D. Rafael Lubián López
Como el otro día nos encontrábamos por la calle de la Plata, y siguiendo el anecdótico bagaje del pontanés Luís Melgar, recuerdo un tema que me contó, con su natural gracia, ambos delante de unos platos de salmorejo, referido a los artistas cordobeses Hermanos Lubián, concretamente a Rafael.
Frente al Bar Córdoba, con el que tuve una relación de contrabando de tabaco en mi tierna infancia, sin saberlo. Aportando “alijos” de las famosas pastas cubanas que traían los ferroviarios de Algeciras, y que se vendían en la trastienda del citado bar, y que yo llevaba en una talega, con las instrucciones concretas de soltar la talega y correr si me paraban dos señores, a los que todos conocíamos, de la brigadilla de la Guardia Civil. Cuya oronda y benemérita barriga, seguro les impediría, si un renacuajo enclenque de doce años corría camino de la calle Jesús María, cogerlo.
Como decía, frente al Bar Córdoba estaba la cafetería Baviera, que regentaba la familia de artistas citada. Ángel Lubián y “Rafaelito” Lubián, que era el más joven de los dos. Éste tuvo notables éxitos teatrales con un polifacétismo artístico muy considerable. Lo mismo hacía malabares, cuestión que se le daba muy bien, que tocaba la guitarra de concierto, que imitaba. Entre cucharada y cucharada de salmorejo, Luís me contó que como prestidigitador fue muy notable, superando al que fue el no va más de la magia blanca cordobesa, El Sr. Costi Jordano que tenía una confitería en la Plazuela de Almagra, que fue quien alimento la afición a Rafael. Emiliano Costi fue el que creó también, dicen, en este caso en su profesión, como consecuencia de una receta que le facilitó un canónigo, el primer pastel cordobés relleno de jamón, éste no llevaba azúcar, sólo ajonjolí.
La dedicación de Rafael Lubián como profesional al ilusionismo, partió del éxito obtenido en un Congreso de Ilusionismo celebrado en Segovia, ante los más importantes ilusionistas de España, y los premios allí conseguidos. Formó parte de muchos espectáculos que entonces organizaba aquello que se vino a llamar Educación y Descanso. Decía Luis que le contó una graciosa anécdota ocurrida en una de sus primeras actuaciones profesionales. Actuaba en el Cervantes malagueño. Su nombre artístico era “Lubián-Lot”. Por lo tanto se presentaba como francés, por aquello de que siempre hemos considerado mejor a lo de fuera que a lo nuestro. Este cambio de nacionalidad le obligaba a emplear un acento francés de La Carlota, que no se parecía en nada a la lengua gala.
El “spiker” anunciaba:
-¡A continuación actuará el celebre ilusionista francés ”Lubián-Lot” y su “partener”.
Él salía al escenario como si hubiera aparecido de repente, dando un característico saltito y haciendo la artística apertura de manos a la vez que saludaba al respetable. Iba inmaculadamente vestido de frack y dirigiéndose al público les decía:
-¡”Señogas y señogues” muy “guenas nui”! ¡”Ye vua a teneg” el gusto de “guealizar para vus” unos “juegos” de magia japonesa. “Paga” ello pido la “colabogacion” de un espectador!
Un señor que estaba en las primeras filas se ofreció y subió al escenario. El mago inició el protocolo de garantía con el espectador para tratar de demostrar que no estaba preparado:
-¡”Señog,” “paga” que el resto del “publicó” vea que “nosotgos” nos tenemos ninguna “gelación”!, ¿le puedo a hacer una pregunta?
- ¡Si señor mago, las que usted quiera! –le contesto el espectador.
-¿”Usté” conoce a “mua” de algo? –le preguntó.
-¡Sí señor, de toda mi vida! –no se hizo esperar la respuesta.
-¿A “mua”? –respondió extrañado el mago “francés”.
-¡Si señor, a “mua”! –Le volvió a responder el espectador.
-¿De qué “señog”? –Le interrogo nuevamente.
-¡Pues que soy cliente de su bar de Córdoba, en la calle de la Plata!
El chasco fue mayúsculo, pero las tablas que ya tenía hicieron que la actuación que pudo ser un fracaso saliera adelante y aquello quedó como eso, como una anécdota. ¿Por qué no podía tener un “francés” un bar en Córdoba?.
Pero si difícil fue aquello, decía Luis que Rafael le había contado que lo peor lo pasó cuando iba con el “maestro de maestros”, el genial Pepe Marchena. Eran los grandes momentos de Pepe Marchena, y muchas veces actuaban en dos sitios a la vez, e incluso a la misma hora. Por ello le decía:
-¡Lubián vete para el pueblo y vas entreteniendo a la gente, que ya voy yo cuando termine aquí. Haces lo que te parezca por ganar tiempo!
Y hacía de todo, imitaba, juegos de manos, tocaba la guitarra, contaba chascarrillos, y decía que hasta bailó flamenco, siempre con la “jindama” de que no llegará Pepe Marchena, y por esa razón y ese “sin vivir” dejó la compañía.
Luego, cuando pensó que la magia blanca estaba decayendo, inventó un dúo que se llamó el “Dúo Kris-Kras”, que Circuitos Carcellé incluyó en el Circo Price, dentro de un espectáculo que se llamaba “Charivari en la pista”. El “Dúo Kris-Kras”, hacia unas imitaciones perfectas de artistas del momento. La realidad es que Rafael Lubián había adquirido un magnetófono en Tánger y lo usaba en sus actuaciones, luego había inventado el “play-back” sin darse cuenta. Como buen mago se preparaba sus trucos.
Magnetófono de alambre
La primera vez que yo ví un magnetófono de alambre fue en mi casa, un amigo de mis padres que vivía por la calle Romero, y que le llamaban el “nene-niño” lo llevó y estuvo haciendo una demostración. No tenía cinta, en aquel entonces, era un carrete de hilo de alambre el que se magnetizaba, podría ser el año 1954 ó 55. Aquello me causó una notable curiosidad ver como hablándole a un micrófono luego podría, dándole marcha a atrás volver a escuchar uno su voz -que normalmente uno no identificaba con la suya por no oírse nunca- o la de las otras personas.
Así que nuestro paisano Rafael Lubián el mago, supo de utilizar los milagros de la técnica como si de un David Coperfield se tratara, sin desmerecer su categoría profesional cosa que tenía sobradamente demostrada.
Bibliografía: Charlas con Luis Melgar.
Fotografía: Cordobapedia y Google (Como la CIA con Llamazares)
Tras leer algunas cosillas que me han amohinado un poco, es lo q tiene la prensa en este mundo hostil y lleno de lobos, me vengo aquí y todo adquiere otro color.
ResponderEliminarTú sabes, amigo Paco, el lote de reír q me he pegado leyendo ese diálogo del "francés" de Córdoba con el paisano q lo reconoció? jajaja,
Gracias por poner el toque mágico del buen humor a este domingo.
saludos, al poder ejecutivo tb. >:0]
sin dudas, la magia esta mañana la pusiste tú: sacaste risa de mi alma
ResponderEliminarLisis y Cris, os contesto a las dos ala vez creo que no habrá problema, si es así pido disculpas.
ResponderEliminarLa verdad es que es una situación graciosa y cierta, como tal pasó, se la contó el titular a mi amigo.
Tengo otras cosillas por ahí que arrancarán sonrisas, que es lo que nos falta, en este mundo parece que todo son disgustos.
Muchas gracias a las dos y Lisis recuerdos del ejecutivo.
Irías con un poco de miedo, si estabas avisado de lo de la guardia civil, que superaba el afán infantil de aventura. ¿Qué te pagaban por el contrabando Paco?.
ResponderEliminarEduardo, yo estaba de aprendiz en una joyería, y el padre del joyero era el que vendía el tabaco. A mi me decía su mujer:
ResponderEliminar-¡Nene! Llévale la "comida" a "fulano de tal", pero si te paran los de la brigadilla de la Guardia Civil, sueltas la talega de la "comida" que iba en la "fiambrera" y te vas corriendo.
No había sueldo por el traslado del alijo (cuatro pastas de picadura cubana), entraba en el sueldo de los "mandaos" del taller.
Paco, igual te he comentado alguna vez que un tío abuelo mío fue una especie de mayordomo de Marchena, aunque su categoría profesional era de rapsoda. Hasta el final de sus días estuvo torturándonos a toda la familia con sus infumables ristras de versos.
ResponderEliminarAcostumbraba a sentarse en las terrazas de la calle La Plata vestido de blanco y plumeando como él solo. NO lo exploté mucho porque era más peligroso que una candela papeles, pero su colección una de batallitas favorita hacían referencia a sus eventuales roces con Antonio Machín, que según él decía comenzó a actuar a su llegada a España desde Cuba en Córdoba, en un local del que no recuerdo el nombre que creo que estaba por la calle San Alvaro.
Bueno, a ver si te animas e investigas un poco sobre esa etapa de Machín.
Un abrazo
Excelente entremés Paco, me he reído mucho.
ResponderEliminarSi que me lo has comentado, sobre todo lo de los versos. Marchena era un buena persona, y fue mecenas de muchos artistas. Para mi suegro era como para los aficionados al toro Curro Romero. Manuel, la gente que conocía ese mundillo y conocía yo ya han entregado la cuchara. Cuestión que requiere echar mano del papel.
ResponderEliminarUn abrazo
Casandra muchas gracias, el mérito es del artista y del amigo del artista, y que ambos se merecen ser recordados, porque el contrabandista sólo llevaba la talega.
ResponderEliminarGracias nuevamente.
Apreciado Francisco
ResponderEliminarHe procurado encontrar otro medio de enviarte un email y no me ha resultado posible encontrarlo, así que me veo obligado a escribirte aquí
En ti post del domingo, 4 de abril de 2010, haces referencia a RAFAEL LUBIÁN, MAGO CORDOBÉS, INVENTOR DEL PLAY BACK. No sé a que año estás haciendo referencia. Mi abuela, cordobesa ella, me hablaba de un primo hermano que era mago y había escrito incluso algún manual de magia al que yo había tenido acceso.
De vez en cuando, trato de meterme en Google por si sonara la flauta y aunque ahora hacía tiempo de ello, sonó con tu post. Mi abuelo era D. Emiliano Costi -joyero de Córdoba- en cambio ahí aparece uno con el mismo nombre que determinas como pastelero, no debe de referirse al mismo, seguramente, tal vez algún familiar. Rafael, todo y ser un nombre muy habitual en Andalucía, era muy común en mi familia (Emiliano, Rafael, etc..)
¿Tienes alguna información que los pueda relacionar, bien a Rafael Lubián, bien a Costi Jordano, que también citas y al propio Emiliano Costi? Tal vez Luis Melgar, si vive pudiera darme algo de luz. De mi bisabuelo sólo que me queda un librito de su biblioteca con el sello de la tienda, en la que no aporta mayor información.
Te estaría inmensamente agradecido. Fuerte abrazo.
Mi correo es pascualpicarin@apascual.net
Bueno Pascual, en primer lugar muchas gracias, ya nos hemos puesto en contacto.
ResponderEliminarLas referencias que yo tengo de Lubián son de las conversaciones con Luis Melgar Reina, un pontanes (Puente Genil) ilustre, lamentablemente ya fallecido, pero del que me honré en ser amigo. El escribió un pequeño librito en el que hablaba de determinados personajes cordobeses, "Cosas de Córdoba" se llama editado en 1988 (ya hace años), que edito la Colección de Bolsillo de Cajasur, la entidad ahora es de otra vasca. Que imprimió la imprenta San Pablo, me parece desaparecida también. Como sé que será difícil que encuentres el librito, te envió a tu correo unas copias de las páginas donde habla Luis de los hermanos Lubián, por si tu encuentras algo que te sirva, el resto no está relacionado con lo que te interesa.
Costi es un apellido del que yo conocía, cuando trabajaba en la Subdelegación de Defensa, a Amián Costi coronel de la I.P.S., y creo que sus hermanas, creo recordar que damas de Sanidad, puede que sean familiares tuyos.
Lamento, a lo peor no haberte sido de utilidad.
Un cordial saludo
Acabo de leer tus líneas que agradezco infinitamente pero, lamentablemente, no me consta haber recibido ningún correo tuyo que tal vez el propio sistema haya 'requisado' de manera autónoma (le llaman spam) por haber confundido con correo malintencionado. Me encantará esa información, tal vez por facebook?
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/antonio.pascualpicarin
Un fuerte abrazo.
Te la he vuelto a enviar por correo electrónico, al que me dices lo haré también por facebook. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQuerido Paco, no tengo el placer de conocerte, me has hecho llorar de risa a la vez que de nostalgia al hacer referencia a tus charlas con mi padre, del que me acuerdo todos los días de mi vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
C. Melgar
Carlos Melgar, al año he visto tu comentario, cuando los comentarios son de entrada antiguas parece que el sistema no me avisa de los mismos. Me alegro mucho de haberte recordado a esa gran persona que desde luego nunca podrás olvidar. Tuve hasta la desgracia de estar presente cuando se puso enfermo, en un acto en mi barrio, debajo de mi casa y de allí salió en ambulancia y empezó su cuesta abajo. En el librito, del que hablamos de personajes que tenía pensado incluir en una segunda edición, tengo su dedicatoria junto a una fotografía suya. Un fuerte abrazo.
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