El ingenio de los humanos no tiene límites. En las situaciones más insospechadas lo pone en juego y trata de suplir otras carencias de manera favorable. Las normas también son superadas de forma que no se infrinjan, buscando resquicios que permitan conseguir el fin buscado, sin incumplirlas abiertamente o cuando menos dando un rodeo.
Hay una norma que impide autorizar una entrada de vehículos, cuando la calle donde se solicita, tiene menos de una anchura determinada. Cuando alguien vive en una calle estrecha, del ancho del vehículo, sabe que aún haciendo su cochera, difícilmente va a estacionar nadie delante de su puerta pues obstaculizaría la calle, por lo que hace su cochera y no pide el vado permanente, con lo que se ahorra un impuesto municipal. En otras ocasiones el problema sigue, pues aun a pesar de que nadie se le pueda poner delante de su puerta, no puede salir ni entrar por la necesidad del giro. Al ser la calle estrecha hay que suplir el giro ensanchando la puerta, convirtiéndola en un ancho zaguán abierto con el acceso a la vivienda incluido. Ignoramos las normas, en este caso arquitectónicas, que permitan o no semejante proyecto.
Nuestra curiosidad y porqué no, admiración simplemente por lo ingenioso, de la que no diremos la calle donde está, se refiere a un procedimiento de pared basculante, con dos ventanas y puerta incluida, que permite la entrada y salida a un ancho zaguán, en este caso cochera, de un vehículo cuando se vaya a emplear éste, o la puerta solamente cuando la entrada o salida sea peatonal. Reiteramos que no diremos la calle porque no somos policías contra ingenios y sobre todo por que desconocemos si infringe alguna normativa.
Sabemos quién tiene de muchos años, las placas de entrada y salida de carruajes falsas, hasta el extremo que han reparado las aceras y el propio municipio (en este caso la empresa de la reparación del acerado) le ha hecho el rebaje de la acera, es decir le han hecho el rebaje a una placa ilegal, sin comprobar este extremo por incompetencia o por excesiva competencia, al ser amigo el que determine que hay que hacer un rebaje, sin exigir la documentación pertinente.
También sabemos del incumplimiento sistemático de determinados conductores, aparcando encima de las aceras, en los pasos señalizados de peatones, en los carriles bici, delante de los rebajes para disminuidos, sin que sientan el peso de las normas y ley en muchos casos. Acostumbrados a que nos les ocurra nada, y al hablar de ocurrir nos referimos a que les duela el bolsillo, que es el único idioma que entiende el tunante. Pero esa no es la cuestión, aunque los hechos merecen inundar de fotografías de vehículos incumplidores en espera de que la autoridad cumpla con sus obligaciones.
La cuestión que nos ocupa es, lo ingenioso del procedimiento de introducir el coche en la cochera, en una calle estrecha, haciendo bascular toda la fachada que es de imitación. Como el que tuviese una grúa en la azotea, para subir el coche a la misma como si de una lancha de salvamento en un barco se tratara. Aunque seguro que todo tendrá que estar reglado en, cualquier página de cualquier norma, de las muchas que existen y que no se cumplen por la desidia generalizada que nos inunda.
4 comentarios :
A grandes males grandes remedios y la necesidad agudiza el ingenio. jejeje
saludos, Paco.
Si que es verdad, me alegro de leerte.
Salú
Paco.
Bueno, un coche menos en la calle, ¿no? Peor sería que estuviera obstaculizando una acera o la entrada a una vivienda.
Además, algo más estético que un portalón de hierro, seguro que es.
Pero lo ingenioso que es el personal. Se queda uno asombrado.
Salud.
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