Dibujo de Wyngaerde del S.XVI donde representa San Nicolás de la Axerquía.
Hablar del Caño de Venceguerra, VenciGuerra, Vicente Guerra o como de diferente manera se le ha llamado a lo largo de la historia, es una verdadera complicación. En primer lugar porque no hay mucho donde mirar, luego porque es un terreno resbaladizo, y no sólo porque es una cloaca, importante además desde que Córdoba era romana. Y fundamentalmente porque el terreno de las aguas de Córdoba y sobre todo subterráneas, tiene eruditos notables, que respeto y admiro.
Hay dos excelentes trabajos de Laurentino en Puente Mayor: La madrevieja de la calle Almonas (I), y La madrevieja de la calle Almonas (II), que lo cita buscando su cauce o la incorporación a él desde la calle López Diéguez, cuando se desvía hacia San Lorenzo un cauce que venía del Colodro, y el resto baja buscando la afamada calle de las fábricas de jabones, Almonas en el siglo XIX, o en el XX-XXI, con muchos comercios de todo tipo, como muestra; Venancio, la Sultana, Casa Rafalito, El Gallo, etc.
Historia y referencias.
Las referencias más antiguas que tenemos es que el caño era una cloaca romana. En la zona del Huerto de Orive y San Andrés se estima estaba el circo romano, y lógicamente pudiera ser en principio la gran cloaca de desagüe del recinto, si vemos los restos del Teatro romano, del arqueológico, era muy importante el desalojo de las aguas de los edificios públicos. Por lo tanto pudiera ser ese el principal motivo del caño que, como es lógico aún no estaba bautizado.
Luego, en el periodo visigodo, de poca construcción pública creo, posiblemente se siguiera usando o se abandonara. Lo cierto es que no he encontrado nada más que referencias, posteriores a la época de la conquista.
Dice Miguel de Cervantes de Saavedra, en la Parte Segunda de Don Quijote, Cap. XXII, lo siguiente:
”... imitando a Ovidio, a lo burlesco, pinto quien fue la Giralda de Sevilla y el Ángel de la Magdalena, quien el Caño de Vecinguerra, de Córdoba, quienes los Toros de Guisando, la Sierra Morena, las Fuentes de Leganitos y Lavapiés, en Madrid, no olvidándome de la del Piojo...”
Clemencín, notable cervantista, dice del Caño que es:
“Un albañal por donde caen al Guadalquivir las aguas llovedizas de la calle del Potro, la más meridional de Córdoba. Las muchas inmundicias que se arrojan de las casas que dan sobre el caño, para que cuando sobrevengan las lluvias las arrastren al río, hacen muy desagradable su vecindad, especialmente en tiempo de verano”
Propiedades de Vicente Guerra
Un padrón de 1509 dice entre otras cosas: “que la calle del Potro tenía venticinco casas, y cinco eran mesones. Y cuando se refiere a las posadas habla de la de Venceguerra, en la calle de Lineros, que también se llamó del Caño de Vicenguerra (corrupción de Vicente Guerra): Caño por cierto bien conocido de Cervantes.”
Otro padrón de 1566, referido a la collación de San Nicolás de la Axerquía del Archivo Municipal, ya llevaba el nombre no sólo el pestilente caño, sino la calle que después se llamó de Lineros, Venceguerra, por deformación de su primer nombre Vicén Guerra, uno de los que tomaron parte en la conquista de la ciudad. Después gracias a algunos alcaldes de la ciudad dejaron de tener por vecino, los de la Axerquia, al oloroso desagüe.
Luis de Góngora, dice en su poema En la Pedregosa Orilla:
“Quejábase reciamente/ del Amor, que lo ha matado/ en la mitad de los lomos/ con el arpón de un tejado,/ por la linda Teresona,/ ninfa que siempre ha guardado,/ orillas de Vecinguerra,/ animales vidrïados,/ hija de padres que fueron/ pastores de este ganado,/ el uno, orilla de Esgueva,/ el otro, orilla de Darro./”
Nuestro incomparable paisano D. Teodomiro Ramírez de Arellano, que nos legó ese maravilloso libro de Consulta, que son los Paseos por Córdoba, se refiere al Caño de Venceguerra, cuando habla de la calle Lineros, de la siguiente manera:
“También se ha llamado calle del Caño de Venceguerra, por una alcantarilla que se ve entre las casas números 80 y 82. Su nombre verdadero es el de Vicente Guerra, de quien se dice que cuando la conquista de Córdoba entró en ella con su gente por este sitio, entonces callejón estrecho que, como ahora, sólo servía para dar paso a las aguas de una gran parte de la población y el cual tuvo un hijo llamado Fernando Vicente Guerra, que en 1296 concurrió con otros caballeros a la gloriosa defensa de Baena.
Dicho caño es muy curioso, y en los grandes aguaceros tiene un considerable caudal de aguas, pues confluyen a él, además de los caños al descubierto desde la plaza del Salvador en dos direcciones, del barrio de San Miguel, y de otros puntos muy lejanos, las cloacas o alcantarillas que arrancan desde el Mármol de Bañuelos, Puerta Nueva, Potro y calle de Maese Luis, dando lugar a que con la menor dificultad opuesta a la corriente se inunden todas las casas inmediatas. Además ha sido causa de que en muchas avenidas del río entre por él el agua, llegando veces en que han remado barcos por esta calle. Su construcción interior es rara pues en unos puntos está cubierto, sostenido por dobles arcos, y en otros conserva su primitiva forma de calleja.
Casi frente hay un mesón bastante antiguo, aunque reformado hace poco, y el cual toma el nombre del expresado caño."
En la Conquista que no Re, ya estaba poblada la Axerquía de arrabales, y la mezquita, que después fue San Nicolás de la Axerquía, se edificó encima. Lo dice el Boletín de la Real Academia de Córdoba, concretamente el número 110-111:
“… Amadeo Rodríguez hiciera un reconocimiento del recinto, cimientos, hueco de enterramientos y bóveda de Caño de Venceguerra, que cruzaba la iglesia de norte a sur. En el informe que realizó el arquitecto…".
La bóveda del caño que cruzaba la iglesia de norte a sur. Está claro va por debajo, y eso coincide con el grabado de Wingaerde que sitúa una depresión en la orilla a esa altura.
Antes la Conquista y el bautizo del Caño. Parece que por el entró Vicente Guerra con algunos conquistadores cristianos, salvando así las defensas por ese lado del río. No le arriendo a Vicente el aroma de sus extremidades inferiores después de la incursión, que seguro superaba con creces al de Emilio Aragón en su famosa canción, olor que no sabemos si utilizó como arma contra los árabes.
En una reseña sobre la Casa de Cabrera en Córdoba se cita a Vicente Guerra y a su hijo:
“... Fernando Vicente Guerra (Hijo de Vicente Guerra, conquistador de Córdoba, que dio nombre el caño de su apellido…”
Un preciso y romántico texto de Pablo García Baena dice:
“Callejones gremiales de Pescadores, del Molino de Aceite, de Barqueros, de los Molinos. Y plazuela de Aguayos, de legendario blasón ondeado. Por el Caño de Venceguerra, portillo de conquistadores, entraba el río en la celosa posesión de las riadas, anegando la Ajerquía, convirtiendo el barrio menestral en bética Venecia. Y con el otoño de las lluvias el agua torrencial saltaba por el lecho empedrado del Arroyo de San Andrés, corriente cruzada de acera a acera por pequeños puentecillos que yo, párvulo, salvaba para ir a las escuelas de López Diéguez, cuando Esperanza, la aguadora enlutada y menuda, acarreaba en el barro de los cántaros el chorro frío y puro de la Fuenseca.”
Detalle de cotas del Plano de Córdoba con expresión de las cloacas.
Descripción
Si visualizamos el plano de Córdoba con cotas, que Casañal editó en su día, veremos, en el supuesto que no hubiese habido ningún tipo de edificaciones que, la caída natural de las aguas en los diferentes niveles, era la que seguía el caño. Comprobamos que desde la puerta Nueva en dirección a San Pedro, el terreno es descendente. Desde Siete Revueltas también lo es buscando las Cinco Calles, pues Valderrama ya es un pequeño montículo en dirección al río. Y desde el Potro, todo bajada hasta las Cinco Calles –que pongo como referente cuya cota es la 97-, por lo tanto no tiene el agua más salida natural que el cauce del caño, porque Badanas es una pequeña subida, y qué decir de Mucho Trigo descendente hacia las Cinco Calles también. Por último añadir que desde la Plazuela Almagra hay tres metros de desnivel hasta San Nicolás de la Axerquía. Y los datos que nos ofrece D. Teodomiro que señalan una direccionalidad de las aguas residuales de la Medina camino de Maese Luis para después a unirse con el ramal que suponemos vendría del circo, y de ahí los dos al caño.
He tratado de, utilizando un trozo de plano del trabajo de Laurentino, recalcando las cotas y señalando lo que él estima y yo comparto, del cauce, delimitar la entrada por la antigua posada del mismo nombre en la actual Lineros, como dice D. Teodomiro, el desarrollo paralelo a Consolación, y el cruce por debajo de San Nicolás, como detalló Amadeo Rodríguez. Hay que tener en cuenta que, el murallón obra eterna, seguro enmascaró, pero no es menos seguro que estará esperando una oportunidad para descubrirlo nuevamente. Lástima que no esté entre nosotros José Carnago, el Tintorero, que de seguro conoció con seguridad el emplazamiento justo de la cloaca y su salida al Guadalquivir, en su casa que era la número diez de Mucho Trigo existe un pozo que siempre tiene agua y que de seguro tiene comunicación con el río pues en su interior había peces.
Conclusión, todas las correntías de aguas, si somos capaces de sustraernos a la actualidad, e imaginarnos la Córdoba del siglo primero o anterior, en la que los lugares que mencionamos eran campos cultivados o no, pero campos, y por las cotas que conocemos, creemos vertían en un punto donde las diversas plumas han ubicado el Caño de Venceguerra.
El Caño de Venceguerra II
El Caño de Venceguerra II
"Joer", Paco, lo que sabes y recopilas de tu bella Córdoba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eduardo está todo escrito por algún sitio, es cuestión y eso lo sabes tu también muy bien, de recopilar y buscar por aquí y allá.
ResponderEliminarUn abrazo
Espléndido, Paco. Será, como dices, cuestión de buscar y de recopilar, pero hay qué saber donde se busca y eso no es nada fácil como no se tengan buenos conocimientos previos. Me ha encantado porque esos fueron territorios de mi infancia, cuando la calle Lineros tenía el infausto nombre de aquel coronel que yo me niego a citar, la calle Badanas, en la que vivían unos parientes, en cuya casa cayó una bomba en la guerra, cosa que tú citabas no hace mucho, la calle Candelaria, con su misteriosa "capilla de los prostestantes", que yo nunca vi abierta, etc. etc.
ResponderEliminarTen en cuenta Rafael que, por razones obvias llevo frecuentando ese barrio desde el 67 o quizás antes. Y es un barrio que forma parte de mi vida junto con el de la Mezquita. Esta mañana he estado buscando la salida del caño en el muro, pero está imposible llegar a él, y desde la orilla del Campo de la Verdad tapado por la pequeña jungla. Aunque desde arriba se ve un hilillo de agua, que continua saliendo, en el lugar exacto que se supone está.
ResponderEliminarEspléndida entrada Paco, me quito el sombrero. Y no me vale eso de que todo está ya escrito. Porque es increíble tu capacidad de encontrar datos relacionadas con un tema, de fuentes tan variopintas como de la Real Academia, de Cervantes, de García Baena, del Archivo...
ResponderEliminarYa en faena, la verdad es que el caño dichoso siempre me plantea la siguiente pregunta: ¿a qué vino construir la iglesia de San Nicolás de la Ajerquía (y la supuesta mezquita anterior) sobre un caño? ¿no habría otro sitio? Aunque no sé si ya en época de don Teodomiro seguía por ahí o lo habían desviado.
Por cierto, me comentó un amigo que cuando cambiaron hace unos años el empedrado y el alcantarillado de la plaza, la que está enfrente del solar de la iglesia (donde desemboca la calle Badanas) toparon con bóvedas romanas. ¿Solución?: taparlo, callarlo, y ya está.
Y a todo esto, ¿por qué no hay en la calle Lineros algún cartel, azulejo o similar que diga que por aquella zona pasaba un famoso caño que hasta se cita en el Quijote, al igual que está el azulejo que recuerda la extinta Puerta de Osario?
Un abrazo.
Gran trabajo el que has hecho con esta entrada amigo Paco, la he leído con gran interés. Nunca había oído hablar de este Caño de Vicenguerra, como siempre aprendiendo con blogs como el tuyo. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarEstimado Laurentino, muchas gracias y viniendo de ti mucho mayor la satisfacción. Hice fotos desde la muralla pero es imposible llegar a él de ninguna de las maneras. Ten emplazado a mi cuñado Antonio para que me aclare algunas dudas.
ResponderEliminarCreo que las bóvedas no tienen pérdida, eran la famosa cloaca romana.
Me imagino que como estaría profundo no les estorbaría para la mezquita. Si comprobamos la supuesta salida y el nivel de calle, que no ha cambiado, los cuatro metros tendrá de profundidad.
Creo fue en el XIX cuando D. Teodomiro escribió el libro, habría que buscar en el trabajo del arquitecto publicado en el Boletín, que precisamente ese número no lo tengo aún a pesar de tener bastantes.
Otro porqué más que añadir a la lista de los muchos que hay pendientes.
La tardanza en contestar es que nos hemos exiliado en Cádiz desde el lunes hasta hoy. Reflexionando.
Andrés muchas gracias, tu siempre tan amable, hace un rato he pasado por los alrededores de Talbania, aunque no se ve desde la autovía, como la Rambla o Montemayor pero siempre la recuerdo cuando paso.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Paco, sí que se ve el pueblo desde la A-45, antes de llegar a Montilla (dirección Málaga) si miras al Oeste allá que lo verás como una larga hilera de casas encaramadas a un cerrito, aunque es cierto que cuesta trabajo verlo y también se observa durante poco tiempo mientras viajas porque rápidamente queda tapado por otros cerros de más altura. Un saludo amigo.
ResponderEliminarTodos los días se aprende algo, pues estaré pendiente otra vez cuando pase. Muchas gracias Andrés.
ResponderEliminarYa no me sorprende nada de ti, Paco; esto es superior. Yo creo que para la posteridad ha quedado claro dónde se situaba, y por qué, el Caño de Venceguerra, por qué su nombre y por qué ahí.
ResponderEliminarGracias Jose Manuel, hoy el amigo La Colina me ha facilitado un dato y lo tengo que fotografiar de una tapa de entrada al caño, y añadiré con la fotografía de la tapa los detalle que me ha dado. Colina junto con Laurentino son los mejores que conozco en este tema. A Laurentino ya lo conoces tu.
ResponderEliminarGran artículo, solo que el cap. del quijote en el que se cita es el 22 (y no el 12)
ResponderEliminarMuchas gracias paso a rectificar el error. Un saludo
ResponderEliminarGracias por tus articulos. Espero que sean reconocidos como merecen. Te debo un medio o dos.
ResponderEliminarGracias por tu agradecimiento. Esto no lo leerás (a no ser que vuelvas a entrar en el blog) porque el sistema no le responde a los "desconocidos/as" que no ponen un correo electrónico, simplemente por la imposibilidad. Siempre pido que por lo menos se ponga un nombre para saber a quien se agradece su presencia aquí. Un saludo.
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