D. Juan Palomino Olalla
Para mí es una suerte, poder tener un amigo, Julián Palomino, que es nieto de Juan Palomino Olalla, y que además por esas cuestiones de la genética tiene un gran parecido con su abuelo. El otro día tuvimos una larga y fructífera conversación, que me transportó a ese mundo de lucha de unos hombres que consiguieron grandes logros para la clase obrera, y que en dos plumazos nos ha arrebatado en gran parte ese capitalismo feroz que nos inunda, el neoliberalismo del momento y cuestiones como la globalización, que en el fondo hace perder la identidad a los pueblos.
Juan Palomino Olalla, es hijo de Francisco Palomino y Ángela Olalla, naturales de Bujalance, y descendiente de la rama de Acisclo Antonio Palomino, el pintor barroco. El año que lo vio nacer 1872. Fue en la mitad del reinado del italiano Amadeo I de Saboya. Al año siguiente 1873, España se hace republicana por un corto espacio de tiempo con la I República. Su juventud transcurre por las diferentes etapas de los borbones, Alfonso XII, hasta el año 85 del siglo XIX, luego con la Regencia y el reinado de Alfonso XIII, hasta el golpe de estado de Primo de Rivera. y la II República Española. Años de grandes diferencias sociales, y luchas obreras.
Se traslada a Sevilla, por cuestiones del servicio militar, donde conoce a su mujer, se casan y vuelven a Córdoba. Ya estamos a principios del siglo XX. Se establece como zapatero artesano en la calle Juan Valera, cerca de Santa Victoria. Tiene cinco hijos: Fernando, Aurora, Helio, Germinal y Francisco, por este orden. D. Juan Palomino había sido un activo ácrata en su juventud. Corría el año diez del siglo pasado cuando entró en contacto con Juan Morán Bayo, catedrático y uno de los pioneros del socialismo cordobés, que lo introdujo en el PSOE, con el que después tuvo muchos desencuentros, ya que Juan representaba el sector más obrerista del socialismo en esta ciudad.
Reorganizó la Agrupación Socialista de Córdoba que estaba latente, y colaboró en la creación de bastantes Sociedades Obreras de signo socialista, como es natural. Tuvo notable influencia en la organización de los obreros de la hostelería y ferroviarios de Córdoba y provincia. Y por su corte de luchador obrero fue el elegido para difundir las ideas de Pablo Iglesias en la provincia. En varias ocasiones presidió la Agrupación Socialista de Córdoba, así como la Casa del Pueblo, allá por 1930. Anteriormente colaboró con su amigo Francisco Azorín, que la diseñó y construyó, aportándole ideas. Nos referimos al moderno para su tiempo, edificio de la Plaza de la Alhóndiga, del año 1917.
Fue elegido concejal del ayuntamiento de Córdoba, en 1931. Como hemos comentado, su línea era obrerista, cercana a Largo Caballero. En los acontecimientos de Asturias, 1934, fue detenido como dirigente de la Federación Socialista cordobesa. Luego en 1936 fue marginado por sus propios compañeros, en una especie de purga interna y separado de sus cargos, junto con otros miembros del socialismo cordobés, en una Asamblea que celebró el partido en Córdoba en el año 1936, por discrepancia con su actuación en los señalados sucesos revolucionarios de Asturias, hechos que fueron reprimidos duramente por la República, con tropas mercenarias traídas de África a instancias del General Franco que las dirigió.
Cuando se produce el levantamiento fascista, un mes después, el 17 de agosto de 1936 fue fusilado por el criminal comandante Luis Zurdo. Tenía sesenta y cuatro años. Uno de sus hijos, Francisco Palomino también fue asesinado, el 1º de octubre de 1936, esta vez de la mano criminal del tristemente famoso D. Bruno, con veintisiete años. Francisco era delineante de Mengemor, dejaba dos hijos, uno con seis meses y otro con dos años. Otro de los hijos de Juan, Helio, fue avisado por un amigo suyo que era falangista, para que se marchara de Córdoba, porque llevaba una lista en el bolsillo en la que figuraba su nombre. Helio desapareció y volvió cuando las aguas se habían calmado. El resto de hijos vivieron unos tiempos de terror, como el que le tocó vivir a muchas personas en esos años.
Se daba la circunstancia que la mujer de Juan Palomino, que era muy religiosa, aprovechaba las ausencias de éste para irse a Sevilla y bautizar a sus hijos, cambiándole esos hermosos nombres revolucionarios que tenían. Germinal, al que le puso Jesús del Amor, era el padre de mi amigo Julián, al que conocí personalmente, y que muy pocas veces habló con sus hijos de su padre y hermano fusilados. Trabajó Germinal de zapatero y luego en la Electro Mecánicas, en la que vivió constantemente las famosas sacas del camión que esperaba al turno de los obreros de la fábrica, y él con un padre y un hermano fusilados por socialistas, por eso cuando un día, vio a su hijo vestido de falangista, -cosa normal en esa época, por las ventajas que se le daban a los niños para ir de vacaciones, y la colaboración de un profesor del colegio salesiano. Eso si que era adoctrinamiento y no la Educación para la Ciudadanía-, se le cayeron dos lágrimas y dijo a su hijo:
-Si te viera mi padre con ese uniforme…
Aquello afectó bastante a mi amigo y a partir de ese momento no volvió a participar en la parafernalia falangista. Luego, Germinal se abrió algo más con su hijos, y se despojó de la prudencia mezclada de terror que había vivido y explicó a estos algunas cosas que esa citada prudencia y protección le habían impedido comentar. Una vez le dijo a Julián que había visto a su padre, al día siguiente de su asesinato en el cementerio de San Rafael, en una fosa con el tiro de gracia en la cabeza –tiene gracia el nombrecito, de gracia encima-.
Juan Palomino Olalla, socialista cordobés, que presentó a Pablo Iglesias en cierta visita a Córdoba. Que fue miembro del primer festival de los Patios Cordobeses, en su calidad de concejal del Ayuntamiento de Córdoba. Que tomaba la copa de anís en la Taberna de La Paloma en la calle Manríquez, cuando vivía en la casa de vecinos que hoy es el Museo Taurino. Que frecuentaba el café Colonial en la calle Morería con sus amigos. Al que prestó su voz el periodista José Luis Arranz, en un serial que organizó Alfredo Asensi, en un pasaje del mismo en el que se encontraban por la calle Juan Palomino Olalla con Julio Romero de Torres y se saludaban.
Juan Palomino Olalla que, hasta su cruel asesinato fue un firme defensor de la clase obrera, merece un recuerdo de sus paisanos, aunque sea modesto como este.
Julián Palomino
Fotos de Wikipedia y del autor.
Dedicado a Julián Palomino.
Amigo Paco
ResponderEliminarMe uno al HOMENAJE POSTUMO de este hombre luchador por la clase obrera
Llamado D. JUAN PALOMINO OLALLA.
Nosotros hemos sido cinco hermanos y yo, el más pequeño. Y los cinco nos hemos educado en el Colegio de los Salesianos de Córdoba, y a mucha honra.
En mi casa cuando éramos jóvenes hemos pasado tanta "rasca" como el que más. Y te puedo asegurar que jamás se nos ocurrió ir vestidos de falangistas a ningún sitio, ni tan siquiera para veranear.
En nostros y en mi casa estuvo siempre claro el tema. Y creo que es totalmente injusto decir que el Colegio Salesiano, colaboró en ese tema.
A nosotros jamás nos plantearon ese tema, ni nada parecido.
Si una persona decidió en su día vestirse o no de falangista, y se avergonzó de ello, no es correcto el echarle la culpa a nadie. En la vida cada uno tiene que asumir sus errores.
Saludos
Muy bonita y emotiva esta entrada Paco. Haces bien en dejar claro que los sucesos de Asturias fueron reprimidos por Franco (utilizó los Regulares), el cual fue llamado para ello por el Ministro de la Guerra (Ministro de Defensa) el extremeño Diego Hidalgo. A mi paisano Eloy Vaquero Cantillo le pillaron los sucesos de Asturias de 1934 como Ministro de la Gobernación (Ministro del Interior), sin embargo ante el cariz de los acontecimientos rápidamente el Ministerio de la Guerra se responsabilizó y se hizo cargo de la situación. Digo esto porque aún hay mucha gente en mi pueblo, en Córdoba e incluso en Asturias, que por desinformación siguen achacando a Eloy Vaquero ser el responsable de lo que allí sucedió durante aquellos dramáticos días, llegando incluso a llamarle, de manera totalmente injusta, "el carnicero de Asturias". Un saludo amigo.
ResponderEliminarPD: Windows Spaces echa el cierre en 2011, por ello he llevado mi blog a word press, espero que allí no haya problemas ya con los cometarios.
Gracias por tu homenaje. En cuanto a lo que expones, bueno pues es tu opinión y la respeto, o tu verdad pero lo que digo es cierto, eso fue incitado por un profesor del colegio. Y no tiene más discusión Manuel, es decir, que tu verdad choca con la verdad de otra persona, y ambas tienen su valor.
ResponderEliminarTalbanes, me alegra mucho tu aclaración que comparto. Y me alegro también por lo que dices de que se acabaran los problemas de colaboraciones ne tu Blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo,la verdad,Paco,no creo en esos
ResponderEliminargrandes hombres,que lograron gran
des logros para los trabajadores.
Más bien creo en todos los hom
bres,que han trabajado mucho,para
tener el bienestar de ahora y no
me importa sus ideas.
Paco,el bienestar no lo quita el
capitalismo,ni el Mercado,sino el
haber hecho mal las cosas,vamos
como en cualquier familia,en la
que los abuelos trabajaron mucho,
los hijos se fueron acomodando y
los nietos despilfarraron y se en
deudaron.Toca otra vez,trabajar,
trabajar y ahorrar.Y el que no lo
entienda asi,va apañado,porque no
va a venir ningún Gran Hombre a
solucionarte la vida.
Enhorabuena, Paco por esta preciosa entrada. Yo sí creo que hay hombres con carisma que mueven el mundo. Precisamente ahora estamos viviendo una época en que lo que más faltan son líderes, especialmente en la izquierda. Y creo también que el capitalismo es feroz y que los trabajadores tienen que estar siempre en guardia frente a él, cosa que se ha descuidado bastante en los últimos tiempos y así nos va. Lo demás son anécdotas. Si una familia se enriquece y luego los niestos se empobrecen,por ejemplo.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de los Salesianos, yo también me eduqué allí. Y como Manuel estévez, tampoco observé que aquellos curas nos orientaran hacia el falangismo. Que yo recuerce, jamás cantamos el Cara al Sol, como se hacía en otros sitios. Ahora bien, allí daban clases también seglares y es posible que alguno a título más o menos particular actuara como le pareciera en este terreno. Yo también pasé mi "rasca" y no fui nunca falangista, a pesar de tener una tía bien colocada. En mi caso, tuve la suerte de que mi padre no los tragara, así que, al menos, de aquella mugre sí que me libré.
Paco, me he quedado a cuadros con tu emotiva entrada, porque un amigo mío, Rafael Palomino (que ahora vive en Madrid), nos contaba cómo su abuelo fue fusilado joven por Don Bruno en el 36 por socialista,y su padre se quedó huérfano desde muy niño. Así que su abuelo tiene que ser el Francisco delineante que comentas...
ResponderEliminarEl padre del amigo mío (que se llamaba Fernando, murió desgraciadamente hace unos pocos años) era un buen hombre, sin ningún rencor (y tenía motivos, sin duda, huérfano, con su padre asesinado) tanto que llegaba a votar incluso a la "derecha" en ciertas ocasiones. Y uno de sus hijos es mi amigo Rafael, siceramente de izquierdas, y un tío fenomenal, que discutíamos medio en broma sobre si era preferible una monarquía (lo que defendía él) o una república (lo que defendía yo, que soy más "conservador"). Así, sin violencia de por medio, sin dogmas, como dice ben, que buenos y malos hay en todos sitios...
(PD: le voy a mandar el enlace de tu magnífica entrada a mi amigo)
Un abrazo.
Amigo Molon "sincero"
ResponderEliminarMe agrada tu intervención pues no es la primera vez, que algunos de mi época en los Salesianos (52.1954)
En cualquier reunión o tertulia de Bar suelen decirme: "Te acuerdas de cuando cantábamos el cara al sol".
Yo, les miro sorprendidos y les tengo que decir: "Rezos y Misas" todas las que quieras, pero del sol nada de nada.
Yo, comparo ese decir con el que muchos solían decir: "Te acuerdas cuando corriamos delante de los grises". Y a lo mejor la persona que te decía eso, JAMAS CORRIÓ.
Saludos.