Alegoría del autor de la ruptura de la "affectio maritalis"
Tal día como hoy 15 de agosto, entró en vigor la segunda Ley del Divorcio en España, después de la Ley de Divorcio de 1932 —anulada por los fascistas cuando ganaron la única guerra que ha ganado nuestro ejército, bueno también se ganó la invasión contra los cabreros en el islote Perejil—, que fue una de las leyes de divorcio más avanzadas de la Europa de la primera mitad del siglo XX.
“Armadas con panfletos y con la energía que procura saberse luchadora por una causa justa, las sufragistas españolas -logrado ya el voto femenino según el artículo 36 de la Constitución de 1931-, peleaban -cuando se tomó la foto- por la auténtica igualdad entre sexos. La República colmó parte de sus demandas, como la ley del divorcio. De Mundo.es”
Tiene poco que decir que duró prácticamente cuatro años, disolviendo el gobierno faccioso los matrimonios y divorcios efectuados con arreglo a la citada Ley de la II República. Luego la oscuridad de una nueva Edad Media se cernió sobre España, y tuvieron que pasar 45 años, casi medio siglo, para que en 1981, Fernández Ordoñez (el hermano del listo del Banco de España), llevará a las Cortes la Ley 30/1981.
Y después, el 8 de julio de 2005, se aprobó la modificación a la citada ley 30/1981, con la Ley 15/2005. Es decir 73 años después de aprobada la Ley de la II República. En suma, se enciende la luz para el problema de muchos matrimonios en 1932, una brillante luz, se apaga 4 años después, y nos envuelve la más negra oscuridad 45 años, luego se vuelve a encender en 1981, se mejoró su luminosidad en 2005, y afortunadamente alumbra aún hoy, mañana no sabemos qué pasará.
En total, al día de hoy, 79 años desde la aprobación en 1932, 45 de oscuridad y 34 de luz, más o menos brillante. El mundo no se ha deshecho, los que se rompían las vestiduras se han tenido que quedar con ellas rotas, pero aún nos quedan 9 años para llegar a superar los 45 del periodo de oscuridad.
Algunas referencias interesantes:
Ah, ¿no se acabó la familia, cristiana o no con leyes tan impias como esta? (Me contesto: pues no, señor mío, más bien abundan en cuanto los obispos o el Papa de Roma baten palmas llamándolas, vease Madrid estos días...)
ResponderEliminarEstán Lansky “reconfesionalizando” a la juventud y a la gente en general, con la complicidad de un estado aconfesional, en él, constitucionalmente no existirá ninguna confesión religiosa predominante. Me recuerda esto a los años cincuenta con los misioneros, confesiones y comuniones multitudinarias, en tenderetes provisionales, como eso que he visto en los medios de la avenida del perdón, en el que se “perdonará” a quién haya abortado “on line”, simplemente si se arrepienten, claro si perdonan esto ¿no van a perdonar a sus colegas pederastas? Rosarios colectivos. Canciones como aquella de “las cuentas del rosario son escaleras, para subir al cielo las almas buenas, viva maría muera el pecado…” y algo de un Sr. fundador de esto del rosario como fue Santo Domingo, con su pasado oscuro en materia inquisitiva. Creo que el estado tiene culpa en todo esto y los ciudadanos mucho más. E incluso dicen que la Iglesia está perseguida, esto es vergonzoso, pero lamentable y más aún si vemos lo que puede pasar en el futuro, aún no se ha asentado el nuevo régimen del todo. En Córdoba el Alcalde –que me daba una imagen de actual a pesar de su ideología, pero teniendo en cuanta su origen-, decía que no había dinero para pagar las nóminas municipales, siguiendo el “libro rojo de mao” de su organización política, tienen un manual y todos dicen lo mismo, ahora procede llorar por lo que le han dejado de trampas, que no es mentira del todo, y adelantar el adelanto electoral, pues bien no había dinero y le han dado al obispado 30.000 euros para lo de los niños que dicen Blanco que no costarán dinero al estado, y además se ha metido en el lío de lo del tenis que seguro superará en gastos a los ochocientos mil euros para siete días. Esto no tiene por donde cogerlo, claro estamos hablado de que el manual le dice que diga que la cosa está muy mal, para poder actuar justificadamente, y no casa con el gasto y con el riesgo.
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