Fue presentado el conferenciante el profesor Mansour O. El Kikhia, por el Profesor D. Manuel Torres, vicerrector y director de la Cátedra UNESCO para la Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba, que glosó su currículo profesional.
El conferenciante hizo al principio, un desarrollo histórico de su país cuando estaba bajo el colonialismo italiano y bajo la monarquía de Idris. Luego describió una Libia de escasa población, con una mortalidad infantil de más del cuarenta por ciento, y un analfabetismo de más de un 96 %, con un régimen autocrático y semifeudal en el que no hizo ninguna incursión significativa, y que fue el que motivó el golpe de estado del entonces joven y posiblemente idealista coronel Gadaffi. Ahora, sin embargo, Libia tiene una de las tasas de mortandad más bajas del mundo, 3,4 por cada 1000, y un analfabetismo de 17,4 %. Deseo puntualizar que no acepto ningún tipo de dictador, y que el Sr. Gadaffi no es santo de mi devoción.
El conferenciante y el presentador
Luego se centró en los desmanes del régimen del Coronel Gadaffi, y yo personalmente tuve la sensación que estaba dirigiéndose a un público estadounidense, con las características marcadamente infantiles que tiene. A raíz que hablaba de la crueldad del régimen, unas señoras compañeras de fila estaban sufriendo por lo que decía, como las amas de casa en la plaza de la Corredera cuando el juglar de los cuentos, ante su tela con las viñetas, explicaba las maldades del amo hacia la pobre criada y el daño físico y moral que le hacia.
Comentó el Sr, Mansour, que en una cárcel había visto una máquina de picar seres humanos,
-me recordó el hecho la propaganda de las “máquinas de picar niños” de las clínicas en las que se practicaban los abortos legales en este país, difundidas por los grupos antiabortistas-. Que en una visita a Italia se había enterado después que la máquina era para los cerdos, y que como esos animales tienen parecido tamaño con las personas… una máquina para picar los prohibidos cerdos ¿qué haría en Libia?
Dijo que las celdas de aislamiento eran crueles y que había que sacar a los presos encerrados en ellas, de noche, y con gafas de sol, porque no se adaptaban a la luz exterior. Que había visto una cámara frigorífica en la que había 16 cadáveres desde hace dieciséis años
(¿?), y otra serie de maldades que ponían los pelos de punta. A pesar de haber expresado que no iba a ser parcial lo estaba siendo, y como he puntualizado parecía una labor de marketing para justificar el ataque de la OTAN.
La Coordinadora de Relaciones Institucionales Sra.Amira Keider y Sres. El Kikhia y Torres
Continuó diciendo que había más médicos e ingenieros libios en el exilio, que en la propia Libia. Cuestión que me hizo preguntarme que estos licenciados, supongo, habrían estudiado con el régimen del coronel en Libia, y en universidades libias, pero teniendo en cuenta el panorama descrito, no podían ser ciudadanos de a pie, del pueblo llano. Eso daba que pensar que el analfabetismo de la monarquía derrocada por el golpe de Gadaffi no existía en el régimen libio ahora derrocado por la OTAN, y que algo se habría avanzado, que en el fondo es lo mismo que en el régimen cubano, con su fácil acceso a la cultura, y la búsqueda después de sueldos más elevados en otros países. Conozco un neurocirujano que estudió en Cuba y ejerce en Canadá, y reniega de quien le dio la posibilidad de estudiar, aunque eso lo soslayaba por ganar como cincuenta veces más en el país de la Policía Montada, evidentemente capitalista.
Una vista de la sala antes del comienzo
Señaló el conferenciante que, en una población de unos cinco millones de personas, había unos tres millones de trabajadores extranjeros, pero que existía un paro de más de un cuarenta por ciento de la población autóctona
(¿?). Que los funcionarios no cobraban durante seis u ocho meses y luego les pagaban sólo un par de sueldos. Que el coronel decidió la autosuficiencia alimentaria del pueblo libio y obligó a todo el mundo a criar pollos en sus casas. Que el precio de los pollos se lo descontaban a los ciudadanos de sus sueldos, y que al final se comieron los pollos. Y así un catastrófico panorama que me hacía sentir cada vez más alumno estadounidense escuchando el panegírico sobre la OTAN.
Dijo que bendecía a la OTAN por haber destruido a una columna militar que había recibido orden de arrasar Bengasi. Que se lo agradecía al Sr. Sarkozy y al Sr. Obama, porque allí, en esa ciudad, estaba su familia. Es lógico. No pongo en duda las crueldades de una guerra, pero estoy seguro de que el Dr. Mansour estaba impregnado por el sistema americano de contarle al pueblo las maldades de los islamistas o de cualquier otro pueblo, que iban a acabar con las bondades de la libertad y democracia del tío Sam. Ya lo vimos con el japonés, con el ruso, con el alemán o con el vietnamita, y ahora con Al-Qaeda, otro producto suyo. La industria del cine contó parecidas historias de esos pueblos que amenazaban el modelo USA.
El Sr. Torres presenta al Sr. Mansour
Luego dijo que en ocho meses de revolución, habían surgido cuarenta partidos políticos e igual o parecido número de televisiones y periódicos. De la noche a la mañana, de un panorama desolador, a la abundancia de medios ¿de dónde habían salido y quién los financiaba? Que un millar de mujeres libias estaban organizando una conferencia mundial de mujeres, a la que iba a acudir Angelina Jolie, entre otras famosas. Yo pensé ¿qué pronto se han formado estas señoras, en ocho meses de guerra, no sería que estaban ya formadas por el demoniaco régimen anterior? si no, no es lógico.
En suma, a mi me dio la impresión que estaba justificando el brutal ataque al pueblo libio, por la Alianza Atlántica. Sólo señalaba las maldades del coronel, que desde luego seguro las habría hecho en cuarenta años, con el endiosamiento de quien se perpetua en el poder y a quien no disculpo en absoluto, pero que el Sr. Gadaffi estaba bendecido entonces por aquellos que suponemos aceleraron su muerte para que no hablara en la Corte Internacional, de los tejes y manejes que, los dirigentes occidentales habian tenido con él.
Un momento de la exposición
Dijo que consideraba una barbaridad la forma en la que lo asesinaron, pero que el destino
-una expresión muy árabe- le había hecho morir como una rata, en una alcantarilla, como había nombrado antes a los revolucionarios. Y que había que pasar página y no mirar atrás, sólo en esos desmanes claro, saltándose la agresión de la OTAN a la que había que agradecer sus bombardeos. ¿Y los muertos en la población civil que habían causado estos? Esos no los mencionó porque seguramente formaban parte esos
“daños colaterales”, que nunca se contabilizan
, para conseguir los objetivos.
Ahora habrá que ver como entran a expoliar al país los extranjeros, con el beneplácito del Comité Revolucionario, y cuántos miembros del Comité pasan a ser nuevos ricos con el petróleo libio, quienes reconstruyen lo destruido y arman el nuevo ejército cuyos arsenales estarán vacios y arrasados. Esa es la verdadera revolución libia. Esa es la democracia que el capitalismo internacional llevará al pueblo libio, crear otro nuevo régimen más dócil y sacarle todo lo que puedan de sus riquezas.
Otra perspectiva con un exótico toque
Pero nadie habla de Marruecos, de Arabia Saudi, y de la inversión de Quatar en esta guerra y otros emiratos de la zona del golfo pérsico. La otrora luchadora televisión Al Yazira ha comentado poco de este conflicto, que no tiene ni un lejano parecido con otras de las llamadas primaveras, como Túnez o Egipto, parece que la línea editorial ha ordenado callar determinadas intervenciones, aunque hace tiempo que perdió fuelle esta cadena televisiva. Hay que comprobar el capital de la misma de dónde viene, para calibrar la línea editorial.
Me he llevado una gran decepción con la línea conferenciante y me he preguntado, si lo que consideraba una esperanza cultural no adolecerá de los mismos vicios manipulativos. Siempre, quien paga decide lo que se dice o no se dice. He visto demasiada parcialidad en la conferencia, donde la única crítica reseñable ha sido una tibia referencia al Tea Party yanqui, que fue catalogado de tonto, pero claro he pensado que la tendencia del profesor que nos acongojaba con el desolador panorama y la esperanzadora salvación del pueblo por las desinteresadas democracias occidentales
–había que verlo y el tiempo lo dirá, lo que pasa es que nadie se acordará después-, será demócrata.
Una asistente hace la primera pregunta quizás la más directa
Ha habido momentos que me acordaba de la película Cortina de Humo, de Barry Levinson, y la visión teatral de la pobre mujer con un tierno gatito en brazos que le presentaban al lacrimógeno pueblo estadounidense, justificando las maldades de una ficticia guerra en los Balcanes, que ya de momento no eran los comunistas, o Al-Qaeda que no existian, pero eran mala gente que hacían daño incluso a los domésticos e inocentes felinos. Aunque dadas las carencias geográficas de ese pueblo, no situaban en la historia el territorio de la guerra salvadora del 7º de caballería. En este caso la guerra era para salvar un problema de entrepierna presidencial.
Nada de esto que digo disculpa ni una sola muerte, ni un solo comportamiento antidemocrático del depuesto y asesinado brutalmente coronel Gadaffi, en absoluto, pero la inclinación del fiel de la balanza hacia el infierno exclusivamente, hace para mi poco creíbles sus maldades. Es difícil comprender a esos pueblos acostumbrados a una forma de vida que dista mucho de las occidentales, y aunque existe una gran similitud por el concepto mediterráneo que resalto el Sr. Mansour, existe también una gran distancia en las costumbres. Y una gran preocupación, el retroceso que puede sufrir la mujer en los nuevos regímenes que adopten la rigidez religiosa como modelo de gobierno.
Un detalle del cierre del techo del salón de actos
El debate flojo también, las preguntas, salvo una que se refería a porque miraban las democracias occidentales hacia otro lado antes, y el porqué de su tardanza en reaccionar, y otra que pidió explicara el porqué de la rapidez en el asesinato del antiguo dirigente, y si no sería esa premura para evitar lo que dijera el coronel en la Corte Internacional de sus, ayer
“amigos”, hoy cómplices de su asesinato, cuya respuesta diplomáticamente soslayó. Las demás versaron sobre cuestiones secundarias de la reconstrucción o puesta en marcha de un nuevo régimen. En suma salí muy decepcionado porque no se habló del tribalismo del país, no conocimos los entresijos interesados de las petroleras extranjeras, que ahora podrán campar a sus anchas, pues antes no tenían poder para hacerlo. La finalización del patrón oro en, quizás uno de los únicos países que lo tenía, con el consiguiente peligro para el papel verde
-dólar- que es el patrón mundial. Y muchas incógnitas más. Ya hemos vivido apoyos a determinados personajes que luego les salieron
"ranas" a sus creadores, y como para muestra basta un botón, estoy pensando en: Sadan Hussein, Bin Laden, Noriega, y muchos más asesinos amparados y luego perseguidos cuando no interesan.
Para terminar, decir que lo importante es que el pueblo libio, como todos los pueblos del mundo, que tiene todo el derecho a ser dueño de su destino, encuentre el camino adecuado. Pero que, lamentablemente, a lo largo de todos los tiempos, los pueblos son los que sufren los desmanes y locuras de sus gobernantes, por querer estos perpetuarse en el poder, y son a su vez, los que se ven envueltos en guerras y los que pagan con su vida.