Hace ochenta años que, por primera vez en la larga historia de este país, después de un siglo XVIII y XIX de sonadas, de monarquías absolutistas, surgió un sueño colectivo que generó ilusión, una enorme ilusión, la II República, que con sus imperfecciones, sus defectos permitió ver un horizonte de futuro. Luego los fascistas se encargaron de matar la ilusión y asesinar a quienes no comulgaban con ellos, con la ayuda de Dios, o por lo menos de sus representantes en la Tierra.
Pero hagamos un esfuerzo en olvidar y centrarnos en lo que significa la Res Pública, lo público.
Bandera de la II República
“Los tres pilares fundamentales de la República según Aristóteles son:
La división de poderes y su control recíproco.
La participación política activa por parte de los ciudadanos (esto supone la publicidad de los actos estatales y la necesidad de instrucción en materias de ciencias jurídicas y política tanto teórica como "material" [aquella ocurrida en un estado determinado y en un momento dado]).
La representación de todas las clases sociales dentro de las instituciones de gobierno con iguales atribuciones y prevalencia de ninguna. (La accedencia a dichas magistraturas necesariamente colegiadas en razón de la materia debe ser restringida (el magistrado debe pertenecer a la clase que representa y ser elegido con el voto solo de ésta).
Es necesario considerar que para Aristóteles los fines supremos de las formas de gobierno deben ser:
La libertad-igualdad ("solo somos libres entre iguales" [consideración griega de la época])
La realización de la justicia y del bien común.
La realización plena del desarrollo de las capacidades cognitivas humanas (para lo cual considera necesaria la realización de los dos puntos anteriores siguiendo el concepto fundamental de Sócrates [BIEN=VERDAD. Según el cual el bien es igual a la verdad y el mal a la ignorancia. Sócrates explica esto de la siguiente manera: -el humano busca la felicidad, llenar su vacío existencial -para esto utiliza medios por los cuales pretende lograr dicho fin -la mayor parte de las veces utiliza medios que consiguen satisfacciones efímeras, etéreas, superficiales, qué no van más allá de los "deseos pasionales" {como tener sexo, alimentarse, etc} -de ésta manera concluye que busca un fin por medios que no pueden alcanzarlo; ya que éste sólo puede ser alcanzado mediante la contemplación de la verdad, entendida como el conocimiento de la realidad])
De esto se advierte que si sólo somos libres entre iguales no puede haber una clase gobernante, deben gobernar todas por igual.
Marx va más allá advirtiendo además que: habiendo elementos (individuos y/o clases) económicamente diferentes unos intentan superponerse sobre otros, estando rota, bajo dicho supuesto, la relación de igualdad de unos elementos para con los demás y por lo tanto la de libertad.”
Y como después de haber abierto esa Caja de Pandora que fue la dictadura fascista, y haber dado pasos atrás con la monarquía, con una mal llamada transición modélica que no lo fue, se cambió el régimen con la muerte del dictador, pactando el cambio, para quedar unas estructuras adaptadas con los mismos actores, sólo que con otras caretas.
Fragmentos de la Constitución de la II República
La falta de ruptura es el motivo de las dificultades de la justicia, de la economía, de las carencias de esa Constitución que es papel mojado y, aunque no es la que debiera ser, es una ley a desarrollar a respetar, y a cambiar todas las veces que sea necesario hacerlo.
Escudo de la II República
Pese a todo nos queda lo que verdeó en el fondo de la mencionada caja mitológica de Pandora; la esperanza.
Video del Himno de IntestinoSalgado
Constitución de www.icsi.berkeley.edu
Fotografías de distintos autores
Volverá, compañero: ¡Salud y República!
ResponderEliminarY todavía tenemos que soportar a los revisionistas de la neoderecha disfrazada de socialdemocracia escupir sobre su memoria. El hijo de... Fernández-Viagas anda por el mundo sosteniendo que si la mataron es porque se lo mereció.
ResponderEliminarhttp://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=631027
Esperemos amigo Lansky, esperemos.
ResponderEliminarManuel eso no lo sabía ¿el hijo del presidente pre-autonómico de Andalucía? Es lamentable lo que dice este Sr.
Podremos hablar de luces y sombras, de que fue un parto en el que las élites de este país querían acabar con al monarquía y la mayoría fue la impulsora, pero no podemos discutir que, a pesar de todas las zancadillas, de todos los pistoleros a sueldo, incluso quema de iglesias -leí el otro día un artículo buenísimo sobre ello- por elementos fascistas para culpar al gobierno, etc. ha sido lo mejor que ha pasado en este país en toda su historia.
ME HA ENCANTADO TU ARTÍCULO, UN SALUDO DESDE MONTILLA Y ESPEJO. SALUD Y REPÚBLICA.
ResponderEliminarGracias, Paco, por recordarnos lo que un día fue realidad y la insoportable intoleracia nos quitó, pero que sobrevivió dentro de las personas. Algún día volverá tal y como se concibió y ya nadie nos lo podrá quitar.
ResponderEliminarArriba la Libertad.
Arriba la República.
Gracias Juan (creo eres tu) y José Manuel.
ResponderEliminarNo nos conviene olvidar uno de los periodos más fecundo de la legislación española, con leyes como la del aborto y divorcio más avanzadas de su época y no digamos el empuje de la cultura y alfabetización, cuestión que pagaron muy caro en el franquismo todos esos maestros de escuela entregados a su profesión. Y otras iniciativas que asustaban a las democracias europeas. Todo ello a pesar de los silencios y los muchos años de mentiras sobre la República.
Criminal abandono de las llamadas democracias europeas -salvo la Unión Soviética, a la que pagó su ayuda el Gobierno republicano-, y miserable actuación de la francesa e inglesa, que luego sufrieron el monstruo que alimentaron, el fascismo. Les costo 22 millones de muertos, de los que la mayor parte fueron rusos lamentablemente.
ResponderEliminarHasta Churchil nada sospechoso de izquierdista,reconoció la ayuda soviética a la República española y el abandono de las democracias con el Pacto de no Intervención, dejando hacer al fascimo que si intervino. El monarca que abdicó en la época dorada del fascismo no ocultaba su admiración por él, e incluso estuvo y saludó con el brazo en alto a la jerarquía alemana.
En el fondo las llamadas democracias europeas, temían al empuje progresista de la II República española y sus reformas.