lunes, 3 de febrero de 2014

ABRIGO DE LA BATANERA, PINTURAS RUPESTRES EN FUENCALIENTE (CIUDAD REAL) (I)

Una figura del abrigo de la Batanera

Primer domingo de febrero de 2014, amanece un día aparentemente bueno aunque algo frío, decidimos sobre la marcha casi sin pensarlo, visitar las pinturas rupestres de Fuencaliente (Ciudad Real). Días antes nuestro hijo Gabriel nos había comentado que las había visitado con Virginia su mujer. Mochila, botas y cámara fotográfica para trasladarnos al Calcolítico o Edad del Bronce, en los dominios de la simulada y finiquitada "Cospe", en el que nos adentramos unos cuantos kilómetros. Aunque pueda parecer una tontería cuando dejas atrás el cartel de Andalucía te da una cosilla especial.

El cartel, para que lo vean los de Castilla

Llegada al aparcamiento

Nacional 420 de Córdoba a Gerona por Cuenca. Se dice muy pronto, una carretera nacional que empieza en Córdoba y acaba en Gerona pasando por Cuenca. Buen piso y las primeras decenas de kilómetros por la autovía NIV hasta la hermosa Montoro, la Cuenca cordobesa, enquistada en una altura que forma el meandro del Guadalquivir, que si fuese en la mencionada ciudad castellana de las casas colgantes, diríamos en la hoz del Guadalquivir.

Una aérea de Google con el detalle.

La peña de la llegada

La N-420 es una vía que se adentra en la parte sur del valle de los Pedroches tímidamente, entre terrenos adehesados, enormes encinares y alcornocales. Tranquila, convencional, pero estimo que bien diseñada, y no tiene nada que ver con la antigua vía que, hacía parada y casi necesitaba fonda en la Venta del Charco, casa de postas y descanso de la ruta hacia Castilla.  Desde 1397, año en el que Enrique III concede doce ventas francas a Córdoba para el camino  a Ciudad Real, que están dando servicio al caminante: El Charco, El Cerezo, Cardeña y Azuel, son hoy núcleos de población.

Sendero de bajada y subida después al valle del río Cereceda

Cruzamos el sur del valle de los Pedroches, y avistamos ya Sierra Madrona, una vez dejemos atrás Azuel, y subamos a Fuencaliente dominaremos el valle de Alcudia, llamativo y perfectamente delimitado como el de los Pedroches, pero nuestra ruta no nos llevará hasta allí, nos quedaremos en la ciudad balnearia. Pendientes del Km. 101 para desviarnos a la derecha. Ojo, hay que estar pendiente al desvío, pues la señalización de las Pinturas Rupestres parece destinada a los castellanos, los andaluces la vemos mal y antes de llegar no existe alguna.

Otra vista del sendero

Giro a la derecha y entramos en una pista, alquitranada pero hace tiempo, y llegamos al cruce. Los postes de un campo de fútbol son la referencia: a la derecha para la Peña Escrita y al frente pista de tierra para la Batanera. Decidimos primero La Batanera, y nos adentramos en una pista forestal cuyo piso está mal pero puede considerarse aceptable. Subimos hacia la sierra. Dejamos un pequeño embalse del río Cereceda a la derecha abajo,  y el paisaje se va haciendo cada vez más agreste.

Una vista de la chorrera de los Batanes

Después de unos dos kilómetros y medio, vemos una elevada y solitaria peña a la izquierda y una casilla con antena parabólica, a la derecha, la señalización de la Batanera y un aparcamiento, bueno un llano donde aparcar. Ojo, en el rincón este del llano, hay una puerta amarrada con un alambre, que ruega su cierre después de abrirla, no existe señalización.

Otra vista de la chorrera

Por el contrario nos avisa del peligro de las abejas, que nada tiene que ver con las del Sr. Ruiz de Jerez. Ahora sí, ya se ve un pedregoso camino zigzagueante descendente -luego habrá que subirlo-, hacía el río Cereceda -del que también se oye su contenido- con algunos bancos en él, seguro para la subida, y una baranda de madera en los lugares peligrosos. Unos cuatrocientos metros hasta el abrigo de la Batanera.

El puente

Ya vemos el puente para cruzarlo, rústico de madera también, con soportes de mampostería, y al cruzarlo un sendero a través de un pequeño bosque umbrófilo, nos lleva al abrigo. Antes  de cruzar el río seguimos un pequeño sendero a la derecha del mismo, que nos conduce a un mirador en altura sobre la Chorrera de los Batanes, y que usamos en primer lugar para disfrutar de la chorrera desde un ángulo que nos permite ver toda su belleza, casi toda, porque desde abajo sería más hermosa su perspectiva .

Cartel en el abrigo de la Batanera

Es un espectáculo verla, a pesar de que el caudal del río no es muy intenso, nos imaginamos que será en plena temporada de aguas. Fotografías de ritual. Algunos cordobeses -la matrícula del coche en el aparcamiento los delató- en la orilla de frente, y ahora la vista de las rupestres del abrigo de la Batanera.

Protección de las pinturas.

Bosquecillo umbrío -estamos en el lado norte de la Sierra de Hornilleros-, por un serpenteante sendero y llegamos a las rejas del abrigo. Estas rejas están instaladas para que nadie toque lo que no se debe tocar, el Ingeniero Jefe del Distrito Forestal de Ciudad Real, Conde de Torrepando lo recomienda: "Estas piedras escritas han sido declaradas monumento arquitectónico-artístico. Respetarlas en nombre de la cultura".  


Otra vista de la protección

En 1924 fue la declaración, 141 años después de su descubrimiento. Unas paredes verticales cuarcíticas, al lado del río Cereceda, en una hondonada, tallada por el cauce, casi al borde del encajonamiento de su curso, da lugar a un precioso paraje, La Chorrera de los Batanes, con su considerable salto de agua.

Una vista general del abrigo

D. Miguel de Cervantes nos dice del lugar que bebieron del arroyo de los Batanes,  D. Alonso Quijano y Sancho:

"Hecho esto, almorzaron de las sobras del real que de la acémila despojaron, bebieron el agua del arroyo de los batanes sin volver la cara a mirarlos... (El Quijote, cap. XXI).


El cartel del Conde de Torrepando

D. Pascual Madoz, en su obra de "España y sus Posesiones de Ultramar", nos relata sobre el lugar y su descubridor:

"El laborioso y erudito escritor D. Fernando López de Cárdenas, cura párroco de Montoro, con el objeto de recoger sustancias minerales y otras curiosidades para el gabinete de Historia natural de esta Corte, para lo cual estaba comisionado por el conde de Floridablanca, reconoció en 26 de Mayo de 1783 varios lucos situados en este término y paraje nombrado (por lo que después se dirá) Piedraescrita junto al arroyo de las Piedras y orillas del río de los Batanes o de los Molinos. Estos lucos son unas cuevas piramidales abiertas en matriz viva de pedernal, en los cuales se hallan figurados con tinta encarnada bituminosa, símbolos, jeroglíficos y figuras que no se corresponden a los alfabetos hasta ahora conocidos."


Pinturas deterioradas

Luego el descubridor fue el párroco de Montoro, D. Fernando López, que no es el "Pacorro de Montoro" del chiste, sino un ilustre y culto clérigo, seguro con un nivel de testosterona normal, no exagerado como el viril chistoso, el que nos permitió conocer estas pinturas, aunque él y Casas Deza en un artículo del Semanario Pintoresco Español, basado en el texto de Madoz, estimaran que eran fenicias.

Otra vista de las rejas

Como siempre digo de lo que no entiendo, que lo mejor es citar a los expertos, y entrecomillarlo, citare lo que  Arqueomas dice de las pinturas, 

"El panel 1, panel principal, está situado sobre un pequeño abrigo de casi tres metros de alto. Incluye treinta y cuatro figuras situadas en tres planos diferentes separados por grietas de la roca. Desde la parte superior a la grieta se observan cinco antropomorfos, dos zoomorfos y figuras de difícil interpretación. En la parte derecha del panel, muy afectada y cubierta de líquenes, destaca una figura formada por varios círculos concéntricos. 


Más pinturas

A unos 20 m a la derecha del anterior se sitúa el panel 2, que incluye tres figuras compuestas por líneas quebradas. 

A unos 10m del anterior se sitúa el panel 3, sobre una pared lisa prácticamente sin protección. En la parte superior sólo aparecen restos de pinturas de difícil interpretación ya que se encuentran muy afectadas por el agua. La parte inferior incluye cuatro figuras antropomorfas distribuidas alrededor de cuatro círculos concéntricos."


Otras pinturas

Una vez disfrutamos las pinturas de nuestros antepasados del calcolítico, nuevamente la subida al aparcamiento. Desde esta pinacoteca de la Edad del Bronce, se puede también subir un sendero hasta la meseta, para llegar a la Peña Escrita, otra pinacoteca prehistórica, que se sitúa en el lado sur de la Sierra Hornilleros, pero esa en otro asalto.

Panel 1

Panel 1,1

Panel 2

Panel 3




Fotografías y  vídeos del autor
Bibliografía: Arqueomas; Pascual Madoz "Diccionario Geográfico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar", Dña. Macarena Fernández: "Pinturas Rupestres  y esquemáticas del Valle de  Alcudia y Sierra Madrona"·

2 comentarios :

vértice dijo...

Amigo Paco, como buen autodidacta le pegas a todos los palos, te dejo algunos yacimientos con pinturas en el Valle de Alcudia.
YACIMIENTOS DE PINTURAS RUPESTRES
La Batanera. (Fuencaliente)
Peña Escrita. (Fuencaliente)
El Escorialejo. (Fuencaliente)
Morrón del Pino. (Fuencaliente)
Abrigo de la Sierrezuela. (Fuencaliente)
Cueva de las Sierpes. (Fuencaliente)
Cueva de la Estación. (Cabezarrubias del Puerto)
Collado del Águila. (Solana del Pino)
Peñón Amarillo. (Solana del Pino)
Abrigo de la Jalbegada. (San Lorenzo de Calatrava)
Un saludo.
P.d. Soy un enamorado de aquellas tierras

Paco Muñoz dijo...

Querido amigo Emilio.
Muchas gracias por tu aportación, el otro día hablamos de ti y de tus conocimientos de todas estas cuestiones patrimoniales, desde los íberos (o anterior) hasta la actualidad, y sobre todo de tu extraordinaria colección fotográfica, con Emilio Fernandez y Abén Aljama en el cortijo Orive Bajo.
Me he permitido poner en una segunda parte, la referida a la Peña Escrita la relación de lugares que acompañas a este comentario.
Un abrazo y nuevamente gracias.