La trilogía, Fortaleza de la Mota, Iglesia Abacial, y Museo Abacial, finaliza con esta entrada dedicada al Museo. Éste está ubicado en el antiguo Palacio Abacial, reformado en 1781 por el Abad Esteban Lorenzo de Mendoza, en función del ruinoso estado del que se tenía en la ciudadela de la Mota. Tuvo uso por la autoridad eclesiástica hasta el 1851, fecha de supresión de la Abadía. Fue también archivo y residencia del Arcipreste. En la segunda década del siglo XX pasó el edificio a titularidad municipal. En la guerra sufrió desperfectos y la Dirección General de Regiones Devastadas lo restauró. Fue sede del Patronato de Enseñanzas Medias y luego Instituto de Bachillerato. En la década de los noventa del siglo pasado se pensó en él para dotar a la ciudad de un museo. Actuablemente es el Museo Municipal. Fondos de diversas disciplinas nos permiten un espectacular recorrido por la historia.
Contiene la historia geológica de la Tierra y concretamente la de la zona alcalaína. Citar los restos de una erupción volcánica datada hace la friolera de doscientos millones de años, en el sureste del municipio. Parece que eran tierras bañadas por un mar interior y la erupción ocurrió en su fondo cerca de la superficie, que hizo que, el magma, al contactar con el agua se transformara en una especie de almohadilla muy espectacular, “pillow lava”. Minerales como la magnetita, pirita, fluorita, cuarzos… y los fósiles que hacen comprender que formas de vida primitivas estaban presentes también.
El Neolítico y la Edad de los Metales, también tiene una sala del Museo. La revolución que significó el Neolítico (6000-3000 a. C), que fue el paso de ser depredador el ser humano, a recolector, de la ganadería a la agricultura. Cerámicas, piedras pulimentadas, producción de alimentos y su conservación. Por estos lares está documentado el tránsito hacia los 5000 a.C. Luego los metales, primero el cobre y luego por su ductilidad el añadirle estaño para hacer el bronce. Metal primero usado por los privilegiados y luego de uso cotidiano, herramientas, utensilios, complementos, armas -esto último no debería haber sido cotidiano-. Citan en la Edad del Bronce la “Cultura del Argar”, allá por el segundo milenio a. C., cultura que se implantó en el sureste de la península, parece que por Almería. En la sala está Hannuk y la cista –monumento funerario- en la que fue inhumado hace 2500 años.
Entre los siglos VI y I a. C. habitaron estos campos, su relación con otros pueblos mediterráneos les hizo participes de nuevos conocimientos y técnicas: metalurgia del hierro, torno de alfarería, monedas y una cuestión importante la elaboración textil. Con el uso de fibras de lino y lana, y los telares verticales, deducidos por la multitud de pesas de telar encontradas. Las pesas o “ponderas” eran de piedra o arcilla cocida, rectangular o trapezoidal. Terminaba la elaboración con los teñidos de las piezas con tintes vegetales o minerales.
Fue un gran paso, para esta tierra y las aledañas, la cultura y organización romanas. En la sala dedicada al mundo romano, hay muchos ejemplos de cerámica de “terra sigillata”, de primeros del siglo I. Cerámicas con sello de fabricación en su fondo, como nota dominante que permite fecharla, esto fue un elemento identificador de notable importancia. Se exhiben algunas piezas valiosas encontradas en el territorio. En el siglo XIX se descubre en una huerta conventual franciscana, una escultura de mármol representando al héroe, semidiós, hijo de Júpiter, Hércules. También se encuentran exvotos de petición o agradecimiento a los dioses. Otras piezas de importancia aparecieron en la excavación., Hércules con uno de los cancerberos –perros de tres cabezas que eran los guardianes del infierno-, y como símbolo del triunfo de uno de sus trabajos, posiblemente el último, lleva en su parte trasera una hoja de acanto. Otra una cabeza de un Fauno, el diós del pastoreo, de la fertilidad y sexualidad masculina. El deterioro de las piezas, se estima, fue causado en el periodo en el que el cristianismo pasó a ser la religión oficial por Constantino.
TESORO DE ERMITA NUEVA
Un conjunto de monedas y joyas de los siglos X y XI; pendientes, pulseras, anillos de oro y plata, pedrería. Etc. parece que procedentes de un ajuar femenino, aunque este extremo no está bien documentado. Puede que sea lo que se viene a llamar tesoro de ocultamiento, en esas épocas, y en las actuales, siempre han sido motivos de leyendas a lo largo de la historia. Eran los bancos personales para evitar la Hacienda, para guardar para tiempos difíciles, o situaciones extremas, en tiempos en los que las cajas fuertes no existían. En una vasija de barro, una caja de madera, o cualquier otro recipiente, se enterraban los objetos de valor, en un lugar determinado sólo conocido por una persona que, como consecuencia de destierros forzados, muerte, huidas apresuradas, se iba con ellos el conocimiento de la ubicación y, luego, la casualidad de un arado si era en el campo, o un derribo de pared, o el agua de un arroyo que se desviaba, o cualquier otra causa hacían que otras generaciones pudiesen disfrutar de ellos.
Monedas diversas.
SALA DE LA HARINA
Un molino de mediados del siglo XX con una excelente conservación, que estaba situado en la aldea de Fuente Álamo, nos permite conocer como se procedía a la molienda del cereal. Todo construido en madera con maquinaria ya moderna, para dotarlo de movimiento mecánico. Es una recreación de esta actividad harinera. Esta sala está en la planta baja del edificio pendiente de ubicar adecuadamente.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA VIDA EN LA FRONTERA
Es un recorrido por lo que significaba habitar una tierra de frontera, de continuos escarceos de uno y otro ejército, en constante alerta. Nos presenta este centro que se ubica en la Alcazaba de la Mota. Muralla, aljibes, torres defensivas, calles, bodegas, molinos, todo ello para conocer la época que les tocó vivir diariamente, esa gris y larga temporada para la humanidad que fue –para mí lo fue- el Medievo.
Un hermoso edificio, bien cuidado, unas interesantes colecciones: geológicas, arqueológicas, e históricas de la comarca. Me llamó la atención un maxilar con un carcinoma y unos huesos fracturados. Un molino de la Edad del Bronce, que me recordó el visto en las Jornadas de Ategua, hace unos días, pero la pena es que es de Ategua por la desidia de la administraciones está en una escombrera tirado. Las esculturas de Hércules y el Fauno –al que muchos en los que el número de primaveras es ya elevado debemos encomendarnos, y el que diga lo contrario decirle que no es ni bueno ni malo, es mentira-. Lo llamativo del primitivismo de muchas joyas, para uno que conoce la materia en profundidad. Luego te proyectan un audiovisual con las carencias de sonido y argumentales de los audiovisuales de muchos lugares, por poner una nota negativa. Aún a pesar de ello -es mucho más lo positivo- para terminar, la recomendación de su visita.
Museo Abacial de Alcalá la Real
Bibliografía: Museo Abacial
Fotografías del autor.
5 comentarios :
Que buen paseo te has pegado por Alcalá la Real, cuando la carretera pasaba por el pueblo, a la vuelta de Sierra Nevada siempre nos parábamos en el bar de la Estación de Autobuses.
Un saludo.
Emilio, fue una mañana de sábado, a las cuatro ya estábamos en Córdoba de vuelta, pero da tiempo. No me aclaro dónde está la Estación de Autobuses ¿Es en el paseo de los Álamos?
Paco; gracias por tu visita
Y muy ilustrativo este y los dos anteriores posts; sólo una pequeña cosa (espero que disculpes mi afán un tanto pedante): "historia geológica de la Tierra" ¿no te parece una obvia redundancia?
¡Qué tierra más bonita esa! hace tiempo ya que no voy por allá
Un saludo
No hay nada que disculpar Lansky, y menos a todo un experto del lenguaje como te considero. Te agradezco el tirón de orejas. Muchas gracias y un abrazo.
Pues no se el nombre de la calle, pero quiero recordar que la estación estaba a la entrada según venias de Granada.
Un saludo.
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