Inscripción en el monumento
El texto:
"LA REMONTA DE CÓRDOBA A SUS COMPAÑEROS DE ARMAS MUERTOS EN LA BATALLA DE ALCOLEA 1868 R.I.P."
Otra vista del monumento
Vista aérea de la ubicación.
El monumento está ubicado en la finca Ribera, de notable extensión, dividida por la vía del ferrocarril de Alta Velocidad, propiedad del Marqués de Armunia, Sr. Iván de Arteaga. Encinas y pasto dice el catastral, en la carretera del Pantano de Guadalmellato, antes de subir la primera cuesta a izquierdas, que a la derecha deja la estación de bombeo. Está compuesto de una simple cruz sobre un monolito, sobre una solería y cercado por una oxidada y semidestruida baranda metálica. Eso es lo único y notablemente desconocido, que conmemora los más de cuatrocientos muertos, de la famosa Batalla de Alcolea.
La lápida de la II República
El texto:
"EN EL AÑO 1935, IV DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA, EL PUEBLO DE CÓRDOBA Y EN SU NOMBRE EL AYUNTAMIENTO PRESIDIDO POR BERNARDO GARRIDO DE LOS REYES RESTAURÓ Y MEJORÓ ESTA ALTAR DE LA PATRIA."
Una vista desde el sur
Ese acontecimiento, que no debía ignorarse sucedió en Córdoba, significó el destierro de la reina Isabel II de la dinastía Borbón. Los Borbones han salido y entrado de este país como curro por su casa, nunca mejor dicho, pero siempre han vuelto de mano de algún general. A lo largo de la historia de España, han sido monarcas de, exilios dorados y vueltas gloriosas: Carlos IV, Fernando VII de tan triste y miserable memoria, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII, Don Juan de Borbón… de momento hasta ahora.
Pues bien, conocedor de la carretera por los muchos kilómetros hechos en ella con la bicicleta, aparqué el coche al lado del puente del arroyo, donde muchas veces llenábamos el bote en los "tours" ciclistas. Entré por la puerta lateral que cerraban unas maderas movibles, e inicié la subida por la orilla para después intentar cruzar a la otra finca, a pesar de la cerca, ya que desde la curva después de la subida, y cercana a la vía del AVE, la cancela tiene un candado. De una casilla salieron unos valientes perros que materialmente me comían, alguno más valiente o más joven, llegaba casi a ponerse al alcance del palo, los otros, más viejos, se mantenían a una distancia prudencial ladrando. Yo pensé en aquello de “perro ladrador poco mordedor”, pero eso no siempre es verdad, lo que justifica que aun con palo, sientes la cosilla de que alguno quiera romper el refrán directamente.
Afortunadamente se cumplió, no fue la excepción que confirma la regla. Uno a lunares sin ser dálmata, al rozar el palo dos veces por el suelo pensaría, este no va de buenas y reculó. De voces nada, porque no me salía ninguna nota por la afonía. Seguí el camino y la vegetación me impidió cruzar por donde quería, por lo que volví sobre mis pasos. En esta ocasión se mantuvieron los canes a más distancia. Entonces, ante la circunstancia de no poder llegar hasta el monumento, decidí subir hasta la loma desde dónde se representan los grabados de la batalla. El terreno bastante pedregoso, seco, lleno de rastrojo, fruto de una cercana recolecta, me hizo pensar la cantidad de personas que perdieron su vida, por esa señora oronda con una cierta incontinencia en sus reales partes, que gobernaba este país, y cuyo marido, Francisco de Asís, “Paquita” como Isabel le llamaba desde niña a su primo. Decían las malas lenguas que tenía, el día de la boda, en el tálamo nupcial, más encajes que ella.
Equinos en la zona
Otra vista del lugar de la batalla
Lo que presupone que, según la inclinación sexual del consorte -a todas luces respetable, lo discutible era la hipocresía-, la sangre borbónica no era recibida por línea paterna, estimando que la inseminación real procedía de vesículas seminales, lo más probable distintas y diferentes. Eso no es ninguna deshonra, porque el que más y que menos tiene en su familia –en la mía mi bisabuela Antonia- episodios seminales poco claros, pero aquí estamos valorando es la suerte de algunos espermatozoides, al penetrar en óvulos reales, y luego gobernar y vivir, nunca mejor dicho, a cuerpo de rey, que es como obispo pero con corona. A lo que voy, que siempre salgo por otro lugar distinto, y estoy dando más vueltas de la cuenta para decir que no pude llegar al monumento que, dicho sea de paso no es de recibo, que esté en el estado que se encuentra, y que no exista un simple camino cercado, fácil además, que permita su visita sin tener que o tener una aventura, o que pedir permiso al Señor Marqués, que aunque tiene fama de amable, supongo no permitirá visitas diarias.
La misteriosa mandrágora en los alrededores del monumento
El progreso, en las cercanías del monumento, camino de la capital de España
“¿Qué es aquello que reluce, en lo alto de aquél cerro?
Las 'quijás' de Novaliches,
se las está comiendo un perro.”
o
El general Novaliches
en Córdoba quiso entrar,
y en el Puente de Alcolea
le volaron las 'quijás'”
Esas eran las cancioncillas populares que, por lo menos a mí, me refería mi madre, posiblemente heredadas de la suya, que casi vivió el acontecimiento. El 28 de septiembre de 1868 sucedió el encuentro de los militares isabelinos al mando del general Novaliches, con los revolucionarios al mando de general Serrano, en los terrenos cercanos al Puente de Alcolea, Puente que ya, sesenta años antes, en 1808, tuvo otra sangría de seres humanos, en éste caso contra los franceses. Aproximadamente diez y ocho mil hombres, sesenta cañones y dos mil caballos, fue la totalidad de las fuerzas, entre ambos bandos. Las pérdidas del desastre fueron de más cuatrocientos muertos y unos seiscientos heridos. Los fallecidos en principio fueron enterrados allí, luego, el ayuntamiento los trasladó al Cementerio de San Rafael.
El general Novaliches fue herido en la mandíbula en un avance sobre el puente, y quien lo sustituyó en el mando, solicitó negociaciones para la rendición. Como consecuencia de la derrota de las fuerzas isabelinas, dos días después, el 30 de septiembre, partió desde San Sebastián, la reina para el exilio francés. Se instaló en Paris, en el Palacio de Castilla, comprado a un noble ruso, dónde después estuvo el Hotel Majestic, cerca del Arco del Triunfo, en la Avenida del Rey de Roma. Su marido, el rey consorte, se instaló en un piso de la calle Lesueur, con su novio Meneses. Luego, con la restauración borbónica se alojó en El Escorial, por desavenencias con su hijo.
D. Teodomiro Ramírez de Arellano dice de la batalla:
“La segunda batalla de Alcolea
El segundo y último suceso que tanto nombre ha dado al puente de Alcolea tuvo lugar en la tarde del 28 de septiembre de 1868 entre las tropas mandadas por el duque de la Torre, acompañado de los generales Caballero de Rodas, Izquierdo y Rey, y las que trajo a sus órdenes el marqués de Novaliches, quedando vencedoras las primeras.
Muy conocido y reciente es este hecho de armas, sobre el que ha escrito un extenso volumen nuestro paisano el escritor don Francisco de Leiva con objeto de darlo a la prensa. También pueden verse los periódicos de aquellos días, en que se publicaron todos los pormenores de la acción.
Antes de llegar a la iglesia, a los lados del camino, se ven unos montones de menudas piedras sueltas, que están indicando los lugares en que se inhumaron los cadáveres de los infelices soldados que allí murieron en la tarde del 28 de septiembre de 1868, y que debieran sacarse y traerlos al cementerio de San Rafael, como se hizo con los jefes y oficiales que tuvieron igual desgraciada suerte.”
Al final como con el acueducto de Valdepuentes, sin llegar a él físicamente. Menos mal que el amigo Vértice, deportista de élite y extraordinario fotógrafo, tiene una serie de fotografías del monumento de este año, y gustosamente me ha autorizado su publicación.
Fotografías del autor, Google y red.
Bibliografía variada y Ramírez de Arellano.
Bibliografía variada y Ramírez de Arellano.
Excelente trabajo,Paco,que no decaigan las ganas,que hay que seguir trabajando,hasta el final.
ResponderEliminarSaludos
Sin duda suceso importante que puso fin a ese reinado marcado por continuas guerras civiles, las carlistas y alzamientos, desde sus inicios.
ResponderEliminar¿Por qué un monumento tiene que estar en finca privada y si es así no dejar paso hasta donde se encuentra?.
Un abrazo y que te recuperes.
Hola Paco, muy interesante la entrada. Ya había escuchado o leído antes esa simpática coplilla referente a las quijadas de Novaliches. ¿Podrías situar exactamente en el mapa el sitio donde está el monumento? es que la foto que aportas con su ubicación es muy pequeña y no se situarla en el mapa, es que me gustaría, alguna vez de las que paso por Alcolea con la bici de montaña, acercarme y verlo. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto Eduardo, y la contestación a la pregunta deberían hacerla las autoridades, hay leyes para todo lo que se quiere y si eso es un bien deberían facilitarle a propietario la posibilidad de acceso o en todo caso expropiar unos metros y hacerlo. Gracias, está uno viejo Eduardo.
ResponderEliminarAndrés, te voy a pasar las coordenadas geográficas de Google, y puedes situarlo allí. En Google Map, te he sacado un mapa mayor pero no tenía tu correo para enviártelo, me lo envías al mío (no tienes que publicarlo por aquí)y te lo remito a vuelta.
ResponderEliminarLas coordenadas para Google Earth son:
37º56'34.75" Norte
4º30'07.85" Oeste
Altura 127 m. snm
Ya he localizado el sitio, muchas gracias Paco. Ahí te dejo mi correo, no tengo ningún problema en publicarlo aquí: aruz07@hotmail.com
ResponderEliminarGracias de nuevo.
De acuerdo Andrés, a pesar de eso te lo envío. Saludos.
ResponderEliminarMuy buena la entrada amigo Paco, cuando estuve en el monumento que lastima me dio, que pronto se olvida todo, ahora que esta de moda la Memoria Histórica.
ResponderEliminarPero como que no llegaste al monumento?
Eso hay que remediarlo.
Un saludo.
Estupendo trabajo, como todos los que haces. En la Universidad Laboral cantábamos:
ResponderEliminarQué es aquello que reluce
en lo alto de aquel cerro
la cabeza del Bombilla
que la está lamiento un perro.
El bombilla era un hermano dominico (lego) bastante hijo de su mamá. No sabía que esta coplilla procedía de la batalla de Alcolea. A mi madre si le oía decir con frecuencia, porque me lo decía a mí:
Te voy a dar una torta que vas a ir adonde fueron la quijás de Novaliches, tal cual.
Cuídate, que en cuanto que tardas un poco en aparecer te echamos de menos y nos preocupamos.
Muy interesante Paco, de hecho desconocía este monumento. Como siempre, un gran artículo.
ResponderEliminarVértice:
ResponderEliminarEmilio, como siempre. No me atreví por abajo por el arroyo, que era por dónde estimaba podría entrar sin hacer desaguisado en la cerca y por arriba estaba el candado. Llevas razón, el monumento está fatal, pero considero es culpa de las autoridades que no se han preocupado de ello, una entrada desde la carretera es peligrosa por estar casi en la curva, una pequeña escalera y estás en un momento. Te envié un correo solicitando usar tu fotografía y no sé si lo habrás visto. El resto son también muy buenas, para no perder la costumbre. Muchas gracias.
Molón Suave:
Sabes Rafael que lo mismo me decían a mí, por lo que deduzco que era una cosa de moda entre las madres, y cuando le preguntaba dónde iban a ir la “quijás” me cantaba la coplilla, aunque dudo que supiera el sitio exacto. Al “bombilla” le pusieron una copla hoy le hubiesen puesto un vídeo en You Tube, o un SMS, y es que “los tiempos adelantan que es una barbaridad..” como D. Hilarión decía.
Lucas:
Gracias Lucas un abrazo.
Estupenda entrada. Seguro que, como casí siempre, muchos cordobeses desconocen este lugar e historia.
ResponderEliminarLorenzo es normal, mucha gente vive inclusive al lado de algunos monumentos y nunca los han visitado. Yo he vivido con mis padres prácticamente debajo de la torre de la Mezquita, pues mi padre en los años (unos treinta) que vivió allí nunca subió, ahora se le podía preguntar por cuestiones del equipo local de fútbol que te daba veinte vueltas. Y así todo, y no hablemos de los museos que nadie ha visitado ni una sola vez.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenas noches Paco, no sabes como lo que aquí escribes, contribuye a borrar ese desconocimiento del que habláis en comentarios anteriores. Hoy preguntando por un bunker que se encuentra cerca, un vecino de por allí, me indicó este lugar diciendo que era un enterramiento de la guerra civil... Mi suerte que hace tiempo había leído este post, y rápidamente tire de móvil, de tus notas cordobesas, y salí de dudas. Por cierto, si me extrañó comprobar que la lápida de la II Republica fue respetada durante tantos años. Saludos, y de nuevo, muchas gracias.
ResponderEliminarEstimado amigo Pepe, muchas gracias por tus palabras. Al saber popular de la gente no le podemos poner pegas, para ellos lo que le han comentado sus mayores es válido y no lo cuestionan, pero ocurre lo mismo hoy mismo nadie se cuestiona lo que dice la prensa radio y TV, que trabajan para la cuenta de resultados de una empresa, es decir el dinero, y las televisiones públicas normalmente para la élite dominante. Luego están los historiadores que escribían, en la dictadura para el dictador. Nos han contado muchas cosas que son mentira, fruto del interés del momento, casi siempre crematístico.
ResponderEliminarEs una pena que ese sea sólo el símbolo de un recuerdo para los cientos de vidas que quedaron allí sobre el terreno, pero por lo menos las recogieron y se llevaron o enterraron, muchos miles están aún tirados quien sabe dónde.
En realidad es como la tumba del soldado desconocido, homenaje a todos sin distinción. Y en cuanto a la lápida sería un olvido, como el escudo del reloj de la Veterinaria, el escudo de la puerta del Rey Heredia (que se llevaron hace unos años y nadie sabe donde está),y alguno más que se le pasó a los fascistas. A lo mejor este como está en un lugar privado facilitó el olvido.
Un fuerte abrazo Pepe.
Hola! Acabo de descubrir que un antepasado mio estuvo en la batalla de Alcolea, y luego sobrevivió y murió de viejo. Al parecer era alabardero de la guardia real de la reina Isabel, asi que estaba en el bando perdedor... Pero como no murió y me han contado historias suyas muy raras como que luego fue "corsalero" que no tengo ni idea de que es eso...(era el abuelo de mi abuela)pues me gustaría saber que hay de verdad en esas historias, y si se puede buscar nombres en algún registro. En la batalla sobrevivió pero salió herido, ¿Sabes si hay algun registro de esos 600 heridos que mencionas en el post??
ResponderEliminarUn saludo! Muy buen trabajo de divulgación histórica.
En primer lugar muchas gracias. He estado mirando para ver si pudiera darte una contestación positiva pero me ha sido imposible. No sé si hay listados de esas personas, posiblemente haya algo en los archivos pero es un trabajo complicado. A lo mejor en los registros de los hospitales. Me ha venido a la memoria que en los postigos de las ventanas de lo que hoy es la Facultad de Filosofia y Letras, antes Hospital de agudos, hay muchos nombres que los propios enfermos grabaron en la madera http://notascordobesas.blogspot.com.es/2011/01/el-hospital-del-cardenal-salazar-o-de.html
ResponderEliminarY en cuanto a la profesión posterior de tu antepasado no he encontrado nada tampoco. Lo lamento mucho. Un abrazo.
Muy buena la información, para amantes de la historia.
ResponderEliminarPasaré a ver el monumento, y difundiré su ubicación.
Un cordial saludo
Muchas gracias Andrés, es complicado pues está en terreno privado pero merece la pena. Son los eternos olvidados y fueron muchos.
ResponderEliminarSaludos.
Ya mismo se celebra el 150 aniversario de esta Batalla, aunque no parece que con mucha publicidad.
ResponderEliminarSALUDOS CORDIALES
Gracias Andrés llevas toda la razón, no interesa a las autoridades. Un abrazo
ResponderEliminarOs informo que se celebrará la II Recreación Histórica de la Batalla de Alcolea del 1868. Días 28 de septiembre a las 19:30 h. Homenaje a los caidos de la batalla. Lugar el Enterramiento y el 29 a las 12 h. Recreación de la batalla, lugar en la Posada, se ponen a la venta gradas 1€
ResponderEliminarQueda publicado el anuncio de la conmemoracion. Muchas gracias.
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