Creo que esta obra es una gran desconocida para los cordobeses, así como su origen, que parte de la característica leyenda local, y futo posterior de nacimiento o apellido de festividades y establecimientos de la ciudad, Feria de Mayo y Cementerio.
Empezaré con la leyenda, que es sin lugar a dudas el punto de partida, que se dio en un lugar de paso del señalado núcleo primitivo de la Colina de los Quemados, actual Parque Cruz Conde como dice la Web Arqueocórdoba:
”Hoy en día está fuera de dudas que con anterioridad a la implantación de la ciudad romana, al este del solar donde ésta iba a desarrollarse, existía ya un asentamiento estable de primera importancia, que en un momento imposible de precisar empezó a ser conocido como Corduba y cuyos orígenes pueden retrotraerse al III milenio a. C. Desde este momento se observa una continuidad en la ocupación hasta finales del s. II a. C., sin hiatos ni interrupciones, lo que es característico de los asentamientos que ocupan los escalones superiores de la red de poblamiento.”
Luego, el posterior traslado del núcleo primitivo a la Córdoba ya definitivamente romana, dejando la duplicidad de asentamientos, y en los siglos del periodo árabe, entrada obligada a la ciudad, desde la califal de Medina Azahara.
"Cuentan las viejas crónicas que Simón del Toro, labriego sencillo, y su compadre Bartolomé de la Peña, ambos vecinos del barrio del Alcázar Viejo, cultivaban en aparcería un pequeño predio contiguo a las murallas de la ciudad. Un día del año 1665 observaron con asombro que, al hundirse la reja del rústico arado en la tierra, dejó al descubierto la entrada de un pozo. Se hicieron de una cuerda que Simón ató fuertemente a su cintura y, sujetándola Bartolomé por el otro extremo, comenzó aquel a descender por la caña del pozo. De pronto, en un hueco, Simón halló con estupor una imagen de la Virgen. Asegura la tradición que esta esculturilla de la Virgen había sido escondida por los mozárabes en el lugar en que fue hallada, en momentos azorosos de la persecución mahometana. La piedad del pueblo levantó en su honor una pequeña iglesia en aquel mismo lugar, frente al lienzo de la histórica muralla de la Puerta de Sevilla. La pequeña esculturilla de barro cocido y el agua que emanaba del aljibe obraron sorprendentes prodigios según los relatos populares. A esta imagen de la Virgen que hizo tantos milagros y que hoy tenemos olvidada, se dio la advocación de Nuestra Señora de la Salud, y el mismo nombre se aplicó a la ermita donde se venera, a la necrópolis que junto a la ermita se construyó en el primer tercio del siglo XIX y a la Feria que espontáneamente surgió en sus aledaños."
Bajada al pozo.
Ya tenemos el punto de partida, el descubrimiento de la imagen y el otorgo a la misma de las propiedades curativas de las aguas de su pozo. Por ello en 1673 se construyó la ermita, inaugurándose ésta el día segundo de Pascua de Pentecostés de ese mismo año, con una procesión desde el Convento de San Pedro el Real -hoy desaparecido, sólo queda el claustro, mejor dicho parte de él, anexo a la Iglesia de San Francisco-. Aparición de la imagen en 1665, y construcción de la ermita en 1673, es decir ocho años después.
En la bajada al pozo existe la siguiente inscripción:
“La imagen que se venera en esta Ermita fue hallada en este pozo en el año de 1665, por Simóndeltoro, tercero del habito de San Francisco, y habiéndose notado que se aliviaban de sus dolencias cuantos enfermos bebían de sus aguas, se la llamó Nuestra Señora de la Salud”
Transcurren 132 años y, en 1805, se acomete la construcción actual, por el arquitecto Ignacio Tomás. Se compone de una nave en dos partes, cubierta de bóveda de cañón rectangular con lunetos y crucero con cúpula. Esa es la descripción arquitectónica. Fachada neoclásica, con cuatro enormes columnas dos a cada lado, rematada con un frontal triangular. Dentro de la fachada tiene una hornacina con una virgen y niño y una inscripción en latín que dice: “Salus infirmorum”, lo que en castellano significa, salud de los enfermos.
Una riada inundó la ermita y se cerró al culto. En 1999, se descubrió que había sido objeto de robo. La responsable de los Museos Municipales, Mercedes Valverde, se personó en la Ermita y elaboró un detallado informe del estado en que se encontraba, realizando el inventario de los útiles y objetos de valor, tanto artísticos como religiosos. En el citado informe reflejó haber encontrado a la imagen titular de la ermita, envuelta en una bolsa, en uno de los púlpitos, así como unos cuadros que se atribuyen a Antonio del Castillo.
Tuve ocasión, personalmente, de organizar el amplio reportaje fotográfico que acompañaba al informe, con motivo de estar prestando una comisión de servicios en la Unidad de Turismo y Patrimonio municipal, que compartía edificio con la Unidad de Museos, en el edificio de Caballerizas Reales, y era penoso ver el estado de abandono de todo cuanto allí había, no es esto una cosa nueva desde luego. La imagen y algunos objetos de valor, estuvieron custodiados hasta el 2006, en la citada unidad de Museos, en el despacho de la Sra. Valverde, dónde se podían ver, claro aquellos que teníamos la posibilidad de pasar por el citado despacho. Doy fe por ello, basándome en las fotografías, que el estado en que se encontraba todo no tiene nada que ver con el actual de la Ermita. Mis fotografías son de primeros de noviembre.
En el citado año 2006, el Obispado se hizo cargo de la imagen que trasladó a una capilla de la Catedral. El 2 de abril de ese mismo año, el Ayuntamiento devolvió el control del conjunto, casa y Ermita, al Cabildo quien inició su restauración. Se habló entonces de un presupuesto de aproximadamente 850.000 euros. En mayo del año 2009 se abrió de nuevo la Ermita al público.
Coro.
El Cabildo, como patrono, la había cedido al Ayuntamiento en 1846 junto con la casa, para uso como capilla del cementerio. En 2006, el Cabildo cedió la casa e iglesia al Instituto de religiosos de Esclavos de la Eucaristía y de María Virgen, que son los mantenedores actuales, los cuales se hacen cargo de su culto y apertura periódica de la ermita así como el monasterio anexo, cuya entrada es por la puerta lateral, a la izquierda de la principal.
Curiosidades
La ermita dio nombre a la Feria de Mayo de la ciudad, cuyo privilegio había concedido al Concejo de Córdoba, Sancho IV, en 1284. Dos Ferias de ganado, una en la cincuesma (pentecostés) y otra en la cuaresma, de una duración de quince días cada una. En 1422 la Feria de cincuesma empezó a celebrarse en mayo. Luego, los Reyes Católicos refrendaron la celebración de las Ferias y Felipe II en 1556, confirmó también, el privilegio que Sancho IV había dictado siglos atrás. La Feria por tanto, comienza a llamarse de Nuestra Señora de la Salud en 1665, año de la aparición de la imagen y construcción de la primera Ermita.
Luego, en 1809, el 4 de marzo, José Bonaparte dicta un decreto para la edificación de un cementerio en Córdoba, en función de la situación de insalubridad que generaban los enterramientos en las iglesias y su patios adyacentes, y la problemática de aquello que se venía a llamar las “miasmas”, y que eran los efluvios de los cuerpos en descomposición, que salían a través de la corta capa de tierra que los cubría. El terreno elegido fue el pago de la Salud, donde estaba la Ermita, como se puede ver en los planos de 1811 cuando aún no estaba construido el cementerio.
Las obras del cementerio comienzan en 1811 y finalizan el 8 de junio de 1812. Importó su construcción la suma de 51.233 reales, y se anexó a la Ermita, que se había reedificado unos años antes como hemos dicho anteriormente, y de la que toma su nombre. Formando de esta manera, parte de los tres nombres o situaciones contradictorias y jocosas de la ciudad: el edificio de la Organización Nacional de Ciegos, en la Plaza de Vistaalegre; la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados en la barriada de los Olivos Borrachos; y el Cementerio de la Salud, ese “estado completo de bienestar físico” es inexistente en sus eternos inquilinos, como es lógico.
Misma fachada anterior en los cincuenta del siglo XX.
Fotografías: del autor y una del AMC
Bibliografía: Hemeroteca Diario Córdoba,
Cordobapedia, y Red.