Vista desde la fuente
El pasado día 18 de mayo, nos pusimos de acuerdo con Juan Francisco Jiménez Perales "Curro", de Hornachuelos, para efectuar un recorrido guiado al Seminario de Ntra. Sra. de los Ángeles. Ya hacia tiempo lo teníamos planificado. Nos acompañaron mi hijo Gabriel y mi nuera Virginia. Otro placer más que añadir a la visita.Acopio de viandas para el aperitivo, y preparación de la marcha. La partida desde el embarcadero.Ya no está uno para grandes caminatas pero el lugar merecía un esfuerzo extra. Aunque salvo la subida al monasterio, que además se escalona con la parada en la fuente y cruz, lo demás es aceptable. Medio esfuerzo, parece lo catalogan los expertos. Seguro que por la distancia.
Fuente de los tres caños: Salud suerte y amor, el que tenga estas tres cosas...
Según cuentan el 14 de abril de 1490 -siempre me quedaré con el mismo día pero 441 años después-, Fray Juan de la Puebla, 2º Conde de Belalcázar pidió autorización para construir el monasterio. El lugar sufrió varios incendios importantes en 1498, 1543 y 1655, luego la iglesia en 1763. Decía la leyenda, bueno una de ellas, que cada vez que había un cambio de titularidad de la propiedad o se reformaba esta, existía el maleficio del fuego.
Siete metros de diámetro
Todos los lugares misteriosos, se nutren o generan muchas leyendas, algunas ciertas, o semiciertas y otras solo eso, leyendas. Prueba de ello es la presencia de la serie de TV sobre el misterio, para captar psicofonías -nunca soy capaz de escuchar correctamente lo que dicen se oye-, o visiones del pasado. En 1845 compró la propiedad D. Agustín Antonio Díaz y Quero y la restauró. Luego, en 1884 la compraron los Marqueses de Peñaflor, nueva reforma y la transforman en finca de recreo.
Entrada principal
Todas esas leyendas nos las explicó Juan Francisco Jiménez Perales "Curro", una enciclopedia viviente del entorno, con unos conocimientos botánicos, geológicos e incluso esotéricos, considerables. Y más que eso, con una pasión fuera de lo normal por su pueblo y la protección del medio ambiente. Un verdadero personaje y un buen amigo.
Ya he mencionado en algún sitio que es un lujo visitar la zona en compañía suya. El ayuntamiento de Hornachuelos debía crear una plaza, de mantenedor del patrimonio de Furnuyulush, como en época musulmana, el árabe Al-Idrisi menciona a Hornachuelos como pueblo, sin olvidar su pasado romano, y seguro que sería para él.
Entrada de servicios
Ya he mencionado en algún sitio que es un lujo visitar la zona en compañía suya. El ayuntamiento de Hornachuelos debía crear una plaza, de mantenedor del patrimonio de Furnuyulush, como en época musulmana, el árabe Al-Idrisi menciona a Hornachuelos como pueblo, sin olvidar su pasado romano, y seguro que sería para él.
En una palabra, el eslogan es un paraíso por descubrir, pero un lujo que te lo explique Curro. Como nos enseñó el camino hacia la ermita de la orilla del río, que recorría la Condesa en su charret para oír la misa diaria. Un camino desaparecido en casi su totalidad pero cuyo trazo está aún en algunos tramos. Las diferentes especies botánicas y sus utilidades farmacológicas. Incluso su fabricación.
El recorrido; el arroyo la Rabilarga, el del Silencio, con sus cascadas, el Barranco del Infierno, las escarbadas de los jabalíes a la orilla, el chozo redondo que hasta hace poco estaba habitado. El Galapagar, el Poyato, la Fuente de los Tres Caños, con el azulejo de Pepe Lora, y muchas curiosidades más.
Después de haber disfrutado del descanso en la fuente de los Tres Caños, y la sombra de los eucaliptos de más de siete metros de diámetro, una prolongada subida, y el último tramo hasta la cruz. La leyenda, construcción de granito, de nueve metros, que el ecijano la realizó por una promesa y que murió al finalizarla.
El espíritu de Antonio Roldán de Pozoblanco, que se aparecía a los visitantes hasta que un pastor enterró sus restos y dejó de asustar al respetable. O la de la caída de un carro, que iba al monasterio, al precipicio y a la mañana siguiente apareccio sin rasguño alguno.
Piscina
El espíritu de Antonio Roldán de Pozoblanco, que se aparecía a los visitantes hasta que un pastor enterró sus restos y dejó de asustar al respetable. O la de la caída de un carro, que iba al monasterio, al precipicio y a la mañana siguiente apareccio sin rasguño alguno.
Azulejo robado
Luego repostamos proteínas en la pequeña terraza que domina las buitreras de la margen derecha del río, al norte del monasterio, regadas con un Tierra de Barros. Con un paisaje a nuestro pies, a pesar de no estar aún en lo más alto de la ladera, impresionante. Afortunadamente no hacía calor y las nubes permitían una cierta tranquilidad, así como la brisa.
Los buitres leonados, majestuosos volaban de un lugar a otro, sin dejar de otear el terreno. Después un águila real con un pequeño mamífero en sus garras se perdió río arriba. El canto del ruiseñor también amenizaba el camino.
Leonado en vuelo
Picoteando en la buitrera
Buitres leonado sobre el río
Ventana de la cueva
Abajo una casa destechada ya, al fondo, río abajo al sur, el huerto. La leyenda de la caída del fraile, desde el saliente. El susodicho fraile era el confesor de la mujer de Antonio Muñoz, vecino de Hornachuelos, y la comunión que le daba después de la confesión se la pueden imaginar. Pues bien Antonio al enterase de la "religiosidad" de su esposa tiró al fraile por el barranco, pero se salvó. Francisco de los Infantes, alcalde de Hornachuelos, encarceló a D. Antonio.
Cuevas
Este hecho hizo que D. Ángel de Saavedra, el Duque de Rivas, escribiese: "D. Álvaro o la fuerza del sino", una trama basada en un suicidio que bien pudo ser lo mencionado. Luego las cuevas, la bajada a la cueva despensa, por unas escaleras estrechas y peligrosas, que está siendo destrozada con roturas y pintadas de desaprensivos.
Curro, Virginia y Gabriel
Y el balcón sobre el precipicio -el asomarse al balcón da un cierto repelús-, y las otras cuevas, que ya citaba D. Alejandro Guichot y Sierra en su obra "La Montaña de los Ángeles", reeditada por Editorial Séneca, que hace un par de años fue base importante para la novela, "El cerro de los cráneos" de Desiderio Vaquerizo.
La cueva de la mujer penitente, que estuvo recluida diez años en ella, y allí murió. O la del Soldado, o la del copero de Carlos V, o la del Hermano Diego al que se encontraron muerto de rodillas rezando. Pero el bajar a ellas es otro cantar. Y muchas más historias algunas con base cierta y otras con menos base.
Lámina de agua del río Bembezar
La cueva de la mujer penitente, que estuvo recluida diez años en ella, y allí murió. O la del Soldado, o la del copero de Carlos V, o la del Hermano Diego al que se encontraron muerto de rodillas rezando. Pero el bajar a ellas es otro cantar. Y muchas más historias algunas con base cierta y otras con menos base.
Luego está el que fue Seminario de los Ángeles, en la época de Fray Albino, que duró poco tiempo, y que controlaban tres jóvenes curas seculares, pocos para tener a raya cien o más bombas de relojería de testosterona, que eran los futuros sacerdotes, que imagino que el famoso bromuro no haría efecto por su juventud y la pureza del aire que respiraban.
El edificio es enorme, con una no menos enorme cruz en un lateral y su nombre. Construido en una terraza de la ladera que, si bien no es muy alta, los cien metros no hay quien se los quite hasta el río. No sabemos como se pudo salvar el fraile de la famosa caída.
Tomillo salsero Thymus
mastichina (Gracias a mi amigo Lansky),
El edificio es enorme, con una no menos enorme cruz en un lateral y su nombre. Construido en una terraza de la ladera que, si bien no es muy alta, los cien metros no hay quien se los quite hasta el río. No sabemos como se pudo salvar el fraile de la famosa caída.
Dianthus (Gracias a mi amigo Lansky)
Tiene cuatro bloques diferentes algunos unidos entre sí, de cinco, siete e incluso ocho plantas. Un enorme patio, un jardín con un templete, y unas palmeras que se ha merendado el maldito picudo rojo. Una alberca y una piscina semiolímpica. Y agua, mucha agua. Todo ello con el nostálgico y romántico aire del abandono.
Algunos colchones en sus camas aún, elementos cotidianos de uso, calderas, calentadores, escaleras, laberintos de pasillos, sótanos, semisótanos, y muchas habitaciones. La iglesia algunos escudos de los propietarios. Pero todo ello es una negra sombra al anochecer y la maleza si no fuera por la poda continuada acabaría con todo.
Trozo de silex
Algunos colchones en sus camas aún, elementos cotidianos de uso, calderas, calentadores, escaleras, laberintos de pasillos, sótanos, semisótanos, y muchas habitaciones. La iglesia algunos escudos de los propietarios. Pero todo ello es una negra sombra al anochecer y la maleza si no fuera por la poda continuada acabaría con todo.
Se pueden llenar muchas páginas sobre el Monasterio y sobre el Seminario, son muchos siglos de existencia y más de cuarenta años de abandono. Podemos, ayudados con los conocimientos de Curro y la bibliografía que hay en la red, llenar el blog y muchos blog. He tratado de ser telegráfico por ello.
Lo importante es saber de su existencia para el que no la conozca, y reseñar el Facebook de Curro para que aquellos que quieran visitar el lugar se pongan en contacto con él y acuerden la visita. Tienen la posibilidad también, de hacer una hermosa travesía naútica, bucólica, desde el embarcadero de la presa hasta el Monasterio, para quienes solo quieran efectuar la visita al lugar y no hacer el recorrido.
Escaleras
Lo importante es saber de su existencia para el que no la conozca, y reseñar el Facebook de Curro para que aquellos que quieran visitar el lugar se pongan en contacto con él y acuerden la visita. Tienen la posibilidad también, de hacer una hermosa travesía naútica, bucólica, desde el embarcadero de la presa hasta el Monasterio, para quienes solo quieran efectuar la visita al lugar y no hacer el recorrido.
Plano de las dos rutas de acceso al seminario, la superior y la del río
VÍDEOS Y FOTOGRAFÍAS EN EL MONASTERIO DE NTRA. SRA. DE LOS ÁNGELES
Fotografías del autor y de Gabriel Muñoz
Bibliografía del saber natural de Curro