San Cristobalón en el muro de Abderramán I y la ampliación de Almanzor
En el periplo explicatorio, de las cuestiones llamativas para los chavales, de las leyendas urbanas de la Mezquita de Córdoba, actualmente Catedral de la Iglesia Católica, pero antes Mezquita y antes Catedral visigoda de San Vicente, y antes Templo romano, y antes... existe una leyenda muy curiosa, el gigante San Cristóbal, llamado cariñosamente San Cristobalón. Majestuoso, enorme. El cuadro que se estima realizó, según Rafael Ramírez de Arellano, al hilo de un comentario de Casas-Deza, Antonio Ponz, el viajero castellonense. El del Viaje por España que se hospedó en la mejor posada que existía entonces, según dijo el mismo, la Posada del Sol, en la calle del mismo nombre, de la fachada este de la Mezquita. Aunque no hay garantías de que fuera la pintura un trabajo suyo.
San Cristobalón sin el marco barroco de escayola.
San Cristóbal tiene muchas leyendas en su entorno. Aquí está representado en un marco de barroca escayola, con ropa de barquero, pantalones remangados “luciendo las pantorrillas”, musculosas, cruzando un río, con ayuda de bastón de caminante o fuerte cayado, y en el hombro izquierdo lleva al Niño Jesús con la bola del mundo en las manos. Claro al personaje lo sitúa la historia en el siglo III, en ese tiempo el Niño podría tener trescientos años, pero ya se sabe…
El cuadro está situado en el muro de separación de la Mezquita de Abderramán I, con la ampliación de Almanzor, cerca de la columna que huele a azufre si se la frota, y cerca de la columna del Cautivo. La leyenda nos lo presenta como un señor fuerte que fue contratado por un señor muy poderoso. Cristóbal ignoraba que su amo fuese el diablo, cosa que descubrió un día que hizo la señal de la cruz y el maligno corrió como un Drácula cualquiera. Entonces Cristóbal se dedico enteramente a Dios.
Se hizo barquero, pero como no tenía dinero para una barca, pasaba a los viajeros el río encima de sus hombros. Un día un niño le pidió que lo pasara, y se dispuso a pasarlo. A cada paso que daba el niño era más pesado –de kilos-. No podía soportarlo, se hundía cada vez más en el lecho del río. Se le hizo de noche y afortunadamente pudo llegar a la otra orilla al ver una luz que de casualidad encendió un peregrino.
Al llegar a la otra orilla se tiró al suelo, del que se levantó de un salto al oír decir al niño:
-¡Yo soy Jesús, tu Dios y Señor! sin saberlo has llevado sobre tus hombros al autor de todo lo creado, y por lo tanto, el gran peso del mundo, como demostración de lo que te estoy diciendo, clava tu palo en el suelo y mañana vienes a verlo, verás cómo está arraigado dando frutos.
Así lo hizo y el Niño se marchó. Al otro día el palo era una esbelta palmera llena de dátiles. Pero se quedó sin palo. Luego predicó el mensaje de Jesucristo. El gobernador le detuvo y obligo a hacer ofrendas a otros dioses, como se negó lo encerró con dos putas, para que lo incitaran a pecar, pero ellas se arrodillaron ante él y le pidieron hacerse cristianas. El gobernador cabreado decapitó a los tres. Los gobernadores antaño, ahora subdelegados gubernativos, no se andan con chiquitas.
Un primer plano de san Cristobalón y el Niño de la bola (el pesado)
Su nombre Cristóbal o Cristóforo del que parece proviene, significa el “portador de Cristo“, y como tal está representado. Luego se rodea de múltiples leyendas como la de la Catedral de Colonia, dónde está y dicen que quien lo mire arrepentido de sus pecados no se condenará. Es protector de peregrinos y por esa razón seguramente lo hacen el patrón de los automovilistas, el de la casette de gasolinera.
Nuestra leyenda dice que entre la pierna y el bastón, existe una difuminada imagen de la virgen, que nadie ve a la primera, por muchos intentos que haga. Eso si, sí están en estado de gracia, y le rezan un padrenuestro al santo gigantón, podrán disfrutar de su visión, con toda nitidez. Ese es el momento de pedirle tres deseos personales, y uno de los tres será concedido, en este caso por la virgen. En su defecto, con solo el rezo, ese día uno no morirá, por ser el protector de la muerte súbita, al siguiente no sabemos, pero ese seguro que no.
Un plano general de donde se encuentra la figura de la virgen
Se me ocurre, a propósito de los deseos, que podría la Ministra de Trabajo, la onubense Doña Fátima, tan proclive a la Virgen del Rocío, que se supone la ayuda de vez en cuando, decretar la visita de los seis millones de parados que tiene nuestro país, gracias a la especulación bancaria y del ladrillo y a la expoliación sistemática de las arcas de la Hacienda pública por la marca España, a la Mezquita de Córdoba. Que recen el padrenuestro de rigor y que las tres peticiones sean pedir empleo y, como concede una, todo arreglado, seis millones de empleos. Eso sí entonces habría que pedirle al Presidente del Consejo de Ministros que destituyera a Doña Fátima, y nombrara ministra a la Virgen de San Cristobalón, que habría sido la solucionadora del problema.
Ya está situada la figura en el centro de la imagen
Bromas aparte, que son necesarias en este ambiente criminal del desempleo, de corrupción, de inutilidad gubernamental, y de corruptelas empresariales, que algunos las tenemos muy cerca, la realidad es que no procede tratar de desmontar esta leyenda, pues se desmonta por sí sola. Que en el fondo todas ellas son bonitas, sobre todo porque nos trasladan a la época nostálgica en la que todo era sueño, no la cruda realidad actual.
Imagen borrosa por los trazos de la pintura y la poca calidad de la cámara
En caso contrario, lo que procede es probar, porque es gratuita la entrada al recinto sagrado, si se es cordobés o se está domiciliado en Córdoba, o si no se es y no se quiere pagar, aprovechar el horario de apertura tempranera, o de culto -aunque este último parece estar regulado de acceso exclusivamente a la catedral, para intentarlo-. Una cosa, no se olviden que hay que descubrirse en todo el recinto, si se lleva gorra o sombrero, todo el es sagrado desde 1236.
Un primer plano poco nítido de la imagen, por las razones señaladas
Viví en cierta ocasión un caso desconsiderado, extremo, en el que obligaron a descubrirse a un señor que llevaba una gorrilla para tapar la desnudez de su cráneo motivada por la quimioterapia. Kafkiano ¿verdad? También obligan a las visitantes a ponerse un chal para taparse los hombros y no incitar lascivamente a las columnas. En una ocasión comprobé como con mucha gracia, una señora suplió la “desnudez de sus hombros”, -muy artísticos por cierto-, con dos enormes bolsas de plástico anudadas, para no tener que comprar un chal en la tienda de enfrente, que en agosto hacen el agosto con la moralizante prohibición. Lo curioso es que quien mide la moral, los centímetros a tapar, es el vigilante
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Siempre me salgo por los cerros de Úbeda, pero volviendo al respetable Cristobalón, no sé si los no creyentes tendrán acceso a sus beneficios, no dice nada la leyenda, pero por intentarlo tampoco se pierde nada. Y citando a Úbeda, no se puede olvidar uno de Baeza y un verso de Antonio Machado sobre su catedral, donde cita a San Cristóbal:
"Por un ventanal
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso apuntar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
-Déjala que beba,
San Cristobalón.
Sobre el olivar
se vio la lechuza
volar y volar.
A Santa María
un ramito verde
volando traía..."
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Fotos del autor
Bibliografía de la red.
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De todas las leyendas,de la
ResponderEliminarMezquita,es esta la que desde pe
queño siempre me gustó.Aún,a mi
edad,cuando visito la Catedral la
termino mirando el enorme cuadro
un buen rato.Toda nuestra generación,vivió con esta leyenda
de esa enorme figura,que asustaba
a los niños,pero por otra prte les
sorprendía.
Saludos
La desconocía Paco. A mí también me daba miedo de pequeño la imagen del gigante, cuando ibamos de visita a la mezquita.
ResponderEliminarQue gracia me ha hecho ver el poema de Machado que de pequeño me hicieron memorizar cuando estaba en cuarto de Primaria y que aún puedo recitar de memoria.
Muy buenas entradas sobre las leyendas de la mezquita, son un gusto leerlas. Un abrazo.
Lo cierto Carlos es que casi todas esas cosas eran tenebrosas. Yo las recuerdo siempre como muy oscuras. Si no acuérdate de aquel monumento barroco, de grandes cortinajes, que vareaban en la galería oeste de año a año para quitarle el polvo. Me parecía muy tétrico todo. A pesar del buen sabor del vino de la capilla de la Purísima. Un abrazo.
ResponderEliminarYa ves Diego lo que dice Carlos, que también asustaba. No sabía que ese poema era utilizado en el colegio, hasta ese extremo de tener que memorizártelo. Yo como no hice nada de eso, de la amiga, al cole y del cole a los nueve años al tajo (sin solución de continuidad, nunca en paro) y hasta anteayer (marzo 2012). Muchas gracias Diego un fuerte abrazo
ResponderEliminarBonita leyenda y que cabrito el niño hacerle cargar a Cristobalón todo el peso del mundo, aunhque por un momento, él que todo lo puede.
ResponderEliminarUn abrazo.
Didáctico y ameno como siempre. Y con ese punto de humor.
ResponderEliminarQue maestro se perdió la enseñanza.
Un abrazo
Si es cierto Eduardo, esas seguro son las parabólicas enseñanzas. Me imagino hará mucho frío por tu tierra, eso si no está nevando. Muchas gracias y un abrazo
ResponderEliminarViniendo de todo un profesor y de los verdaderamente vocacionales, como eres tú es, un verdadero halago, vamos un honor. Muchas gracias Eladio.
ResponderEliminar¡Coño, Paco, que entre la pierna y el garrote donde había que buscar. Yo creía que era entre las dos piernas y claro así cómo la iba a encontrar. Lo que es que un día por poco si descubro los cataplines del gigante de tanto agacharme y buscar.
ResponderEliminarPor otra parte, no des ideas: seis millones de parados a 8 € la entrada son 48 millones de vellón que se llevaría quien tú y yo sabemos. Los paraos no sé si iba a encontrar trabajo, pero esos sí que hacían el agosto.
Una cosa más: la entrada a la Mezquita es gratis para los cordobeses y también para los de fuera de 8,30 a 10 de la mañana, siempre que no sea un grupo, como máximo una pareja.
Yo creía que lo sabias Molón. Es ahí donde hay que mirar lo que supongo es que aunque hubieras mirado en el sitio exacto como no estás en estado de gracia pues eso... No hay caído en la idea que se transformaría en un verdadero agosto para algunos. Y es cierto lo que dices y lo comento, por eso digo a hora tempranera o de culto. Un abrazo y gracias.
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