Fachada principal de la Ermita de la Candelaria
(Fundación Bodegas Campos)
Cuando se llamaba la calle de la Parrilla, que lo fue hasta bien entrado el siglo XV, Doña Aldonza Martín, viuda de Simón Pérez, propietaria de unas casas en la calle del Baño –actual Carlos Rubio- en las cuales se pretendía erigir un Hospital bajo la advocación de la Candelaria, para acoger “huérfanas y viudas honestas”, al parecerle pequeño el lugar, decidieron adquirir otro en la actual ubicación, calle de Candelaria esquina a la del Tornillo. Parece que la escritura está fechada en 1416, concretamente el 24 de noviembre.
Esquina calle Tornillo por donde se accede,
con la decoración de merlones superior, posible minarete
Ha tenido diversas modificaciones hasta la actualidad. Ahora acoge a la Fundación Bodegas Campos, y su reforma se ha efectuado con mucha delicadeza. Es un lugar maravilloso, delicado y notable de la cultura cordobesa, fue sagrado para los que sustituyeron a los árabes y lo sigue siendo pues la cultura lo es.
Tiene tres naves pequeñas, separadas por tres arcos, epístola, evangelio y central, cuyo altar mayor se situaba en un camarín que existe aún, protegido por una cancela de hierro, donde estaba la titular. A los lados, en las naves citadas, dice Ramírez de Arellano había un San José y en la otra un San Casiano, al que parece daban fiesta en su día los profesores de instrucción primaria. Hoy hay en ellas sendas hornacinas. Habla también de un minarete que había en una casa contigua, la de la esquina de su entrada, lo que parece deducir sería una mezquita en su tiempo, coronada de merlones, toda encalada. En el lado del evangelio existe una preciosa vidriera que da a un patio y que surte a la ermita de luz natural. Toda ella está adornada con unos originales faroles cuadrados de cristal.
Tiene la Ermita un pequeño coro con una celosía y un destacado artesonado en su nave central. Normalmente la entrada se efectúa por la calle Tornillo y nada más acceder a la casa está la escalera de subida a la parte alta, adornada con una hermosa decoración. La fachada es austera y está coronada por una pequeña espadaña.
Al lado de la hornacina de la nave del lado del evangelio existe una imagen en un pedestal. Estimo no es la de la Candelaria -pero eso desde luego son apreciaciones de un laico profano- Normalmente, en la iconografía católica las vírgenes que llevan a un niño en brazos, lo llevan en el brazo izquierdo, posiblemente para poder atenderlo maternalmente y darle de comer con la mano derecha. Parece que ninguna virgen podía ser zurda, sin embargo la Candelaria si lo sería, pues lo lleva el el brazo derecho. En la representación habitual el niño llevaba también una tórtola o pequeño pájaro, que era la ofrenda que debían hacer en el templo en su presentación según la Ley de Moisés. Por ello deduzco, que esa imagen no representa a la que fue la titular de la Ermita. No deja de ser una observación personal, que cualquier entendido podrá rebatir sin esfuerzo, y que yo desde luego no discutiré.
Hay una curiosidad datada en 1505, de una bula otorgada por Julio II, que concedía 100 días de perdón a todos lo que visiten esta iglesia o ermita, en los días de Reyes, Candelaria, la Encarnación, San Pedro y San Pablo y San Miguel, cuestión que podía extenderse para todos aquellos que hubieran asistido los miércoles; 10,17, y 24 de marzo, 7,14 , 21 y 28 de abril, y 5 de mayo, a las conferencias de la Asociación La-Quibla que empezaba su andadura en ella, gustosamente cedida por la Fundación Bodegas Campos y con la inestimables colaboración del Ateneo de Córdoba, pero ha habido un cambio de última hora y las conferencias serán en la Sala de las Canastas de Bodegas Campos, esperamos no se pierdan por este cambio las indulgencias.
Como podrán comprender esto último es una licencia que se toma quien esto modestamente redacta.
Pequeños tesoros escondidos en el interior de nuestra ciudad.
ResponderEliminarUna fachada austera, muy andalusí, con pequeñas oquedades hacia el exterior y la blanca cal invadiendo el resto. Como una casa-patio, que tras pasar la modesta puerta no se espera la exuberancia interior. Solo he entrado una vez en esta ermita, pero pude sentir el misticismo que le envuelve. Y eso que no soy creyente.
La sobriedad y sencillez del interior era, al mismo tiempo, su mejor cualidad.
Cosas, al fin y al cabo, de las personas, que son quienes las construyen y las decoran. Un "milagro" que aún siga en pie, a pesar de los constructores.
¡Vamos, vamos! que te plagio el texto, una descripción muy literaria Ben.
ResponderEliminarEs curioso no cumple con los cánones de dirección del rezo árabe, ni cristianos, en estos últimos el altar está al este aunque otras Ermitas no los cumplen tampoco, Socorro (ara al norte), Concepción (ara al norte), Alegría altar al oeste), sin embargo las iglesias fernandinas si, todas tienen el rosetón al oeste y el altar al este.
No me he preocupado nunca de esos pequeños detalles pero la mayoría de las Ermitas no siguen los cánones geográficos de las Iglesias, las cuales están orientadas de esa forma, aunque:
“Los testimonios de los teólogos son unánimes, desde San Agustín a Santo Tomás de Aquino. Éste justifica la regla de la orientación porque la majestad divina se manifiesta en la dirección oriental, porque hemos de volver al paraíso y éste se halla en esa dirección, y porque siguiendo las palabras de San Mateo, Cristo aparecerá el último día por el Oriente.”
Nuestros antepasados árabes en las Mezquitas hacia la Meca, pero dicen –una de las muchas teorías de la dirección de la de Córdoba- que como ésta se construyó por los herederos de los Omeyas y estos eran de Siria, la dirección desde Siria a la Meca no era al este sino al sureste, dirección que le pusieron a ésta. Otras teorías era para diferenciarse, y otras por el río, sin Embargo la de Medina Azahara si sigue una dirección pura al este.
Te has dado cuenta JM que de cualquier cosa se enrolla uno.
Un abrazo.