El cartel en la puerta
Los milagros terapéuticos a lo largo de los siglos han sido muchos, máxime teniendo en cuenta que durante mucho tiempo el Estado no se preocupaba de controlar la medicina callejera. En una localidad costera y turística de la provincia de Málaga, Torremolinos, pudimos comprobar un nuevo (por lo menos para mí) remedio para los pies. Los peces pedicuros, estos animales, diminutas “pirañas”, son de la especie Garra Ruffa y proceden de Turquía, su alimento las células muertas, como son las de las durezas. No tienen dientes sino ventosas por eso dicen no pueden morderte, solo succionar las células, que están por desprenderse. Deben ser unas buenas ventosas pues algunas durezas hasta con la lima se muestran difíciles. Yo particularmente prefiero un podólogo profesional, titulado, en Córdoba nos trató siempre hasta su prematura muerte Pepe Sanjuán. A mis hijos con los problemas de los pies y el crecimiento, y a Conchi con los problemas característicos de los pies por el calzado femenino.
Los clientes
Te encuentras con unas enormes peceras llenas de diminutos pececillos, y unos asientos en alto como aquellos de los locales de limpiabotas. Como la curiosidad es la madre del saber, pregunté en un establecimiento de esta índole, de los tres que creo tienen allí, se llama Fish Foot Spa. La encargada muy amablemente me invitó a probar el método. Lo primero que le dije es que dudaba de la higiene del sistema. Me explicó que antes de meter los pies en la pecera había que lavarlos en otra, y luego si tenías alguna heridita había que protegerla con una tirita. Le reiteré que esa no era solo la higiene a la que me refería, sino a las sustancias de desecho que quedaban en la pecera terapéutica y a las bacterias y virus. Me dijo que el agua se trataba con luces ultravioleta que destruían, según ella, todos los gérmenes. Que no podían emplear el cloro que es más efectivo, por afectarle a los necrófagos. Y que me dice de los virus de la hepatitis C, o del SIDA, o de los hongos que no desaparecen con un lavado, volví a decirle. Me afirmó con una seguridad científica que también.
Una pecera esperando clientes
La verdad es que algunos países está prohibido el sistema. La Agencia de Protección Sanitaria de Gran Bretaña, dice que se pueden transmitir el virus de SIDA y de la hepatitis C, aunque justo es decirlo consideran el riesgo irrelevante. En algunos estados USA esta también prohibida esta práctica, y no recomendada a personas con psoriasis, diabetes y heridas cutáneas así como el sistema inmunológico deprimido. Yo desde luego respetando sus explicaciones y que el Ministerio de Sanidad español lo ha autorizado (eso me dijo, pero yo no lo sé), no metería los pies en una pecera que, a pesar de los filtros, lavado previo, escamondado si cabe, y luces ultravioleta, hubiera tenidos otros pies clientes, y sobre todo acordándome de algunos pies, llenos de dedos, y de dedos llenos de uñas, y de uñas llenas de… ¡ele!. Las sesiones son de diez minutos, diez euros, y de treinta, veinte euros.
Folleto anunciador
Que en países asiáticos era muy usual, claro, y sacarte una muela en la calle un aficionado con unos alicates, y multitud de cosas más que aquí serían impensables. Pero esto es a gusto del consumidor. Una pareja que estaba siendo tratada y escuchaba les daba igual, seguían con el cosquilleo de las ventosas de los Garra Ruffa,. Pedí permiso para fotografiarlos y no les importó, claro solo las extremidades inferiores. El folleto, simple como puede verse, dice que es bueno para: "la circulación sanguínea, diabetes, eczemas, psoriasis y sobre todo excelente para tu salud". Bueno, que cada uno haga lo que quiera.
Fotografías del autor.
Algún día mutaran los beneficiosos pececillos en pelirrojas pirañas y tendremos motivo de alborozo.
ResponderEliminarSalud
Manuel
Manuel, entonces será el día de exportarlos a la piscina de la Moncloa. Es broma.
ResponderEliminarGracias y un saludo.
Van a tener trabajos esos pececillos, porque de tanto andar para buscar trabajo vamos a necesitar rayas que den otro pulso a nuestra vida...¡Ay!
ResponderEliminarVengo del blog de Fus, y como he vivido más de un año en Córdoba me he acercado a tu blog. Me ha gustado y, si no te importa, me hago seguidor de este Espacio lleno de encanto.
Un abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo siempre haciendo turismo de investigaciòn y sacando temas interesantes, eres increible. Concha y yo siempre comentamos que la higiene no estaba muy clara en estas peceras, me imagino que igual pasan sus controles, al estar abierto al pùblico, estos establecimientos. Pero y las cèlulas que caen al agua, es decir las durezas, ¿como las hacen desaparecer? ¿y si los pescaditos no tienen ganas de comer?, ¿los cabrean para que muerdan con sus ventosas? jajajaja
ResponderEliminarEspero que todo os vaya bien por estas tierras.
un abrazo
Paco
PD. un abrazo para Conchi de nuestra parte
Pedro Luis
ResponderEliminarMuchas gracias y bienvenido. Efectivamente lo que pasa es que los que andamos muchos somos los de siempre. Los banqueros (todos), políticos (no todos), estos tienen la vida resuelta ¿qué debíamos habernos hecho politicos o banqueros, o curas que se me olvidaba? hay que servir. Ya leo que has vivido en Córdoba un tiempo.
Un abrazo y muchas gracias.
Amigo Fus. Muchas gracias. Es que me llamó la atención y les pregunté. La señora que está al frente es una dependienta con unos conocimientos normales, de un curso acelerado que le han dado, y en un puerto deportivo de más al oeste es una modelo la encargada. No quiero decir que una modelo no pueda a la vez ser doctora en alguna disciplina científica, no, pero desvía la atención de los peces.
ResponderEliminarConcha y tú lleváis razón, a mi modo de ver el asunto, la higiene tal y como la entendemos no se ve. Un ejemplo: cuando eramos chicos, nos ponían inyecciones y se hervían las agujas hipodérmicas en agua, pues el virus de la hepatitis no se lo cargaba el agua hirviendo, y si nos vamos a las barberías si no usan elementos desechables como cuchillas,es lo mismo, claro en otros países ya vemos en los reportajes como funciona lo de la higiene. En cuanto a la autorización de Sanidad, autorizaron la Talidomina y muchos preparados, y después...
Saludos a Concha y como no a ti un abrazo.
¿Y las cosquillitas que tendrán que dar esos pececillos, Paco?
ResponderEliminarVamos, que has hecho bien en no meter los pies ahí, porque a saber. ¿Y qué te va a decir la persona responsable del establecimiento? Para eso está.
Para las durezas, la piedra pómez de toda la vida, y dale que te pego, y una buena ayuda es un paseo descalzo por cualquier playa. Y cuando acabes del paseo, unos espetos malagueños de recompensa. Como eso no hay nada.