El ataurique de la portada de la casa de Yafar
El diez de este me de marzo, nos tocó dentro del apartado Objetos y Espacios del Alcázar, en el programa Recorridos Temáticos por Medina Azahara, la asistencia al denominado “El ataurique: Conservación, investigación y catalogación” que, al alimón, explicaron D. Salvador Escobar Montero (restaurador) y D. Ramón Fernández Barba (Arqueólogo). Después de los prolegómenos habituales de recepción de documentación, en la que se nos entregó el programa ligeramente reformado para el 2012, hasta el periodo estival.
D. Antonio Vallejo presentó en el vestíbulo del Centro de Visitantes a los conferenciantes del recorrido que, salvo una didáctica exposición en una sala interior, con power point incluido, haríamos después una visita a los almacenes que corroborarían lo teórico, y al yacimiento, para in situ, concretamente en la casa de Yafar, desarrollar las explicaciones. Antonio Vallejo citó a Federico Corrientes, arabista, para buscar la definición del ataurique, que señalo como "ornamentación vegetal en yeserías", del árabe "attawriq" o lo que es lo mismo echar ramas, que por extensión se llama en el mundo anglosajón arabesco, y que nosotros lo extendemos a todo tipo de decoración, incluida la geométrica e incluso la epigráfica, aunque menos, y dijo que éste, el revestimiento de paredes, era en Medina Azahara una anomalía arquitectónica, porque aquí era en piedra y normalmente eran yeserías.
D. Antonio Vallejo durante la presentación
Como siempre la asistencia fue aceptable, que siempre considero menor en función de si es el desplazamiento en autobús, o por medios propios. Pasamos a una sala de conferencias donde D. Ramón nos enseñó las diversas catalogaciones del ataurique que existían, así como su catalogación en el programa informático que permitía de una forma virtual, casar el puzle arqueológico sin tener que enfrentar los propios restos. Es de valorar lo que los avances informáticos han supuesto para estos programas, y sobre todo la fotografía digital. Antes el dibujo era el elemento esencial de catalogación.
D. Ramón en un momento de su explicación
Luego D. Salvador, cuya pasión por su trabajo es manifiesta, y sus conocimientos en la materia se ven han nacido del “tajo” de trabajo diario, casi sin medios, que es como empezaron, sobre todo él por los muchos años que lleva en el yacimiento. Nos expuso como se casaban los distintos restos de ataurique, como cualquier medida, ángulo, o dibujo, incluso diferenciando el estilo del tallista, su escuela concretamente, podían encontrar el trozo extraviado. Como los restos de atauriques han permitido conocer las distintas alturas de las naves reformadas.
D. Salvador Escobar durante su disertación.
Como digo referente a los blogs, o a las conferencias, lo mejor de las mismas es la sobremesa. La “comida” es rígida, académica, inamovible normalmente, pero la sobremesa, con la distensión que normalmente se genera, a todas luces necesaria, como el chiste que se introduce a modo relajatorio, en el manual yanqui de los discursos -lo que pasa es que a estos les falta una cosa…el salero-, en el transcurso de una sería disertación, que hace a la gente respirar, cambiar de postura, cruzar la otra pierna, rascarse, hidratarse, e incluso aliviar la próstata.
Unos restos dispuestos para su restauración
Por eso en la sobremesa surgen preguntas, algunas impertinentes, o claves, que permiten el lucimiento del conferenciante, manifestando cuestiones personales, que los baja de la tribuna, los hace más humanos, cercanos, y se ven como los demás con las mismas dificultades, dudas, sin que por ello pierdan su calidad y dignidad profesional que, como el valor no se les supone, si no que lo tienen reconocido.
D. Ramón explicando el almacenaje
Preguntas como si un tablero se pone aquí o allí, y si los trozos, o el estilo no corresponden, ¿Quién les va a reprochar el error? ¿El Califa? ¿El creador de la obra? No, nadie, sólo es el prurito y dignidad profesionales lo que suponemos obligan a buscar la perfección. Pero D. Antonio Vallejo aclaró, que en el fondo es la historia la que los juzgará si han hecho o no las cosas bien, porque ellos están dándose cuenta que determinados trabajos que se hicieron en un momento dado, con la mejor de las voluntades, en los comienzos románticos del descubrimiento del yacimiento, ahora con nuevas técnicas y medios se ven de otra manera, y se rectifican. Y es verdad.
Un aspecto de los almacenes
O como con las máximas dificultades se compraron dos ordenadores, a los que D. Salvador, más de lápiz de grafito y goma de miga de pan, dijo que les tenía pánico. Nos quedamos desde luego sin saber si los ordenadores eran Commodore o Spectrum.
El atento y agradecido público
Allí delante de la puerta de la casa del Visir, se aplaudió a los investigadores, profesionales como la copa de un pino, y Vallejo pidió un aplauso también para los visitantes agradecidos por la labor de los primeros, y sobre todo por la confianza puesta en los mismos. Y decir que además de la milicia, el sacerdocio y la enseñanza, como dice el tópico, la investigación arqueológica aparece como otra profesión vocacional, porque si así no lo fuera sería difícil disfrutar de tan maravillosas obras de la antigüedad desaparecidas.
D. Salvador explicando la disposición del ataurique
Fotografías, y audio del autor, vídeos de la presentación.
2 comentarios :
siempre es un placer leerte
mil besos
Igualmente Mucha. Gracias por aparecer por aquí y por tus palabras.
Saludos.
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