La visita a la exposición de Señán González, “Postales Andaluzas, Rafael Señán y la fotografía turística” nos lleva a algunos muchos años atrás. No por haber sido contemporáneos del artista, sino por haberlo sido de su familia, más de sus nietos, y sobre todo por haber conocido su casa cuando aún era un establecimiento comercial.
Eran unas fechas en las que aún el turismo no estaba masificado como ahora, y sólo nos visitaban “franceses”, como llamábamos a todos los turistas, creyéndonos que únicamente eran los de detrás de los pirineos los que venían a esta ciudad, y que además no había habitantes jóvenes en Francia, sólo viejos y viejas. Autobuses de la empresa ATESA, llegaban con grupos de mayores. Hoy hemos comprendido que esos viajes eran muy similares a los del actual Inserso.
En la exposición, paisajes de Córdoba, Granada Toledo y Ronda, se nos presentaban con el sabor que tiene el álbum fotográfico de la familia, donde siempre nos llama la atención una fachada, un paisaje que conocimos y hoy esta reformado, un rostro, y lo rodeamos de ese anhelo casi idealizado que, ya no podremos volver a tener porque es pasado y que se llama nostalgia.
El marco donde está expuesta la muestra es el incomparable Palacio de Viana. Repartidos por los diversos patios y dependencias están personajes en tamaño natural de Señán. En la primera planta, una reproducción de ese gabinete con sabor oriental, para la fotografía de salón, repartido en dos salas. En el patio de las columnas la galería cerrada contiene otra parte de su obra. Para mí personalmente es nostálgica por partida doble, Granada y Córdoba son dos ciudades que por múltiples razones me conmueven. Ver un derruido Palacio de Carlos V, o la Puerta de entrada a los palacios desde la Cuesta de Gomerez, o esa vista maravillosa desde el mirador de San Cristóbal, u otras muchas, es evocador. Qué decir de Córdoba, a pesar de haber visto muchas veces esas fotografías siempre hay una que se había quedado atrás y ahora la conoces, o la recuerdas.
Muchos premios al artista: El Cairo 1895, con motivo de la inauguración del canal de Suez; Diploma de Honor de la Exposición de Granada en 1905; medalla de la Exposición Científica europea; primer premio de la Exposición de Santander 1906; fotógrafo de Cámara del monarca Alfonso XIII en 1904 -esta distinción le permitía poner el escudo real en sus retratos y postales-, son también una pequeña muestra de lo conseguido. Pero la más importante es, la congelación para la eternidad de esas instantáneas que no pueden volver, de esos momentos que están ahí por los siglos de los siglos.
Otra maravilla son las máquinas, de las que está expuesta una pequeña muestra. Ojos mecánicos por donde pasaron muchas vidas y lugares, algunos desaparecidos inexorablemente, por culpa los depredadores universales por excelencia -después del principal que es el hombre-, que son el tiempo y el abandono. Materiales de trabajo, planchas, distintos objetivos, una tecnología que fue puntera pero que hoy en un simple artilugio, fino como una antigua pitillera, está incluida toda la tecnología y más. La fotografía digital no quiere nada con el revelador y el fijador, con temperaturas ni con cuarto oscuro. Los que hemos sido aficionados, sabemos de ello. La delicadeza de revelar el carrete en su tambor, con un control de temperatura adecuado. La simple ampliadora (la mía era una Carranza), la luz roja del cuarto oscuro -en el que transformaba mi dormitorio-, el momento inolvidable de ver aparecer, de un papel inmaculado, como por arte de magia el motivo de la fotografía. Todo te lo puedes imaginar allí.
Una muestra nostálgica y hermosa, que merece la pena ver. Lo ideal sería poder tener la colección digitalizada en el soporte adecuado, que no se si estará adsequible. La exposición hasta el 18 de diciembre de 2009 está disponible.
Nota: Las fotografías están realizadas de la exposición, es difícil evitar los brillos de los cristales que las protegen y los errores de paralaje, por lo que se pide disculpas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debido a la proliferación de comentarios anónimos ofensivos, se moderará la entrada para evitar la publicación de estos. El resto, una vez se compruebe que no es un anónimo se publicará automáticamente. El debate enriquece, el insulto no, y mucho menos anónimo. Por lo que pido disculpas a quienes puedan sentirse molestos con esta medida.
Por otro lado si entra como anónimo el sistema no me lo comunica (y debo buscarlo periódicamente en una página interna), tampoco al comentarista le dice nada, ni lo mantiene al día de las novedades que haya en la entrada en la que ha hecho comentario, ni de lo que comenten otros usuarios. Gracias