Hoy tocó visitar una obra contemporánea que aún no está acabada. Lo he hecho con un amigo, de esos que uno tiene y que, contando los dedos de una mano te sobran dedos, Juan Lozano, con un humor más británico que andaluz y con unas ocurrencias más gaditanas que cordobesas.
-Seguro -dice- nadie pronunciará adecuadamente su nombre.
Y si no intenten pronunciarlo en voz alta y verán lo que suena, el puente del “Habas”.
El puente Viejo, el Nuevo, el Mohoso, el de la Autovía, el de la Junta, el del Arenal, el de Alcolea y el del “Habas”, ocho pasos sobre el río Guadalquivir en el término municipal de Córdoba. Tiene 270 m. de longitud, dos arcos de 134 m. de anchura, un tablero de 31 m. de ancho con seis carriles, tres en cada sentido y dos arcenes de 2,5 m. Apoyado en tres puntos, uno central en el río y los otros dos en las respectivas orillas. Conectará la N-437 con la A-4 y la A-45. Una obra total de 5,9 km. que alimentará el gran nudo de la cuesta de los Visos. Quedará incompleta, pues el Estado sólo conexiona sus vías, y para que el cierre de la ronda Oeste surta el efecto completo, la Junta deberá conexionarla con la A-431. Esperemos que no ocurra como con el puente de Andalucía, que aún muchos años después de su inauguración está pendiente de la conexión con la A-4.
Éste puente es obra del Ingeniero, José Luis Martínez Japón. Hoy los ingenieros son a su vez artistas plásticos, creadores. El simbolismo de esta obra, homenaje al hombre científico-volador del Califato, más o menos como San Rafael es, una escultura abstracta en su centro y dos grandes arcos semejando sus alas, y al fondo, como no podría ser de otra manera, la ciudad de los Califas que fue la que, hace la friolera de mil ciento veintidós años lo vio morir con setenta y siete años, había nacido en el 810. Se adelantó más de quinientos años al gran Leonardo, e hizo realidad el mito de Ícaro, al que no se le derritió la cera de las alas, pero que sufrió en su experimento una lesión de espalda.
Abbás era de un pueblo de las cercanías de Ronda, por tanto malagueño, pero su vida la desarrolló en la ciudad de los Califas, en la corte de Abderramán II. Humanista, científico, químico, astrólogo, poeta, en el mundo árabe es una figura conocida. En un museo en Dubái está representada una imitación de su artefacto volador, y camino de Bagdad también.
Podríamos extendernos en más detalles, técnicos del puente y biográficos de Abbás Ibn Firnás, pero hace unos meses un bloguero cordobés Puerta de Osario publicó un pasaje literario sobre el vuelo, que merece la pena leer y, otro cordobés Javier Gómez, colega de vuelo de Abbás –practica el parapente- publicó en vimeo.com (No puede verse ya) un recorrido por el cielo de nuestra ciudad que merecer la pena disfrutar para emular al musulmán que también voló sobre la ciudad, antes incluso que San Rafael, desconocido en aquel tiempo y que ni siquiera era cordobés todavía.
El puente de las Habas que nunca se acaba. Bueno, esperemos que sí que se acabe, y que sirva para descongestionar el tráfico pesado que suelen tener las fábricas del cobre, y que no es poco. Ya la ronda actual ha hecho mucho, pero la variante está pensada más a futuro, con el centro de transportes como línea de meta.
ResponderEliminarPor otro lado, la verdad es que sorprende que hasta ahora no se conociera (al menos lo necesario) a este personaje en la ciudad, y que sin embargo su hazaña, ocurrida en un lugar que diviso desde mi ventana, se recuerde a miles de kilómetros de aquí.
Yo prefiero utilizar el Abbas Ben-Firnás, en vez del Abbas Ibn-Firnás. Es lo mismo, y es más fácil de pronunciar.
Un abrazo
Querido amigo Ben
ResponderEliminarSupongo que sabrás que se quedaran en la carretera del aeropuerto, por aquello de los enlaces. Me imagino que si es tu paso al trabajo los habrás visto. Evidentemente cuando vayan cerrando el círculo será más positivo, pero tenemos otro puente en los santos pintados que no continua, desde la el nudo del puente de pedroches. Todo empantanado.
El personaje tiene tres páginas de biografía. Es increíble el desconocimiento y sin embargo en el mundo árabe, es como Leonardo para este lado.
Llevas razón con los del nombre, yo no me aclaro.
Salú.