Paco recién nacido con sus cuatro abuelos: Pepe y Concha, y Lola y Pepe.
Tal día como hoy, hace treinta y cinco años, en 1975, nacía nuestro hijo mayor, Paco. Tenía lugar el acontecimiento o llegada a “este valle de lágrimas”, en el Sanatorio de la Purísima. Este establecimiento que fundaron los prestigiosos doctores cordobeses, Luque y Altolaguirre, en el año 1918, se ubicaba en la esquina del Gran Capitán con Avenida de la República Argentina, en la acera de los pares, cerró en 1981, con cincuenta y siete años de andadura, seis años más tarde del acontecimiento familiar más importante que nos había ocurrido a nosotros.
Paco se resistía a abandonar el claustro, hubo que forzar la “rotura de aguas”, ya que no ocurría naturalmente, por eso lo de que a Paco no le apetecía salir. Dentro había pasado todas las circuitos de pruebas conocidos, el más importante el de pasar a diario el Paseo de la Ribera y la Ronda de los Mártires -cuando era nacional cuatro aún, y tenían todos los socavones del mundo-, dentro de un seiscientos azul, matricula de Málaga un veintiocho mil y pico, con una raya blanca en el techo, que lo hacía más “deportivo”, y sin piso en la parte delantera –éste estaba podrido-, con una tabla que hacía de piso y sujetaba el asiento del copiloto, en este caso Conchí, y que impedía que se cayera el asiento al suelo, pero no impedía que cuando un socavón estuviese lleno de agua, ésta llegará al techo del vehículo.
Ese entrenamiento seguro había hecho un robusto saco amniótico. Por fin a las doce de la mañana del día siete de agosto –igual fecha en la que lo hacía Charlize Teron, en los antípodas- nacía Paco en la Ciudad de los Califas. En el Gran Capitán, vamos en el centro de la ciudad. Nunca valoramos adecuadamente estos importantes acontecimientos, vividos en primera persona, posiblemente estos nos superan, y sí, sin embargo, lo hacemos segundo a segundo con los nietos. A lo mejor es cuestión de lejanía y cercanía.
Paco recién venido del viaje de Alaska.
Nació sin problemas, bueno algo cabezón y con el cráneo “apepinado” –circunstancia que desapareció a los pocos días-. Entonces los partos eran a “pulmón”, artesanos, asistidos por una matrona, nada de médicos y sofisticado instrumental de control, en todo caso una trompetilla. La intuición y experiencia de muchas asistencias. Luego Gabriel, su hermano, ocho años después nacía en un moderno hospital, la Ciudad Sanitaria, después de haber sufrido Conchi un aborto embrionario, y un parto prematuro de cinco meses, que no se puedo sostener, de una niña que vivió unas horas. Por ello la diferencia de edad.
Ese día, el siete de agosto, había amanecido con un cielo de extraños nublados o calima, era un ambiente raro, caluroso por ser agosto –siempre en agosto ha hecho calor en Córdoba, bastante calor-, pero de un extraño cielo. Eran las cuatro de la tarde, una monja -pues el personal del sanatorio eran religiosas-, había entrado a la habitación a dar una vuelta a la parida y al recién nacido, cuando se oscureció el ambiente aún más, se levantó una ventolera y el cielo cambió a color "panza de burra". Se dejó sentir un ruido profundo y sordo, e inmediatamente después, una fuerte sacudida movió todo. La monja empezó a gritar:
-¡Un terremoto, un terremoto!
Yo le dije para tranquilizarla -pero estaba para que me tranquilizaran a mí-:
-Sra. que he sido yo quien ha movido la cama al sentarme en ella.
-¡Que no, que es un terremoto! –Se puso en la puerta de la habitación de un salto y se perdió por el pasillo corriendo.
Nosotros nos quedamos con la duda de que se cayese el sanatorio, y justo es decirlo, yo estaba descompuesto. Paco, por el contrario, tan tranquilo durmiendo. Claro no podíamos correr. Tiene guasa lo indefenso que se encuentra uno con un terremoto. Pasó el tiempo y no hubo ninguna réplica, por lo menos perceptible, el terremoto ya era una anécdota. A algunos nos volvió el color.
A raíz de esto circuló el chiste, cuando le envió la Comandancia de Córdoba, un mensaje telegráfico al puesto de la benemérita de Fernán Núñez, éste decía:
-“Sismo de gran importancia. Stop. Localicen epicentro. Stop”.
Contestación del puesto de los terrenos del Duque a la Comandancia.
-“El epicentro no lo hemos podido localizar. Stop. No se preocupe mañana estará detenido. Stop. El motivo es que ha habido por aquí un terremoto de la hostia. Stop”.
Al cabo del rato volvió la monja cumplió su protocolo y se marchó, pero tuvo la desfachatez de decir que ella no se había asustado, nosotros sí, menos mal.
Esa tarde noche cuando nos echaron de la visita, bajamos mi primo Paco Gallego y mi amigo Juan Lozano a celebrar el acontecimiento a casa “El Panza”, que ya se había trasladado del Pretorio donde estaba antes, como consecuencia de la prolongación de la plazuela del Moreno, a la calle dedicada al autor de los “Episodios Nacionales”, el canario D. Benito Pérez Galdós. En función del susto, de la alegría, de todo lo que secunda estos momentos, hubo una superación por mi parte del nivel recomendado de alcohol, que me tuvo toda la noche del coro al caño y del caño al coro. Al otro día fuimos Juan Lozano y yo a inscribir al nuevo ciudadano, y el progenitor estaba para morirse, vamos medio muerto, pero una manzanilla hizo milagros y pudimos cumplir el trámite del registro.
Cuando lo fichó el Córdoba C.F..
Al día siguiente, fui con Pepi Murillo, la esposa de Juan Lozano, a llevar a Paco a hacerle el reconocimiento preceptivo, a un pediatra que había en la Plaza de San Andrés. Lo puso a andar por la mesa cogido de los dedos del facultativo, le hizo las pruebas reglamentarias, lo reconoció profundamente y, cuando le midió el cráneo dijo:
-¡Uf, éste niño es cabezón!.
El padre primerizo, miró a Pepi y luego le preguntó al pediatra preocupado:
-¿Qué quiere usted decir con eso?
-Pues que tiene la cabeza gorda, nada más.
Todo correcto y vuelta a casa. Ahora las anécdotas, un nuevo horizonte se presentaba en la familia, y aparentemente lejano, a largo plazo, pero no, de lejano nada, han pasado treinta y cinco años en un soplo, y el testigo lo tiene ahora Paco y su mujer, con Claudia de tres años y medio y Alejandro con el año cumplido. La experiencia de los abuelos pensamos, sirve de muy poco, vamos casi nada, lo que no sé es si, para no romper la cadena normal de equivocaciones oficiales del ser humano, nosotros teníamos en cuenta la de los bisabuelos de Claudia y Alejandro, pero eso es otra historia.
Fotos del autor.
9 comentarios :
Felicidades Paco por lo que te toca.
Comentarte que cuando nació mi hija mayor, un 20/5/1997, estaba yo ya dispuesto a dormir en la cama, sobre las 23h., pues llevaba desde la 1h. de la noche anterior que empezo a llamar despierto hasta las 9:30 en que nació; cuando se dejo notar un terremoto que aunque suave, movió mi cama.
Saludos
O sea que tu hija también llegó con terremoto, pues está bien. Gracias José Eduardo.
Paco, no se si te llegó un correo que te envie comunicandote que antiguos alumnos del Juan de Mena -donde me dijiste que estudiaron tus hijos- han formado un grupo en Facebook donde les estoy ayudando a poner fotos suyas antiguas. Igual estan en algunas de ellas.
Eladio no me ha llegado, pero lo buscaré por Juan de Mena a ver si tengo suerte o si no si puedes me das la dirección.
Eladio ya lo he encontrado. Han hecho dos grupos, uno se llama C.P. Juan de Mena y otro Juan de Mena, en el segundo están mis dos hijos, Paco Y Gabriel, en las fotos no los he visto. Si a Francisco a Pedro que son de mi época de la APA, bueno a Pedro en Caballeros de Santiago de hacer el Graduado nocturno. Ya hace años, calculo que sería en el 77.
He seguido buscando y he visto el curso 2008/2009 en el que figura Mari Carmen Robles de Directora y Juan de Dios Manrique en el equipo directivo, y a un tal Eladio Osuna, como profesor de apoyo de primaria, segundo ciclo, que a lo mejor lo conoces.
Si paco, mis cinco últimos añlos en el Juan de Mena han estado centrados en la informática -es un centro TIC-, apoyos, pagina web, periódico escolar, fotogrtafía y bombero informático sobre todo.
Pero un antiguo alumno se puso en contacto conmigo y se ha encargado de este tema. Hace unos días fuimos al colegio y recogimos otro lote de fotos. Cuando las escanee las subiremos a la página de Flickr y seguro que hay más sorpresas.
En Google basta con teclear
Juan de Mena facebook
y aparece, y después hay que mirar en el Muro.
También pueden verse en la pagina Web del colegio donde he puesto un enlace a "fotos antiguas".
Y directamente en el Flickr en
www.flickr.com/juan_demena
En fin, a disfrutarlas
Muy bueno lo del terremoto.
Todavía mi madre suele decir, cuando se pone ese cielo "panzaburra", que hace día de terremoto.
A lo mejor se acuerda de ese día en el que nació tu nene.
Pregúntaselo si puedes, y te acuerdas, fue en el 73, porque posiblemente sea eso, a mi me pasa lo mismo, cuando veo el cielo así malo.
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