La mañana del martes, a primera hora, fui a pedir permiso para poder fotografiar lo que se llama la celda de S. Juan de la Cruz, en el antiguo Convento de San Roque y actual Residencia de Ancianos. Fui tratado muy amablemente por el personal de la casa y quedamos que, en la hora de bocadillo (mía), pasaba y hacía las fotografías. Lo emocionante, aunque queda la duda de que el lugar, fuese verdaderamente la celda del personaje histórico durante su estancia en Córdoba, que puede serlo, es que cuando menos por allí si que andó Fray Juan de la Cruz, y la estancia se ha mantenido así a lo largo de muchos años.
A cosa de las diez y media, estuve allí como un clavo. Se me facilitó la llave, así como las instrucciones pertinentes de sólo fotografiar el pequeño oratorio, como es lógico para proteger la intimidad de los abuelos. Crucé el patio del claustro principal y en el lado sureste –no tiene el claustro una orientación pura- existe una escalera de mármol negro, de dos tramos, con un cuadro en el rellano creo que del Buen Pastor, que nos lleva a la galería superior, ahora en el rincón noroeste, al lado de la entrada al coro, donde existe una pequeña puerta verde, con un letrero que dice Capilla.
Dentro de la misma, un pequeño retablo a la izquierda. La planta de la estancia que me recordó al cine Rinconcito, unas bancas de menor a mayor, adaptadas a la forma de la sala, un pavimento de ladrillo, un cuadro que representa la historia de la caída del tabique encima del santo, y una pequeña ventana que da a la galería. A la derecha del retablo una pequeña –estimo- alacena. Al lado de la alacena una lámpara de aceite dorada colgando del techo. La historia de la caída del tabique, es muy similar a muchas historias de milagros de la vida de los “santos”, en este caso se le cayó un tabique encima y salió ileso, y luego dijo que la señora de los vestidos blancos era quien la había protegido.
En el altar, la reliquia del Santo cristiano en el centro, un ramo de rosas blancas a la derecha y un crucifijo. A la izquierda un grupo tallado que supongo representará a San Juan de la Cruz y Santa Teresa. Detrás de la reliquia un ovalo con un crucificado. En el centro, en alto, enmarcado con dos columnas estriadas y un frontón triangular con un resplandor centrado, un retrato de Fray Juan de la Cruz. Y debajo en el centro del altar el escudo de los carmelitas.
Don Teodomiro dice del Convento y el santo:
“Seguimos nuestro paseo por la calle de San Roque, que llega hasta la esquina siguiente a la portería del exconvento de Jesús Crucificado, y a poco encontramos a mano izquierda el edificio que le da el nombre y fue primero ermita de aquel santo, después convento de Carmelitas Descalzos, como ya hemos dicho, y últimamente colegio de los Calzados. Por consiguiente, en este edificio es donde estuvo San Juan de Dios (sic) durante su estancia en Córdoba y en el que peligró su vida por la caída de un tabique, según la tradición.”
Como podemos ver figura el adverbio sic (del latin “así”) detrás del nombre para justificar que en un texto así figura, y como se puede comprender es un error, porque estamos hablando de San Juan de la Cruz, no de San Juan de Dios. Proceden ahora unos apuntes biográficos sobre el poeta Juan de Yepes Álvarez , que nació en Fontiveros (Ávila) en 1542, ingresó muy joven en los Padres Carmelitas de Medina del Campo, luego corretea gran parte de Castilla por sus estudios y en 1567 conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada (Concha Velasco, esa es la imagen que se le viene a uno a la memoria y es el desalojo de su imagen a los titulares, por culpa del cine y la TV).
Se une Juan de Yepes a la reforma que llevaba a cabo Teresa, que después fue de Jesús y Santa, e inician un periplo que cuenta con un gran rechazo y hostilidad por los Carmelitas Calzados. Yo siempre he pensado que la gran inspiración respecto al amor de Fray Juan de la Cruz (aún no era San) fue Teresa, no sé si con la característica de platónico o no, porque de los éxtasis de Teresa para que hablar, parecen la petite mort de los franceses, como se describe el estado de conciencia o desvanecimiento port-orgásmico, o gasto espiritual porque de eso vamos, después de, como resultado del gasto de la fuerza de la vida.
Dejando atrás las profundidades del “alma” de los santos, decir que San Juan inicia un periodo de fundaciones como Teresa, y es en 1586 cuando tiene lugar su estancia en Córdoba, para fundar los Descalzos, fundación que contó con el respaldo del Deán Luís Fernández de Córdoba, de la familia de los Guadalcázar. El Deán es fundamental en la cesión de San Roque para la comunidad. Luego la necesidad de un mayor espacio, hacen que se busque un sitio a extramuros, y la comunidad se traslada a las cercanías del Colodro, al llamado Convento de San José o San Cayetano, propiamente en el campo, camino de la sierra, y en la cuesta del mismo nombre.
Luego se marcha a Segovia, como tercer consiliario de la Consulta y nuevos enfrentamientos. En 1591 le relevan de todos sus cargos y se queda como fraile de a pie. A la vuelta a Segovia cae enfermo y lo trasladan a Úbeda donde muere en la noche del 13 al 14 de diciembre de 1591, con 49 años. Después sucede el periplo de sus restos, y el contencioso Úbeda/Segovia por su propiedad. Independiente de su beatificación y santificación después, por la Iglesia católica, cuestiones que no vienen al caso, no se puede obviar que fue un gran poeta y un enorme personaje en la historia de este país, al igual que Teresa de Jesús.
Los versos:
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada,
a oscuras y segura
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y en celada
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa
en secreto que nadie me veía
ni yo miraba cosa
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
O las coplas:
Tras de un amoroso lance
y no de esperanza falto
volé tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese
y con todo en este trance
en el vuelo quedé falto
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.
Otro lugar histórico, mantenido con esmero por la institución que gestiona la Residencia de Mayores, que ahora ocupa el antiguo convento de S. Roque y, antes, por las religiosas filipenses, que tienen su congregación en la casa del al lado. Para finalizar, mi agradecimiento a la Residencia por las facilidades que me dieron.
Fotos del autor
Bibliografía T. Ramírez de Arellano y varia.
4 comentarios :
Paco, esa visita se avisa... me lavo la cara y bajo en un minuto. Todavía tengo pendiente concretar con mi vecina que trabaja allí el día para entrar.
En Úbeda estuve en el convento en el que murió el santo. Había igualmente una capilla con parte de sus reliquias en la que fue su celda, y en el museo del convento conservaban entre otras cosas la mesa en la que fue expuesto su cadáver y el crucificado del óvalo, que es un dibujo a tinta original realizado por San Juan de la Cruz.
Guadalupe, llevas razón y lo pensé, pero ha sido todo sobre la marcha, era muy temprano cuando llegué para pedir permiso. No hubo problema y la verdad es que no puso el personal ninguna pega. Si es cierto que luego bajé a las diez y media y en ese momento podía haberte llamado. Espero me disculpes. Conchi y yo estuvimos en Úbeda también -antes íbamos todos los años en viernes santo, no por la semana santa sino por casualidad-, y hemos entrado varias veces. Sigo pensando que estas cuestiones se diluyen en el tiempo y nunca se sabe cuál es la verdad de las cosas. Intenté hablar con alguna persona de las filipenses -la casa de abajo-, para ampliar algunos datos, pero la tenían cerrada a cal y canto, otras veces está abierta, y también era tarde.
Reitero mi petición de perdón por mi cortedad.
Disculpado
Gracias y un beso. He escrito cien veces que no volverá a ocurrir.
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