Fachada del Ex-Convento de San Francisco de la Arruzafa
Como salímos ayer de las cuevas eremiticas de la Arruzafa, y ya que estabamos por esas latitudes, no podíamos menos que detenernos en otro lugar importante de nuestra historia local que está en sus cercanías. El Convento de San Francisco de la Arruzafa.
Camino del Convento
Una vez conquistada la ciudad por Fernando III, fue configurada su división para la nueva religión dominante, y dividida Córdoba en catorce parroquias y correspondientes collaciones. Se configuraron conventos y otros centros asistenciales. Los conventos para el alma de los “nuevos cristianos obligatorios” y otros como hospitales para el cuerpo. El rey Fernando III concedió propiedades a los monjes que lo habían acompañado en la campaña, es decir repartió entre ellos parte del botín de la conquista, para la creación de los citados establecimientos. Otras personas de fortuna, lógicamente con lo ocupado a los árabes, crearon fundaciones y este tipo de patronazgos, cedieron casas y tierras para ellos.
Un recodo del camino
El sitio que nos ocupa hoy es el Convento de San Francisco de la Arruzafa o Arrizafa como otros autores señalan. El lugar de su creación fue en las estribaciones de la Sierra de Córdoba, donde habitaban anacoretas y eremitas en la multitud de cuevas que había desde la Arruzafa hasta la Albaida, desde mediados del siglo XIII. Esos terrenos habían sido en el siglo VIII los del palacio de Abderramán I, dónde cultivó multitud de especies arbóreas y plantas nuevas por estas latitudes, como el almez, zumaque, mandrágora, alheña, etc., tan comunes hoy en día.
Una vez vuelta la esquina
Fernando de Rueda personaje cordobés, de posición acomodada, había decidido hacer una vida en solitario, para ello vivió con los anacoretas y eremitas de la zona, y conoció al que luego fue San Diego de Alcalá, habitante de una de las cuevas, la que se conocía por su nombre, y que parece ser ha llegado hasta nuestros días. Dicen los escritos de la época que Diego de Alcalá curaba, a todo ser viviente que se le acercaba con problemas, desde los burros de los arrieros a las personas, utilizando el aceite de una lámpara que le tenía puesta a una virgen.
Camino al Convento y a las Ermitas
Fernando de Rueda decidió dedicar toda su fortuna a la creación de un convento en la zona, y con la necesaria bula de Benedicto XIII, en 31 de octubre de 1417, fundó, observante de la Orden de San Francisco, el Convento de San Francisco de la Arruzafa, hábitos austeros a los que se acogió y profesó Fernando. Como los terrenos pertenecían, parece ser, a los Señores de La Albaida, luego Condes de Hornachuelos, ello significaría su patronazgo en el nuevo Convento creado. Todo según diversos autores, ya que no hay nada escrito.
Fachada del ex-convento.
El Convento en principio fue Vicaría, hasta 1573 que ascendió a Guardianía. Tuvo muchos religiosos destacados, en tiempos lógicos en los que la iglesia necesitaba de la santidad y hechos notables. Descontando al principal que fue Diego de Alcalá, podemos citar a Francisco Solano, que también ostentó después el "halo divino" de la santidad; Fray Antonio de Sayas, ecijano cuya carrera fue fecunda en Italia donde fue obispo.
Hornacina de la entrada
En el capítulo de mitos y leyendas, dice D. Teodomiro: “Cuantos autores hablan de este convento dan crédito a un suceso que produjo gran asombro en los cordobeses. Decían que en 1523, siendo vicario fray Pedro Navarro, varón de extraordinarias virtudes, estando un día la comunidad en el coro, todos sus individuos fueron arrebatados en un éxtasis, del que no volvieron hasta las diez de la mañana, a cuya hora dijeron la misa conventual. Sin embargo, en La Crónica de la orden no vemos este caso.”
Vista de la fachada desde un agujero del muro de enfrente.
El convento lo fue durante muchos años, siglos, tuvieron lugar en él dos exclaustraciones, en la invasión francesa y en 1820, fecha en la que citando nuevamente a D. Teodomiro, dice: “En este tiempo, estando su iglesia sin culto, fueron varios jóvenes liberales un día de campo por aquellos alrededores, y entrando en la iglesia uno de ellos se subió al pulpito y estuvo figurando predicar un rato. Esto fue bastante para que al caer la Constitución se le formase una causa que duró algunos años, hasta que, mitigada aquella efervescencia, pudo arreglarse gracias a la amistad particular con alguno de los que intervinieron en el proceso.”
Antiguos sillares.
Sobre la exclaustración de Bonaparte, una de las primeras medidas adoptadas fue la de la aplicación del Decreto de 18 de agosto de 1809 por el que se suprimen las comunidades religiosas masculinas y se lleva a efecto el secuestro de los bienes de las mismas. Se les da una fecha límite para abandonar los claustros, concretamente el 10 de febrero.
Una pequeña puerta tapiada.
«Los religiosos podrán si quieren existir en sus Conventos hasta el día 10 de Febrero para vestirse de seculares y declarar el parage que escojen para su domicilio. Pasado este día ninguno podrá presentarse con hábitos regulares ni permanecer en dichas casas. Entre tanto los comisionados dejarán al Convento lo estrictamente necesario en muebles y provisiones para el uso diario de los religiosos, y el Superior dará un recibo al Comisionado para que éste recoja dichos muebles a la espiración de este término».
Camino de las Ermitas dirección Córdoba.
La última lo fue en 1836, y después de algunos años de abandono, como ahora, lo vendió Hacienda y lo compró Juan Rizzi que lo convirtió en Fonda. El Sr. Rizzi era un empresario de la hostelería en Córdoba. Estuvo durante un tiempo cambiando de propietario y los últimos lo fueron, en la década de los cuarenta del siglo pasado, la sociedad Carbonell. Ésta la vendió a los señores Montijano Carbonell, Fresneda Carbonell y al Sindicato de Iniciativas y Turismo de Córdoba para la construcción de un parador. Dicen algunos textos que la citada familia vendió el terreno a la ciudad por un precio simbólico, posteriormente refrendado en la cesión como totalmente gratuita. Después fue cedido a la sociedad estatal que construía los paradores nacionales y el arquitecto Sainz de Vicuña lo diseño, siendo inaugurado en 1958.
Señalética del lugar.
Como curiosidad parece que, el San Rafael que está en la entrada del Cementerio del mismo nombre, estuvo en un triunfo que hubo a la entrada del exconvento de San Francisco de la Arruzafa.
Sólo queda en píe del Convento lo que se ve en las fotografías, un precioso y bucólico camino, una esquina, y parte de la fachada, con una hornacina ocupada por una gran especialidad de esta ciudad, y que es esa planta herbácea de la familia de las Crucíferas, con tallo enhiesto de seis a ocho decímetros, y ramoso desde la base, hojas grandes, ásperas, arrugadas, partidas en lóbulos obtusos y algo dentados, flores amarillas, pequeñas, en espigas terminales muy largas, y fruto en vainillas delgadas, casi cilíndricas, torcidas por la punta y con muchas semillas, y muy común entre los escombros. En otras palabras, el “jaramago cordubensis”.
8 comentarios :
Hasta de campo estoy aprendiendo contigo. La cueva no la he visto nunca, iré un día a buscarla.
Y lo que ya os he dicho alguna vez, cualquier documento antiguo que encontréis alguna vez sobre algún camino, nos los decís, a ver si nos sirve, que todavía tenemos muchas lagunas.
Manolo por favor, que leyendo vuestras correrías por los caminos no me pongo ni a la altura de vuestras botas, que por cierto me las cargué el otro día. Menos mal que hay pegamentos que hacen milagros.
El paseo mañanero por el balastro del ferrocarril y el agua y luego un secado forzado -a su vez no saltó el termostato del secador y quemé el enchufe y el cable, a riesgo de meter fuego, menos mal que estaba presente- despego la suela de las Chiruca, y me llevé un digusto.
Es una maravilla pasearme por tu blog, tan sentadita aquí, tan lejos.
MUCHAS GRACIAS!!!!!!
Las gracias a ti por leerlo y estar ahí detrás, aunque estés muy lejos, pero tan cerca.
Gracias Paco por toda la información que nos trasmites en cada una de las entradas que haces en tu blog, me encanta leerlas en "na" que tengo un rato.
PD: muy bueno lo de "dormidiesisei"..
Gracias a ti cordobés enmascarado.
Un abrazo.
Otro sitio lleno de encanto y misterio.
Me encantan tus reportajes.
Un saludo.
http://www.flickr.com/photos/vertice1/collections/
Vértice, no sabes lo que significa para mi esa opinión tuya.
Tus trabajos relativos a Córdoba y su provincia son de lo mejor que he visto en la red en mucho tiempo. Me quedo admirado porque has hecho fotografías en sitios inverosímiles. Por poner un ejemplo, se de la dificultad de los vértices geodésicos y tu colección -me imagino que habrás estado en todos- es insuperable.
Merecedores todos de una exposición para que puedan ser disfrutados por todos los cordobeses. Y ya no es sólo el valor testimonial sino el artístico. Muchas gracias por honrarme con tu presencia.
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