Plano de Google de la Fábrica y del Cementerio
Me llamó la atención cuando las calles estrechas lo que había sido el Barrio del Zumbacón. Era como el Pozo del tío Raimundo, o los muchos Pozos de todas las ciudades, fruto de las diferencias sociales tan grandes que habían y que hoy, desgraciadamente por las políticas neoliberales, que lamen el fascismo, tenemos nuevamente en el mundo. Pocas diferencias hay, con la actualidad y muchas diferencias, mucha separación entre ricos y pobres, sin medianerías.
Recuerdo cuando mi padre con su bicicleta, se aventuraba conmigo en el silloncito de la barra, por esos recovecos, de calles embarradas, de niños descalzos y desnudos que, a mí niño con zapatos y modestamente vestido, me preocupaban, y cuyas imágenes vividas en vivo no se pueden olvidar. Era otro mundo, la miseria, el hambre, creo que era criminal la forma en la que vivían esas personas. Esos y otra serie de lugares cercanos que se quedaron en la memoria de un niño que no comprendía como podía ser eso así.
Duncan Shaw
Uno de ellos era la llamada Fábrica del Plomo de Duncan Shaw, y el Cementerio de los Protestantes, así como el canal del Guadalmellato. Aquellos recuerdos me hicieron pensar y buscar en los papeles y planos de la Córdoba del XIX y principios del XX, cuando despuntaba industrialmente, ahora lamentablemente se ha quedado en ciudad servicios y ni eso, por la incompetencia de sus representantes, y porque la clase dominante -nunca ha habido burguesía aquí- es cortijera, "oligarquía campera" y, salvo cacerías y grandes extensiones de cereal, otros cultivos subvencionados, o improductiva sierra destinada a la montería o toro de lidia, nada más.
Su casa en Torrijos, solo cambió el balcón.
La verdad es cada vez que escarba uno en los recuerdos y los trata de ampliar con documentación, se encuentra con personajes además de curiosos, emprendedores, como puede ser el Sr. Duncan Shaw, escocés, como aquel que nos visitaba en la feria de mayo, pero este más dedicado a generar riqueza, y que fundó la Fábrica del Plomo Pozo Ancho, y con una visión de progreso, propuso cosas interesantes.
Las crónicas lo presentan como un ejemplar empresario, que parece se preocupaba de sus trabajadores, pero las esas mismas noticias no dicen que los trabajadores deben recibir derechos como prestación a la plusvalía que generan y no caridad de un buen patrón, pero era lo que en esa época existía. Sin ir más lejos, una aportación de un historiador Miguel Ángel Peña, con una nota de prensa del momento, señala que las cosas no eran tan agradables, cuando parece que los trabajadores se declararon en huelga. Estamos hablando de 1872, ni sabemos que tipo de "medidas" establecería el Gobernador, esperemos no fuese como las del año de los tiros en Río Tinto en situación similar.
Diario de Córdoba de 6 de marzo de 1872
Las crónicas lo presentan como un ejemplar empresario, que parece se preocupaba de sus trabajadores, pero las esas mismas noticias no dicen que los trabajadores deben recibir derechos como prestación a la plusvalía que generan y no caridad de un buen patrón, pero era lo que en esa época existía. Sin ir más lejos, una aportación de un historiador Miguel Ángel Peña, con una nota de prensa del momento, señala que las cosas no eran tan agradables, cuando parece que los trabajadores se declararon en huelga. Estamos hablando de 1872, ni sabemos que tipo de "medidas" establecería el Gobernador, esperemos no fuese como las del año de los tiros en Río Tinto en situación similar.
Con el traje regional
La historia del Sr. Shaw y su creencias religiosas, y posiblemente respeto a los demás, siempre desde su columna, están más que escritas, y con más verosimilitud que pueda hacerlo yo, de oídas y segunda mano. Por ello me quedaré en lo anecdótico, en lo accesorio, en el aderezo de la historia real, en lo curioso, que también contribuye al buen guiso. Me he encontrado con que el Sr. Shaw fue vecino de mi barrio de la Mezquita, Judería o Catedral -de las tres formas le podemos llamar-, claro algunos años antes, casi cien. Más vecino cercano de mi abuelo Rafael. Vivió en la que después fue casa de la familia Baquerizo, en el 6 de la calle Torrijos.
La entrada a la Fábrica del Plomo
Después, en función de sus creencias religiosas, y por culpa de la intransigencia de la religión dominante, tuvo que crear su propio cementerio, al amparo de la Constitución del 68, pero que era como todas las Constituciones de "este país de María Santísima", papel mojado, ya vemos la actual. Pero lo creó y se mantuvo respetado mucho tiempo, en una loma que dominaba la ciudad de entonces, cuando aún no cruzaba la Huerta del Plomo el canal del Guadalmellato, ni el venero de su valle a la orilla del Arroyo de San Cristóbal, por estos pagos de las Piedras, había sido arrasado con su sombrerillo del rey (cubierta) incluido.
Una vista de la fábrica.
En la incivil guerra, propugnada por el fascismo español con la connivencia de la oligarquía terrateniente y la bendición de la Santa Sede, cuyos rescoldos nunca se apagaron del todo, el cementerio fue saqueado, y utilizado lo que pudieron llevarse. E incluso sirvió de morada de los de siempre, de los perdedores, de los que no tenían donde meterse, como puede verse en una fotografía en la que la choza comparte espacio con las tumbas, el aferrarse a la vida con la cercanía de la muerte. Impresionante fotografía de un anónimo fotógrafo.
Estado de abandono de la pared y puerta del cementerio
Pero lo llamativo es que a reclamación del consulado, a instancias de un descendiente del pintor Willian Topham, se consiguió que lo que quedaba en pie, fuese trasladado al cementerio de San Rafael, otra obra del progreso, para quedarse en un lugar no "sagrado", una parcela que se llama Departamento Evangelista. Nunca comprenderé por qué si la muerte es civil, y la propiedad del recinto también, el control de la misma esté en manos de una religión determinada, que es la que marca la pauta. Por qué los católicos no pueden estar al lado de los evangelistas, los musulmanes o de los ateos, compartiendo la levedad de la tierra, si le es leve, o la dureza de ésta si es así, como están en la vida. Pero no, cada uno en su sitio.
Estado de abandono interior y expolio
Lo cierto es que las tumbas que se recuperaron del cementerio del Sr. Shaw, parece están allí junto con otras actuales. Creo que conté diez, y dos o tres de ellas son las mismas de la foto en la que comparten lugar con la vida en el recinto de la Huerta del Plomo, a la vista del camino de los Santos Pintados, casi llegando a la Fuente de la Salud.
La convivencia necesaria entre la vida y la muerte.
Se da la circunstancia que una de ellas tenía engastadas en la piedra las letras, seguramente de latón o bronce, que fueron arrancadas como hoy el cobre de la conducciones eléctricas, seguro para venderlas a un inmoral y delictivo chatarrero que, salvo honrosas excepciones, son los culpables finales del robo. Increíble, el latón o bronce de unas tumbas, aunque seguro era peor el hambre, y eso no se puede juzgar a la ligera.
Puerta actual de lo que fue el recinto
Allí estaba la que se supone del Sr. Shaw, la evidente del Sr. Francis Willian Topham, cuyo familiar fue el que consiguió el traslado y remozamiento posterior de la parcela evangelista, con sus quejas, y otras. El pintor falleció en Córdoba en marzo de 1877, y fue enterrado en el cementerio de los protestantes.
Vista desde una altura del conjunto, y el hermoso pino
La visita primero a la parcela, después a la fábrica que exteriormente ha cambiado poco, en la que me vi cercado por una serie de perros de cacería, que parecían querer comerme, seguros que faltos de entrenamiento, en lo que es el antiguo lecho del Arroyo de las Piedras, entubado por esos lares. El propietario me aclaró los límites de la Fábrica y otras cuestiones relacionadas con la misma.
La tumba del Sr. Topham Departamento Evangelista de San Rafael.
Después entré en el recinto que a pesar de conservar los límites originales, el uso del mismo es de lo más variado. Y luego al cementerio, que me permitió conocer a D. Juan, un aficionado a la cacería, diez años mayor que yo pero tremendamente activo, y que a mis requerimientos me comentó multitud de anécdotas y el lugar exacto del cementerio. Juan es un hombre de campo, como se titulaba él.
La tumba que se supone es del Sr. Shaw
Su familia tuvo puesto en la Plaza Grande, vivió en las cercanías del Santuario de Linares, e incluso hablamos hasta de orquídeas. Vivió también en la Huerta Tras de la Puerta, cuyo nombre comentamos ; Tras la Puerta... de Plasencia. Luego me presentó a la guinda del pastel, a D. Tomás, de 86 años, el cual estaba con su azada cavando su huerto en el margen del canal. Tomás había sido compañero de trabajo de mí suegro, y conocía, por su edad muchas más cosas que Juan y yo, que era el que preguntaba.
Robo de las letras.
Entre los tres sumábamos doscientos treinta años. Tomás con la amabilidad característica de la gente del campo, fue desglosando anécdotas, y respondiendo a mis preguntas que eran cada vez más aventuradas, incluso hablamos del presunto individuo que se supone le quemó el chozo a un pobre hombre que lo había instalado en la entrada del camino. Y no me cabe duda de que sea cierto porque conozco al presunto y se de sus actuaciones en otros ámbitos.
Entrada al deprimido Departamento Evangelista
Luego la visita exterior al antiguo cementerio, no se podía entrar, y la búsqueda de un lugar que me permitiera fotografiar desde un mejor ángulo. La referencia un enorme pino. Esa búsqueda me obligó a pasar por los "servicios higiénicos" del asentamiento existente en los tubos, que vaya tela. Bajé hasta el sifón y luego rodee el canal por su margen izquierda hasta el huerto, y ya se habían ido Tomás y Juan.
Patio interior del Departamento Evangelista
La cuestión. Una próspera Fábrica de Plomo, sin entrar en cuestiones medioambientales que, con el Arroyo de las Piedras al lado habría que verlas. Un Cementerio surgido de la intransigencia de siempre, que conocemos de oídas, de la niñez, y espero ahora sepamos algo más. Y lo más importante, un trocito anecdótico de la historia de nuestra ciudad, de otro rincón de ella, y como tiene tantos... Y las direcciones dónde ampliar sobre el asunto si a alguien le interesa ampliarlo, la del sitio de Duncan Shaw es completísima y te remite a un índice, donde se puede ver la vida de este cordobés de adopción que nació en Escocia y se quedó aquí para siempre.
Línea de tiempo de la familia Shaw
Para ampliar más(el que lo desee):
El pino referenciado es árbol protegido. (Manuel Trujillo, Plataforma a Desalambrar)
Reseña en Cordobapedia sobre el Sr. Shaw
Fotografías del AMC, del sitio de Duncan Shaw y del Autor
Bibliografía la citada.
Agradecimientos: A Antonio Lozano y José Manuel Borja por su colaboración.
Reseña en Cordobapedia sobre el Sr. Shaw
Fotografías del AMC, del sitio de Duncan Shaw y del Autor
Bibliografía la citada.
Agradecimientos: A Antonio Lozano y José Manuel Borja por su colaboración.