Castillo de Bellver, Palma de Mallorca
Hace más de veinte años tuvimos programado un viaje a Palma de Mallorca para asistir a un encuentro relacionado con mi trabajo entonces. Uno de los atractivos que más me llamaban la atención era una cena en el patio del Castillo de Bellver y un concierto en el mismo marco. Un accidente de bicicleta de nuestro hijo mayor, en el Parque Natural de Cazorla, dentro de un viaje con el colegio, nos obligó a desistir del encuentro y anular el viaje. Afortunadamente el accidente se quedó en el susto y lamentablemente el apetecido viaje sin realizar.
Vista aérea (folleto)
Veinte años después, el primer viaje del Imserso me ha permitido visitar el mencionado castillo. De mis impresiones del viaje del Imserso, de sus luces y sombras, podría hablar largo y tendido, pero lo que procede es hacerlo de la fortaleza. Decidí efectuar la visita de la forma natural, es decir sin nada organizado, autobús nº 15 desde la zona de residencia, trasbordo al nº 3, bajada en Plaza de Gomila, para subir por la Carrer de Bellver hasta la entrada al recinto, y luego por unas interminables escaleras que pusieron a prueba un aparato circulatorio que, a veces, aunque trabaja irregularmente afortunadamente no creo ningún problema, dejé a la derecha la Capella de Sant Alonso, más escaleras y llegué a la explanada del castillo.
Plano planta castillo (folleto)
Desde ahí seguir unas huellas de pisadas de color verde que llevan hasta el aparcamiento y zona de visitantes, pagar la entrada de jubilado que, afortunadamente es del 50% de la normal, y vuelta, ahora siguiendo las pisadas rojas hasta la puerta de entrada a la muralla defensiva, o revellín exterior. En una palabra la fortificación triangular que se sitúa frente a la principal, separada de esta por un foso, cuya principal misión es poder dividir a la fuerza que ataque, y con la posibilidad del fuego cruzado proteger los muros.
Entrada recinto cale Drecera
Este castillo es una de las construcciones emblemáticas de la ciudad de Palma, fue construido entre los años 1300 y 1311, es decir en los comienzos del siglo XIV, aún quedaban casi doscientos años de vida del reino nazarí de Granada, pero en Córdoba ya había sido eclipsado su esplendor califal. Su impulsor fue el rey Jaime II de Mallorca. Su distancia del teórico centro de la ciudad es de unos tres kilómetros. Y su altura respecto a la del Mediterráneo es de 112 metros, muy cercana a la de Córdoba.
Escaleras de subida al castillo
Su construcción es muy original, es uno de los pocos castillos circulares que existen, gótico, con un patio central circular también al que dan dos pasillos porticados, uno en cada planta, la baja de servicios y la primera la noble. Tiene cuatro torres con la clásica orientación a los cuatro puntos cardinales. La del homenaje, mayor, y orientada al norte, es una torre de tipo albarrana, mientras que las otras tres están perfectamente integradas en la fortaleza.
Entrada al paseo de ronda
Los textos sobre el castillo lo citan como una obra muy genuina e innovadora de la arquitectura mallorquina. Esta torre mayor o del homenaje era el último reducto defensivo y podía quedar aislada con solo derruir el puente. Luego se utilizó su aislamiento para ser la prisión por excelencia dada su inexpugnabilidad. Hoy en día su perfecto estado de conservación nos la presenta esbelta y segura.
Puerta de acceso al paseo de ronda desde arriba
He de decir que me ha llamado mucho la atención la citada arquitectura, no solo la militar o defensiva sino la civil en otros lugares de la isla, con un cargado y cálido sabor mediterráneo, como no podía ser de otra manera, por estar rodeadas las islas de este mar cuna de muchas civilizaciones. El material de construcción del castillo es piedra arenisca bastante trabajable y cuyas canteras están cercanas, como las de Santayí y Portasl Vells.
Una parte del foso en el lado noreste
Se comenta que gran parte de sus sillares fueron extraídos también de unas inmensas cuevas que están debajo del castillo. Estas cavidades tienen una serie de historias que merecerían una dedicación exclusiva, así como tampoco están exentas de las consabidas leyendas populares. El clásico misterio de los pasadizos secretos, de huida o de paso a otros palacios, que casi siempre no llevan a ningún sitio más lejano que la imaginación popular.
El foso, servicios y el paseo de ronda en la torre oeste
En el siglo XIV se empezó a construir el revellín, y a mediados del siglo XVI, esta obra se amplió y adaptó a la nuevos avances de la artillería. No hay que olvidar que esta construcción tenía como objetivo principal la extraordinaria perspectiva para controlar las amenazas tanto terrenas como marítimas, sobre todo en épocas que las incursiones de piratas en el Mediterráneo eran harto frecuentes, sobre todo las turcas. La seguridad que ofrecía a las clases dominantes era grande, sin olvidar el refinamiento de sus interiores que estaban acomodados a la clase privilegiada de los que lo habitaban.
La torre norte o del Homenaje
El uso del castillo como residencia de los soberanos de Mallorca fue durante muchos años, además de luego ser alojamiento de las autoridades principales isleñas. Del mismo modo comenzó a usarse como prisión para determinadas personalidades. Después de la guerra de Sucesión, principios del siglo XVIII, se convirtió en la principal prisión de la isla Jovellanos.
El patio de armas circular con los pasillos porticados
Francois Aragó o el general Luis Lacy, fueron inquilinos forzados de Bellver. Los grafitis de las paredes denotan la cultura que tenían los presos. Muchos de ellos oficiales franceses prisioneros de la batalla de Bailén, mientras la tropa fue llevada a la isla de Cabrera en un número de casi nueve mil, donde fueron abandonados inhumanamente, quedando vivos muy pocos. Otros fueron a Canarias.
Vista del patio desde la planta noble
No se puede olvidar a la incivil guerra -de la que aún existen miles de españoles republicanos tirados en las cunetas después de asesinados y a cuyos familiares se les niega el pan y la sal, con la manida y fascistoide frase de que hay que pasar página-, donde el castillo fue prisión de más de 800 republicanos, defensores del gobierno legalmente salido de las urnas, frente al fascismo golpista, de bota casino y sotana, que fueron fusilados después como muchos miles. Como curiosidad, entre ellos figuraban los que en los principios de la década de los treinta, del siglo XX, durante la II República propugnaron la cesión del castillo al ayuntamiento de Palma.
Escalera de caracol
El abastecimiento de agua estaba asegurado, todas las grades terrazas vierten al aljibe central, por lo que cualquier gota de agua de lluvia quedaba almacenado en él. La planta baja era la zona de abastecimiento la entrada desde el exterior está situada en el sector noroeste, e inmediatamente a la derecha están las escaleras para subir a la planta "noble", la llamo así porque era la residencia de los titulares.
Ventana de caracolas
Ahora esta planta baja se usa como sala de conferencias y otras varias dedicadas a la historia de Palma, desde el neolítico al siglo XX. La noble contiene una capilla llamada de San Marcos, la Sala de Jovellanos, la del Trono, unas salas para el personal, la Colección Despuig, y la antigua cocina, así como dos accesos a la terraza superior.
Colección Despuig
El museo de historia de la ciudad como he mencionado, está alojado en el castillo y existen piezas desde el neolítico hasta el siglo pasado. Sin olvidar la conquista romana en el 123 a.C., teniendo en cuenta que la ciudad romana más importante fue la de Alcudia. La etapa de dominación árabe en el 903, hasta la conquista catalana de 1229.
Acceso a la terraza
El establecimiento del Reino independiente de Mallorca (1276-1349), construcción de murallas de la ciudad y su derribo en los años de la fiebre de su destrucción a principios del siglo XX. No he podido averiguar el sentido de un ventanal repleto de caracolas blancas que, en un principio me llamaron la atención hasta acercarme a ellas y descubrir lo que eran.
Terraza y torres sur y este
La colección de Antonio Despuig, hijo de los Condes de Montenegro, destacado personaje de la Ilustración mallorquina, es una importante muestra de arte. En la época que como cardenal residió en Roma, reunió (no sabemos cómo pero llama la atención) una colección increíble.
Grafiti en la torre del Homenaje
Se comenta que el mismo participó en excavaciones en Ariccia, aunque no veo yo, no sé porqué, al cardenal remangada la sotana y con la piqueta en la mano. Por otra parte dicen que también compró muchas a anticuarios. Lo cierto es que una gran parte de esa colección la adquirió el ayuntamiento de Palma en 1923, con la mediación de una Sociedad Arqueológica y de la intelectualidad mallorquina.
Pilón en la terraza
Sin desmerecer una isla repleta de atractivos, tanto arquitectónicos como naturales, que en muchas ocasiones más bien parece una provincia germana en gran parte de su territorio, por los rubios habitantes y el sonido de su marcial idioma -dos guerras mundiales perdidas y la tercera la han ganado sin un solo tiro-. Variado territorio, de hermosos litorales, algunos muy agrestes, la escarpada y bella Tramontana y las suaves colinas interiores.
Grafitis en la torre oeste
Característicos molinos de extracción de agua, almendros, algarrobos, higos, cítricos, industria de perlas de imitación, pieles y vidrio, ensaimadas, calas y preciosas playas, algunos atentados urbanísticos, modernismo gaudiniano, gótico y renacentismo. Y aunque parezca todo esto un "totúm revolutúm", es un territorio hermoso, inolvidable, que invita a visitarlo nuevamente pero con una tranquilidad fuera de circuitos caros, no aptos para jubilados de bajo poder adquisitivo.
Señal de Fco. Aragó
Vista del puerto deportivo, ciudad y Catedral
Fotografías y vídeos del autor y folleto
Bibliografía de la red.
4 comentarios :
Me alegro que te gustara Paco. Una cosa que no conoce mucha gente es que a finales del siglo XIX y principios del XX el castillo estuvo abandonado a su suerte durante algunos años, Afortunadamente no sufrió grandes desperfectos pero por allí solo corrían los conejos.
Y las mejores piezas de la colección Despuig fueron vendidas tras la muerte del cardenal por su heredero, Ramon Despuig Fortuny, último conde propietario de la finca de Raixa. Algunas se encuentran en manos privadas, y otras, en el museo de Copenhague que compró unas cuantas. Aquella colección que tanto costó al cardenal reunir, al final se repartio por ahí.
Un saludete.
La pena es no haber podido contar con un cicerone bueno que conozco y aprecio. Me ha gustado muchísimo, no me imaginaba la isla tan variada y tan hermosa, y la ciudad de mucha categoría arquitectónica. El modernismo está por muchos sitios. El castillo es una maravilla y el entorno también. Ya estamos planteando hacer una visita exclusiva. Se nos han quedado muchas cosas en el tintero. Vimos una colección de grabados de Dalí en en Museo Can Morey maravillosa, y aunque no los hubiera habido nada más que el palacio merecía la pena. El Museo de Mallorca solo tenía dos salas abiertas, cuando esté a pleno rendimiento... cualquier calleja, cualquier esquina, es una maravilla, me estoy acordando ahora mismo de la Lonja, increible. Hemos vuelto admirados. Un abrazo.
Buenos días, amigos. Paco, magnifico reportaje. Hace muchos años estuve allí. El estado del edificio era algo más que lamentable. Afortunadamente, se ha recuperado y por tus magnificas fotografías, veo que goza de buena salud.
Entre sus muros no sólo estuvo prisionero el General Lacy, si no que fue fusilado, por el terrible delito de encabezar un Pronunciamiento (donde no hubo ni un tiro) para intentar restaurar la Constitución de Cádiz. Cuentan los historiadores, que Fernando VII El Felón, se sumó al homenaje que se le rindió en Barcelona. ¡¡¡Tela!!!
Sobre los presos franceses de Cabrera hay un libro (Cuando el Padre nos olvida) que relata las atrocidades que padecieron. Fueron tantas, que hasta hubo canibalismo. Un abrazo, y gracias
P/S: Las fotografías de las escaleras son sensacionales.
Interesante aportación sobre el General liberal, que el cerdo del Borbón, miserable, mal nacido, y deseado por el pueblo ciego y tonto que parece que somos. La historia se repite y no es el síndrome de Estocolmo, es gilipollez endémica. De lo de Cabrera sabía lo del canibalismo, no he leído el libro pero si algunas historias, sin embargo lo caníbales famosos fueron los de los Andes. Gracias viniendo de un experto, de las escaleras, la satisfacción es que no me fatigué aunque estaba esperando de un momento a otro un desarreglo del ritmo, recuperé bien. Un fuerte abrazo Patxi.
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