Portada del libro de la Crónica del Viaje
La "reina de los tristes destinos", Isabel II de Borbón, Hija del felón Fernando VII y su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, visitó la ciudad de Córdoba un mes de septiembre de 1862, durante los días 14 y 17. Hacía un viaje por Andalucía y Murcia. La Crónica oficial la escribe Fernando Cos-Gayon. Un ejemplar de la Crónica lo he obtenido del Larbard College Library, y está disponible al final en Word, sólo la parte de Córdoba.
A la reina le quedaban escasos seis años para salir de España por la fuerza, en tren con destino Francia bajo la protección de Napoleón III y Eugenia de Montijo, que D. Pascual Madoz Ibáñez le sucediera como Presidente de la Junta Provisional Revolucionaria. Fue muy manipulada por la camarilla religiosa de la corte Padres Claret y Fulgencio, confesores suyo y de su marido, los ministros, y Sor Patrocinio.
Libro
La casaron con dieciséis años con Francisco de Asís, su primo por partida doble, homosexual, al que ella llamaba "Paquita". Tenía fama de poseer un furor uterino fuera de lo normal (1), teniendo en cuenta que la aristocracia de la época era muy dada a la promiscuidad sexual, además de su propia carga genético borbónica. Quiso incluso ser el presidente del Gobierno que le hizo ganarse la impopularidad de los políticos.
Diez años antes de la visita a Andalucía, en febrero de 1852, había sufrido un atentado, un cura llamado Martin Merino y Gómez le había clavado un estilete en el costado, a los pocos días de haber dado a luz a su hija Isabel. Aquello no fue grave y su recuperación pronta. El cura fue ejecutado rápidamente y no se habló más del asunto al determinar que actuó por propia iniciativa. Murió en Francia en 1904 a los setenta y cuatro años, a pesar de haber parido diez veces y tenido algún que otro aborto, lo que demuestra lo que Marujita Díaz decía de no haber mejor fuente de juventud que el sexo.
Tienda de la Choza del Cojo
El viaje a Córdoba, como hemos dicho, fue en 1862 en septiembre. Había bajado a Andalucía en tren hasta Santa Cruz de Múdela y de ahí recorrió la provincia de Jaén hasta llegar a Córdoba por carretera. Entró por la actual NIVa, única vía existente en esa época. El Ayuntamiento había construido un pabellón en los llanos de la Choza del Cojo, junto al arroyo Pedroches.
"Los trece arcos de herradura que formaban su pórtico, los de sus puertas interiores y los ajimeces de sus ventanas lo convertían en un bello monumento de arquitectura árabe. Sobre su planta, que media por la parte de la fachada cerca de 120 pies, sin contar los jardines que lateralmente la adornaban, se habían distribuido galerías, un salón de recepción, cámara y gabinete para S.M. la Reina, otras dos piezas para S. M. el Rey y otras cuatro para los Príncipes, un salón para el Ayuntamiento y Diputación provincial , otro para el Capitán General y funcionarios militares, otro para los Ministros de la Corona, otro para las Damas de la Corte, y, por último, en la parte posterior y separadas por jardines se hallaban cocinas y otras dependencias."
Puerta del Perdón
El boato y baboseo de la nobleza cordobesa y los terratenientes, fue manifiesto. En el pabellón estuvieron una hora, el tiempo justo de cambiarse de ropa, refrescarse y descansar un poco, antes de partir para Córdoba.
"La extensa llanura que atraviesa el arroyo los Pedroches presentaba vistosa perspectiva a la que contribuían no poco a dar animación los ricos trenes de la aristocracia cordobesa. El Conde de Torres-Cabrera, el de Benamejí, el Conde de Gavia, el Marqués de Valdeflores, la Marquesa viuda de Villaseca, habían enviado, el primero dos carruajes y los demás uno, arrastrados todos por soberbios tiros de seis caballos de las mejores razas del país y del extranjero. De los Señores Marqués de Villaverde, Duque de Almodóvar, D. Diego León y D. Rafael Cabrera lucían allí sendos coches arrastrados cada uno por cuatro caballos, también perfectamente apelados. Y, por último, entre otros muchos que pudiéramos citar, recordamos los carruajes de los Señores Conde de Hornachuelos, Conde de Fuente el Salce. D. Bartolomé María López, D. Martin de la Bastida, D. Rafael Chaparro, y otros."
Arco de Puerta Nueva
La entrada a la ciudad fue por Puerta Nueva, en ese lugar se había erigido un arco de Triunfo, delante de la Puerta de la Muralla, delante del Convento del Carmen, arco de efímera vida, como la Puerta desde luego.
Un ejemplo del peloteo poético que fue la tónica general de toda la estancia:
"Esta es, Isabel, la puerta
que encontró Francia' cerrada;
mas hoy de gozo inundada
la tiene Córdoba abierta
á su Reina idolatrada."
Luego dice el cronista:
"Atravesó después las calles de la puerta Nueva. y del Poyo, plazuela de la Almagra, plaza de la Constitución, la Espartería, Librería, calle de San Fernando, la Cruz del Rastro, carrera del Puente, calle del Mesón del Sol y Grada Redonda hasta la puerta del Perdón de la Catedral, en donde la esperaban el Obispo la diócesis con el acompañamiento correspondiente para recibirla con las ceremonias debidas al Augusto Patrono de la Iglesia de España. "
Interior de la Mezquita
En la Cruz de Rastro se levanto un segundo arco, este por los labradores, algo reivindicativo por aquello que este gremio tiene fama de llorar siempre, porque nunca llueve a su antojo o necesidad. Decía éste arco:
"LA ILUSTRE CONFRATERNIDAD DE LABRADORES DE CÓRDOBA a SS. MM. Y AA.
Los nombres de los cuatro Augustos Viajeros ocupaban el centro de una cinta suspendida de la Corona Real. Los de Columela, Herrera, Arias, Rojas y Clemente, una orla formada con frutos del país. A la derecha del arco inscripciones pedían para la agricultura
CANALES DE RIEGO Y CAMINOS.
Y otras tantas a la izquierda
PROTECCION Y ENSEÑANZA.
El buey y la oveja, el caballo y la mula, los frutos de la tierra y los instrumentos de la labranza estaban distribuidos, sobre trasparentes de varios tamaños, por los miembros principales del arco que era de medio punto, siendo del orden jónico los capiteles de sus columnas. "
Hospital de San Jacinto y Casa de Expósitos
Entró a la Mezquita, bueno catedral, por la Puerta del Perdón, donde la esperaba el Obispo. Después de la recepción del Cabildo pasó al Palacio Episcopal que fue la residencia real durante su estancia en Córdoba. Es lógico el Palacio Episcopal era el Alcázar Califal y la propiedad era del Estado. Ahora con las inmatriculación aznarianas no sabemos si esa titularidad es vaticana. Al día siguiente visitó la casa de Expósitos, dando la casualidad de que en ese mismo momento habían depositado un niño en el torno
Isabel II
"Mientras SS. MM. Y AA. recorrían los departamentos Casa, supose que en el torno acababa de ser depositado un expósito. Pronto se enteraron del suceso los Reyes, y en el acto dispusieron procediese al bautizo, y que su Augusta Hija la Sra. Infanta Doña Isabel le tuviese en sus brazos. La criatura que de este modo entraba en el mundo a un mismo tiempo infeliz y venturosa, siendo colocada, Dios sabe por qué y por quién, en el estrecho torno de una Inclusa, para ser recogido de él por una Infanta de España, era un robusto niño que recibió los nombres de Rafael, Francisco de Asís, María; y firmaron el acta como testigos el Duque de Tetuán, Presidente del Consejo de Ministros, Saturnino Calderón, Ministro de Estado, y el Marques de la Vega de Armijo, Ministro de Fomento. EL Gobernador de la provincia recibió aquella tarde una Real orden de la Administración general de la Real Casa y Patrimonio, proveyendo a los gastos de la crianza del niño."
D. Francisco de Asis
Así que suponemos le tocó la lotería a Rafael, Francisco de Asís, María. Sería interesante buscar si es cierta la existencia de ese niño, conocemos el nombre y la fecha. Antes de entrar un coro de niños recogidos cantó un himno cuya letra había escrito Fernández Ruano también. Mucha poesía y loas a la monarquía que le quedaban seis Nochebuenas. Luego toros Manuel Domínguez y Manuel Fuentes (Bocanegra). Llegaron tarde porque D. Francisco de Asís se encontraba con un fuerte resfriado. Después el besamanos. Decir que los niños Alfonso e Isabel estaban vestidos de andaluces.
Molino de S. Antonio y puente
Hospicio, Conventos, Hospitales, caridad, a un pueblo que estaba necesitado de derechos en lugar de limosnas. A saber cómo se repartieron estas. Feria en la Victoria; subida a las Ermitas por la cuesta el Reventón en carruajes. Visita de la Huerta de San Antonio, dónde García Lovera y otros literatos dieron la sesión poética de la huerta. Esa noche del día 16 se quedó en el palacio Episcopal y no salió a la feria, pero le hicieron los fuegos en el Campo Santo de los Mártires para que los viera desde allí.
Libreria de Cambridge
Como los médicos le aconsejaron al consorte reposo de un día o dos, aprovechó el siguiente para la visita a Conventos y Hospitales. Los sevillanos protestaron porque eso significaba que mucha gente que estaba esperando en Sevilla y habían venido de los pueblos, era un problema, tener que modificar el programa. En un alarde de entrega Francisco de Asís a pesar del dictamen de los médicos de Cámara decidió partir para Sevilla. Así que el día 18 se despidió el pueblo cordobés, y los citados aduladores de sus majestades y sus altezas, en la Estación de ferrocarril, acompañándolos las autoridades cordobesas hasta la estación de Peñaflor.
Auarela erotico satírica, la reina con Carlos Marfori y Francisco de Asis,
en la antesala esperan oficiales de la guardia
El Rey consorte con unos apéndices
(1) Su biógrafa desmintió que tuviese furor uterino, a pesar de que tuvo un número considerable de amantes oficiales: Francisco Serrano, José María Ruiz de Arana, Manuel Antonio de Acuña, el Sr, Puigmoltó y Carlos Marfori, y otros, justificando que tener amantes era muy común en la aristocracia del momento.
Las publicaciones satíricas la representaron en una seria de acuarelas en faena y a Paquita con unos enormes apéndices.
Bibliografía, grabados y fotografías de la Crónica del Viaje de Fernando Cos-Gayon.