Fotografía del puente de un solo arco
Días pasados, incitado a verlo por una fotografía que recibí de un amigo -Manuel Trujillo, de la Plataforma A Desalambrar-, integrada en un artículo sobre el viario de Medina Azahara, visité el Puente de Vallehermoso, o mejor dicho lo que queda de él, que es bien poco, nada prácticamente, un par de sillares de su lado oeste y el promontorio de entrada a su tablero desaparecido.
Foto aérea del entorno
El Arroyo de Vallehermoso, unos metros más arriba del lugar en el que estaba el Puente -uno de los que configuraban el camino, llamado de los Nogales, según algunos autores, y de servicio a la ciudad palatina de medina Azahara-, se une con el de la Gitana, que a su vez llaman otros autores, rama oeste de Vallehermoso también. Esto de los arroyos es muy peregrino en materia de su toponimia. He elaborado con una fotografía aérea de Google la traza del camino y los diferentes puentes.
Al frente el Puente de los Nogales
Continuamos el Carril de los Toros, antes de convertirse en el camino de Media Ladera, que a su vez es la Vereda de Trassierra, para que podamos entendernos. Una vez pasado el carril que nos señala al Puente de los Nogales, cuatrocientos sesenta metros arriba, hacia el oeste, que es la dirección que llevamos, se bifurca este camino a la izquierda.
Pasamos por delante de unas canteras a cielo abierto, en el Cortijo de la Torrecilla y después, a escasos trescientos metros de la bifurcación, giramos a la izquierda por otro camino que va paralelo al arroyo y este nos lleva al desaparecido puente.
Canteras de calcarenita del Cortijo de la Torrecilla
Pasamos por delante de unas canteras a cielo abierto, en el Cortijo de la Torrecilla y después, a escasos trescientos metros de la bifurcación, giramos a la izquierda por otro camino que va paralelo al arroyo y este nos lleva al desaparecido puente.
Camino al puente, a la derecha el arroyo
Este camino, nos va a permitir ver como a un escaso medio kilómetro de andar por él, la unión del arroyo de la Gitana con el de Vallehermoso que es el que nos acompaña, y andados cien metros más, detrás de una curva, de las muchas que tiene el serpenteante arroyo y camino paralelo, veremos un vado a la derecha, un árbol y el promontorio citado en el primer párrafo. Entonces, si lleva poca agua podremos ver el par de sillares en la orilla derecha.
Camino y al fondo finca de la Torrecilla
La fotografía me planteó muchas dudas. La primera de ellas es que la estimé del puente de los Nogales. Después de darle muchas vueltas, contar inclusive las dovelas del arco este del puente de los Nogales, y las de la fotografía y ver que no son el mismo número, empezaba a considerarla del de Vallehermoso, teniendo en cuenta que en el pie de foto así la nombraba. Por el ojo este del Puente de los Nogales no pasa el agua y por el de la fotografía sí, y luego está el árbol que el de Los Nogales no tiene, y el perfil del horizonte, lástima que no hice una fotografía buscando el ángulo desde la orilla derecha para comprobarlo. Lo pensé pero me obligaba a cruzar el arroyo.
Arroyo de la Gitana y de Vallehermoso
No obstante con las cautelas que, puedan precisar eruditos en la materia, me quedaré con un ligero porcentaje de duda de si la fotografía es o no del Puente de Vallehermoso. De todas formas el lugar no tiene duda alguna y el expolio de este puente tampoco, que ha sido del noventa y nueve por ciento, estimando el uno restante en los dos sillares citados.
Promontorio del tablero y árbol
Para otro día dejo la visita, arroyo abajo, cerca de la pista que siempre llamábamos del Marques del Mérito -lo mismo que cualquier avioneta que surcaba el cielo de la ciudad, cuya propiedad achacábamos también al mismo personaje-, a lo que queda de un pequeño edificio religioso de siete metros de ancho por 8 de largo, del que solo quedan sus muros norte y sur, así como unas construcciones hidráulicas.
Sillares
Fotografías del autor, una del artículo citado
Buenas tardes, amigos. Gracias por seguir acercándonos los rincones escondidos, y desconocidos–al menos para mí–de nuestra querida tierra. Los “dueños de las tierras” les importaba muy poco el patrimonio histórico y, aplicaron el refrán de: lo mío es mío, porque así lo manda Dios; lo tuyo, de los dos. Un abrazo.
ResponderEliminarEso queda no lejos de mi casa. Voy a "robarte" la información para cuando mejore el tiempo, darme un salto por ahí. Prometo ser capaz de descubrir dónde está.
ResponderEliminarBueno, mejor lo juro, por si acaso, y así no tengo problemas morales si no lo consigo.
Buen paseo amigo Paco, yo también lo busque con el mismo resultado que tu, después leí que este puente había sido desmontado en 1926/27 para aprovechar sus sillares en la construcción de la carretera de Palma del Río. Que te parece!
ResponderEliminarUn saludo.
Patxi muchas gracias y me alegro de acercarte lo que llevas en el corazón (y me consta) desde toda tu vida, a pesar de la lejanía que es cercanía en la amistad. En todos los tiempos han aprovechado lo anterior, el asunto del patrimonio se acrecentó en épocas más recientes, de todas maneras así ha sido como dices lo largo de la historia, en el fondo era suyo, como todo. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Manuel muchas gracias por entrar por aquí. Cuando fuí a pesar de los cielos azul estaba de barro el camino bastante bien, pero cuando esté seco estará el trigo algo más alto. Y ya sabes "si así no lo hiciera que Dios y la Patria te lo demanden". Un abrazo.
ResponderEliminarAlgo leí por algún sitio, pero entonces viniendo de ti el comentario, persona que más conoce el patrimonio de nuestra provincia, con diferencia, pero que solo nos quieres deleitar con tus fotografías, estimo que la fotografía es del puente. Muchas gracias por la confirmación. Un abrazo Emilio.
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