Tumba monumental, a la izquierda la escalera de bajada.
El antiguo Convento de la Merced que se reconstruyó en 1757, fue desde 1835 el Hospicio. Los niños de la Casa Cuna o Maternidad, cuando llegaban a una edad determinada, pasaban al Hospicio para terminar su preparación e incluso aprender un oficio. En 1960 de volvió a restaurar, con la fisonomía actual y se destinó a Palacio de la Diputación Provincial.
Por los setenta se descubrieron los restos que hoy visitamos. El Baptisterio y una Tumba romana en último sótano, respetando la cronología lógica de los restos arqueológicos. Hay poco donde leer sobre esta tumba y la Guía de Arqueológica de Córdoba le dedica dos páginas que, como director, firma el profesor Desiderio Vaquerizo.
Está compuesta de una cámara de tres treinta metros de fachada y unos cuatro ochenta metros de profundidad. Su construcción señala, es de opus cuadratum calizo. Tiene un recinto previo de cuatro por cuatro noventa metros, también construido con el mismo tipo de sillares, al que se accedía por una escalera desde una planta superior, lo que permite suponer la monumentalidad de la tumba.
Su ubicación estaba a la salida de la Puerta Norte (del Osario) de Córdoba, a orilla de la Vía Córduba Emeritam Augusta, en una prolongación del Kardus Maximus de la ciudad. Sus paredes, se estima, estuvieron revestidas de estuco y posiblemente pintadas. Se configura en una planta de cruz latina, que a su vez forman tres ábsides rectangulares. El ábside norte se supone era el que contendría los enterramientos. Para acceder a la tumba existe un pasillo con escalones, de uno setenta de largo por uno noventa metros de altura, con entrada de arco de medio punto.
No se sabe mucho del supuesto monumento que la coronara, pero estimando el sillar de ochenta por setenta y por cincuenta centímetros, se estima que sería importante, y desde el que iniciaría la escalera de acceso que hemos citado en párrafos anteriores. Es una estructura similar a las tumbas de la necrópolis de Carmona. El sistema de cierre sería de piedra en dos partes.
Si hemos visitado la Necrópolis de Carmona, podemos darnos cuenta de la similitud. Me llama la atención que, siendo Carmona una ciudad de menor importancia que la capital de la Bética, tuviese esa Necrópolis monumental y en nuestra ciudad las tumbas salen con cuenta gotas.
La puerta
Si hemos visitado la Necrópolis de Carmona, podemos darnos cuenta de la similitud. Me llama la atención que, siendo Carmona una ciudad de menor importancia que la capital de la Bética, tuviese esa Necrópolis monumental y en nuestra ciudad las tumbas salen con cuenta gotas.
Sobre la cronología, existe una hipótesis de A. Ventura que se la adjudica a Marcus Aerarius Telemachus, médico liberto de la Societas Aerarium, compañía extractora del famoso cobre mariano, de época augustea. Esto significaría que la citada compañía minera tendría una officina en esa vía. Más al norte de la ubicación de la tumba se encontró una inscripción de una servidumbre de paso a nombre de la Societas Sisaponensis.
Al sur del canal, a finales de 1992, se halló una placa que adquirió el Obispado, y por lo tanto se encuentra en el Museo Diocesano, cuya traducción dice: “Desde aquí la servidumbre del camino está impuesta a la sociedad Sisaponense, hacia arriba hasta las montañas de la sociedad Sisaponense, con un ancho de 14 pies”. La siguiente valoración es saber si el camino a que se refería era el del Pretorio o el de la Loma de los Escalones, aunque ambos se unen en El Vacar en la citada Vía Córduba Emeritam , y es el camino de Sisapo (Almaden), importante para la extracción de cinabrio y mercurio tan apreciados.
Esta empresa debió de contar por estos lares con otra sede. En el Tablero, se halló un titulus sepulchrais de otro enterramiento, también de índole monumental, destinado a tres libertos de la compañía. La confirmación de que la sociedad romana sacaba fuera de las ciudades los enterramiento y las compañías de carácter contaminante y nocivo.
El día que vistamos la tumba, de la mano de la Dra. Ana Ruiz Osuna -ya habíamos estado anteriormente en los monumentos funerarios de la Puerta Gallegos, y conocido parte de las costumbres funerarias de la sociedad romana-, y antes por necesidad de la servidumbre de paso, visitamos también el Baptisterio.
La visita no está preparada para ello, aclaro, bajas a unas cocheras último sótano de la Diputación y allí está la tumba más o menos protegida, más bien algo más, porque baja contigo un agente de seguridad del edificio, pero aclaro que no es un lugar estrictamente habilitado para las visitas.
El ábside este
La visita no está preparada para ello, aclaro, bajas a unas cocheras último sótano de la Diputación y allí está la tumba más o menos protegida, más bien algo más, porque baja contigo un agente de seguridad del edificio, pero aclaro que no es un lugar estrictamente habilitado para las visitas.
Una barandilla impide el acceso a la zona arqueológica, donde están también una serie de lápidas que no tienen nada que ver con esta zona, y que al final detallo. Luego está el espacio previo a la tumba, un pequeño pasillo y una escalera de bajada a la misma, y ya te encuentra en la “planta de cruz latina. tres pequeños ábsides de planta rectangular: los dos mayores (este y oeste) de 1,78 x 0,95 m, cubiertos mediante arco de medio punto adovelado; el menor (al norte, en el que fue habilitada una balda para acoger el o los enterramientos)”, como cita la Guía Arqueológica de Córdoba. En suma un lugar funerario de postín, posiblemente para un cordobés de postín también, de una Córdoba de hace dos mil años.
Nota aclaratoria a las lápidas.
Cuando se abandonó la Casa de los Locos para instalarla en Alcolea, se abandonó también lo que había sido el Hospital de la Misericordia, germen del citado establecimiento Psiquiátrico. Allí había un cementerio donde estaban enterrados los que habían sido miembros de la Hermandad, los Benito Sánchez, Clemente de Lara, Juan Cabello, y otro sin identificar. Como el establecimiento era propiedad de la Diputación ¿qué hacer con las lápidas pues llevarlas al lado de la tumba romana? ¿qué más da que la época sea otra, no es cosa de difuntos?. Esto es una deducción lógica. Aunque la casualidad prima hermana de la curiosidad, permite extenderse en este tema del Hospital de la Misericordia y preparar una entrada citando a estos santos varones y unas obras de arte pictóricas que estaban en la capilla del Hospital.
Fotos y vídeos del autor.
Bibliografía de Guía Arqueológica de Córdoba,
y del trabajo epigráfico de Ángel Ventura Villanueva.
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