Una vez visitado el Santuario después de haber pasado por la Puerta oriental, volvemos sobre nuestros pasos hasta la bifurcación que nos remitía al primero. Ahora se nos presenta una senda rectilínea dirección norte, en cuyo horizonte divisamos el Castillo. El terreno se ha transformado en una suave loma con un inmenso olivar a la derecha. Caminados unos cuantos metros, se presenta a nuestra vista el núcleo central de la ciudad, el Mercado y el Foro, todo ello sin dejar de tener a la vista el Castillo que está ubicado en la cota máxima de la loma al norte.
Toda ciudad romana que se preciara debía tener un mercado. El “Macellum” o mercado debía estar en un lugar céntrico de la misma, junto a una de las calles principales, tanto para facilitar el acceso de los clientes como para hacerle llegar las mercancías. Como en casi todo la mano de los “evergetas” se encontraba en su construcción, y la de los magistrados elegidos por el senado local en su administración.
Debía ser un edificio independiente, correctamente delimitado, que contuviese las tiendas “tabernae” en torno a un patio central al aire libre, rodeado de pórticos, en el que normalmente, se situaba una fuente o un elemento decorativo. En los locales las básculas públicas “stateare”, los pesos oficiales, las medidas de capacidad, para áridos y líquidos, y de longitud.
Los productos eran, generalmente, carnes, aves de corral, caza, pescados y productos hortícolas (frutas y legumbres), y el pan. Los principales, el pescado y la carne, el resto eran de menor importancia. Tampoco era importante la venta de grano. También podíamos encontrar productos de artesanos y vino.
Cubículos
El mercado que nos ocupa es un edificio de unos 380 m2, al sur del decumano máximo, al que tenía dos puertas, una tercera se abría al este, al cardo. Parece que este ha tenido varias fases constructivas, concretamente cuatro. Desde su construcción en el siglo I a.C. hasta la época tardoantigua. Planta central, patio al aire libre, pavimentado con grandes losas, y un canal perimetral para evacuar a una cloaca el agua de lluvia, bajo el decumano, vertiendo al oeste.
El patio, un pórtico con basas áticas sobre plinto y capiteles corintios en tres de sus lados, y las tiendas alrededor, cuatro en el oeste , tres en el este y cinco en el sur. La presencia de una cisterna de forma ovalada en la esquina sureste, en cuyo interior se han encontrado restos óseos de pescado, es el elemento indiciario de que venderían peces vivos. Aunque el producto estrella serían la carne de vacuno.
En su última fase se reduce su superficie y el número de tiendas. El patio se hace más pequeño y se pavimenta de pequeños ladrillos dispuesto en “opus spicatum”, o espina de pescado. Parece que durante el siglo III d.C. perdió toda actividad, utilizándose sus espacios comerciales como rediles para animales y, ya al final, parece que incluso se usó de cementerio.
EL FORO
Las excavaciones arqueológicas realizadas en 2009 y 2010, han dejado al descubierto el centro monumental de la ciudad en la época romana, así como parte de las vías urbanas. Los romanos se referían al foro para definir el espacio abierto y grande, situado en la parte central de la ciudad alrededor del cual giraba la vida de la misma. Los templos y los edificios administrativos y el lugar de la celebración de las asambleas de la ciudad. En definitiva era el centro neurálgico de la ciudad, una gran plaza pavimentada alrededor de la cual estaban los edificios públicos más importantes; templo, curia, archivo, basílica civil, etc.
La historia de la ciudad y la demostración de su riqueza, se exponían en el espacio que delimitaba el Foro. Sus élites confluían en esta área al mismo tiempo que era necesario para el funcionamiento urbano de la ciudad, además de ser su escaparate. La conservación de restos de pedestales en el sector norte, seguramente relacionados con el culto imperial y también en el este, posiblemente dedicados a miembros de la aristocracia local.
Sendas esculturas que podían corresponder a Livia y Tiberio, un retrato de Claudio y un torso de escultura thoracata, configuran o conforman lo que hemos llamado culto imperial. El Foro a su vez también, era como el tablón de anuncios local de las leyes que regían la ciudad, los acuerdos con otras ciudades y las relaciones con Roma, la metrópoli.
Pavimento de losas del Foro
Sendas esculturas que podían corresponder a Livia y Tiberio, un retrato de Claudio y un torso de escultura thoracata, configuran o conforman lo que hemos llamado culto imperial. El Foro a su vez también, era como el tablón de anuncios local de las leyes que regían la ciudad, los acuerdos con otras ciudades y las relaciones con Roma, la metrópoli.
De acuerdo con la norma vitrubiana los foros debían ser rectangulares, pero no siempre era así. El de Torreparedones es de forma cuadrangular, de 24 x 22 m. lo que equivale a 528 m2. de superficie. Presenta al norte y al sur sendos pórticos columnados, al oeste parece estar ubicado el templo, y al este debería estar la Basílica jurídica y la curia.
El inicio de su construcción se estima en tiempos de Augusto, aunque poco después con Tiberio sufrió una reforma importante, se pavimentó con grandes losas de caliza micrítica, lo más seguro que de la serranía cordobesa. Esta reforma la sufrago el evergeta Marco Junio Marcelo como reza en la inscripción del suelo, realizada con litterae aureae, en el eje de la plaza.
Este tipo de letras eran de bronce dorado, y se incrustaban en la piedra por medio de unos pernos en alveolos de plomo fundido. La inscripción dice: “ Marco Junio Marcelo, hijo de Marco, de la tribu Galeria… de Augusto, pavimentó el foro con su dinero”. El costo aproximado de la colaboración, incluyendo una enorme tubería de plomo para el desagüe, rondó por los cuatrocientos mil sestercios, que equivaldría en nuestro días a unos seiscientos mil euros.
RETRATO DE CLAUDIO
Tiberio Claudio Cesar Augusto Germánico, fue el cuarto emperador romano. Gobernó desde el 41 d,C. hasta el 51 d.C. año en el que murió. Los pretorianos que habían acabado con Calígula lo encontraron detrás de una cortina, y como era el único adulto de la dinastía, y lo consideraban tonto e inútil, lo nombraron emperador, seguramente para no perder el empleo, y sobre todo pensando en sus dificultades físicas. Pero la verdad es que fue un buen gobernante, hasta el extremo que las fronteras del imperio se extendieron hasta Britania.
La cabeza tallada en mármol se encontró en el Foro a niveles medievales islámicos. Parece que es un de las pocas que circula por la península ibérica. Posiblemente perteneció a una escultura completa no encontrada. Quizás formó parte del conjunto Julio-Claudio dedicado al culto imperial. Presenta en la cabeza rebajes para sujetar la corona cívica, y es probable que se retallara a partir de una de Calígula.
Entradas anteriores relacionadas con el yacimiento:
TORREPAREDONES (IV), CASTILLO DE CASTRO EL VIEJO O DE LAS VÍRGENES, FUENTE DE LA ROMANA.
Bibliografía de los paneles
Fotografías del autor,
Vídeos uno del autor y otro de fotografías de Francis Martín
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