Portada del convento
En la plaza de Regina está el Convento del mismo nombre que se fundó en 1499. Era la casa de Doña Mencía de los Ríos, hija del caballero veinticuatro D. Diego Gutiérrez de los Ríos, que se había quedado viuda de D. Luis de Venegas. El citado convento fue dedicado a la Orden de Santo Domingo de Guzmán.
La Iglesia, que es lo único que está aún en pie, es de una sola nave con bastante altura y tenía un buen artesonado renacentista. La cubierta de teja, a dos aguas. La portada de la Iglesia tenía elementos decorativos renacentistas y es de arco carpanel. En el altar mayor había algunas pinturas del artista Antonio Vela. En 1651 se incendió, y se sustituyó el coro, siendo suprimido nuevamente en 1836. La familia Alburquerque tenía enterramiento en ella. Cuando la epidemia de fiebre amarilla murieron prácticamente la mayor parte de las monjas, y las que quedaron se fueron a Santo Domingo de Scala Coeli, hasta que pasó todo. Luego la iglesia permaneció abierta un tiempo, después de la desamortización, pero al final fue vendida y las imágenes trasladadas a San Pablo.
Fue usada después la nave como teatro de aficionados. Después fábrica de paños, cuya maquinaria de vapor era un orgullo en su momento, para sus dueños. Y el fuego nuevamente se hizo pasto de él tres veces más.
Después estuvo mucho tiempo de almacén. De pequeño lo vi por dentro, y recuerdo que me llamó la atención la altura interior y que almacenaba botas de vino. Luego me enteré que era la bodega de las tabernas cordobesas El 6. Después la más absoluta ruina. El ayuntamiento lo adquirió y en los primeros años de la década de los noventa barajó establecer allí la orquesta pero no cuajó la idea. Fue reparada la nave de la iglesia, el convento por el contrario está totalmente ruinoso, como se puede ver en las fotografías aéreas.
Los datos catastrales citan la construcción que tiene una superficie de mil doscientos cincuenta metros cuadrados y construida de mil setecientos cincuenta y seis. En el plano catastral puede verse que en el lado oeste una pequeña porción de la parcela se ha adosado a la construcción de la barriada que construyó Vimcorsa a su alrededor.
Salvo las dos fotografías aéreas, las otras están realizadas hoy cinco de noviembre de 2009, de la máquina al blog.
Fachada principal a la calle Regina
Fachada oeste
Vista aérea desde el norte
Vista aérea desde el este
Plano catastral de la finca
Magnífico trabajo el tuyo, Paco. Este es uno de esos edificios en los que el tiempo hace que caigan en el olvido, y nadie le preste la más mínima atención, mientras sus dueños esperan que pronto se venga abajo para poderlo vender y construir casas. Gracias a gente como tú, ese olvido se hace menor. ¿Sabes a quién pertenece? Si hubo un proyecto para rehabilitarlo, supongo que será del ayuntamiento, ¿no?
ResponderEliminarAunque las fotos aéreas nos dan una idea del mal estado, creo que aún es recuperable. Algo parecido a lo que pasó con el Hospital de los Ríos, en Agustín Moreno. Yo no he estado por dentro nunca, pero en las fotos aún se aprecia parte del claustro.
Querido amigo Ben: es propiedad municipal y como digo en la legislatura (bueno no es legislatura) del 1991 al 1995 se trató de rehabilitarlo para tema relativos con la orquesta, pero aquello no cuajó.
ResponderEliminarEs que el otro día volviendo a casa del trabajo pasé por allí y se me ocurrio fotografiar el exterior. De chico ví por dentro la nave, nunca el convento, y estaba siendo usado de bodega.
Muchas gracias por tu presencia.
Un saludo.
No agradezcas mi presencia, Paco. En todo caso, al contrario: soy yo el chupóptero, el que se aprovecha de los demás para deleitarse con sus trabajos.
ResponderEliminarNo sé cómo estará la zona en cuanto a servicios sociales, pero desde luego el edificio podría ser ideal para centro de mayores (que bien que necesitan estos lugares), biblioteca, museo, huerto comunitario,... ¿Y si utilizamos ese dinero que se están llevando los políticos de todas las ideologías "a la saca" para crear algún centro de estos? ¿Te apuntas?
Claro que me apunto, hay tantas posibilidades, y dinero, porque los sueldos de todos los siguen cobrando. En cierta ocasión propuese reparto, puede parecer extraños de la reunión sólo estaba dispuesto uno abiertamente y eso que era una conversación de taberna, que podrían haber dicho ¡y yo! sin exponer nada pero el subconsciente cuando la pregunta es directa y espontánea responde lo de dentro.
ResponderEliminarSi que se puede hacer mucho, fijaté la poca vergüenza de los deportistas, huelga de capitostes proponían. O los otros patriotas que se llevan las ganancias a paraisos fiscales, y nosotros lo más lejos que podemos llevar el sueldo es a InegDirect.
¡En fin!
Paco, antes inserté mi comentario en "La Industria del Paño Cordobesa de Hace Casi Dos Siglos" donde no era, te ruego lo borres y dejes este si tienes a bien.
ResponderEliminarPaco es digna de admiración la cantidad de eruditos datos históricos que aportas en el desarrollo de tus artículos y que además conoces Córdoba a “pie de obra” en lo cotidiano de su gente. El hecho de que seamos cómplices en la percepción del olor a cocido en el patio de una casa de vecinos, espolea mi memoria y me anima a escribir en tu blog.
Yo vivía en la Plaza de Regina, de pequeño nunca entré a la iglesia, lo único que pude entrever por los quicios de la puerta, donde la caliza estaba erosionada, era una alta escalera de caracol que supongo subiría al coro. Por esos huecos, al meter la jeta, percibía un aire fresco con olor al vino de la bodega que albergaba. No haces mención a la denominación de “El salaero” como también se conocía en el barrio (supongo que sirvió de almacén de salazón de tocino algún tiempo).
La Casa Grande, como se conocía a la zona habilitada para viviendas colindante con la iglesia y que aparece en el plano catastral, la tenía….perdón por la expresión perruna “cagá y meá” me conocía todos sus rincones pues tenía infinidad de amigos allí. Allí fue donde vi mi primer muerto. El Pedri me llevó a ver a su abuela que se había muerto como la cosa más natural del mundo. También había un señor que liaba cigarros con una maquinilla que vendía muy baratos. Las malas lenguas decían que tenía colaboradores que recogían colillas del estadio El Arcángel y reciclaba la morralla para su venta.
Había un señor de unos cuarenta años que vivía en una habitación en lo hondo de la casa. Este, de vez en cuando “emergía” a la puerta de la calle, nos llamaba a cualquiera de nosotros y nos mandaba a comprarle un paquete de Caldo de Gallina al estanco de la calle Almonas, en más de una ocasión le fui por tabaco y era muy generoso en la propina, recuerdo que me decía “los treinta pa ti” y es que el sobrante, que eran dos o tres gordas, lo engrandecía al hacer la conversión a céntimos. Un día que mi madre me vio en aquellas transacciones me llamó a careo, una vez que le expliqué de que iba, me dijo que no me volviera a acercar a aquel hombre que era…. ¡COMUNISTA! Jamás le volví a hacer mandaos. Aquella palabra no la entendía pero supongo que lo mismo le pasó al niño de una de las películas más enternecedoras y duras del cine español, cuando le tiró la piedra a su maestro y le dijo….¡ORNITORRINCO!
Salud
Muchas gracias por tus apreciaciones y decirte que los años y la memoria son la mejor biblioteca, además de consultar todos cuantos libros y datos se encuentran por cualquier sitio relativos a nuestra ciudad.
ResponderEliminarDicen que sirvió de muchas cosas, incluso para falsificar billetes e incluso ardió. Yo también recuerdo mirar por las rendijas y llamarme la atención la altura de los techos y las botas de vino colocadas en las paredes.
No sé cuál es la que llamas Casa Grande, colindante con la iglesia era el edificio del convento. Supongo sería ese. Porque por la calleja lo que pone suelo es en el que hace años edificaron las casitas. Mi primer muerto lo vi en la calle Rey Heredia, sentimos chillidos y entramos a una casa y no se me olvidará nunca la cara, el color la nariz afilada y el pañuelo para que no se abriera la mandíbula. Salimos corriendo que nos las pelabamos.
Qué bonita historia y con qué delicadeza está estructurada y que lamentable ver como actuaban sobre la mente de las personas, sin duda lo que hizo tu madre, dentro de su miedo era protegerte.
Muchas gracias nuevamente y salud compañero.
Cuando hago referencia a una de las películas mas duras y al mismo tiempo enternecedoras del cine español, me estoy refiriendo a...La Lengua de las Mariposas" y la escena es cuando al final se llevan al maestro en el camión.
ResponderEliminarEfectivamente, La Casa Grande esta pegada al edificio de la iglesia a unos metros de la entrada con la calle de La Palma. Creo que rotulada con el numero 3.En la foto de la fachada oeste, donde aparece una pared con una puerta, había un garaje de reparación de coches. Desde esa misma foto, se ve al fondo un pedacito de la que fue mi casa.
ResponderEliminarGracias por la aclaración. Saludos
ResponderEliminarEs curioso. Yo vivi en el barrio, en Plaza las Tazas, 2. Mi casa era la que se veia yendo desde Regina a Las Tazas,en el rincon.
ResponderEliminarNo me suena nada de lo que decis de la iglesia del convento porque en mis tiempos era un garage. Yo entraba y curiosaba hasta que los mecanicos me echaban.
Recuerdo la escalera de caracol.
En la Casa Grande habia una señora que vendia fruta y en la Plaza recuerdo a la arropiera.
Tengo 78 tacos. O sea que os estoy hablando de los años 40-51
Muchas gracias por tu comentario, que en absoluto rechaza los demás, la memoria de cada uno y la percepción de las cosas es única. Daludos
ResponderEliminarEstimado Paco y lectores
ResponderEliminarEstoy buscando fotografias de una carpinteria que estaba a la espalda del convento, en la calle Regina. Si por favor alguien leyera este mensaje y tuviera alguna se lo agradeceria muchisimo.
Un cordial saludo
Kiko creo que no tengo nada, no obstante que lo mirare por si suena la flauta. Un abrazo.
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