Hubo, allá por las últimas décadas del siglo XIX un periódico en Córdoba que se llamó “El Andaluz”. Este medio fue quizás uno de los más pequeños -en tamaño- que vieron la luz por estos lares. Era una época en la que el cortar y pegar noticias de otros periódicos era un uso habitual, la tijera sustituía la mayoría de las veces a la pluma.
Estaba, acogiéndonos a las medidas de ese tiempo, que dicho sea de paso diferían poco de las actuales, editado en medio pliego. Era como la cuarta parte del cuádruple que utilizaba su contemporáneo “Diario de Córdoba”. Como era habitual la cuarta plana se usaba para anuncios, la mitad de la primera y segunda para el “folletín”, sección indispensable en ese tiempo y, una vez distribuido todo el espacio, quedaba para unas pocas cuartillas.
A pesar de su pequeñez tenía, como es lógico, director y dos redactores. Se imprimía en una imprenta propiedad del padre del director, en la calle del Cister (Carbonell y Morand hoy). Allí estaba la redacción que se componía de una mesa de trabajo, tijeras, tintero y plumas, así como un bote de cola. Por el mobiliario podría caber en el rellano de la escalera, no por eso dejaba de reunirse a diario el equipo alrededor de la mesa para diseñar el número a bajar a máquinas.
D. Emilio Arroyo, era el director y propietario, joven y entusiasta periodista. Todos los días su primera labor era leer los diarios nacionales El Imparcial y El Globo, y todos los locales. Recortando y pegando, casi siempre superaban el espacio destinado para ello y había que seleccionar después, pues siempre sobraba.
De los dos redactores, uno de ellos, Emilio López tenía una habilidad especial para versificar o comentar satíricamente un suelto o un artículo, utilizando sus naturales dotes de ingenio y ocurrencia. El otro, que se llamaba Nicolás Montes, que también trabajaba en "El Adalid" –la competencia, si se podía llamar así- para preparar cualquier noticia o suceso trágico, por las cuestiones ya repetidas de espacio, sólo disponía de diez o doce líneas.
Tenían una máxima, en el "Breviario de Estilo", que seguían a rajatabla, cada vez que se referían a cualquier parroquiano, lo conocieran o no, le anteponían el “nuestro querido amigo D. Fulano”, es decir asumían de esta manera “amistad manifiesta” con cualquiera, que fuese noticiable. Eso consideraba D. Emilio era, dar un toque de cercanía con los lectores.
En la sección folletinesca, empezó a publicar una colección de trabajos en verso y prosa, de consagrados literatos, y "El Adalid", que lo tenía siempre en el punto de mira, a pesar de no ser competencia, procurando ridiculizarlo riéndose de sus colegas. Una vez publicó lo siguiente:
“Nuestro buen colega El Andaluz ha tenido el buen pensamiento de coleccionar en un folletín buen número de buenos artículos y poesías de nuestros buenos escritores. Le felicitamos por su buen acierto”.
Siempre conseguían cabrear a D. Emilio y su pequeño periódico, cuando decían de "El Andaluz", que su tirada era tan pequeña que le llevaban los números a los suscriptores en una petaca. Todos los días cuando terminaban el trabajo, la redacción al completo intercambiaba impresiones que, fruto de su positividad, siempre eran muy optimistas, aún a pesar de los resultados pésimos y las reiteradas alusiones jocosas, con mucha inquina a veces, que les dedicaba "El Adalid", que ellos consideraban lo justo. Charlaban del momento político; Emilio López decía algunos versos y chascarrillos; y Nicolás discutía todo.
Cuando disponían de liquidez en la caja, cosa rara de disponer, el director invitaba a unas copas de vino. Cuando los fondos eran exiguos o no existían, que era lo normal, lo pagaban a escote. Así que los periodistas eran como el sastre Campillo, que ponía la aguja y el hilo y encima no cobraba.
Algunas veces invitaban a algún ilustre paisano a la tertulia de la redacción, al que trataban de ganar para la causa periodística y conseguir así colaboradores. Una vez invitaron a “su querido amigo Don José Bófar", que trabajaba la herrería, pero que dominaba bien el verso, por lo publicado en otros medios. El director dudaba de la capacidad de Don José y quiso ponerlo a prueba. Echando mano de su habilidad para componer, le escribió a vuela pluma lo siguiente:
¡Vamos a ver, amigo Pepe Bofár,
si te atreves a hacer en un momento,
en la rítmica forma que tú quieras
unos pocos de versos.
Yo como ves, los hago de tal modo
que, al acabar, cuando la pluma dejo,
todos pueden decir: ¡Es un poeta!
muy malo, por supuesto.
El “sospechoso” Bofár cogió una cuartilla y le escribió, como trovador alpujarreño, de esa poesía dialogada que es el trovo, tipo de “combate” intelectual, una redondilla que decía:
“En vano me haces el “bú”
con tu sátira ingeniosa;
yo escribo en verso y en prosa
tan ligero como tú”
Demostrando "Al Andaluz" con su acertada y rápida respuesta, que los trabajos eran suyos.
Al igual que su pequeñez fue corta, también lo fue la existencia de "El Andaluz", y cuando cerró, la mosca cojonera de " El Adalid" le dedicó un epitafio.
“¡Murió! De su vida breve
casi nadie se dio cuenta.
¡Pobre enano de la venta!
¡Que la tierra le sea leve!
Así era el mundillo de la prensa, cuando éste era el único medio de llegar a los ciudadanos. Esos rifirrafes de pluma servían para ganar unos clientes, simpatías o rechazo, pero mantener viva la llama de la creación y la atención periodística.
De un artículo de R. Montis publicado en 1928.
Paco, en mi pagina WEB -no en la Hemeroteca-, tengo recopilados 35 ó 40 títulos de diferentes periódicos del XIX, de la mayoría solo conozco la referencia.
ResponderEliminarEste tuyo no lo conocía así que con tu permiso lo incluiré con un enlace cuando en verano la reforme.
Me gustaría conocer dónde puede haber periodicos del XIX -aparte de la Biblioteca-. Tengo entendido que en la postguerra se desmontó una Hemeroteca que había por la calle Alfaros y por esa época también otra que había por La Carlota. ¿Sabes tú algo de esto?
En fin, como dicen los informáticos, gracias por el aporte, y te dejo el enlace a la página donde tengo la recopilación de los que te comento por si te interesa
http://www.eladioosuna.es/otrostrabajos.htm
Un saludo
Eladio es muy interesante tu página Web y con una fototeca de categoría. El Adalid si lo tienes, y éste, El Andaluz, está extraído de una crónica del siglo XIX de Montis, fue desde luego de muy corta duración. En otro sitio le leí a Miguel Salcedo una recopilación mayor de la prensa cordobesa, la voy a buscar. No conozco lo de la hemeroteca que me dices, pero sería ideal que digitalizaran lo que hubiera por ahí, que debe ser mucho, yo miro en diversos sitios lo que hay digitalizado y quien más tiene es abc. Es muy difícil buscar como no vayas a tiro fijo.
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