domingo, 24 de abril de 2011

MUSEO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO MUNICIPAL DE BAENA


A primeros del mes de abril, concretamente el día 2, realizamos una visita que teníamos pendiente al Museo Histórico y Arqueológico Municipal de Baena. Impresiona el edificio por muchas razones, nada más entrar en el patio principal un texto en la pared frontal nos recuerda la fecha de su terminación.

“JI+IS MARIA Y JOSEF SE ACAVO ESTA OBRA AÑO D 1795”

Casa de la Tercia

Como la historia revela, fue en principio depósito de grano y semilla, donde se recibían los diezmos de la Iglesia ¿Cuántos años lleva financiando la parte del pueblo no católico a la Institución católica? ¿Y cuántos le quedan aún por financiar? Porque, “líbreme Dios” de juzgar lo que los católicos hacen con sus dineros, pero por el contrario, tengo toda la libertad de opinar sobre lo que hace con el dinero público el Estado. 

Patio principal

Luego, en el año 41 del siglo XIX, se suspende temporalmente el pago de este impuesto y con la Desamortización de Mendizábal –lástima que en España y concretamente en Andalucía, no hubiese una burguesía emprendedora- pasó el edificio a propiedad particular, y ya en el siglo XX fue posada. 

Galería superior con empedrado tipo calle

En la tercera década de ese siglo fue testigo del dolor de muchos baenenses, que parece que todo el mundo olvida o no quiere mencionar, fue cárcel en la Guerra Civil. y aquél que se salvó de que su sangre corriera calle Mesones abajo, le esperó otra suerte no sabemos si peor. Relato este hecho porque considero que a pesar de que ahora, hoy en día, es una gran obra, una maravillosa obra cultural, digna de una gran ciudad, muchos ciudadanos sufrieron lo indecible dentro de sus muros, y eso lo deben de saber las generaciones actuales, no con ánimo de vengar nada, sino con el de homenajear a todas esas personas que perdieron lo más preciado que tenían, la vida, y despreciar a sus asesinos.

Cubierta de la planta superior

Dicho esto, si tuviéramos sombrero tendríamos que quitárnoslo, porque es un extraordinario soporte cultural para la ciudad de Baena. Es cierto que la balanza institucional, la mayoría de las veces, se inclina para donde quiere el poder dominante, y estoy pensando en treinta kilómetros dirección Córdoba, kilómetro arriba o kilómetro abajo y en los esfuerzos vanos de otra gente, y el abandono de su consistorio, pero no lo es menos que, el esfuerzo del municipio de Baena y su apuesta cultural, incluso con lo expuesto, ha sido grande y eso es de reconocer. Enhorabuena al Consistorio y a los baenenses, porque pueden presumir de Museo, y sobre todo del contenido cultural de éste y por qué no, los cordobeses en general.

Creemos que no merece la pena detallar nada más, transcribimos el texto del folleto íntegramente y la distribución de sus salas, obviamos la de Exposiciones Temporales, y la coqueta Sala III Multiusos, dónde un audiovisual nos traslada e informa con detalle. Dispone también de un Taller Didáctico y un Laboratorio de Restauración en la Planta Alta o Segunda, que como curiosidad tiene, en una de sus galerías, un empedrado de calle. Parece ser que la diferencia de 14 metros entre la calle superior de Juan Ocaña, y la de Santo Domingo de Henares, hacen que la primera calle fuese, prácticamente, esa galería. Destacar también el trato exquisito del personal del Museo.

Planos del museo

“MUSEO HISTÓRICO Y ARQUEOLÓGICO MUNICIPAL DE BAENA

El Museo está instalado en la Casa de la Tercia , edificio del XVIII (1792-1795) para almacén de grano y semillas y como bodega de aceite. Estaba destinado a reunir parte de los diezmos eclesiásticos y demás rentas correspondientes a la Corona. En el año 1841 la supresión definitiva de las rentas pagadas a la iglesia, tras la Desamortización de Mendizábal, hizo desaparecer el uso previsto para el edificio, que pasó a propiedad particular. A comienzos del siglo XX se adaptó como posada y durante la guerra civil entre 1936 y 1939 se usó como cárcel. Desde el año 1960 el Ayuntamiento fue arrendatario del inmueble hasta que en 1984 lo incorporó al patrimonio municipal. Durante el 2010 el edificio experimentó una importante rehabilitación como sede del Museo.

PLANTA BAJA

Sala 1. Prehistoria e Iberos



Útiles  prehistóricos

El Museo expone, en alusión a la paleontología, diversos fósiles vegetales de la Era Primaria o Paleozoica, de la Secundaria o Mesozoica (de la que son característicos los ammonites) y Terciaria -o Cenozoica, con los bivalvos de cronología miocena como ejemplares más conocidos. Los restos materiales más antiguos del término de Baena se remontan al Paleolítico Inferior (700.000-100.000 años a.C.), son ejemplos de las primeras industrias de artefactos asociados a la cultura de los cantos trabajados. Del resto de periodos de la Prehistoria, el Museo cuenta con una interesante colección de útiles (la industria lítica está ampliamente representada), con abundantes cerámicas.



Uno de los leones de Baena

La cultura íbera es el resultado de la transformación que experimentaron las poblaciones indígenas del sur al recibir la influencia de pueblos mediterráneos (fenicios y griegos). Los íberos vivían en poblados fortificados (oppida) situados en zonas elevadas, de fácil defensa, y la base de su economía era la agricultura, la ganadería, la minería y la industria textil. 

Baena cuenta con numerosos lugares de interés arqueológico donde la riqueza de la cultura ibérica ha quedado constatada. Los grandes yacimientos del estilo de Izcar, Cerro del Minguillar, Torreparedones, Cerro de los Molinillos y Torre Morara, constituyeron verdaderos núcleos urbanos amurallados.

Un papel fundamental en el mundo ibérico lo constituyó el arte, representado en el museo por una colección de esculturas zoomorfas, entre ellas el león hallado en el Cerro de los Molinillos o la leona de Ipponuba (Cerro del Minguillar). Estas esculturas felinas solían utilizarse en la decoración de las tumbas pertenecientes a las élites aristocráticas de la época y su origen.

Los íberos fueron extraordinariamente religiosos. Sus dioses recibían culto en santuarios, templos y lugares sagrados, y en su honor se realizaban sacrificios de animales y ofrendas votivas. 



Exvotos de Torreparedones

La colección de los exvotos de Torreparedones proceden de un santuario dedicado a la Dea Calestis, a la que se le confiaba la curación de miembros del cuerpo y un parto con desenlace feliz; los devotos, como señal de agradecimiento, depositaban estas figuras antropomorfas en piedra.



Escultura romana

A partir de la llegada de Roma a la Península Ibérica (218 a.C.), lo romano iría impregnando poco a poco los modos de vida y las costumbres de las tribus peninsulares ya que además de la integración política y administrativa del territorio en la maquinaria del estado romano, se produciría una integración de tipo cultural.

En Baena, este proceso se advierte de forma especial en el yacimiento de Torreparedones, donde las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz una ciudad - posiblemente la Ituci Virtus lulia durante su época de mayor esplendor en el siglo I d.C.

El foro descubierto, ubicado junto al mercado en la zona más noble de la ciudad, representa uno de los mejores ejemplos conocidos de la arquitectura romana de época imperial. La plaza estuvo decorada con grandes esculturas, de las que se conservan una thoracata o representación militar del emperador, un busto del emperador Claudio y dos representaciones (un togado y una escultura femenina) de personajes de la familia imperial.

En el término baenense se ubicaron otros importantes núcleos urbanos en época romana: Iponoba (Cerro del Minguillar) y el Municipio Contributo Ipscense, luego Respublica (Cerro de la Aldea, junto al Cortijo de Izcar). De ellos se sabe que obtuvieron el estatuto de municipio con el emperador Vespasiano.

PLANTA PRIMERA

Sala III. Sala Multiusos


Sala multimedia

Sala IV. Roma



Colección de monedas

La colección numismática del museo está compuesta por más de 2.000 monedas, que abarcan acuñaciones de un importante periodo del Imperio Romano. También se exponen otras monedas medievales, árabes,... además de las piezas ibéricas que se muestran en la Sala I.

4.2 Fragmentos de Arquitectura de Roma

En la sala se exhiben diversos elementos constructivos, fragmentos de las arquitecturas desaparecidas: capiteles y basas de columnas y otros restos.



Mundo funerario romano

A lo largo de los siglos de dominio romano sobre las provincias de Hispania, las costumbres, la religión, las leyes y en general el modo de vida de Roma, se impuso con muchísima fuerza en la población indígena. En esta sala se documenta la existencia de varias urnas de incineración pertenecientes a miembros de la familia Pompeya, procedentes de Torreparedones. Se recrea un Columbario con piezas originales, procedentes de los ritos funerarios utilizados en el mundo romano.

Además de esas urnas de incineración, la sala contiene una colección de objetos cerámicos de época romana, entre los que destacan las piezas de terra sigillata, lucernas, terracotas, vidrio, etc. Se muestran elementos metálicos vasos, botones, fíbulas, amuletos fálicos, pequeñas figuras de bronce, apliques decorativos, etc.... La sala también presenta instrumentos procedentes de las factorías agrícolas romanas: molinos de cereal y de aceite y herramientas agrícolas.

Sala VI. Exposiciones Temáticas.


Exposición temporal

PLANTA SEGUNDA

Sala VII. 



Restos visigodos

La Antigüedad Tardía queda representada por diversos materiales de época visigoda (placas decoradas a molde, hebillas de cinturón y jarras cerámicas de ambiente funerario). Las escasas noticias que se tienen de los restos de este período se refieren sobre todo a la actividad que desarrolló la Iglesia. En Baena este cristianismo se evidenció en las iglesias rurales de lugares como Izcar y Cerro de
los Molinillos. En el primer caso hay que citar el famoso Crismón, hallado en el interior de una tumba, que constituye una de las mejores representaciones del monograma de Cristo.



Piezas musulmanas

Las primeras noticias de Baena en la Alta Edad Media datan del año 899 con motivo de la rebelión de Omar ben Hafsun, año en el que se apoderó del lugar como paso previo a la conquista de Córdoba. Aquella Baena árabe se denominó Bayyana. La sala aloja diversos objetos domésticos de esa época y cerámica.



Escudo

Se exponen algunos escudos de la localidad, como el del Municipio, Así como una serie de hombres ilustres de Baena. Fotografías del Castillo y Murallas.



Crismón de Izcár

Ofrece algunos documentos fundamentales del Municipio, junto a la galería de personajes de Baena, entre los que destacan, por la grandeza y la importancia de sus obras, Juan Alfonso de Baena y José Amador de los Ríos. Una de las joyas de la sala es el primer facsímil en color del Cancionero de Baena, realizado exclusivamente para su estudio y exhibición en este museo.

Sala IX. Exposiciones Temporales”

Merece la pena una visita a la preciosa ciudad de Baena que además del Museo tiene, otras ofertas culturales importantes: Castillo, Conjunto de la Medina, Convento y Santa María, Murallas, Museo del Aceite, Torreparedones, Cueva del yeso (aún no está operativa), sin olvidar su aceite y sus gentes.


Otros enlaces:


Museo Histórico y Arqueológico Municipal
c/ Santo Domingo de Henares 5 - 14850 Baena (Córdoba)
Telef.: 957 671946
www.baenacultura.es

Horarios:
Martes a jueves: 11,00 a 14,00 h.
Viernes, sábados y vísperas de festivo: 11,00 a 14,00 h. y 16,00 a 18,00 h.
Domingos y Festivos: 11,00 a 14,00 h.
Lunes: Cerrado


Fotografías y vídeos del autor.
Bibliografía: Folleto del Museo

sábado, 23 de abril de 2011

REFUGIO ANTIAÉREO DE VILLANUEVA DE CÓRDOBA.

Vista de la sala principal

Un asombroso refugio antiaéreo en la entrañas de la Plaza de España de Villanueva de Córdoba, nos recordó lo doloroso que fue la Guerra Civil en esa zona, sobre todo teniendo en cuenta que Villanueva lo conquistaron los fascistas prácticamente al final de la guerra. En una palabra que fue republicana durante toda ella, y seguro que con la esperanza de seguir siéndolo, aunque lamentablemente no fue así.

Parroquia de San Miguel, Plaza de España, a la izquierda entrada al refugio

Las crónicas de la época no hablaban de grandes bombardeos de las tropas facciosas en ese pueblo. Parece que no fue objetivo importante y esa sería la razón de ello. A pesar de eso, en el comienzo de la guerra se construyeron en un tiempo record las magnificas instalaciones que se han inaugurado nuevamente. 

Entrada al metro como dicen los jaroteños.

En los años ochenta del siglo XX, se le hizo una reparación pero no se pudieron evitar las filtraciones de aguas. En una de las fotografías de una Web jaroteña,  posiblemente de los años cuarenta, se ve como si fuera un aljibe, con medio metro de agua. Hoy se ha resuelto el problema del agua con una bomba -no como las que hicieron construirlo-, y puede contar Villanueva de Córdoba con otro atractivo turístico más. Lo cierto es que se conservan muy pocos documentos de su construcción, a pesar de que no pasó tanto tiempo, parece que se quiso dejar en el olvido. 

Entrada a la sala principal

La sobriedad de su fábrica es similar a la arquitectura dominante de la zona, granito, que le da una sensación de fortaleza. Su sala principal con arcos, que en la actual reparación se han adornado de ladrillo, manifiestan también su poderío con recias columnas del mismo material.

Al frente, túnel del Ayuntamiento

Hay que reconocer que impresiona. También las largas galerías de bóveda de cañón con ladrillo, también con granito, que pueden parecer lóbregas, pero qué túnel no lo parece, aunque están acondicionadas para poder circular cómodamente por ellas, iluminadas y que nos llevan después de más de setenta metros, hasta los cimientos de la parroquia de San Miguel, donde finaliza la que visitamos, porque estaba abierta su reja. Esta galería finaliza en una escalera sin terminar, con una entrada de aire en el rincón derecho de su techo. La otra en el Ayuntamiento.

Una vista de los arcos

La primera vez que vi Villanueva lo hice acompañado de un buen amigo jarote, Miguel Gutiérrez (lamentablemente fallecido) industrial de tejidos, y colega de la radioafición, del que era su “padrino rediofónico”, y  “asesor técnico” en la materia. Inclusive le instalamos la antena, solidariamente, como todo lo que se hacía relacionado con la radio, en su azotea de la calle Abéjar. Una instalación complicada por lo pequeño de la azotea y el volumen de la “yagui”. Su suegro me parece recordar, fue edil o alcalde en la esperanzadora época republicana de este país, en Villanueva. Miguel de esto hablaba poco porque hace treinta años poco se podía hablar todavía.

Otra vista de la sala principal

Esa visita entonces no permitió hacer mucho turismo, visitamos unas minas e incluso fuimos antes al santuario de la Virgen de Luna, en el que años después también asistí a un perol. Entonces las comunicaciones eran complicadas, un puerto del Calatraveño difícil y una ruta peligrosa. Además creo que utilizamos la carretera infernal que se dirigía a Pozoblanco desde la del Calatraveño, que se llama A-435, mucho antes de Alcaracejos. 

Entrada al túnel de la parroquia.

En la entrada de la carretera, había una selección de tapacubos de coches, en una alambrada, que daban fe de la multitud de baches que tenía, y que posiblemente el peón caminero no daba abasto a reparar, en el supuesto que tuviera alguno a su cargo. En la actualidad también está en reparación según las indicaciones. Otra vez subímos por la A-421 desde Adamuz, el paisaje maravilloso, miles de curvas, y no pasan por ahí ni los grajos. Hoy las comunicaciones son “europeas”.

Dentro del túnel de la parroquia

Volviendo al refugio, dice Alfonso Alba sobre él, en crónica periodística, de diciembre de 2008, lo siguiente:

“Fue esa mano de obra tan numerosa -durante la Guerra Civil, Villanueva duplicó su población, al acoger a miles de soldados y refugiados, según explica el historiador Francisco Moreno Gómez- la que configuró un refugio con tres accesos principales desde diferentes lados de la plaza. La entrada principal se situaba al pie de la portada principal de la iglesia de San Miguel, convertida durante la contienda en un almacén de abastos. 

Recodo del túnel

La parroquia conservó las campanas, que servían de alarma cuando se avistaban aviones. Esta entrada -conocida durante años por los jarotes como la boca del metro- posee una escalinata de granito que conduce a un pequeño pasadizo que a su vez desemboca en la gran sala abovedada, que sorprende al visitante por sus dimensiones (20 por 12 metros). Junto a esta entrada, el Ayuntamiento construyó unos servicios públicos a principios de los 80, que ahora van a volver a ser recuperados.


Falsa escalera al final del túnel.

Según describe Mónica Alonso, otra entrada se disponía en la fachada del Ayuntamiento y la última junto a la pretoría de la iglesia. Hoy, en sus bocas se han instalado dos respiraderos. Estas dos últimas entradas descienden hasta el refugio a través de una galería realizada con bóveda de cañón en ladrillo que se apoya en una mampostería de granito. El túnel de la pretoría de la iglesia surca los cimientos del templo a través de unos 70 metros, una longitud impresionante e inquietante. Estas dos entradas están construidas en zigzag, para evitar que la onda expansiva de las bombas llegara al interior del refugio.”

 Tragaluz al final del túnel

Hay poco escrito sobre el refugio antiaéreo de la Plaza de España de Villanueva de Córdoba. Aunque tampoco es necesario más, es un motivo más para pasar por esa hermosa localidad rodeada de adehesados terrenos, cuya gama de verdes son un deleite. Mucho más en esta primavera de 2011 después de una temporada de lluvias que han puesto el valle exultante de belleza.

Fotografía antigua lleno de agua.

Algunas fotografías, concretamente tres que recogen perfectamente la grandeza de la sala principal, han sido gustosamente cedidas por Juan Patricio mantenedor del Blog Villanueva de Córdoba en la Red, al que desde aquí agradezco su gentileza. Otra de la web señalada en el principio y el grabado de la del Ayuntamiento. El resto son de la cosecha del autor de la entrada, así como los vídeos.

Un grabado de la Plaza de España de la Web www.villanuevadecordoba.com


Vídeo de las fotografías



Vídeo en el interior del túnel


viernes, 22 de abril de 2011

IGLESIA DE SAN ROQUE Y RESIDENCIA SAN JUAN DE LA CRUZ


El jueves 21 de abril realizamos una visita a la residencia de mayores “San Juan de la Cruz”, antigua ermita de San Roque, en la calle Buen Pastor, 22, para visitar a una chavala de "noventa" años que parece estar en la flor de la vida, por lo menos mentalmente. Esto fue en su tiempo convento de carmelitas descalzos, donde vivió Fray Juan de la Cruz, posteriormente santo de la iglesia católica. 

Puerta principal

En 1942 se conmemoraba el cuarto centenario del nacimiento de San Juan de la Cruz, con una lápida que está en la pared de lo que fue una portada gótico humanista, posiblemente el elemento arquitectónico de más antigüedad del edificio, y que dice:

Lápida conmemorativa

“En esta Casa cuando fue Convento de la Descalcez carmelitana, vivió San Juan de la Cruz. 1586/1942 (IV CENTENARIO DE SV NACIMIENTO)”.

Puerta de entrada

La lápida la preside el escudo de la ciudad y debajo el de la orden, y para no perder la costumbre la firma del grafitero inconsciente, que siempre que deterioran algún tipo de mobiliario se me vienen a la memoria aquellos versos que dicen: “Si tus manos son pintura, y tus dedos son pinceles, pinta el c… de tu madre, no pintes en las paredes”, pero… 

Claustro principal

En marzo de 1614 los Carmelitas Descalzos se trasladaron al Convento de San José (San Cayetano). Vendieron el convento a los Carmelitas Calzados por 6000 ducados. Los segundos, los Calzados, crearon un colegio para estudiar Teología, colegio que tuvo una existencia de más de doscientos años, concretamente hasta la exclaustración última.

Otra vista del claustro

En el año 22 del siglo XIX se vende en subasta el convento de San Roque, quedando fuera de esta la Iglesia sacristía y espadaña y lo compró D. José Severo Ochoa. Un año después el comprador es despojado de su propiedad y vuelve a los Calzados. Pero en el año 35 del mismo siglo XIX, se sucede la exclaustración definitiva y vuelve la propiedad a los herederos de D. José Severo.

Arcadas superiores del claustro

En el año 1886 es comprado por los clérigos  Manuel y Benito Míguez, respetando la voluntad de su fallecido hermano Ricardo Míguez, Arcediano, Vicario General del obispado de Córdoba. Fundan entonces el Asilo del Buen Pastor para mujeres arrepentidas que regentan las religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa. Constituyendo a su vez la Fundación Hermanos Míguez. 

Escudo de la orden

En el año 1997 las religiosas se trasladan a una casa vecina y el Obispo les cede, por un periodo de cincuenta años, el uso de la casa a la Obra Santísima Trinidad, que instala allí la residencia San Juan de la Cruz. Ello conllevó una reparación de los claustros y la edificación de una nueva planta, así como la adaptación del edificio a las normas que rigen este tipo de establecimientos.

Altar 

El primer claustro es de dos plantas, estando los vanos altos tapiados con ventanas, es de arquería de columnas toscanas. Figura en él la fecha de la última reforma 1891. Desde este patio se accede a la iglesia por una puerta en su lado norte. Parece que las puertas de madera son las de la antigua sacristía. Se dice que en esta iglesia fue sepultado el Sacerdote Andrés de las Roelas, pero se hicieron algunas pesquisas y excavaciones sin encontrar los restos.

Uno de los retablos laterales

La planta de la iglesia es de cruz latina, y la cubierta de bóveda de cañón. Tiene en la entrada principal coro en alto. Toda ella es sobria lo mismo que la fachada, que está retranqueada de la estrecha calle y hace esquina con la calleja que también se llamó de San Roque y que tenía salida por una casa de paso a la calle Romero. En ella figura un azulejo del Buen Pastor secundado por dos escudos de la orden.

Coro y entrada principal

No tiene retablo el altar, y si unos restos de una sillería que parece estar datada en el siglo XVII. El resto son pequeños retablos barrocos a ambos lados. Los claustros tienen el sabor recoleto de los conventos, muy limpios y bien cuidados, con muchas plantas, ficus, pilistras y otras ornamentales. 

Claustro interior

Destaca el segundo claustro, más al interior, que tiene una fuente central con surtidor, dos enormes limoneros y la pared sur lisa, pendiente de llenarse de yedra, también tiene dos troncos de ficus.

Patio interior

La pared norte está formada por el resto de otro claustro, de dos plantas, con los arcos superiores tapiados con ventanales hasta el suelo y una baranda de hierro que protege los mismos. 

Fuente del patio interior

El resto son las instalaciones de los residentes, de las que aparentemente no tienen mucha queja estos, a tenor de las conversaciones mantenidas con algunos, por lo que debemos estimar que, tanto el trato como la atención es la correcta.

Surtidor

D. Teodomiro Ramírez de Arellano dice en sus Paseos:

La calle de San Roque y el Colegio del mismo nombre

Seguimos nuestro paseo por la calle de San Roque, que llega hasta la esquina siguiente a la portería del exconvento de Jesús Crucificado, y a poco encontramos a mano izquierda el edificio que le da el nombre y fue primero ermita de aquel santo, después convento de Carmelitas Descalzos, como ya hemos dicho, y últimamente colegio de los Calzados. Por consiguiente, en este edificio es donde estuvo San Juan de la Cruz durante su estancia en Córdoba y en el que peligró su vida por la caída de un tabique, según la tradición.


Detalle de la fuente

Cuando los carmelitas descalzos dejaron esta casa para irse al convento de San Cayetano, como allí anotamos, coincidió la toma de hábito en el Carmen Calzado del vizcaíno fray Andrés de Ibarra, el cual profesó en 13 de junio de 1612, donando a la comunidad 4.000 ducados en dinero que le pertenecían. Con este dinero determinaron comprar el convento de San Roque con la idea de crear un colegio para su provincia, donde se estudiase Teología, como consta de la autorización dada por el provincial fray Pedro Carranza al padre maestro fray Fernando de Vargas, quien realizó la compra y fundación, otorgando la escritura con el padre maestro fray Pedro de la Madre de Dios, tomando a seguida posesión con beneplácito del obispo señor Mardones. Entonces puso dos frailes al cuidado del edificio mientras venían los demás y se acababan de mudar los descalzos.


Un hermoso limón

El padre Carranza designó los colegiales y nombró los lectores para aquel año, según su orden desde Sevilla fecha 4 de febrero de 1614, y el día 11 quedó incorporado a la provincia como tal colegio, prosiguiendo la elección, presidida por el padre Vargas, en la que quince lectores que se habían reunido eligieron rector al padre maestro fray Pedro de la Madre de Dios, primero que tuvo esta casa. De ella salieron discípulos que la honraron en más de doscientos años que tuvo de existencia hasta la última exclaustración. En la de 1820 a 1823 había sido enajenado por la Hacienda, y por consiguiente fue a poder del comprador, cuyos herederos la poseen.


Un ficus

Su iglesia es de una sola nave de medianas dimensiones, y en ella tuvo sepultura el venerable sacerdote Andrés de las Roelas, a quien se apareció San Rafael. En dos o tres ocasiones se ha intentado buscar sus cenizas para trasladarlas a la iglesia de San Rafael, sin obtener el resultado apetecido, por falta tal vez de datos seguros, si bien el vulgo dice que milagrosamente, por haberse inutilizado los que la operación dirigían.”

Restos en la pared del claustro







Homenaje póstumo a María Moral


Al principio de esta entrada decía que habíamos estado en la residencia “para visitar a una chavala de "noventa" años que parece estar en la flor de la vida, por lo menos mentalmente.” María Moral, una agradable y vital mujer que, lamentablemente al día siguiente de nuestra visita, después de haber estado comprobando el estado mental tan preclaro que tenía, y recordando con ella situaciones que demostraban su lucidez, nos enteramos que se había caído en la residencia y dado un golpe en la cabeza. La visita al hospital, comprobación de que estaba bien, utilizando los modernos medios de diagnóstico y… lamentablemente al otro día del accidente entro en un coma irreversible, con un deterioro generalizado de sus funciones vitales y el viernes en la noche falleció. Vaya desde aquí estas líneas y fotografía a modo de homenaje póstumo.

María Moral noventa años.

Fotos y vídeos del autor
Bibliografía de Teodomiro Ramírez de Arellano