Sir Isaac Newton
Soy aficionado a la astronomía, desde hace mucho tiempo. Tengo variada literatura sobre el tema, libros y revistas, algunos prismáticos e incluso un telescopio que me regalo mi familia hace un tiempo, aunque prefiero mejor unos buenos prismáticos. Con mi hijo mayor, de pequeño, en pleno invierno, hacíamos incursiones a la terraza, casi a bajo cero, a medianoche, para ver alguna conjunción, los satélites de Júpiter, o la Pleyades. Eran unos espectáculos extraordinarios. Paco, en aquel entonces se sabía de corrido las principales constelaciones incluidas sus alfa.Y quitando aquel telescópico que venía a la feria de mayo, donde se veía la Luna, a riesgo de salir de allí con una conjuntivitis, la primera visión astronómica de importancia la tuve en la sierra, en casa de Miguel Serrano, con el telescópico de Rafael Castillo. El planeta fue Saturno, tenía una posición en que todos sus anillos se presentaban con el mayor esplendor.
Revista Mecánica Popular
(ahora la mecánica popular, es no hacer nada, ni proponer nada)
Con las famosas revistas de Mecánica Popular de mi tío Pepe, ya estuve tentado de construir un telescopio, e incluso pedir las ópticas a Estados Unidos. USA entonces con poca edad y las películas, parecía Eldorado luego la madurez te hace ver las cosas de forma muy distinta. ¿O la revista quizás era la también americana Hobby? Da igual. El telescopio en cuestión era uno de los llamados newtonianos o telescopio reflector, que perfeccionó ese gran científico que fue Sir Isaac Newton. Por ello de su recuerdo hoy.
Se dice que corría el año 1684 y en aquel entonces los científicos ingleses tenían un gran debate sobre las leyes que rigen los movimientos de los cuerpos celestes. La Royal Society de Londres alimentaba la polémica. Robert Hooke, Christoker Wren y Edmund Halley, eran la nata de la sociedad, y como no se ponían de acuerdo Wren el que construyó la Catedral de San Pablo londinense, ofreció un premio al primero que consiguiera demostrar con claridad meridiana las leyes del movimiento de los astros.
Pasó el tiempo y nadie se atrevía. Halley, que era amigo de Isaac Newton, decidió visitarlo en su casa de Cambridge. Cuando estaban hablando le preguntó disimuladamente por las orbitas de los cuerpos celestes, Newton contestó:
—Son elípticas.
—¿Cómo lo sabe Isaac?
—Las calculé hace tiempo –contestó Newton- pero me parece que he perdido los papeles donde las detallé.
Buscó por los cajones y no encontró nada, y le dijo a Halley:
—No se preocupe Edmond, las volveré a calcular y se las envío a su casa.
Y así fue, volvió a calcular las Leyes de la Gravitación Universal, dos veces en tiempo distinto, sin memorias, sin calculadoras potentes, sin ordenadores y en 1684, a finales del siglo XVII. Posiblemente eso le sirviera a Edmond Halley a calcular la órbita del cometa que luego llevó su nombre y yo tuve la oportunidad de ver, en la azotea de la casa de Rafael Castillo, con su telescopio y en compañía de Juan Vázquez, vista que desde luego no fue como la anterior visita, fue pobre y decepcionante. Respecto a Isaac Newton me parece realmente increíble su capacidad científica.
En su tumba dice el epitafio:
“Aqui descansa
Sir ISAAC NEWTON, Caballero
que con fuerza mental casi divina
demostró el primero,
con su resplandeciente matemática,
los movimientos y figuras de los planetas,
los senderos de los cometas y el flujo y reflujo del Océano.
Investigó cuidadosamente
las diferentes refrangibilidades de los rayos de luz
y las propiedades de los colores originados por aquellos.
Intérprete, laborioso, sagaz y fiel
de la Naturaleza, Antigüedad, y de la Santa Escritura, defendió en su Filosofía la Majestad del Todopoderoso
y manifestó en su conducta la sencillez del Evangelio.
Dad las gracias, mortales, al que ha existido así, y tan grandemente como adorno de la raza humana.
Nació el 25 de diciembre de 1642; falleció el 20 de marzo de 1727.”
Posiblemente no haya habido mente más lúcida, o sí, pero hay que tener en cuenta la época peligrosa en la que vivió, época de problemas con la Iglesia, de oscuridad, de falta de medios. Por ello merece la pena dejar un pequeño recuerdo de su paso por aquí. Una cosa no comprobable fue lo de la manzana, pero el manzano existe en la casa de campo en la que vivió, en Woolsthorpe (Lincolnshire), con 22 años, con motivo de la peste. Sin embargo un ayudante que tuvo, John Conduitt, en el año de su muerte 1772, citó una frase que había en una de sus notas, que decía:
“el primer pensamiento de su sistema de gravitación surge de la observación de una manzana caída de un árbol.”
Posteriores escritos y dibujos corroboran que en el patio de su casa, había un solo árbol y era un manzano. Este manzano fue cuidado por la familia Woolerton, que vivió en la casa hasta 1947. Un rayo, en 1816, destruyó varias ramas del árbol, pero como era poderoso siguió dando fruta hasta el presente. Sin el uno de los programas astronómicos que más satisfacciones me ha dado, y que es el Sky Map, no hubiera podido hacerse.
Bibliografía de Wikipedia y Pelograma en Red
Fotografías de la Red
3 comentarios :
"JVC dice:
Magnifico articulo, felicitaciones."
Gracias amigo Juan, y parece que fue ayer cuando nos decepcionamos viendo al Halley, que dicho sea de paso mi suegro lo vio en su vida dos veces.
Un abrazo.
Paco,eso de inculcar a tu hijo el
interés por saber y participar con
él,sólo lo hace un buen padre.
Saludos.
Muchas gracias Carlos, pero también nos acarreó algunos problemas en el colegio. Se pasaba de lo que tenía que saber un niño de sus edad. En cierta ocación su tutor -que es amigo- me dijo que lo había dejado en rídiculo en la clase. El tutor dijo en la clase que la estrella polar, era la más cercana a la Tierra, y él le dijo D. Juan de Dios no es esa es la Alfa de la constelación de Centauro que esta´a cuatro años luz. Juan se quedó descuadrado y le cortó por lo derecho. Luego yo le dije que lo que dijera el maestro no podía tener discusión en público, que después podía hablar con él en privado y comentar el tema, pero siempre el profesor es el que más sabe en la clase, y creo que lo entendió.
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