Dentro del contexto del Festival de Cine Africano, el ayuntamiento ha organizado una exposición en la Sala Orive que se titula “África Negra, Máscaras y esculturas tradicionales”. Las piezas son propiedad del coleccionista sevillano Manuel Méndez. Durante casi cuatro décadas ha recopilado muchas obras del continente africano. Máscaras, esculturas y fetiches, configuran la selección que se expone, procedente de diversas sociedades, algunas en peligro de desaparición. Dice el propietario de la muestra “que le queda a este arte muy poco tiempo”, por cuya razón procede su conservación. Cada una de las piezas tiene un concreto significado, sobre la fertilidad, la religión, los ideales femeninos e incluso sobre la muerte.
La colección de Manuel Méndez se compone de unas doscientas cincuenta piezas. De ellas una cuarentena las expone en la citada exposición, en el incomparable marco de la Sala Orive. Se divide la muestra en cuatro grandes bloques para entenderla mejor. Muchas proceden de rituales ya desaparecidos. Amuletos para la fertilidad o esculturas tradicionales la componen.
El propietario de las obras, que a la vez es el comisario de la exposición, habla en su texto de las diferencias de estilo de una zona a otra de África, como es lógico por otra parte, pero manteniendo algunos cánones estándar. Son simétricas mayoritariamente, con exagerados torsos y cabezas. Las piernas, por el contrario, son más cortas y carentes de detalle. La fecundidad de los campos, ganado y seres humanos se relaciona en algunas representaciones. Y luego están las máscaras para distintos rituales.
Texto del comisario:
"África negra
Máscaras y esculturas tradicionales
El Arte Negro Africano estaba relegado hasta hace poco más de 50 años a los museos etnográficos, al considerarse que sus obras no alcanzaban la categoría de arte. Sin embargo, ha sido una enorme influencia para el arte de vanguardia occidental, como demuestran la obra Picasso, Braque o Derain, así como las investigaciones de Carl Einstein. Todos ellos lo descubrieron como nueva fuente de inspiración a principios del siglo XX.
En el África Negra, no existe el concepto occidental del arte por el arte. La mayor parte del arte africano tiene una finalidad mágico-religiosa; con la excepción de algunas piezas dedicadas a la exaltación de los distintos reinos como los Akan (Ghana) Yoruba (Nigeria), Bamileké (Camerún) o Congo (R. D. Congo). Tampoco la figura del artista es reconocible en su cultura tradicional. Aunque en algunas culturas existen escultores profesionales, en general el escultor suele ser el herrero, que realiza además otras actividades y trabaja por encargo. El escultor africano no dibuja su obra antes de la realización, él tiene un esquema mental previo de la obra a realizar, que está regido por la tradición, pero siempre admite variaciones, pudiéndose decir que las esculturas tradicionales son variaciones de un modelo ancestral, que representa el espíritu de la comunidad que las crea.
Hay grandes diferencias estilísticas de unas zonas a otras, encontramos desde figuras y máscaras esquemáticas a piezas muy naturalistas. Aunque casi todas tienen en común la simetría, el darle más importancia a la cabeza y torso y mucho menos a las piernas, que se suelen representar cortas y con menos detalle que el resto de las partes del cuerpo.
Asociado a las distintas culturas africanas ha surgido un arte generalmente unido a los rituales mágico-religiosos de las distintas creencias animistas. Éste arte se ha desarrollado desde la prehistoria y se encuentra plasmado en distintos abrigos rocosos donde hubo asentamientos humanos, especialmente en el Sahara, que era en gran parte sabana durante el Neolítico. En el arte africano destacan las realizaciones en madera, tanto por su número como por su calidad, aunque hay esculturas más antiguas en terracota (Nok S. V AC) y bronces de Benin (S. XIII), en la actual Nigeria.
En estas sociedades, con economías basadas en la agricultura, ganadería y pesca, los rituales más importantes son los que más obras artísticas han producido, estando relacionados con la fecundidad humana y por extensión la del ganado y los campos, (aun hoy en el África Negra es una desgracia ser mujer y no tener descendencia).
Todos estos pueblos tienen numerosas esculturas de maternidades, parejas y diferentes amuletos destinados a propiciar la fertilidad. No es de extrañar que el ritual mas importante sea el paso de la pubertad a la edad adulta, que incluye retiros prolongados en el bosque y una iniciación bajo la responsabilidad de los adultos. Ello permite al iniciado integrarse con pleno derecho a la comunidad.
La muerte es otro ritual que genera una gran producción de objetos artísticos. Se piensa que, de algún modo, los muertos siguen presentes en el mundo de los vivos y con capacidad de influenciar en sus vidas. Por lo que hay que complacer a los difuntos, propiciando rituales y objetos escultóricos, que deben servir para aplacar a quienes ya no están en esta vida, así como para que ejerzan una influencia beneficiosa sobre los familiares y allegados de este mundo.
El fetichero o Nganga es a la vez médico, psicólogo y guía espiritual. A él se recurre en la solución de los problemas físicos o mentales personales o familiares. Éste, por medio de la consulta al fetiche, tratará de reestablecer el equilibrio físico y espiritual de la persona afectada. Dentro de las prescripciones puede incluir el encargo de la realización de una escultura a la que inducirá los poderes curativos concretos.
Las otras grandes demandantes de arte africano son las sociedades de máscaras, buena parte de ellas son secretas y casi todas masculinas. La más conocida es la sociedad religiosa del Poro, en Liberia y Sierra Leona, también extendida por Guinea y Costa de Marfil. Estas sociedades intervienen en los rituales de iniciación de los jóvenes, en ritos agrarios para asegurar las lluvias y abundantes cosechas y, especialmente antes de la colonización europea, colaboraban en las estructuras sociales administrando justicia. Junto a estas sociedades, los grandes y pequeños imperios africanos han generado también multitud de objetos de prestigio, esculturas, asientos reales, bastones de mando, tejidos, etc., destinados a exaltar el poder de sus propietarios.
Manuel Méndez
Mi agradecimiento a Mamadou Marema Diop por su colaboración y asesoramiento en esta exposición."
Fotografías del autor
Bibliografía del folleto de la exposición.
Es verdad que con un eurocentrismo absoluto se había relegado este arte a la antropología y la etnografía cuando tanta y a veces inconfesa influencia han tenido en el arte de las vanguardias con Picasso a la cabeza. Sin embargo -y que me disculpe quién se ofenda- no puede dejar de observarse que, como el arte religioso cristiano, es un arte 'funcional' al servicio de su significado religioso o espiritual y no al de la realización egocéntrica del 'artista'. Podemos maravillarnos, como en una talla de una virgen románica, de la habilidad o de la fuerza del artífice, pero no podemos descontextualizar cómo y para qué esta hecha la obra.
ResponderEliminarQué jubilación más fructífera estás teniendo, bribón. Un abrazo
Muchas gracias procuro aprovechar el poco tiempo que nos va quedando. Reconozco que llevas razón en lo tocante al arte cristiano, pero hay una cosa que ayer me pregunté, porque no salían Antonios López o Eduardos Naranjo, por citar a dos que me gustan, en esas culturas, sin embargo en las culturas griega y romana si. ¿O es qué ya habían superado esa etapa realista, y estaban en lo abstracto? Por otra parte creo que este arte que se expone es mucho más rural, del pueblo llano, casero, por eso de su primitividad.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
No estoy exactamente de acuerdo, Paco, puede que entronquen con los gustos generales de eso que llamas el 'pueblo llano' -que cada vez dudo más que exista-, pero los artistas, artesanos o artífices son siempre individuos únicos y raros. Es decir, yo no creo que los maravillosos animales pintados en las paredes de las cavernas hace 20.000 años (o 45.000 en la de Chauvet francesa) fueran realizados por 'cualquiera' de los cromañones, sino por esos raros, únicos individuos dotados del siempre raro por escaso talento, con las esculturas africanas lo mismo. En ese sentido siempre han existido unos pocos 'velazquezs' o 'goyas'
ResponderEliminarAmigo Lansky: No te discuto la rareza de los artistas, y dudo también de ese pueblo llano (me lo demuestra lo que votan), ni tampoco que no fue un cromañón cualquiera el que pintó en Altamira, lo que te decía es que el estilo del arte en cuestión, era como el de Picasso superadas sus etapas previas. Sin embargo los artistas (mayormente escultores) griegos y romanos, eran mucho más hiperrealistas. Esa era mi pregunta-reflexión.
ResponderEliminarComparto con vosotros, que el señor ò la señora africana que hacia estas obras de artes era un artista, me pregunto ¿que también habría alguna mujer artista o este campo solo era para hombres?.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Creo que no Fus, pero no expone ninguna. De todas formas mi conocimiento sobre el tema lo tengo de informaciones que pueden estar sesgadas. Pero en realidad pocas mujeres se ven.
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