Una vista del Parque del Tablero con las Ermitas al fondo
Una mañana fría del primer día del año 2012, primero de la era de la “gaviota”. Con problemas derivados de una posible artrosis en ambas rodillas y la necesidad de moverlas, que mejor ejercicio que la bicicleta. A las ocho de la mañana, con una ciudad prácticamente sola, empecé el tratamiento de las mencionadas articulaciones, esquivando vomiteras, de los excesos etílicos callejeros de la fiesta de fin de año, y alegrándome de haber bebido y comido con mesura, para por lo menos poder mover los pedales, con un desarrollo cómodo, pequeño plato y piñón medio, que permita ejercer elasticidad y poca dureza, me encamine por el Vial Norte, la llamada “Avenida del Colesterol”, hasta la antigua residencia de la Seguridad Social en la Avenida del Arroyo del Moro, de ahí subí hasta la Arruzafa, añoré el sitio de campo del Cañito Bazán que el devorador urbanismo de los sesenta lo hizo desaparecer, dónde estaba al aire aquella atarjea de rica agua, que seguro procedía de fuentes del antiguo Palacio de Verano del Califa, hoy Parador de Turismo. Puente Mayor y La Colina, Manuel y Pancho, son dos conocidos blogueros, eruditos en la materia, que seguro nos podrían ilustrar en el origen de esas aguas que han alimentado, y seguro continuaran haciéndolo subterráneamente aún los terrenos que citamos.
Restos posiblemente de la antigua atarjea
Conocedor y almacenado en mi memoria el antiguo paisaje del antiguo, Convento de San Francisco de la Arruzafa, al lado del piso de Fray Diego de Alcalá, encalado, con una cruz humilladero en su cercanía, en lontananza. Me lo imaginé pues era un paisaje inconfundible, así como las correrías infantiles, en los peroles del citado Cañito Bazán y unos pequeños “acantilados” de un par de metros de desnivel en el olivar, en lo que hoy son los terrenos del hotel Las Adelfas, dónde jugábamos imaginándonos múltiples escenarios cinematográficos, a sabiendas que una voz nos llamaría para degustar el arroz si era eso lo que se guisaba, o la tortilla fría hecha el día anterior y los fiambres, transportado todo en fiambrera de aluminio. En mi casa siempre había, por la relación laboral de mi padre con las Fuerzas Armadas, el equipo de comedor de campaña completo del soldado, fiambrera convertible en plato, cuchara, cuchillo y tenedor, todo del mismo material citado anteriormente. En aquellos tiempos también eran útiles algunos instrumentos de plástico, ese material que iba ganando terreno a los otros, y especialmente los vasos de plástico plegables, que en otro lugar cite con los que se construían los teléfonos de hilo de coser. Impensable disponer de un vaso de yogur.
¿El antiguo pozo?
Después de añorar esos tiempos, de lamentar la pérdida de esos lugares y de esa agua de la que hemos bebido todos, y que parece que, o la ocupó un chalet, o al final acabó en el alcantarillado. Por algún lugar he leído que el Ayuntamiento pretendió mantener el lugar, y posiblemente el triángulo formado por la Carretera de las Ermitas y la calle Juan Bautista de la Salle, fuese el sitio. Ese caudal parece regaba la Huerta del Tablero, a la que me dirigí después, dónde creo recordar había un caudaloso pozo también, con una noria que estuvo hasta hace poco. En el Blog Puente Mayor lo recuerdan. Los terrenos, mejor dicho, parte de los terrenos se convirtieron en una sinuosa pista deportiva, alrededor de un naranjal. Si vemos las diferentes fotografías aéreas, la del vuelo de los americanos del norte del año 1956 y las actuales, comprobaremos la diferencia con la actual y los diferentes cultivos en la primera. Era aún cuando el urbanismo y la especulación de la ciudad no había llegado a esos lares.
Vista aérea de 1956
Vista aérea actual
Ahora cuando nos quejamos de la proliferación de parcelaciones ilegales, es decir sin control, debemos de recordar que, hasta hace pocos años todos los terrenos de la falda de la sierra no estaban sujetos a ninguna ordenación, por no tener no tenían ni alcantarillado, que si no me equivoco hace poco se realizo parte de él con fondos de la Comunidad Económica Europea. Claro eran unas urbanizaciones más aburguesadas que lo que ahora llamamos parcelas, eran chalet, pero no por ello menos ilegales que las actuales de la vega del Guadalquivir. Nunca hay nada nuevo que no tenga reflejo en algo anterior, siempre la historia; Calasancio; Molinillo Sansueña; el Duende; Huerta de Saldaña; la Castilleja; Huerta de Hierro; etc. etc. fueron algunos nombres que perduran pero ahora con residencias de cierto standing.
Parque
Para no continuar por los cerros de Úbeda, me centraré en la pista deportiva del Tablero, motivo de esta entrada, que presentaba un aspecto “litronero” fruto de la pasada noche de San Silvestre, estimando que, no por ser la última del año, estaba peor que las de otros fines de semana. El escaso mobiliario deportivo que el Patronato Municipal de Deportes tiene allí instalado, estaba como puede verse en las fotografías, repleto de los habituales residuos fruto de la ingesta de alcohol de una parte de la juventud, digo una parte, desgraciadamente amplia, porque no toda es la que emplea esos métodos de diversión, castigándose el hígado de una manera brutal, y empuerca la vía pública sin ningún decoro. El justificante es, que los precios de la bebida en las discotecas son muy elevados ¿Pero hay que beber obligatoriamente alcohol en esa cantidad? ¿Y cómo se justifica que no se usen las papeleras, y se tiren al suelo las botellas rompiéndolas? Obviando que cada uno es libre de destruirse internamente, claro que luego los costos son para toda la comunidad.
Estado de una zona
Desde luego es una cuestión generacional difícil de comprender, y no está en mi ánimo sustituirla por otra ni redimir a los usuarios, simplemente es que no la comprendo. Utilización de los espacios públicos, correcto, reunión de las personas, igualmente correcto, beber alcohol, lo comprendo bastante menos pero acepto las modas, pero dejar la ciudad hecha un asco es un problema educacional, eso no forma parte de la rebeldía de los jóvenes, y es difícil de comprender. Adicionalmente están las necesidades fisiológicas que sin ningún reparo se hacen “in situ”, mucho menos comprensibles. Cualquier rincón de la ciudad se transforma, lo transforman, en el famoso Postigo de San Rafael. ¿Se cambiará la moda sin necesidad de usar la coercitividad que pueden emplear los cuerpos de seguridad local? Por la salud hepática de una porción de nuestros jóvenes y por el abaratamiento de los costos de la limpieza de la ciudad. ¡Ojalá!
Espaldera mesa improvisada
Fotos del autor
Bibliografía la señalada
Despues de las fiestas engrosamos las carnes
ResponderEliminarTe deseo un buen comienzo de año,en momentos donde la gente no sabe lo que pasará ya que el mundo se ha extraviado en si mismo
Gracias Leonardo, coincido en lo del extravío del mundo. Un saludo e igualmente te deseo a tí.
ResponderEliminarPrimo, esto es lo que viene siendo el "Circuito del Cola-cao" ¿no?
ResponderEliminarFeliz año.
Emilio no se que le digan ese nombre pero allí en el Brillante, en la zona del Tablero. Puede ser lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Paco, muy entretenida la entrada. De vez en cuando suelo ir con mi mujer también por allí a andar o correr. El "elevado coste del alcohol en los pubs y discotecas" parece ser la excusa ideal para que parte de la juventud beba de manera salvaje y compulsiva en la calle en este país. Y en cierto modo pues quizá tengan algo de razón, pero cuando dejan la suciedad que dejan, la pierden. Yo puedo comprender que alguien compre alcohol en una tienda o en un supermercado porque le sale más barato, ¿pero por qué hay que bebérselo en plena calle?, ¿por qué hay que beber tanto? y ¿por qué hay que dejar después el lugar hecho un asco?. Gran parte de la juventud carece de la educación más elemantal en lo que al civismo se refiere, y eso no es culpa de los profesores, ni de los policías, es culpa DE SUS PADRES, así lo veo yo al menos. Un saludo Paco.
ResponderEliminarEmilio, ese no es el "circuito del cola-cao" el cual está junto al cementerio de la Salud.
ResponderEliminarAndrés muchas gracias. Coincido contigo en la culpabilidad, que normalmente se deriva al profesorado que además sufre más de la cuenta. Los primeros responsables somos los padres ¿porqué no lo hacen en el salón de su casa? me refiero a tirar por el suelo las cosas, y si en la calle. Lo que pasa es que no podemos demonizar a toda la juventud porque caemos en un error. Un abrazo
ResponderEliminarAmigo Lucas, gracias por la aclaración al primo Emilio. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno soy mujer y me meto con los hombres a admirar tu escrito
ResponderEliminarGracias Mucha. Un saludo
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