunque me imagino el calor con el neopreno, y evidentemente la forma física.
Muchas gracias nuevamente y un abrazo.
Me alegra mucho que hayas tocado hoy uno de mis lugares favoritos, al que suelo ir periódicamente y desde donde he tirado y publicado muchas placas. Alguno de mis alumnos recordarán lo pesado que me ponía trandoles de enseñar que esa es el punto más alto del municipio. Pero si te dejo este comentario, además de para felicitarte, como siempre, es para mencionarte que en una de mis subidas, Miguel Zamora, que como ya sabes conoce el tema perfectamente, me enseñó una especie de poza que hay alli arriba, en la cima, y que da agua para un solo hombre el día, presumiblemente para el vigía que estuviera allí de guardia en el período medieval. A la belleza del lugar, a la pureza de su aire, a la satisfacción de la llegada tras la dura subida, se añadió a partir de ese momento la curiosidad por saber cómo puñetas mana agua allá, tan alto.
Un abrazo
Querido amigo Eladio, más me alegro yo de leerte, el otro día pregunté a mi hijo Gabriel si coincidía contigo, pues hacía mucho que no sabía de ti.
A mí también me gusta mucho ese lugar, es una sensación muy agradable la que se siente allí. Y tus alumnos se acordarán cuando pasen los años de lo que les contaba su maestro lo mismo que yo me acuerdo del mío, a pesar de que estuve en el colegio un par de años.
Me tienes que señalar dónde está exactamente la poza que dices, es un detalle que desconocía. Por decir alguna tontería puede ser a lo mejor del propio rocío, porque si las capas freáticas son vasos comunicantes no me cuadra. Lo mismo es una chimenea con presión y eso le hace subir. No sé, me has picado la curiosidad.
Un abrazo Eladio y muchas gracias.
Buenas tardes amigos. Magnifico relato. A mí me picó un tabarro y me puso el tobillo que parecían tres, por lo menos. Mi abuela me tenía un poco acojonado con aquello de: “si la víbora viera, y el alicante oyera, no habría hombre que al campo saliera” así que siempre iba con mil ojos. Si no fuese que gran cantidad de clavos geodésicos tienen la forma como el de de Torre Árboles, diría que era un símbolo de aquí en los más alto también manda mi “Sipote”
La fotografía del águila con su desenfocado selectivo es espectacular. Un abrazo
P/S: Sigo leyendo, que no sabía que a la vuelta de la playa iba a tener tanta tarea pendiente.
Gracias Patxi:
Espero que hayas cargado las pilas en la playa, aunque me imagino que en esas latitudes no será como por aquí abajo, referido al tema de la temperatura, aunque con esto de cambio climático parece que las cosas no son "como dios manda".
Sabes que ese "acojonamiento" lo he tenido yo también, sobre todo porque mi bisabuelo decía que se colgaban de los matorrales cuando picaban, mejor dicho mordían, a las ovejas, así que no era solo mirar por el suelo sino por el cielo. Respecto al refranillo nunca sabía lo que era un alicante, aunque ya con uso de razón me enteré hasta donde podía.
El RAE lo determina así: Alicante; (Del ár.hisp. al‘aqráb, escorpión). 1. m. Especie de víbora, de siete a ocho decímetros de largo y de hocico remangado. Es muy venenosa y se cría en todo el mediodía de Europa.
Dicen las leyendas que se alimentaba de leche de mujer, que le metía al niño la cola y ella se arrimaba al pezón. Una tontería pero como casi todas las leyendas.
Concretando, ninguna de las dos especies oyen, entendiendo como los otros animales. No tienen conductos auditivos externos y parece que las vibraciones las reciben por la mandíbula, y la visión de estos animales tampoco es como la nuestra, ven como una cámara de infrarrojos, el calor de lo orgánico.
Yo tengo un buen amigo al que admiro, que tiene fotografiado, en una de sus muchas series de fotografías del patrimonio de Córdoba, todos los vértices geodésicos, en los que ha estado, incluso su seudónimo es Vértice.
Gracias por la observación de la foto que, viniendo de un experto da ánimos. Como se nota que eres de la tierra del "sipote", aunque se lleve la palma Archidona.
Un fuerte abrazo y bienvenido.
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