Hacía mucho tiempo que no tenía la suerte de pasear con mi hijo mayor. Cuando se hacen mayores yo no son esos a los que les explicabas cosas. En esta ocasión el paseo no fue agradable del todo porque el destino fue la oficina de empleo, para gestionar cuestiones relativas a su demanda del mismo, igual que seis millones de jóvenes y menos jóvenes en este país, a los que la estafa, que no crisis, ha llevado por derroteros complicados, que al final terminan en depresiones, y problemas de toda índole.
Pues bien cuando volvíamos de la misma, a la altura donde estaba el puente del arroyo, que se llamó en una parte alta de su curso De Las Piedras, por esa zona de San Juan de Dios (como el ex-convento, que después fue ex-Matadero Municipal), luego de la Fuensanta hasta su unión con el de Pedroches, poco antes de su desembocadura en el Molino de Martos, le llamó la atención el rótulo en lo que es una zona de juegos infantiles, "Glorieta del Pintor Topham". Bueno glorieta, es un decir, pero así figura en el callejero. Entonces surgió la pregunta:
-¿Quién es este Sr.?
La verdad es que tuvo la suerte, no de tener un padre erudito, nada más lejos, si no que por el motivo de un modesto trabajo para el blog sobre la fábrica del Plomo y Cementerio de los Protestantes, había investigado las personas que estaban en el cementerio y su traslado a la parcela del Cementerio "Católico" Municipal de San Rafael, y lo tenía todo reciente. Vamos el don de la oportunidad.
-Pues un pintor británico que tuvo la desgracia y la suerte de morir en Córdoba. Un enamorado de España que estaba enterrado en el Cementerio de los Protestantes, en Chinales y que su familia reclamó en 1959, debido al estado en el que se encontraba el mismo. Expolio de tumbas en la guerra civil, abandono y robo continuado después. Y que gracias a los familiares del pintor, esas personas que estaban enterradas en el Cementerio de Duncan Shaw o de los protestantes, tuvieron una parcela aparte en el de San Rafael. Algo es algo. -le contesté.
Continué: -¿Quieres ver su tumba?
Y nos dirigimos al Cementerio de San Rafael a la Parcela Evangélica, donde estaban los restos de Sir Francis Topham en una discreta tumba, al lado de la que supone es de Duncan Shaw y otras muchas similares, austeras, sin grandes ostentaciones. La historia de este pintor, es como la de muchos enamorados de esta tierra, no concretamente de Córdoba, que fue una eventual circunstancia -que también-, donde tuvo la desgracia de morir y la suerte de reposar eternamente, bueno tanto como reposar es un decir, porque no creo que con los avatares sufridos por estas personas, primero para ser enterrados y luego para continuar dando tumbos "secular seculorum", cambios, ultrajes, expolios, discriminaciones, etc. ¿se puede llamar a eso reposo?
Allí estaba Francis William Topham, o lo que quedara de él. Había nacido un 15 de abril de 1808, en Leeds, ciudad sita en West Yokshire, importante centro metropolitano y ciudad al norte de Inglaterra. Gran centro industrial de la lana en su momento, y luego educacional. Tres universidades lo atestiguan. El mayor centro de negocios después de la City y, cosa curiosa, la de mayor índice de natalidad del Reino Unido. Por lo menos lo fue. Francis William comenzó de grabador, lo que demostraba su interés por el arte. Fue amigo de Charles Dickens, y trabajó con él en su compañía teatral. Por su natural disposición para el dibujo le ilustró los tres volúmenes de la Child´s History of England.
Pintó muchos temas rurales, en los que se especializó, y la famosa acuarela "Figures in an irish cabin" en 1844. Esa formación de acuarelista le viene como resultado del estudio de la naturaleza. Uno de sus primeros trabajos expuestos al público fue "La comida rústica" que lo fue en la Royal Academy en 1832. Fue elegido miembro de Nueva Sociedad de Pintores de Acuarelas 1842, y en 1847 se retiró. En 1848 fue elegido sin embargo miembro asociado de la Sociedad Pintores de Acuarelas, que figura en su epitafio. Sus obras están en las mejores pinacotecas del Reino Unido y del mundo. Realizó en 1852, a finales, un viaje de unos meses por España para estudiar el arte de la pintura en ella y sobre todo lo que le interesaba más su gente. Expuso "Adivinación-Andalucía" y "Gitanos españoles" en 1854. A estos le siguieron: "El andaluz escritor de cartas" y "'La Posada" en 1855, "Card-jugadores españoles", y otros. Veinte años después, 1876, volvió a España. Cayó enfermo en Madrid pero decidió viajar a Córdoba. Se alojó en el Hotel Suizo, pero las diecisiete horas de viaje en tren, contribuyeron a empeorar su enfermedad y falleció un frío marzo de 1877 recién comenzada la primavera.
Fue enterrado en el cementerio protestante de Córdoba, el que construyó para sus trabajadores y él mismo Duncan Shaw en la colina que dominaba la ciudad, por encima de la Huerta del Plomo y la fábrica del mismo nombre. A la orilla del mismo arroyo que virtualmente hoy rodearía donde tiene su "glorieta". Como hemos comentado en otra entrada, el cementerio discriminatorio de los Protestantes fue saqueado durante la Guerra Incivil y destruidas o arrancadas sus lápidas y principalmente los caracteres metálicos que tenían. En su lápida figura el siguiente texto:
"Here resteth /Francisc William Topham/Member of Society of Paintors in Water Colours/ Born in Leeds, Yorkshire/ 15 April 1808/ Died Sudenly in Cordova 31 mars 1877/"
En 1959 un bisnieto suyo Mr. Tom Pocock busco la tumba de su artista antepasado, como quiera que encontró en un deplorable estado el cementerio, elevó quejas sobre ello, a la Embajada de España en Londres y a la de Inglaterra en la capital de España. El ayuntamiento de Córdoba se hizo eco de las quejas y requerimientos del bisnieto del pintor, y trasladó lo que quedaba de tumbas y restos a una parcela miserable, acotada para los cristianos evangélicos. Si el Sr. Duncan Shaw había hablado de solución del problema religioso en España, pero era otra mentira más a las que estamos acostumbrados. Sigo sin comprender como un establecimiento municipal como es un cementerio, que debía estar gestionado laicamente, admite esa "discriminación" intolerante de los cristianos católicos sobre el resto de los ciudadanos. Ya lo sufrieron cuando construyeron el cementerio, persecución y ataques sistemáticos de la dirección eclesiástica cordobesa.
1990, viene su descendiente otra vez a España, y una nueva decepción cuando encuentra la zona evangélica en un estado lamentable, que no difiere del que puede encontrar cualquiera hoy mismo. Da la sensación al entrar allí que se hace a un antiguo corral de una casa, paredes descarnadas, un banco metálico cubierto por la maleza en un tétrico rincón, un pasillo construido con trozos de lápidas en las que aún se pueden leer parte de textos en ellas. Una enorme sensación de abandono en el siglo XXI, que nos hace pensar que no habría sentido el bisnieto del pintor veintitrés años antes. Otra queja por el estado, una leve reparación y una especie de desagravio. Le ponemos una calle y ya está. "Glorieta del Pintor Topham". Como curiosidad, al lado mismo tuvo una calle también, afortunadamente se le cambió el nombre, un militar golpista que era tuerto y manco y que le gritó "viva la muerte" al Sr. Unamuno.
Pastora
Fotos del autor y diversos lugares de la red.
Una del Museo Prov. de Bellas Artes de Córdoba.
Bibliografía de la Red.
Buenos días, amigos. Paco, complicados tiempos nos han tocado vivir en el otoño de nuestras vidas. La crisis que nos asola se ha visto incrementada por la crisis de valores, no confundir ética, con otros que nos han, o han intentado gravar a fuego los continuadores de la cultura judeo-cristiana, esos para ellos. Yo me quedo con los de la Institución Libre de enseñanza, Krausismo. Ya se sabe, que el capital no tiene corazón, solo tiene estomago. Lo malo de la cuestión actual, es que han salido de las sombras los señoritos, esos que decidían desde el caballo quien comía y quién no. Esos, a los él muy ilustre Don Joaquín Costa dedicó la siguiente sentencia: “Escuela, despensa, y siete llaves al sepulcro del Cid” Esto se ha había conseguido con el Estado de bienestar, que habíamos creado entre todos, y ahora ni escuela, ni despensa y salen por los medios pregonado la unión nacional. Bueno, a lo que es el caso.
ResponderEliminarCuando iba a los Chínales a por chinos para el tirador, pasaba junto al ese cementerio y veía como era ultrajado y expoliado, cosa que censuró en un escrito Castilla del Pino. Conocí las ruinas de la fábrica del plomo, y como continuaban, las muy contaminantes tapias construidas con las escorias de ese material. El pintor lo dimos en clase, pero así de pasada. Un abrazo
La primera parte de tu comentario nada que decir coincido plenamente con ella. Hace poco vi un documental sobre la vida de Costa y su lucha contra los caciques. Hoy si vemos las noticias y observamos a un Sr. de Castellón con gafas de sol, te puedes imaginar lo que sería uno de esos caciques del XIX en un juzgado. Nosotros en Córdoba tuvimos el máximo exponente declarado el Sr. barroso, cuyo monumento en principios del XX (1918) arrasó un pueblo hambriento y harto, y a su cabeza, la de ministro en piedra, le fueron dando patadas como si fuera un balón por las calles. Desde luego si sentí eso fue por Mateo Inurria.
ResponderEliminarA Chinales, a por chinos para el tirador, luego por algo el nombre de la zona. Y el tema del cementerio citado por muchos y expoliado hasta hace poco. Es verdad que en aquellos tiempos tener trabajo era un lujo, pero habría que ver la contaminación y las muertes que pudiera producir una fábrica con un arroyo al lado y ninguna normativa que le obligara a no verter los desechos. La gente moría joven "de repente", y no les daba tiempo a incubar otras enfermedades más graves, pero en la tierra quedaba los restos de la industrialización agresiva.
Hola
ResponderEliminarcada vez que vengo aprendo de tus bellos textos
Gracias Mucha, alegría de leerte. Un saludo.
ResponderEliminarBuenos días, amigos. Paco, estamos vivos de casualidad. Algunos hemos convivido con: La fábrica de aceites Rodríguez hermanos, bodegas Cruz-Conde, caramelos y chocolates Capuchinos. Todo esto, en mi calle. Todas utilizaban a su antojo los vertederos universales, atmosfera y alcantarillado. Por si todo esto fuese poco, el depósito de RENFE, que cuando encendían las locomotoras de vapor, se llenaba todo de humo. Al otro lado de la vía, las huertas utilizando a mansalva el DDT. También, la carrera de Trassierra con: La fábrica de las Latas, la Porcelana y la terrible Eraso. Todas ellas tirando los desechos químicos utilizados en la fabricación de sus productos al alcantarillado. Recuerdo cuando a primeros de la década de los 60 hubo una explosión en cadena del alcantarillado que lanzó todas las tapas de las alcantarillas por los aires. Una subió tan alta que rompió la catenaria de la estación, otra hirió de gravedad en una pierna a un muchacho de 13 ó 14 años. Todo el mundo señalaba a Eraso pero…De todo esto nunca más se supo. Como tú insinúas, estamos vivos de casualidad. Un abrazo
ResponderEliminarP/S: Todo esto por la contaminación de la tapia de la fabrica del plomo. ¡Qué chapa!
Me he quedado entusiasmada por esta entrada...siempre me encanta leerte Paco, pero ya sabes que mi debilidad es el Arte y la Historia, y no tenía ni idea de la existencia de este pintor inglés y mucho menos que estuviera enterrado en el cementerio que tan cerca estaba de mi casa...pero también me ha sorprendido lo del cementerio de Chinales y la fábrica de plomo...no tenía ni idea!!! dónde se situaba ese cementerio más o menos paco? tendré que ir a visitar al señor Francis y llevarle alguna flor a su olvidada tumba...y por supuesto, ya estoy buscando información suya y de su obra por internet...gracias Paco!!! :)
ResponderEliminarMuchas gracias, le sube a uno la moral. Bueno pues la dirección pra ver lo del Cementerio y la Fábrica del Plomo es: http://notascordobesas.blogspot.com.es/2013/08/la-fabrica-del-plomo-de-pozo-ancho-de.html Aquí puedes verlo detallado. Ya sabes que ese cuadro de la Muchacha Andaluza está en el Museo Provincial de Bella Artes. Y encontrarás información de este acuarelista en la red. Un saludo
ResponderEliminarPatxi es verdad, hasta que las normas no se pusieron serias aquí hacía cada uno de su capa un sayo. Cuando hablas de tu calle, no entiendo Cruz Conde y la Fábrica de Rodríguez en el mismo sitio. La Bodega estaba en la calle de Idem. la fábrica en la Huerta de la Reina, y los caramelos estaban por la Torre Malmuerta. De la Fábrica de Eraso el Chimeneón, la conocía bien porque un tío político mío trabajaba allí de capataz, y vivía enfrente en una casa de vecinos de la fábrica. Lo que no recuerdo lo de las alcantarillas en los sesenta, si una explosión de Carburos metálicos y saltar las bombonas. Luego en los noventa vació la Renfe un depósito de Gas Oil al alcantarillado, y estuvimos en un tris de un problema gordo. No se le dio publicidad porque podría haber sido peor, al final lo resolvimos lavando el alcantarillado. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días, amigos. Paco, te cuento: Las bodegas Cruz-Conde estaban en la calle Marqués de Guadalcazar en la acera izquierda dirección Doña Berenguela. En la acera de enfrente, haciendo esquina con doña Berenguela estaba Chocolates Capuchinos. Lo que sí es verdad es que aunque los Rodríguez ocupaban mucho espacio, desde doña Berenguela, entrada principal, hasta la calle Goya, que es donde estaba el chimeneón, no estaban en mi calle.
ResponderEliminarLo de la explosión no se me quita de la cabeza. Claro, no me acuerdo del año exacto, pero fue entes del 66. Un abrazo.
Paco dime una cosa, al parque de Chinales cuando yo era pequeña, le llamábamos el jardin de los muertos, era por el cementerio? Nunca me supieron decir por qué cuando preguntaba, alguna vez escuché que la tierra en la que habían plantado los jardines, era donde habían estado enterrados a los tradladados al San Rafael, pero que no habían puesto mucho empeño en hacerlo bien, y habían plantado sin retirarlos todos....habladurías de callejas decian...pero nunca llegué a conirmar que hubiese habido dicho cementerio, hasta hoy
ResponderEliminarPoledra, en primer lugar gracias. Vamos a ver aquí http://www.notascordobesas.blogspot.com.es/2013/08/la-fabrica-del-plomo-de-pozo-ancho-de.html puedes ver mejor lo relativo al Cementerio de los Protestantes y el lugar de su ubicación, que nada tiene que ver con esos jardines que hablas. El cementerio estaba pasado el canal (cuando se construyó no estaba el canal), en una loma. Y ahí nunca hicieron jardines, pienso que en Chinales en ningún sitio. Serían leyendas urbanas. Si se retiraron los cuerpos y las tumbas que quedaban que no se la hubieran llevado, en los años cincuenta al de San Rafael a la Parcela de Evangelistas. Donde estaba ahora hay un solar vallado. Saludos
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