Acto recordatorio de los diez años del último sorteo la Sra. Chacón, Ministra de Defensa
La mili obligatoria se acabó en marzo de 2001. El Ministro Sr. Trillo dijo:
-Señoras y señores, se acabó la mili.
Ya han transcurrido diez años de su final, hoy se dispone de un ejército profesional en su totalidad y con la incorporación de la mujer al mismo en toda su plenitud. Tal y como están las cosas en el mercado de trabajo, muchos jóvenes con una buena preparación académica optan por presentarse a las pruebas de acceso al Ejército. El último sorteo se celebró el 8 de noviembre del año 2000. Se preveían los destinos de 90.625 jóvenes y hasta un día antes se podían declarar objetores de conciencia. Las Oficina del Defensor del Soldado estimaba que el 75% de los destinados se haría objetor. Una curiosidad, cuando se celebra el Consejo de Ministros en el que se aprueba el final de la mili obligatoria, el único ministro que no está presente, es el candidato hoy a la presidencia del Gobierno, ya que se encontraba en Londres.
Yo fui voluntario, era una modalidad en la que elegías el acuartelamiento donde querías hacer el servicio militar, y como es lógico el ejército. En aquel entonces el voluntario tenía que estar unos meses más, veinte meses era la duración como voluntario y dieciocho como soldado del remplazo. Por lo tanto yo no sufrí los avatares del sorteo. Primero era la talla, que la hicimos en Huerto de San Pedro el Real, y luego el sorteo. Después la entrega de los macutos y el equipo en el patio del Depósito de Intendencia, anejo a la Caja de Reclutas, o Zona de Reclutamiento.
La calle Lope de Hoces, que es dónde estaba la “Zona o Caja de Reclutas”, -como se llamaba-, se llenaba de jóvenes que venían a presenciar el sorteo, y a saber si les tocaba a los sitios considerados complicados. El destino más complicado era África. Cándida hacia el agosto cuando los sorteos, era la propietaria del bar, aguaducho, que enfrente de la entrada del Depósito de Intendencia aliviaba la espera, o luego alegraba el resultado, si era de alegrar. Una vez celebrado el sorteo era un poema ver algunas caras. Sobre todo los que le había tocado ser "directores de fábrica" o mejor dicho, ir directos a África.
Algunos futuros reclutas venían del pueblo, con sus padres o con sus novias, era un acontecimiento muy especial. Luego tuvo que ser un gobierno de derechas quien derogó la mili obligatoria y estableció un ejército profesional. Durante el tiempo que estuvo con mayoría el gobierno del PSOE no fue capaz de hacerlo, como muchas cosas que no ha sido capaz de hacer. Si por el contrario hoy, el trabajo sucio con la clase trabajadora para el relevo que viene. En su defensa decir que los proyectos iniciales los hicieron ellos años antes.
Hoy en día, el bullicio se sucede por las mañanas en la Plaza de Ramón y Cajal, cuando se abren las distintas convocatorias para el ingreso en el ejército en la categoría de Tropa profesional. Bullicio que acumula casi un centenar de jóvenes de distintos sexos todos los días del periodo de la convocatoria, y que en la crisis actual es una oferta de empleo sugerente para ellos, como decimos en el primer párrafo. El desarrollo de las distintas convocatorias ha sido a la baja en materia de nivel académico, abriendo la mano incluso a la incorporación de jóvenes latinoamericanos, cuyos países tuvieran convenio con España en esa materia, porque no se cubrían las plazas. Después, a medida que ha ido pasando el tiempo, esa tendencia ha dado la vuelta y ahora el nivel exigido es más alto y la dificultad para ingresar en el ejército es mayor.
Ahora muchos jóvenes no tienen donde “hacerse hombres”, ese era el tópico, en el hombre la marcha a la mili parecía el paso de la adolescencia a la madurez, era cuando ya se podía fumar delante del padre. Era como el protocolo tribal para acceder a empresas de más envergadura. Un figurado destete para volar solo. Bien es cierto que, a muchos les sirvió la separación familiar, para madurar, y a otros para hacerse más “tunos”. Ahora la maduración, gracias al capitalismo feroz que impera en este mundo globalizado de mierda, les llegará a nuestros jóvenes en las puertas de las oficinas de INEM.
Bibliografía personal
Fotos del autor y prensa.
Ji, ji, ji...
ResponderEliminarPor ahí anduve yo y me hice con mi petate.
Un abrazo.
José Alfonso, lo que no dices es la fecha. Un saludo.
ResponderEliminarPaco,unos años antes,con el PSOE
ResponderEliminarya se abrió mucho la manga,en el
concepto de Objetor,que podía ser
por cualquier motivo y no se tenía
que demostrar.De esa forma practi
camente,cualquiera que no quisiera
ir a la mili no iba.Nosotros si que
no pudimos librarnos de la mili,o
tenías que ir a una mina,a un barco
mercante o pasar la frontera,de lo
contrario te esperaba el "castillo"
Más de uno,de mi generación,tuvimos
la tentación de pasar los Pirineos,
pero al final la familia lograba
convencerte,para que te quedaras,
Para mi fue un trauma,porque ya convivía con mi actual mujer.
Es una satisfacción,que los que ahora hacen del ejército una profesión,lo hacen porque les
interesa y para ello están cualificados.
Si señor, yo tuve un hijo objetor y el otro se libró al no ser ya obligatoria. Era un romper al estudiante, al que había empezado a trabajar, año y medio de tu vida. Claro ya eras un hombre... Te librabas por otras cosas, decía el chiste:
ResponderEliminar-Pepe porque no te tiaras por la ventana para que el niño se libre de la mili por hijo de viuda.
Y le contestaba Pepe:
-Y porque no te acuestas con el capitán y que se libre por hijo de p...
Saludos Carlos
A mi me tocó en la marina. Y esperando que me llámaran como a mi hermano, me declararon prófugo.
ResponderEliminarUn par de días antes tuve que ir a dar explicaciones de por que no me había presentado ya que me querían meter en el castillo.
Nada, viajecito a Cartagena, y una absoluta perdida de tiempo.
Yo ya era hombre hacía mucho tiempo...
...Se me entiende, no?
Lorenzo, sin necesidad de dar más explicaciones. De todas formas a muchos si les sirvió de algo, a la inmensa mayoría no. Pues ser prófugo ya era serio. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.
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